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La Astrología Humanística y la Luna en los Signos del Zodíaco de la Carta Astral


En los cielos, la Luna no tiene luz propia; se limita a reflejar la luz del Sol. A diferencia del Sol, que muestra dónde se necesita un esfuerzo para llegar a ser un individuo consciente, la Luna es aquel sector de la vida donde hay una tendencia natural a unirse y adaptarse a lo dado. La Casa de la Luna indica dónde somos sensibles a las necesidades e influencias ajenas, y respondemos a ellas. Es donde nos dejamos moldear más fácilmente, donde nos configuran el hábito y los condicionamientos del pasado y donde es probable que nos veamos trabados por ideas, expectativas, valores y normas de nuestra familia o de nuestra cultura. Algunas de estas pautas innatas pueden ser valiosas y constructivas, en tanto que otras quizás obstruyan o demoran el progreso en direcciones nuevas. El dominio de la Luna es el sector de la vida donde nos refugiamos cuando necesitamos un descanso, una pausa o un santuario que nos resguarde de la pugna de la individuación y del aumento de conciencia. Lo que nos atrae en la esfera de la vida donde se aloja la Luna es una necesidad de pertenencia, de consuelo o de seguridad. Es allí donde encontramos o representamos  a la Madre: en su domicilio buscamos seguridad, contención o la sujeción de un ancla, o bien ofrecemos a otros apoyo y atención en estos aspectos de la experiencia. En los cielos, la Luna pasa por fases y ciclos: a veces está llena y abierta, otras veces está cerrada y oculta. De modo similar, la Casa en la cual está emplazada indica dónde es probable que tropecemos con circunstancias fluctuantes, dónde "atravesamos fases" que dependen de nuestros estados de ánimo cambiantes: en ocasiones abierto y vulnerable, otras veces cerrado y retraído. Es el sector donde podemos exhibir un comportamiento regresivo, infantil e inseguro. En sus aspectos más positivos, es donde nos mantenemos en contacto con el lado emocional e instintivo de la vida, y donde se manifiestan las inclinaciones y los recuerdos útiles que sirven de apoyo a la existencia. Las mujeres pueden desempeñar un papel importante en nuestra vida según la Casa donde esté emplazada la Luna, un principio femenino básico o, para la psicología junguiana, un principio del "Anima". La Luna describirá, sobre todo por Signo, qué es lo que nos calmará, qué es lo que nos apaciguará y reconfortará, mientras que los aspectos nos mostrarán todo aquello que favorecerá u obstaculizará estos acontecimientos. En el más amplio de los sentidos, la Luna, junto con el Imum Coeli y su regente, describen de dónde venimos, es decir, nuestra procedencia, nuestro pasado, nuestro ambiente emocional, nuestras raíces, nuestra historia y nuestra herencia. También puede describir nuestra manera de actuar e indicar la forma en que solíamos comportarnos de niños como respuesta a las normas de nuestro entorno, así como cuáles siguen siendo nuestras tendencias de comportamiento, tanto las inconscientes como las motivadas por la fuerza de la costumbre.

Con frecuencia, la Luna y sus aspectos describen cómo reaccionamos y respondemos de forma automática, es decir, inconscientemente, frente a los estímulos. Al igual que describe nuestro ambiente hogareño, aquel en el que más a gusto nos sentimos, los aspectos a la Luna, normalmente, también suelen indicar con cuánta facilidad o dificultad nos enfrentamos a aquél, así como lo fácil o difícil que nos resultará convivir con los demás. Esto se halla muy relacionado con nuestra capacidad de adaptación, así como de nuestra capacidad para sentirnos protegidos en el ámbito emocional. Cuando nos sentimos seguros de poder mostrarnos como somos realmente, entonces, normalmente, podremos llegar a comportarnos de una forma más espontánea y seremos mucho más capaces de adaptarnos a otros tipos de vida, así como de respetar las costumbres de los demás, en particular, en cuanto a todo lo que se refiera a sus hábitos domésticos, a sus cambios de humor, etcétera. La madre es la primera persona a la que nos sentimos unidos y, por ello, también la primera hacia la que nos volvemos en busca de una aceptación incondicional. Así pues, la Luna es la que describe a la madre, pero también describe cómo fueron nuestras primeras experiencias infantiles en general y también puede representar tanto el padre como a todas las demás personas que nos cuidaron. Aunque, cuando la Luna es el significador de alguien que nos cuidó sin ser nuestra madre biológica, normalmente, ello suele verse claramente reflejado en el Mapa Natal, a través de la situación de las Casas, de sus regentes o de otros factores. En cualquier caso, la Luna por Signo, por Casa y por aspectos, reflejará en gran medida cómo llegamos a sentirnos durante nuestra infancia y, en particular, cómo podíamos sentirnos a salvo. Nuestra forma de sentirnos a salvo y protegidos en la actualidad, así como la forma en la que protegemos y cuidamos de los demás, o la facilidad o dificultad con la que somos capaces de hacerlo, se hallará especialmente influenciado por la Luna. La Casa que tiene el Signo del Cáncer en la cúspide, o que lo contiene dentro de sí, ejerce una influencia similar a la de la Luna en esta Casa. En el caso de la Luna, la motivación es bien distinta del Sol. Para experimentarse como yo, la Luna necesita del entorno. Con el yo emocional necesitamos la confirmación del tú. La Luna no es capaz de darse confirmación a sí misma como el Sol, necesita recibirla de los demás. Esto la hace dependiente de la situación de contacto en que se encuentre. Este segundo nivel de la personalidad es comparable al agua. En la Luna se refleja el yo emocional y todo lo que está relacionado con los sentimientos.

Reflexión: La Luna es un cuerpo celeste que no tiene luz propia pero que tiene una gran capacidad de reflejar la luz que recibe. Refleja casi el cien por cien de la luz recibida del Sol. El símbolo de la Luna es una hoz que, en el horóscopo, dibujamos abierta hacia la izquierda o la derecha dependiendo de si en el momento del nacimiento estaba creciente o menguante. Una Luna Menguante está orientada hacia dentro y puede ir al fondo de las cosas. Una Luna Creciente está orientada hacia fuera, es muy sensible al entorno y puede expresar sus sentimientos. Como planeta de contacto, la Luna está relacionada con el instinto de reproducción y el instinto sexual. Nos impulsa a unirnos con un tú, con una persona querida. La Luna hace que, alrededor de nosotros, necesitemos contactos, relaciones, amor, armonía y belleza. Sólo así nos sentimos bien, aceptados y queridos. Cuando alguien se nos acerca de forma abierta y cariñosa nos alegramos y nos sentimos felices, en cambio, si nadie se da cuenta de nuestra presencia y nos dejan de lado, nuestro yo emocional siente dolor y sufrimos.

Luna Nueva: La Luna siempre se presenta con su necesidad de contacto, puesto que sin contacto con el entorno se siente sola como una Luna Nueva que no refleja la luz del Sol (hacia la Tierra). Cada mes hay cinco días en los que la Luna no se ve. Durante los días de Luna Nueva nadie se emociona, es como si los sentimientos no existieran. Cuando, personalmente, estamos de Luna Nueva nos quejamos de la soledad, la falta de amor, el aburrimiento... La soledad es muy difícil de soportar para la Luna porque en esa situación no se percibe a sí misma.

Luna Llena: Durante la Luna Llena, la Luna está completamente iluminada por el Sol. Entonces se percibe a sí misma muy intensamente. Durante los días de Luna Llena, la naturaleza emocional se ve estimulada de manera especial y muchas personas hacen cosas sorprendentes. Sienten la necesidad de salir a satisfacer sus deseos. En Luna Llena, el yo emocional se siente plenamente confirmado, como cuando alguien le dice: "Te quiero". Muchas personas piensan que siempre deberían sentir la confirmación que experimentan en Luna Llena y olvidan que la Luna sigue un ciclo regular en el que no podemos influir. Teniendo presente la ley de flujo y reflujo podemos ahorrarnos algunos desengaños. Hay una gran diferencia entre culpar a nuestra pareja cuando ha pasado la Luna Llena y cesado la confirmación del amor, y ver la causa de nuestra actitud en el ritmo de la Luna. No debemos olvidar que tras la Luna Nueva viene la Luna Llena y que la variabilidad de la naturaleza emocional está determinada por las leyes cósmicas.

