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Todos los planetas en la Casa 7 Astrológica de la Carta Astral

La Casa 7

Modo de Expresión: Angular, Acción. Regente: Libra-Venus. Nivel de Experiencia: Aire, Social e Intelectual.

En esta Casa, nos dice Rudhyar, hay que desvelar uno de los más grandes misterios: el misterio de la evidencia, de lo que es. Encontramos allí todo lo que es necesario encontrar, queriéndolo o no, cada vez que salgamos de nosotros mismos y nos es preciso encadenarnos de una manera u otra a lo que encontremos en el camino de la vida. Al evitar encadenarse, retrocediendo delante de la confrontación, uno se encadena por el miedo, forma negativa de relación. Si empujamos ciegamente contra lo que nos hace frente, establecemos una relación basada en el instinto. Pero si hacemos frente abiertamente con valor, con un espíritu de asombro o de curiosidad y con el propósito de querer crecer a través de la relación nos sumergimos en una verdadera expresión de amor. Todo tiene su fuente en el yo y se renueva a través de las relaciones con los demás. Hemos visto, las experiencias de las seis primeras Casas bajo el horizonte están condicionadas por el sentido que se tiene de sí mismo; gracias a estas experiencias aprendemos sobre nosotros. Incluso los sacrificios y las entregas del ser de la Casa 6 se basan en la renuncia de "mi-yo", lo que quiere decir que el mi-yo domina la conciencia. Pero en Casa 7, se encuentra el mundo en tanto que realidad objetiva, exterior a mi-yo. Se afrontan objetos y entidades sobre las cuales no hay ningún control auténtico. Se descubre que se debe admitir que están completamente fuera de uno. Se encuentran estos objetos y estas entidades fuera de uno mismo porque se desarrollan poco a poco más allá de la imagen que se tiene del yo a partir en Casa 1. Se los encuentra como si fueran iguales a nosotros, lo que ponen en duda nuestro supuesto derecho de extendernos hasta los confines del universo. Hablando de la Casa 5, hemos dicho que el adolescente que "se enamora" no sale realmente de la imagen que tiene de él mismo. No hace más que proyectar sobre la chica a quien ama la imagen de sus propias necesidades. La chica representa el complemento, el reverso de su personalidad. El dolor que puede provocar esta clase de amor si no se ha satisfecho, sobreviene un vacío interior que no ha sido colmado; es un sufrimiento interior orgánico porque durante todo este tiempo él no sale de la circunferencia de su yo. En Casa 7, se debe salir de sí mismo para encontrar numerosas entidades diferentes. Y se las debe encontrar tal como ellas son, en lugar de verlos únicamente la mayor parte del tiempo a través del prisma deformante de las tradiciones veneradas, la educación y de sus deseos personales. Es por lo que creyendo conocer completamente estas entidades a las que se ha colocado debidamente etiquetas, se comprueba que no se las conoce, que su verdadero significado se nos escapa. En el mundo objetivo toda cosa cambia constantemente su relación con toda otra cosa, es por esto que debemos aprender en Casa 7 a hacer frente a los cambios continuos, de manera serena, bella, cálida, generosa, con los ojos abiertos, honestamente e incluso con humor para encontrar la totalidad del otro con la totalidad del sí mismo. En el nivel de las relaciones que se forman entre individuos, vivimos pues en un mundo de cambio. Pero en su totalidad colectiva, este mundo permanece como es de manera constante bajo la forma de un Todo social o "cósmico". La Casa 7 es el punto de partida de una eventual participación funcional en el Todo social o cósmico. En la tradición, se hace una distinción entre el matrimonio, como una relación idealmente permanente en Casa 7, y los amoríos y romances episódicos de la Casa 5. No obstante, en 5 como en 7, las relaciones pueden ser bien sea permanentes o impermanentes. Lo que diferencia esencialmente la Casa 5 de la Casa 7, es que en Casa 5 el amante no se une verdaderamente a una persona exterior a él, sino a una imagen que proyecta sobre la persona. En Casa 7, debe unirse a otra persona objetivamente sobre la base de igualdad. Que la relación dure cinco meses o toda la vida no tiene importancia