El nivel emocional: Es un mundo de opuestos. En él, los sentimientos de alegría y sufrimiento, o simpatía y antipatía cambian como el flujo y el reflujo de la marea. Su símbolo es la Luna, con sus fases. Así es nuestro yo emocional (según su posición por Signo y Casa): inestable, cambiante, voluble y dependiente del entorno. Queremos ser amados y que los demás nos muestren admiración y reconocimiento. Tememos quedarnos solos y vivir sin amor. Muchas de las veces que nos abandonaron fue por reaccionar negativa, insensible o demasiado subjetivamente (egoístamente) ante alguna experiencia. Si por actuar así herimos a alguien y nos dejó, la responsabilidad es sólo nuestra. Con la Luna percibimos las posibilidades de contacto en el nivel psíquico. Es una especie de sensación o constatación interior. Cuando alguien se nos acerca, enseguida percibimos atracción o rechazo, simpatía o antipatía. Algo que emana de los demás nos atrae o nos aparta de ellos. Como un radar, la Luna capta las ondas de simpatía y evita a las personas que nos resultan poco simpáticas. Visto así, es un instrumento de sondeo que nos da señales de aviso. Todos hemos experimentado alguna vez sensaciones de simpatía o antipatía al conocer a alguien: esto es una función lunar. Una persona con una Luna sensible reconoce enseguida a amigos y enemigos, rápida y espontáneamente decide si quiere abrirse o prefiere permanecer cerrada. Cuando, con la Luna, percibimos a alguna persona que nos resulta simpática, pensamos: "Quisiera tener un contacto más estrecho con ella". Pero que demos el paso para acercarnos y establecer contacto con ella depende también de otros factores. La Luna nos avisa de las posibilidades de contacto pero la decisión suelen tomarla el Sol y Saturno.

Necesidad de contacto: Para la Luna, el contacto es una experiencia de autoconfirmación. El yo emocional se experimenta mediante la toma de contacto y el amor. Hay personas que no pueden establecer contactos positivos y amar a otras personas. ¿Qué hacen? Criticar e injuriar a sus vecinos. Esto es una confirmación de contacto negativa. Reñir y criticar también son formas de contacto, aunque no demasiado beneficiosas. Pero, cuando alguien no es capaz de establecer contacto con los demás, tal vez ésta sea una compensación necesaria. En el nivel emocional hay muchas posibilidades de actuar de modo sustitutivo. Todos hemos necesitado alguna vez azúcar o algún sucedáneo para evadirnos de desengaños o carencias afectivas.

El niño interior: La posición de la Luna en el horóscopo nos proporciona información sobre el tipo de experiencias de la infancia que determinaron nuestro comportamiento en el contacto. Las causas de muchas conductas erróneas se encuentran en experiencias mal asimiladas durante la primera parte de la infancia. De una manera natural, el niño espera que el mundo corresponda a la imagen interna que tiene del mismo. Vive en el nivel emocional y se identifica casi siempre con el yo lunar. Todas las experiencias, tanto buenas como malas, quedan registradas en el yo emocional y son la causa del comportamiento futuro en las experiencias de contacto. Si los padres, como figuras clave, no desilusionan a los niños, el yo emocional crece sin contratiempos. De este modo, el niño desarrolla una actitud positiva y sana ante la vida, y cuando se convierte en adulto es capaz de llevar a cabo tareas importantes y enfrentarse a las dificultades. Pero si el niño sufre desengaños en relación con sus sentimientos originales de confianza y pertenencia, entonces se repliega en sí mismo y, a modo de protección, construye una defensa ante el contacto. Esta defensa continúa actuando de manera automática e inconsciente durante su vida como adulto. Para lograr desmontarla, el primer paso es reconocer su existencia, cuestión que no es nada fácil. Pero también puede ocurrir lo contrario: es el caso en que los padres proyectan en el niño una imagen ideal que éste no puede hacerla realidad por ser ésta muy diferente de su disposición hereditaria natural. Esto se observa muchas veces con posiciones de la Luna en la parte superior del horóscopo, esto es, en las Casas 9 o 10. En algún punto del proceso de desarrollo debemos liberarnos de estas proyecciones para encontrarnos a nosotros mismos. La astrología puede ser de gran ayuda para conseguirlo. Un horóscopo es un instrumento neutral que no reacciona a nuestros deseos, es objetivo y muestra la verdadera esencia de la persona. En el plano emocional hay montones de ilusiones y puntos de vista equivocados, debidos al reflejo de valoraciones ajenas y deseos propios profundamente arraigados.

Trabajo de transformación: En la posición de la Luna en el horóscopo podemos ver cómo reaccionamos a la inestabilidad y las contradicciones del nivel emocional. ¿Vamos de un extremo a otro, oscilando entre actividad y pasividad, amor y odio, atracción y rechazo... o permanecemos serenos? ¿Somos emocionalmente dependientes de los demás y quisiéramos continuar siendo como niños? ¿Cómo encajamos los desengaños amorosos? ¿Continuamos creyendo en el amor y permanecemos abiertos al contacto a pesar de las experiencias negativas, o nos cerramos con amargura y tenemos deseos de venganza? ¿Aprendemos de las experiencias y nos esforzamos para no caer de nuevo en estas oscilaciones emocionales extremas, haciendo lo posible por alcanzar una cierta estabilidad y equilibrio? ¿Qué consecuencias sacamos de los pares de opuestos y cómo superamos la subjetividad del yo emocional? Éstas son las preguntas que nos planteamos cuando consideramos la posición de la Luna en el horóscopo.


La Luna en Aries
La Luna en Aries reacciona con agresividad, impaciencia y vigor, de forma directa y competitiva. Necesita autoafirmarse a fin de sentirse emocionalmente seguro y a gusto consigo mismo. Se percibe a sí mismo como alguien seguro, orientado hacia la acción y centrado en nuevas experiencias. Responde a las experiencias y al entorno con una liberación unidireccional de sus energías. Su espíritu combativo puede dificultarle el logro de la seguridad. Probablemente la Luna en Aries sea la más contundentemente honesta y emocionalmente directa de todos los Signos lunares: tiende a no pensar en otra cosa cuando está centrada en su entusiasmo, y no le gusta que le molesten (no le gusta las distracciones "emocionales" o las "necesidades personales" de otros). Tiene varios intereses a lo largo de su vida, y cada uno de ellos adquieren gran importancia y una tremenda urgencia… hasta que pierde el interés provocado por otra novedad. Está orientado hacia la acción, y por lo tanto tiende a presionar a los demás, a menudo reacciona con impaciencia, incluso cuando no está enfadado, los otros podrían temer su conducta explosiva. La Luna en Aries es fisicamente fuerte e inquieta, y por ello suele ser atlética. Aries necesita de manera especial enfrentar nuevos desafíos a lo largo de su vida. Aunque a menudo es intrépido, uno de sus miedos es al aburrimiento. Tiende a ser mal escuchador, no sólo por su autointerés obsesivo, sino porque se precipita a la hora de extraer conclusiones, a menos que tenga, digamos, mucho de Géminis o Libra en su Mapa Natal, en cuyo caso el resultado es un ejemplo excelente del "escuchador activo" que entiende rápidamente los aspectos esenciales y da energéticamente mucho "feedback" instantáneo. En realidad, se trata de un Signo que necesita sentir que no está siendo influido por los demás ni por su entorno, por lo tanto, parece no escuchar los consejos u observaciones ajenas, pero meses después podría revelar inadvertidamente que les prestó atención, e incluso reflexionó sobre ellos y posteriormente los aceptó. Se aburre fácilmente, es inquieto y egocéntrico. Tiende a ser competitivo de forma natural, aunque (especialmente si es mujer) no le gusta reconocerlo. ¡Simplemente tiene que ser el mejor en todo! Es dominante y tiende a creer que tiene todas las respuestas, y que siempre tiene razón, aunque es instintivamente competitivo, no suele abrigar rencillas, pasando rápidamente al siguiente interés, a menos que vea a la otra persona como un enemigo de su libertad que está intentando controlarlo o limitar sus acciones. De hecho, es extremadamente autosuficiente; prefiere la independencia y la libertad de actuar sin restricción, y rara vez solicita la ayuda de los demás. Su mensaje para sí mismo es: "Sé fuerte, sé vigoroso, sé independiente, sé valiente". Esta necesidad interna la siente a una edad temprana, porque sabe que está esencialmente solo. Éste es el Signo del "solitario" y él mismo es su propio capataz, siempre impulsándose a hacer más, lo que produce una sensación constante de inquietud e impaciencia. La Luna en Aries siente que la vida es una emergencia, y suele ser productiva a fin de sacar el máximo partido a su tiempo. Ésta puede ser la razón por la que en muchas situaciones Aries entiende rápidamente los puntos esenciales y va directo al grano. La mujer con la Luna en Aries es "partidaria de los hombres", al menos de manera relativa y no doctrinaria, porque respeta la fuerza y la competitividad, no tolera la "cobardía" o los estados de ánimo cambiantes, y por lo tanto siente poca simpatía hacia las otras mujeres. Se impacienta porque quiere que los demás dejen de dar vueltas al mismo asunto y pasen a otra cosa, puesto que le gusta aparentar que es intrépida y autosuficiente. También detesta que la ralenticen o la desvíen de sus planes y actividades. Entiende a los hombres y la necesidad de tener su independencia, los cuida facilitando estos aspectos de su carácter masculino. La Luna Natal en un Signo Cardinal tiende a actuar repentinamente de modo particular en respuesta a las exigencias cotidianas de la vida, busca liberar sus energías de modo directo en relación con las circunstancias. Es un hacedor en la vida, reaccionando ante las situaciones y los problemas con poca consideración hacia las personas involucradas.

La Luna en Tauro
La Luna en Tauro reacciona despacio ante cualquier experiencia; mantiene la estabilidad y el aplomo cuando tiene que enfrentarse a las exigencias de la vida diaria. Encuentra satisfacción interna en la espera, la quietud y la relación con la naturaleza. Fluye con las sensaciones físicas, conservando emocionalmente la sensación del tacto y saboreando los placeres del momento. Es lento a la hora de cambiar porque mantiene hábitos de conducta durante mucho tiempo, lo cual suele tener como resultado la terquedad y la pereza. La excesiva importancia que concede a las posesiones y su profunda necesidad de seguridad y de tener el control pueden inhibir su flujo emocional. La Luna se siente extraordinariamente feliz en el cómodo y estable Signo de Tauro, porque las emociones son constantes y no duda de sí mismo, no es fácil de perturbarlo, aunque sufra duros ataques o sucesos chocantes que afectarían profundamente a otros menos resistentes a los golpes. Es asombrosamente resistente, recuperándose de las derrotas, decepción o trauma. La Luna en Tauro afronta las exigencias y los altibajos de la vida de forma notable, y suele tener una intensa influencia sobre los demás que valoran su fiabilidad. Este Signo es conocido por ser el más lento del zodíaco, y sólo se mueve activamente cuando se siente preparado, siguiendo su propio ritmo en todo lo que hace en la vida. Su autosatisfacción interna y su resistencia al cambio pueden hacer que a los demás les resulte frustrante tratar con él, sobre todo cuando su considerable obstinación le hace resistirse denodadamente a dar lo que le piden. El otro lado de la moneda es su notable persistencia cuando se centra en lograr un objetivo. Quien tiene la Luna en Tauro está sintonizada con los ritmos de la naturaleza y la tierra, obtiene tanto su ritmo de vida particular como buena parte de su fuerza. Es marcadamente físico y sensual, y tiene una gran necesidad de disfrutar de los placeres de la vida, por lo que insiste en tomarse tiempo para disfrutar de ellos. Esta sintonía única lo lleva a confiar en la vida en general, y en concreto consigo mismo. Esto, evidentemente, puede resultar una autosatisfacción presuntuosa, el sentimiento de suficiencia o la pereza autoindulgente. La clave para mejorarse es convertir la autosatisfacción en autoconfianza activa. Emocionalmente, no es fría en absoluto, tampoco revela inmediatamente sus sentimientos. Sabe escuchar, y generalmente responde con calidez prestando apoyo, aunque no es efusiva. En realidad prefiere que nadie la acepte con demasiada rapidez. El hombre con este emplazamiento parece positivo y suele tener buenas relaciones con las mujeres. Parece que también da talento en las artesanías, las artes culinarias y en otras artes domésticas. Es sensual, tiene un alto sentido de la estética, buen sentido del humor, terco, persistente y a veces impenetrable a lo que está ocurriendo por debajo de la superficie, les gusta ser tocados, especialmente abrazados. Asimismo, hay cierto resistencia al cambio. Esta tendencia va, según de quien se trate, desde la renuencia a aceptar los estados de ánimos de los demás hasta la resistencia a permitir que nada espontáneo o extraordinario entre en su vida. Con la Luna está en un Signo Fijo las pautas habituales se establecen primordialmente en los niveles emocionales. Hay un deseo de sentir una y otra vez lo que se experimentó en el pasado, de volver a vivir las experiencias que provocaron felicidad, satisfacción emocional o hasta dolor y sufrimiento, busca la autojustificación por las consecuencias de lo que le ocurre y a su alrededor. Su interés primario está en el uso efectivo del poder, y concentrará sus energías en una dirección especifica y hacia alguna finalidad definida. La Luna Fija podrá sentirse dominada por juicios éticos alternativos: correcto/equivocado, bueno/malo, verdadero/falso; le es difícil ver el gran sector gris existente entre tales polaridades. La inflexibilidad inherente a su naturaleza lunar le hace tratar de adaptar su medio ambiente y a las personas que hay en su vida para que se adecuen a sus necesidades, en vez de adaptarse a las exigencias de los demás y de su entorno.

La Luna en Géminis
La Luna en Géminis reacciona de forma rápida, perceptiva, cambiante e inagotable curiosidad. Se siente seguro al responder a los estímulos mentales y al verse implicado en más de una actividad a la vez. Se adapta bien al cambio utilizando la mente racional y estableciendo conexiones. No mantiene una buena comunicación con su vida emocional; por lo tanto, necesita expresar verbalmente sus emociones para sentirse conectado a ellas. Su sensación de seguridad puede verse mermada debido a que dispersa sus energías emocionales en varias direcciones. Si multiplicas las fluctuaciones de la Luna eternamente cambiante por la eterna mutabilidad de Géminis, llegarás a vislumbrar la naturaleza de este Signo. Es lo más opuesto a la estabilidad y la previsibilidad. La fuerza del que tiene la Luna en Géminis es la velocidad con el que reacciona a los nuevos datos o personas, es rápido por lo que puede establecer conexiones con todo tipo de ideas y posibilidades. Se adapta rápidamente a los cambios y sus percepciones son intrigantes, ya que están motivadas por su curiosidad ilimitada. De hecho, necesita constantemente una gran variedad de estímulos mentales para mantenerse vivo y poder desarrollarse. El principal problema de los que intentan relacionarse con él íntimamente, es que su sentido de la identidad y de seguridad interna está tan desperdigado como su difusa concentración. Las emociones son un territorio extraño para la Luna en Géminis, y resulta algo desconcertante por su naturaleza lógica y fluctuante. Por lo tanto, necesita comunicar su vida emocional verbalmente para intentar hallar claridad con respecto a sus sentimientos irracionales y cambiantes. Sin embargo, a veces puede hablar de forma interminable hasta el agotamiento sin esclarecer nada. Con sus relaciones íntimas, es locuaz y dado a flirtear, realiza frecuentes experimentos con sus sentimientos, primero expresando una cosa y luego la contraria -para profunda consternación de su futura pareja- como si su incongruencia crónica y su mutabilidad no tuvieran impacto alguno en la otro. Este Signo lunar, emocionalmente superficial, tal vez sea más racional al compromiso que ningún otro Signo, necesita desesperadamente la variedad mental y aprendizajes de todo tipo, pero a medida que pasa por la vida, el principal desafío para él consiste en afrontar esta cuestión: con todas estas ideas y "hechos" ¿He conseguido verdaderamente un conocimiento profundo? En el mejor de los casos, es ingenioso y asombrosamente hábil en una gran cantidad de campos, manteniendo una comunicación vivaz con muchos tipos de personas. En el peor de los casos parece poseído, a merced de sus pensamientos que le dejan perplejo y confuso. A veces es subjetivo que apenas notan a su interlocutor, a veces tiene las cosas claras y le gusta resaltarlo, pero su mente tan activa y sus intentos de entenderlo todo mediante sus teorías intelectuales pueden llevarlo a sentirse crónicamente infeliz. A pesar del orgullo intelectual, su autoimagen tiende a ser inestable e incierta, tal vez porque le resulta difícil creer realmente en algo. Las reacciones emocionales son ligeras como las plumas, frescas y sorprendentemente versátiles. Los sentimientos tiemblan como las mariposas, y son igualmente difíciles de atrapar. Para algunos que le conocen, el color y la diversidad son factores irresistibles, mientras que quizás para otros, el espectáculo es demasiado superficial, demasiado falto de emoción, demasiado inestable. Cuando la Luna está en un Signo Mutable, las pautas habituales se establecen principalmente en los niveles mentales. La tendencia es a ajustar la experiencia en términos de un sistema de teorías, y luego expresarse según el estilo que se adoptó. A la Luna Mutable le gusta los juegos de asociaciones verbales, inventa un concepto de lo que es, y luego se pregunta por qué ocurrió tal o tal cosa, elabora planes intrincados en un intento de repetir las experiencias agradables y evitar las dañinas. Tiende a involucrarse personalmente más en el concepto que en la realidad, sus acciones y reacciones hacia la vida están gobernadas por sus sistemas de creencias.