desde el punto de vista del simbolismo de la Casa 7. Lo que importa en Casa 7 es, para los dos compañeros, realizar la necesidad de desarrollarse por transformaciones constantes. No debemos olvidar que la Casa 7, es un punto de partida de una fase de experiencia que no se materializa definitivamente antes de la Casa 10. Es entonces falso ver en Casa 7 experiencias de naturaleza estática. Toda tendencia a congelar las experiencias de relación impide una verdadera integración personal y social. Hay que aceptar al principio la necesidad de una transformación dinámica de la relación. Sin tal transformación en vista de una participación tan plena como sea posible a la vida de sociedad -a la obra del mundo- según el nivel de sus competencias, ninguna relación tiene verdadero sentido. Es necesario ver esta participación en el Todo más grande como la culminación y la prueba de toda relación humana verdadera. Hemos dicho que todo tiene su fuente en el yo y se renueva por la relación. En verdad el objetivo de nuestra vida se revela a través de las relaciones que nos permiten encontrar nuestra función esencial en la comunidad. No podemos demostrar el valor y la calidad de lo que somos de forma innata, más que en nuestras actividades en relación con otros seres humanos. En un nivel de la Casa 7, la relación debe ser funcional con relación a un vasto proceso global que incluye e incluso transciende el objetivo de los individuos en relación. Pero será ese propósito global el que dará sentido a nuestros objetivos individuales, incluso si no se es consciente. He aquí la diferencia entre las relaciones en nivel de la Casa 5 y de la Casa 7. Sin embargo, esta diferencia puede ser bastante sutil, porque lo que empieza como un "asunto amoroso" en Casa 5, puede llegar a ser una relación funcional en el sentido de la Casa 7, a partir del momento en que ella estimula la actividad cultural creadora de los participantes: porque este estimulo conduce a una actividad de pareja que produce alguna cosa valiosa para el grupo, la sociedad o la raza humana. En Casa 5, no se busca en general, una relación, sino solamente la expresión del yo. Se expresa lo que es; se enseña su manera de sentir las cosas, se libera sus emociones, se continúa lo que se cree ser su objetivo en la vida. Pero se es siempre (el eje yo-mismo) el actor, el centro de interés; el mundo sólo es la escena. Y lo que se siente ser no siempre corresponde a la verdad. La única forma de aprender lo que se es verdaderamente, de conocer el objetivo de nuestra existencia, es por una relación más o menos permanente con un grupo, una persona, o una empresa que considera la realización deseada de algún objetivo comunal, social o universal. Por la puerta de la Casa 7 se entra en un campo de actividad en el que es necesario aceptar la responsabilidad de llenar una función definida en el seno de algún Todo mayor, ya sea la pareja, un grupo, una empresa o una comunidad. Hay que escoger una función que se comprenda y que se puede realizar eficazmente. En general, no se encuentra de golpe su verdadera función ni el género del "Todo más grande" en el seno del cual se puede actuar eficazmente. Sino que, se encuentra todo después de años de cambio, de crisis, de esfuerzos; es siempre por estas experiencias de relación que se puede probar a sí mismo y a los otros, su verdadero valor y ocupar así su verdadero puesto en el seno de la sociedad. La Casa 7 desea pues que se participe de manera productiva en la vida de un grupo, de una comunidad. No es suficiente decir que, en una auténtica relación, no hay que ser egoísta sino darse, amar y comprender el otro. Hay que velar también para que la misma relación no sea egoísta. Existe siempre el peligro de un egoísmo a dos en el nivel de pareja, o de egoísmo de la parte del grupo o de la empresa que cree ser exclusiva. En Casa 7, el problema reside siempre en la manera de aportar al mundo algo valioso como consecuencia y por medio de una relación. Sin embargo, no es necesario ver la relación como un fin en sí; la socialización del individuo nos es un ideal absoluto, así como no lo es tampoco un aislamiento espiritual del individuo. Hay siempre un juego mutuo y constante