La Luna en Cáncer
La Luna en Cáncer reacciona con sensibilidad (a veces hipersensibilidad) y con espíritu protector (hacia sí mismo y hacia los demás). Se siente seguro al nutrir y ser nutrido por los demás. Posee un sentido natural de la oportunidad y habilidad para sintonizar con las intuiciones y las sutilezas emocionales. Es extremadamente sensible a los cambios de humor y a las reacciones de los demás; a menudo se encuentra a merced de sus propios cambios de humor. Puede proteger en exceso sus emociones; incluso conserva intensos recuerdos de emociones pasadas que tiñen sus actitudes ante las situaciones presentes. La Luna en Cáncer reacciona invariablemente con sensibilidad a las experiencias, de hecho, suele mostrarse sensible a muchos aspectos del flujo de la vida; la calidad del medio ambiente, la atmósfera social, los estados de ánimo de otras personas, etc. En lo mejor de los casos, es el escuchador más sensible de todos los Signos lunares; en el peor de los casos es tan subjetivo y autoprotector que en realidad no siente interés por nadie más que por sí mismo. Como se siente confiado y centrado, emocionalmente sereno y satisfecho, puede sintonizar con los sentimientos y las necesidades emocionales ajenas. Por otra parte, quien está a merced de sus estados de ánimo y de sus sentimientos depresivos, no puede confiar en la precisión de sus intuiciones, porque a menudo ha perdido el sentido de la "realidad objetiva". Otra manera de explicar las manifestaciones extremas de la Luna en Cáncer es entender sus tendencias instintivas de protección. Necesita un estilo de vida que ofrezca sensación de seguridad. De hecho, se siente más segura cuando se dedica a proteger y a nutrir a los demás, aunque necesita proteger su vida privada. La tendencia de Cáncer a proteger sus sentimientos contra cualquier tipo de amenaza, ya sea real o imaginaria, es una de las características frecuentemente notada por quienes están en relación con él, puede llevarle a ser tan protector con sus emociones privadas que la comunicación y el verdadero compartir se vuelvan difíciles, tiende a retirarse a la menor provocación; necesita la seguridad de la completa privacidad. Su extrema sensibilidad puede causarle problemas con las otras personas que podrían considerar sus fuertes reacciones a las pequeñas cosas como hipersensibilidad. Quien nació con la Luna en Cáncer se siente cómodo principalmente con aquellos que les son familiares. El hogar y la familia son actitudes innatas en él, porque de ahí derivan los anhelados sentimientos de seguridad frente a la vulnerabilidad del mundo externo. Siente una necesidad casi infantil de intimidad, independencia y simplicidad en su estilo de vida, y una sensación casi primitiva de unidad tribal o familiar que no verbaliza. Así, suele estar apegado a las situaciones y no le gusta los cambios. Se trata de un Signo conservador, para él que las tradiciones significan mucho. El rango de expresiones que puede exhibir es vasto, y por lo tanto difícil de retratar en pocos párrafos. Se deja influir tan fácilmente por los demás, que sólo la combinación de la influencia de Cáncer con los demás factores del Mapa permite describir las variaciones individuales con cierto grado de precisión. No obstante, creo que es justo decir que cuanta más amplia e idealista sea la personalidad, tanto más la Luna en Cáncer reflejará y se combinará con las otras energías expansivas y positivas. Cuando asume el riesgo de abandonar su caparazón y que aprende a usar su asombrosa simpatía e intuición en los intercambios auténticos y sinceros con los demás, no puede haber una ubicación mejor para la Luna. La Luna Natal en un Signo Cardinal tiende a actuar repentinamente de modo particular en respuesta a las exigencias cotidianas de la vida, busca liberar sus energías de modo directo en relación con las circunstancias. Es un hacedor en la vida, reaccionando ante las situaciones y los problemas con poca consideración hacia las personas involucradas.

La Luna en Leo
La Luna en Leo reacciona con calidez, nobleza, generosidad y entusiasmo. Su sensación de seguridad deriva de su orgullo y de la confianza que tiene en sí mismo. Aporta mucha energía creativa a su entorno y puede ser una ayuda y un aliento para los demás. Se adapta a la vida con una actitud casi teatral, creando nuevas diversiones y tratando de divertir a los demás. Una autoimagen creativa y segura subyace en sus acciones; a menudo muestra una simplicidad infantil. Constantemente irradia orgullo; su deseo de expansión puede interferir en su receptividad, una simplicidad infantil, que de hecho su notable orgullo a menudo recuerda al de los niños. Necesita reconocimiento y que se le demuestre afecto; su orgullo suele sentirse herido cuando no se le presta atenciones públicamente y en cantidad suficiente. Como todos los Signos Fijos, Leo es un Signo de extremos, resulta complicado pintar un cuadro equilibrado de sus tendencias personales. Frecuentemente se muestra superficial y sensible a la adulación, y sin embargo mantiene una notable integridad que permanece intacta. Como necesita estar a la altura de la gran imagen que tiene de sí mismo, que además es dramática, la Luna en Leo puede llegar a ser exhibicionista. Pero lo hace con tal inocencia y altas expectativas que a menudo se le perdona su tendencia teatral a la autoabsorción y dramatización. Parece necesitar tanta atención y es tan infantil que pocas veces deja lugar a los niños en su vida, aunque a menudo muestra una facilidad de trato natural con ellos y puede ser un padre genial. No es un hecho científico, pero toda persona con la Luna en Leo que puedo recordar no tiene hijos o bien tienen un único descendiente. Puede ser leal, a veces tan ciegamente leal hasta el punto de exhibir conductas alocadas que pueden tener un impacto negativo en los implicados; puede ser generoso (pero quiere que los otros noten su benevolencia). Una de las peores faltas de la Luna en Leo es ser "corta de vista", no ver "más allá de su propia nariz" y está tan absorbida en sí mismo que ni siquiera nota las reacciones de los demás a su conducta, esto a veces los incómoda. Esta "incapacidad de ver más allá" se extiende incluso al entendimiento de su potencial, tiene una gran capacidad de animar a los demás, lo que puede suponer una fortaleza en momentos de crisis. En este ámbito, puede ser tan sólido como el que más, pero en ciertos casos parece estar fanáticamente convencido de que tiene un impacto positivo sobre los demás (independientemente de la verdad), que quiere que se le agradezca por ello. Ser admirado es una necesidad central en mucha gente con este emplazamiento lunar. (Nótese que la Luna en Leo es más pasiva que el Sol en Leo que suele estar ocupado creando). Existe la necesidad de estar a la altura de su autoimagen de grandeza, aunque a veces siente resentimiento hacia quienes no reconocen todo lo que les ha dado. En resumen, a la Luna en Leo le gusta recibir atención del entorno, es fácil de atraer apelando (sobre todo) a su ego, suele hacer sentir su presencia, a menudo intenta denodadamente que los demás le vean como alguien especial, y pueden recibir reacciones variadas, tiende a tener opciones fijas, puede ser atento, e incluso un poco agobiante. Cuando la Luna está en un Signo Fijo las pautas habituales se establecen primordialmente en los niveles emocionales. Hay un deseo de sentir una y otra vez lo que se experimentó en el pasado, volver a vivir las experiencias que provocaron intensa felicidad, satisfacción emocional o hasta dolor y sufrimiento, busca la autojustificación por las consecuencias de lo que le ocurre y a su alrededor. Su interés primario está en el uso efectivo del poder, y concentrará sus energías en una dirección especifica y hacia una finalidad definida. La Luna Fija podrá ser dominada por juicios alternativos: correcto/equivocado, bueno/malo, verdadero/falso; le es difícil ver el gran sector gris existente entre tales polaridades. La inflexibilidad inherente a su naturaleza lunar le hace tratar de adaptar su medio ambiente y a las personas que hay en su vida para que se adecuen a sus necesidades, en vez de adaptarse a las exigencias de los demás y de su entorno.

La Luna en Virgo
La Luna en Virgo reacciona con una adaptación práctica frente a la vida. Responde de manera analítica a todas las experiencias; para sentirse cómodo necesita que haya orden en su entorno, puliendo sus reacciones emocionales a fin de perfeccionar su expresión. Servir a los demás y sentirse útil contribuye a una autoimagen positiva y ayuda a vencer su tendencia innata hacia las dudas acerca de sí mismo. Se siente seguro mediante el análisis del mundo físico y emocional y trabajando para lograr mejoras concretas, pero su excesiva necesidad de analizar las emociones puede inhibir su respuesta a éstas. La Luna en Virgo necesita sentido del orden en su mente para sentirse cómoda y segura. Esto conduce a reaccionar de forma analítica e instantánea a todas las experiencias de la vida, clasificando sus percepciones y sus pensamientos en categorías, y discriminando entre ellos en función de sus principios personales o de sus prejuicios. Esta necesidad de orden motiva su obsesión con la limpieza. Así mismo, se siente seguro cuando realiza mejoras en su entorno, en sus proyectos científicos, artísticos o intelectuales y esto es algo que no siempre es apreciado por los demás, de hecho, incluso a veces puede ser un entrometido, dedicándose a poner orden en la vida de los demás con sus consejos y no muestra mucho tacto. Está tan ocupado organizando la vida de sus amigos que se olvida de sus cosas. Esta tendencia también puede manifestarse como una amplia variedad de críticas distantes, dirigidas incluso a personas que le son totalmente extrañas y que evidentemente no están a la altura de los criterios perfeccionistas de Virgo. Ayudar a los demás le hace sentirse mejor consigo mismo, y le ayuda a superar sus dudas cotidianas y su sensación de imperfección personal. De hecho, "perfeccionismo" es una palabra clave de Virgo, su inevitable conciencia de las imperfecciones conducen a menudo a un exceso de timidez, a veces le impide utilizar sus verdaderos dones con confianza. Su tendencia a notar las imperfecciones en los otros y a expresar estas observaciones con excesiva frecuencia, hace que los demás se sientan incómodos o que se preocupen inútilmente. Sería mejor que escuchara su profunda necesidad de servir, de ayudar a los demás o de mejorar las cosas en el mundo externo. Esto le permitiría tener la sensación de haberse mejorado a él mismo, al menos de manera modesta que se permitiría reconocer. Después de todo, Virgo es el Signo más modesto del zodíaco y, de hecho, uno de los pocos que lo es. La Luna en Virgo puede parecer reservada, sus reacciones son convencionales y refinadas, y se demuestra tal como requiere el protocolo. Los sentimientos quedan firmemente restringidos, y se les vislumbra más que vérseles… Para algunos es como un decoro tan impenetrable que parece provocativo, mientras que para otros el despliegue está demasiado estudiado, inhibido, mojigato… Como es del tipo nervioso con tendencia a preocuparse, la Luna en Virgo suele encontrar su tranquilidad personal y su validación en el trabajo y en el "estar ocupados". El trabajo proporciona una vía para escapar de las emociones desagradables o de los sentimientos deprimentes de culpabilidad que tan frecuentemente le afligen. Como las emociones interfieren con la productividad, se dejan a un lado o se reprimen en la rutina diaria. De ahí que la gente con la Luna en Virgo está entre las pocas a las que les gusta el trabajo doméstico y todo tipo de ocupaciones aburridas e intrascendentes. La duda y el escepticismo son patentes en su modo de pensar, y por supuesto, siempre hay algo que criticar en cualquier persona, lugar, cosa o concepto. Esta tensión constante y la sensibilidad de su sistema nervioso, así como su hipersintonía con la higiene, hacen que se sienta fascinada y quiera involucrarse en terrenos como la nutrición, las ciencias biológicas, las terapias naturales, las artes curativas y las profesiones médicas. Su talento para el trabajo detallado no tiene igual, y a menudo deriva una gran satisfacción de emplear su habilidad natural en los asuntos domésticos y en bellas artes. A menudo también se observa la indecisión moral, puesto que su perfeccionismo y tendencias puritanas batallan con sus necesidades sensuales. Con la Luna en un Signo Mutable, las pautas habituales se establecen principalmente en los niveles mentales. La tendencia es a ajustar la experiencia en términos de algún sistema de teorías o creencias, y luego expresarse según el estilo que se adoptó. A la Luna Mutable le gusta los juegos de asociaciones verbales, inventa un concepto sobre esto respecto de lo que es, y luego se pregunta por qué ocurrió tal o tal cosa, elabora fórmulas y planes intrincados en un intento de repetir las experiencias agradables y evitar las dañinas. Tiende a involucrarse personalmente más en el concepto que en la realidad, sus acciones y reacciones hacia la vida están gobernadas por sus sistemas de creencias.

La Luna en Libra
La Luna en Libra reacciona con objetividad ante su entorno y sus experiencias con un sentido imparcial fuertemente desarrollado. Piensa antes de reaccionar; sopesa cada aspecto de una situación, lo cual puede contribuir a la indecisión. Para su tranquilidad emocional necesita encontrar el equilibrio y la armonía de las polaridades; está siempre dispuesto a complacer a los demás y a considerar sus puntos de vista. Se siente seguro cuando está comprometido en relaciones íntimas e incómodo cuando está sólo mucho tiempo. El énfasis que pone en mostrarse amable puede inhibir la espontaneidad de sus reacciones emocionales y la verdadera intimidad. La Luna en Libra sopesa todas las cosas en su mente antes de reaccionar a cualquier experiencia. Podemos sentir este Signo lunar imaginándonos la combinación fluctuante de la Luna y el símbolo de Libra, los "platillos de la justicia" oscilan arriba y luego abajo, ajustándose constantemente incluso cuando se añade el leve peso de una pluma. La Luna en Libra a menudo equilibra cualquier influencia interpersonal que recibe, suele tomarse las relaciones en serio, y se orgullece de su visión de la justicia y ser capaz de entender el punto de vista del otro. Su necesidad de gustar a los demás motiva buena parte de su conducta, hasta el punto de minar su valorada objetividad. El deseo de evitar las cosas desagradables produce respuestas superficiales que podrían no ser del todo sinceras y a veces rayan la adulación. Se pierde fácilmente en el campo energético ajeno y se siente confuso con respecto a dónde acaba él y donde empieza la otra persona. En otras palabras, sus reacciones espontáneas se modifican de forma inconsciente en función de cómo reacciona la persona con la que están interactuando. No obstante, hay gente cuya Luna en Libra está "desequilibrada" y muestra una de sus formas de expresión más extrema: está quien trata de agradar a los demás e intenta evitar cualquier apariencia de desacuerdo hasta el punto de llegar a la hipocresía, o es particularmente irritante, como si quisiera mostrar intencionalmente que no le importa lo que el otro piensa. En estos dos tipos de personas, el resultado puede ser una vida solitaria, algo que resulta particularmente difícil y deprimente para las personas con énfasis en Libra, el Signo de la pareja por excelencia. La gente de este Signo necesita compartir sus ideas e idealismo en la vida, y sin ese intercambio dinámico y compañía no se siente ni segura ni satisfecha. A veces uno se pregunta si en el fundo no hay un miedo a la intimidad personal, porque sus reacciones emocionales suelen ser inhibidas, reguladas y carentes de espontaneidad. Podríamos interpretar fácilmente la motivación del grupo como un modo de garantizar el no gustar a nadie, pero en una relación íntima tendría que abrirse sinceramente. La Luna en Libra es egocéntrica e insensible a los demás, y es exclusiva en sus puntos de vista sobre otras personas y en su estilo de vida social. En general le suele faltar confianza intelectual, y por lo tanto parece incapaz de sentirse cómodo con la ambivalencia hacia las ideas importantes. Tiende a retirarse en una opinión segura que otros no pueden cuestionar ni tampoco compartir. Una Luna en Libra equilibrada puede gestionar fácilmente y con imparcialidad los aspectos de cualquier cuestión o concepto y su estilo de vida está hermosamente centrada en sí mismo. La Luna en un Signo Cardinal tiende a actuar repentinamente de modo particular en respuesta a las exigencias cotidianas, busca liberar sus energías de modo directo en relación con las circunstancias. Es un hacedor en la vida, reaccionando ante las situaciones y los problemas con consideración hacia las personas involucradas.

La Luna en Escorpio
La Luna en Escorpio reacciona intensa y apasionadamente, controlando su gran poder emocional. Su autoimagen se ve afectada por sus emociones complejas y turbulentas; su seguridad se ve a menudo mermada por emociones negativas o apoyada por una fuerte determinación. La profundidad de sus sentimientos y reserva contribuyen a su imagen de persona misteriosa y carismática. Una necesidad de penetrar en las experiencias lo lleva a la comprensión de los motivos subyacentes o a imaginar todo tipo de terribles motivos en los demás. Se nutre al dar y/o recibir una intensa energía emocional. Sin embargo, su temor a la vulnerabilidad y la pérdida del control lo lleva a la represión emocional. La Luna en Escorpio reacciona intensamente a la experiencia, pero siente tensión cuando trata de ocultar o expresar sus poderosos sentimientos. Esta persona vive una vida emocional secreta, o al menos le gusta creer que consigue ocultar sus emociones de los demás. En realidad, en muchos casos, la energía acuosa estalla de maneras que son evidentes para otros. Cavila sobre sus experiencias en privado, a veces genera en los demás resentimientos o deseos de confrontación directa. Necesita una profunda e intensa implicación emocional, y su modo de satisfacer esta necesidad y de expresar su pasión e intensidad determinan en gran medida si encontrará la tranquilidad emocional en su vida. El extremismo está presente de un modo u otro, la tensión entre el deseo de controlar las emociones y la necesidad de expresarlas, tiende al secretismo instintivo en contraste con el poderoso deseo de sumergirse en lo desconocido de sí mismo y de los demás. Se siente abrumado por sus poderosos sentimientos y áreas de experiencia "tabú" al tiempo que se siente profundamente atraído por ellos; y el miedo a perder el control sobre las energías emocionales y sexuales en lucha contra el anhelo, a menudo obsesivo, de encontrar una vía de expresión sexual y emocional. En el mejor de los casos, la Luna en Escorpio genera un nivel de intensidad emocional controlada, poniendo riendas a sus intuiciones y emociones, esto permite superar el miedo a dejarse ir y a la vulnerabilidad. Su necesidad de involucrarse apasionadamente y sus notables recursos internos a menudo encuentran una vía de expresión en las artes curativas, la investigación o la psicoterapia, o en campos caracterizados por el peligro y la capacidad de asumir riesgos. Escorpio suele crecer durante las crisis, puesto que éstas requieren autocontrol y decisión; es un Signo que puede generar crisis de forma inconsciente para hacer la vida más intensa cuando la crisis no surge por sí misma. Suele desarrollar la confianza en sí mismo tomando conciencia de que si supera sus miedos subconscientes podrá entonces dejarse guiar por sus fuertes convicciones e intuiciones internas que muestran tener una precisión extraordinaria. De hecho, la persona que sintoniza con el Signo de Escorpio suele desplegar su potencial dejándose guiar por sus "sensaciones viscerales". Entonces, un apasionado sentido de propósito o misión puede sustentar una confianza saludable y positiva; y su carisma reflejará esta certeza interna. No obstante, hasta que no alcanza esta certeza, la vida y la personalidad pueden estar presididas por un anhelo inconsciente, y a veces desesperado, de seguridad, tiene la fuerte necesidad de penetrar profundamente en las experiencias, pudiendo dirigir todo esto hacia varios canales. A veces manifiesta interés por la historia, las ciencias ocultas, la investigación científica u otros campos que tratan de descubrir las leyes que regulan la vida. Cuando la Luna natal está en un Signo Fijo las pautas habituales se establecen primordialmente en los niveles emocionales. Hay un deseo fijo de sentir una y otra vez lo que se experimentó en el pasado, de volver a vivir las experiencias que provocaron felicidad, satisfacción emocional o hasta dolor y sufrimiento, busca la autojustificación por las consecuencias de lo que le ocurre y a su alrededor. Su interés primario está en el uso efectivo del poder, y concentrará sus energías en una dirección especifica y hacia alguna finalidad definida. La Luna Fija podrá sentirse dominada por juicios éticos alternativos: correcto/equivocado, bueno/malo, verdadero/falso; le es difícil ver el gran sector gris existente entre tales polaridades. La inflexibilidad inherente a su naturaleza lunar le hace tratar de adaptar su medio ambiente y a las personas que hay en su vida para que se adecuen a sus necesidades, en vez de adaptarse a las exigencias de los demás y de su entorno.

La Luna en Sagitario
La Luna en Sagitario reacciona con idealismo y entusiasmo, basándose en su filosofía y en sus creencias. Siente satisfacción interior cuando va en pos de sus ideales o los promueve, o cuando avanza hacia sus objetivos personales. Tiene una predisposición subconsciente a plantearse cuestiones, a buscar significados; una innata actitud abierta, tolerante y optimista ante la vida. Se siente cómodo cuando explora, viaja, se encuentra al aire libre; ama la sensación de libertad. Su orientación hacia creencias emocionales puede llevarle a la credulidad, la arrogancia, el fanatismo o a una presuntuosa actitud sermoneadora. Tolerante y de mentalidad abierta y con una actitud optimista hacia la vida, la Luna en Sagitario es profundamente idealista por naturaleza, tiende a reaccionar instintivamente con una actitud filosófica frente a cualquier revés, sabiendo que lo importante es el futuro (¡no el pasado!). Se siente más cómodo explorando las ideas filosóficas, los ideales altruistas o los lugares simbólicos, y le encanta la sensación de libertad sin límites. El horizonte lejano siempre le resulta más atrayente que el aquí y ahora. Necesita la libertad mental (que incluye cierto espacio religioso y espiritual para mejorarse a sí mismo), puesto que sus aspiraciones, además de elevadas, son ilimitadas. Es optimista, suele repetir como un mantra: "Yo veo el vaso medio lleno, no medio vacío". Le gusta entretener a los demás con buen humor. De hecho, a cada oportunidad que se le presenta, siente que no tiene límites, y por esta razón tiende instintivamente a prometer más de lo que puede cumplir. Asume que todos los demás olvidan los detalles inmediatos como él, un hábito que se vuelve en su contra cuando sus amigos o colegas enfadados le confrontan, exigiendo saber por qué no ha cumplido con sus promesas. La generosidad y la "grandeza" son factores dominantes en su vida, su autoimagen y su sentido de la realidad. Sagitario es el Signo que tiene más probabilidades de olvidarse de las realidades que tiene delante de la nariz, y que son evidentes para los demás, por enfocarse demasiado en el objetivo lejano. Como el camino del infierno está empedrado de buenas intenciones, la Luna en Sagitario tiene que estar segura de que sus planes e ideales se basan en objetivos que son posibles. Necesita una visión elevada que le motive en la vida, pero también períodos de autocrítica para ver si está a la altura de su ideal. Le gusta predicar a los demás (desde su punto de vista "para ayudar"), pero si algo no sale bien, bueno, eso no es su problema. A la Luna en Sagitario le disgusta la pesadez de la "realidad" cotidiana y de los problemas personales y emocionales. Le cuesta soportar las críticas y, de hecho, se indigna más que cualquier otro Signo: un orgullo que suele estar oculto y sorprende a otras personas acostumbradas a su actitud habitualmente positiva y feliz. Sagitario tiene la tarea vitalicia de saber integrar su naturaleza idealista con sus tendencias egocéntricas impulsivas y menos refinadas. En el peor de los casos, siente orgullo de su "sinceridad" (que a veces los demás consideran como aspereza y falta de tacto) y de su altura moral o intelectual que -a menos que dominen otros factores más humildes o sensibles en su Mapa- puede ser tan intransigente en el modo de expresarse que se lo perciba como alguien desconsiderado e innecesariamente hiriente. Tal vez la clave para que la Luna en Sagitario se sienta auténticamente cómoda consigo misma es aplicar su sinceridad para sí con la misma contundencia que para los demás. A menudo mantiene una alta opinión de sí mismo y quiere proyectar externamente una imagen admirable. Le gusta destacar, pero, si se mira con sinceridad, a menudo tiene que admitir que no es tan honorable como le gusta creer, puede racionalizar su conducta tan bien como el que más, cuando le resulta conveniente o ventajoso. Así, la Luna en Sagitario es un buen ejemplo de cómo uno se ve a sí mismo y no necesariamente como lo ven los demás. Cuando la Luna está en un Signo Mutable, las pautas habituales se establecen principalmente en los niveles mentales. Tiende a ajustar la experiencia en términos de algún sistema de teorías o creencias, y luego expresarse según el estilo que se adoptó. A la Luna Mutable le gusta los juegos de asociaciones verbales, inventa un concepto sobre lo que es, y luego se pregunta por qué ocurrió tal o tal cosa, elabora fórmulas y planes intrincados en un intento de repetir las experiencias agradables y evitar las dañinas. Tiende a involucrarse más en el concepto que en la realidad, sus acciones y reacciones hacia la vida están gobernadas por sus sistemas de creencias.

La Luna en Capricornio
La Luna en Capricornio reacciona con autocontrol y determinación, necesita controlar el mundo y a los demás a fin de sentirse seguro y cómodo y para alcanzar sus objetivos; puede dejar de lado sus intereses personales para cumplir con sus deberes. Tiende hacia una respuesta controlada ante la experiencia; proyecta con cautela su energía decidida y autoritaria. Se siente cómodo en el papel de protector y proveedor; normalmente asume el control de las situaciones. Su necesidad emocional dominante de estar en lo más alto o de tener autoridad puede limitar su capacidad de intimidad y nutrición emocional. Quien tiene la Luna en Capricornio, y esto también es válido para quien tiene allí alguno de los principales planetas o el Ascendente, parece excesivamente viejo y serio en su juventud pero esto puede ir aligerándose conforme envejece. De joven es singularmente capaz y disciplinado, siguiendo el camino convencional hacia sus objetivos y sus logros mundanos. Su verdadera confianza tiende a florecer más tarde, conforme desarrolla su sentido de seguridad interna y siente que al menos su edad, si no sus logros, le hacen merecedor del respeto que siempre ha ansiado. En el mejor de los casos, la Luna en Capricornio acabará aprendiendo a relajarse un poco y a confiar más en la vida y en los demás. El aura de melancolía que suele tener a su alrededor también puede disolverse lentamente con el tiempo, a veces ayudado por un sentido del humor cada vez más intrépido, aunque seco. La Luna, fluctuante, sensible y emocional, no se siente cómoda en un Signo que suele ser rígido y distante, y que se enorgullece de no revelar ninguna muestra de vulnerabilidad o necesidad personal. Las reacciones instintivas la Luna en Capricornio está caracterizada por la precaución y el autocontrol, y a veces por una actitud defensiva o negativa que casi resulta chocante. Siente que necesita manipular o controlar el mundo (y sus sentimientos) para obtener el poder, la autoridad digna y el reconocimiento que tanto desea. Tiende a sentirse más seguro internamente cuando su identidad está sostenida por un papel social, por un título, un deber específico o por un puesto de autoridad. Es extremadamente trabajador y comparte con Virgo lo que en definitiva suele producir el éxito profesional. Es posible que no resulte divertido, pero acabará su tarea, aunque requiera mucho trabajo pesado, paciencia y persistencia. Si la represión emocional se vuelve crónica, extrema y rígida, el resultado podría ser una persona con una vena dura que los demás podrían respetar, pero a una distancia segura. No obstante, para tener una visión interior de la naturaleza emocional de este Signo, hay que reconocerle por su "seriedad" con respeto a la vida emocional, un interés por llegar a lo esencial, impaciencia ante las conversiones triviales y la necesidad de ir al grano en asuntos emocionales. Las mujeres no son de risa fácil o coquetas, son demasiado serias para coquetear. Para los hombres, esta ubicación lunar indica una marcada maestría a la hora de moverse en el mundo material, o al menos mucha preocupación y sintonía con los asuntos materiales. Son capaces de cuidar de sus necesidades económicas, suelen estar involucrados en una estructura segura; pueden trabajar para el gobierno, para un sindicato, etc. Les gusta una posición económica segura. A las mujeres también les preocupa mucho la seguridad económica y son capaces en el mundo material, tanto ellos como ellas se toman la vida en serio, y tienden a aproximarse a las cosas con cautela. Este emplazamiento no establece una rápida amistad con todo el mundo y no suele ser abiertamente cariñoso. Conclusión, no debemos dejarnos confundir por el estilo de la Luna en Capricornio, caracterizado por la lentitud, la precaución y la duda, es posible que sea conservador en la mayoría de sus actitudes, pero en realidad está orientado hacia los resultados de la "acción". Simplemente no le gusta cometer errores. La Luna en un Signo Cardinal tiende a actuar repentinamente de modo particular en respuesta a las exigencias cotidianas de la vida, busca liberar sus energías de modo directo en relación con las circunstancias. Es un hacedor en la vida, reaccionando ante las situaciones y los problemas con poca consideración hacia las personas involucradas.

La Luna en Acuario
La Luna en Acuario reacciona de una manera imposible de predecir, excéntricamente y con una desapegada objetividad. Se siente seguro si dispone de una completa libertad de pensamiento, autoexpresión e innovación. Reacciona de forma individualista, altruista y es socialmente activo. Necesita la interacción intelectual para sentirse emocionalmente centrado y a gusto consigo mismo. Nutre a los demás alentando su libertad y se siente apoyado cuando recibe a cambio autonomía. Su necesidad de independencia emocional puede provocar una alienación de sus verdaderos sentimientos y una indiferencia hacia la sensibilidad de los demás. La Luna en Acuario es la quintaesencia del inconformismo. Reacciona de manera imprevisible y a menudo responde haciendo lo contrario que se le dice, si se espera de él cualquier cosa que sea convencional. El principal principio que le guía es la independencia, y se orgullece de su objetividad e integridad intelectual. En muchas áreas de la vida es extremadamente experimental, y raras veces toma la palabra de otro como una "verdad" o como una autoridad definitiva, una cualidad que no aprecian la mayoría de sus jefes, supervisores o incluso amigos íntimos que pueden tener más conocimientos que él en un campo dado. Después de todo, Acuario es el Signo del buscador de la verdad, es el más científico de todo el zodíaco en el verdadero sentido experimental del término. De hecho, la Luna en Acuario se siente más segura cuando ejerce una completa libertad de ideas, expresión e innovación. Necesita la libertad como el aire que respira, y habitualmente se rebela contra un exceso de restricciones o contra cualquiera que trate de controlarle. Los cambios periódicos y radicales le proporcionan algo del espacio personal que tan desesperadamente necesita, nutriéndolo y rejuveneciéndolo, aunque tanto para él como para su pareja les resulta difícil de soportar. Ciertamente tiene una naturaleza emocional más bien extraña que enfurece y frustra a las personas convencionales y previsibles, y esto hace que reaccione excéntricamente a numerosas situaciones. Lo cierto es que puede parecer fríamente mental, distante, y en algunos casos carente de sentimientos normales, pero su presión emocional se va acumulando con el tiempo, de modo que finalmente explota en acciones radicales e impulsivas, o en repentinos cambios de planes o de puntos de vista. Más que cualquier otro, Acuario es una posición lunar extremista. Este Signo debe estar involucrado socialmente de algún modo, bien con mucha gente como cuando se dedica a enseñar o organizando grandes conferencias, o bien a través de las publicaciones, el activismo social o la política. Tiene la necesidad emocional de afectar a grandes grupos, en realidad, su comprensión de las amplias necesidades humanas y sociales es más perceptiva que su comprensión de las necesidades individuales. Este planteamiento impersonal a menudo suscita críticas con respecto a su frialdad, pero, de hecho, ese mismo desapego le permite responder a las crisis emocionales de los demás manteniendo la objetividad y estando por encima del confuso y turbulento nivel emocional. Esta capacidad de mantener la cabeza fría y desapegada le convierte en un amigo leal y valorado. La gente con la Luna en Acuario raras veces encuentra su sentido de la seguridad en su familia o en sus parientes de sangre. Más bien tiende a sentirse incómodo con las obligaciones y los protocolos sociales que exigen su grupo o sus amigos. La Luna en Acuario prefiere mantener su enfoque estable y su amplia perspectiva en lugar de verse atraído hacia lo que considera el torbellino interminable y confuso de las emociones hacia el que muchas personas quieren arrastrarle. Es desapegado en la vida cotidiana, nunca puedes saber lo que está pensando o sintiendo, y muchas veces parece que no te escucha en absoluto. No le gusta que le presionen, incluso pueden regirse de golpe volviéndose difíciles de alcanzar o de entender. Es independiente y seguro cuando por fin responde. Generalmente hay algo "diferente" en su estilo de vida o en sus intereses innovadores y futuristas. Cuando la Luna natal está en un Signo Fijo las pautas habituales se establecen primordialmente en los niveles emocionales. Hay un deseo fijo de sentir una y otra vez lo que se experimentó en el pasado, de volver a vivir las experiencias que provocaron felicidad, satisfacción emocional o hasta dolor y sufrimiento, busca la autojustificación por las consecuencias de lo que le ocurre y a su alrededor. Su interés primario está en el uso efectivo del poder, y concentrará sus energías en una dirección especifica y hacia alguna finalidad definida. La Luna Fija podrá sentirse dominada por juicios éticos alternativos: correcto/equivocado, bueno/malo, verdadero/falso; le es difícil ver el gran sector gris existente entre tales polaridades. La inflexibilidad inherente a su naturaleza lunar le hace tratar de adaptar su medio ambiente y a las personas que hay en su vida para que se adecuen a sus necesidades, en vez de adaptarse a las exigencias de los demás y de su entorno.

La Luna en Piscis
La Luna en Piscis reacciona con sensibilidad, compasión, empatía, vulnerabilidad y de forma idealista. Los ensueños libres e imaginativos, sin objetivo, le ayudan a conseguir tranquilidad emocional. Necesita la sensación de unidad con el mundo y el universo para sentirse seguro y a gusto consigo mismo. Nutre a los demás mediante una compasión curativa y su empatía; se siente seguro cuando sirve a la humanidad o a un ideal espiritual. Los sentimientos sobre su yo son nebulosos, lo cual puede dificultar la autocomprensión y la confianza en sí mismo. Fluye fácilmente junto con las situaciones cambiantes; la satisfacción llega a través de la entrega y/o trascendiendo el yo personal y sus miedos. La Luna en Piscis ofrece una variedad de expresiones y personalidades: desde personas profundamente simpáticas, sensibles, generosas (a menudo con talentos curativos) hasta creadores y artistas inspirados como da Vinci, Goethe y Miguel Ángel, o funcionarios de todo tipo, líderes sociales y espirituales, vagabundos perezosos que se dejan llevar por las olas y toman lo que pueden de lo que se les ofrece. La Luna en Piscis es invariablemente imaginativa, tiene una actitud simpática y abierta, a menudo se la conoce como compasiva e idealista. De hecho, quien tiene este emplazamiento lunar prefiere ser visto como alguien con sensibilidad y comprensión. Y ciertamente cuida de los demás y se siente más seguro internamente cuando expresa sus simpatías hacia la humanidad a través del arte o el servicio a los demás. Estas actividades humanistas le dan esa sensación de unidad con el universo que suele buscar de forma consciente o inconsciente. Tiende a reaccionar a la experiencia cotidiana con notable empatía por los demás, pero con una vulnerabilidad evidente y con expresiones vagas y evasivas. La persona fuertemente sintonizada con el Signo de Piscis tiende a ser "soñadora" y que "no tiene los pies en la tierra". Aunque esto sea cierto, lo que no suele reconocerse es que necesita estos períodos para deambular libremente a través de ideales altruistas, sonándoselos, fantaseando, escuchando música suave y dedicándose a otros tipos de evasión que le devuelvan el equilibrio, Piscis tiene pocas defensas psicológicas y absorbe fácilmente las influencias psíquicas de las personas con las que trata. Tiene la necesidad emocional de escapar de la limitación y del confinamiento de la vida cotidiana, del mundo material y de la prisión de sus patrones mentales. A nivel profundo, Piscis necesita escapar del "yo" limitado, de la identidad personal vinculada al ego con sus miedos e inseguridades. Suele sentirse más satisfecho cuando es capaz de ir más allá de los límites de la personalidad individual o de trascender el yo personal mediante métodos de autoconocimiento o práctica espiritual. No obstante, una de las numerosas contradicciones de Piscis es que a menudo no quiere conocer su verdadera naturaleza ni saber cómo lo ven los demás. Como los otros Signos de Agua, se siente más cómodo manteniéndose en su mundo subjetivo y privado, donde a menudo oye lo que desea o teme oír, en lugar de escuchar lo que la otra persona le dice. Éste es un aspecto clave de la personalidad de la Luna en Piscis: suele ignorar o evitar una visión realista del yo y una autoevaluación contundente y honesta. Esto se produce porque se idealiza a sí mismo, pensándose en términos más agradables posibles y sintiendo a menudo que es más simpático, bondadoso y sensible que nadie, aunque a veces sólo es sensible (o hipersensible) respecto de sí mismo. Está claro que la Luna en Piscis tiene un "ego" oculto. Aunque a nivel consciente no parece ser alguien egoísta, tiene un ego inconsciente, es orgulloso y tiende a manipular los demás. En ocasiones esta manipulación pasiva se expresa a través de mensajes vagos y poco claros que llevan al otro a tomar una decisión o a asumir un compromiso. La dualidad de la naturaleza pisciana no ha recibido su debido énfasis en la literatura astrológica, y sin embargo es la clave para entender muchas de las tendencias opuestas que este Signo suele expresar. Por ejemplo el dualismo se manifiesta de muchas formas y es completamente insondable, no sólo para los demás, sino que también para él mismo. Puede tener dos actividades emocionales o mentales ocurriendo simultáneamente, estos procesos complejos, y a menudo contradictorios, no están bajo su control. Tal vez esta dualidad innata, tan incomprensible para la persona con la Luna en Piscis como para los demás, ayuda a explicar por qué se siente frecuentemente como si estuviera en una prisión emocional/mental. Así, los sentimientos con respecto a sí mismo suelen ser nebulosos y tiende hacia la duda. Esto inhibe la confianza en sí mismo y dificulta la autocomprensión, incluso le resulta difícil discriminar con claridad. Puede tener un don lingüístico o poético, aunque a veces el flujo se convierte en un torrente descontrolado de verborrea, los recuerdos y las emociones revelan lo perdido que está en su mundo subjetivo. Esta interrelación entre lo personal y lo impersonal también explica en gran medida cómo aborda las relaciones íntimas. Aunque a menudo tiende a la dependencia emocional, su reticencia a establecer compromisos definitivos no le ayuda a construir relaciones estables. A veces se implica con personas necesitadas o desesperadas que otros prefieren evitar. Albert Einstein, que tenía el Sol en Piscis escribió: "Nuestra tarea debe ser la de liberarnos… ampliando nuestro círculo de compasión para abrazar a todas las criaturas y a la totalidad de la naturaleza en su belleza". Con la Luna en un Signo Mutable, las pautas habituales se establecen principalmente en los niveles mentales. La tendencia es a ajustar la experiencia en términos de un sistema de teorías o creencias, y luego expresarse según el estilo que se adoptó. A la Luna Mutable le gusta los juegos de asociaciones verbales, inventa un concepto sobre esto respecto de lo que es, y luego se pregunta por qué ocurrió tal o tal cosa, elabora fórmulas y planes intrincados en un intento de repetir las experiencias agradables y evitar las dañinas. Tiende a involucrarse personalmente más en el concepto que en la realidad, sus acciones y reacciones hacia la vida están gobernadas por sus sistemas de creencias.