entre la Casa 1 y la 7, una relación dinámica del yo que intenta descubrirse gracias a las experiencias con los otros. Pero en Casa 7, hay acento sobre el descubrimiento de las experiencias relacionales que permiten demostrar la validez, la aportación y la cualidad de su ser verdadero. El Signo del Descendente muestra las cualidades que es necesario poner en práctica en las relaciones de todas clases y esto con el propósito de hacer valer con éxito las cualidades personales reveladas por el Ascendente. No olvidaremos que al considerar la Casa 7, es necesario siempre notar su relación con la Casa 10, realidad concreta bajo forma de participación eficaz en la vida de su comunidad. Se puede tener en Casa 7 ideas magnificas sin poder realizarlas concretamente en Casa 10. El aspecto entre el regente de 7 y el regente de 10 puede dar una indicación. Se abordan las relaciones humanas y el mundo objetivo sobre todo en función de la Casa en la que se encuentra el regente de la Casa 7. El énfasis de planetas colorean o condicionan las experiencias de las relaciones interpersonales. Pueden también plantear problemas en este dominio o indicar actividades especificas a las cuales es necesario tener en cuenta en sus relaciones y en su vida objetiva. La prueba principal de la Casa 7 es la fraternidad. Hay que aprender a compartir, a abordar a los otros con un espíritu de dador-dador reciproco. Es necesario también encontrar a los otros sobre una base de igualdad para que a través de las experiencias de relación o del amor se puede desarrollar todo, dejando a los otros (o al otro) desarrollarse plenamente. Es necesario cambios mutuos; un amor que está constituido del cambio continuo del uno en el otro por el reparto de sus dones y de sus cargas. Hay que cambiar una interdependencia inconsciente en fraternidad consciente, una reciprocidad a regañadientes en reparto deseado, en participación gozosa. Hay que darse cuenta que cada parte de un Todo está unida a todas las demás partes por aquello que la hace distinta de estas otras partes -distinta pero no diferente.

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El Sol en Casa 7
Es la prueba de la fraternidad, todo lo que puede salir de las relaciones interpersonales a todos los niveles y en los dominios donde está particularmente acentuado el destino. Esta posición del Sol no nos indica sistemáticamente que se vaya a triunfar en sus relaciones íntimas, porque puede estar demasiado sometido a los demás, pero indica que es por las experiencias del matrimonio, o no importa qué asociación íntima, cómo se puede realizar mejor su destino. Hay que atreverse a salir de sí mismo, a abandonar la imagen que se tiene de sí y unirse con otros libremente, gozosamente, con valor, sobre una base de igualdad. Hay que valorarse, no independizándose, sino en asociación con otras personas. En los niveles biológicos y socio-culturales, el Signo solar domina. Según este Signo se irradia su vitalidad, o se desgasta, intentando imponerse e intentar ser el centro de atención del grupo. En el nivel individual, puede haber una fuerte voluntad de dirigir, de atraer para sí las relaciones y los asociados adecuados. Pero si las relaciones están condicionadas por los complejos y los miedos, la persona tendrá dificultad en descubrir su verdadero ser y se perderá en los otros. En el nivel transpersonal se debe irradiar una luz que integre, actuar de manera que sus relaciones sean ricas y significativas y que aporten alguna cosa de valor a la sociedad. Cuando el filósofo Martín Buber escribió que "El hombre se convierte en un Yo por mediación de un Tú", podía haber estado refiriéndose a quienes tienen el Sol en la Casa 7. Casi paradójicamente, estos individuos encuentran el sentido de su finalidad, su individualidad y su poder en las asociaciones y relaciones. Participar en actividades conjuntas plantea problemas que les permiten definir con mayor claridad quiénes son. La identidad se configura y se refuerza en los altibajos y las complicaciones con que tropiezan en el intento de establecer alianzas vitales, sinceras y vivificantes. Es un hecho comprobado que algo se nos presenta con más claridad si lo podemos ver en relación con alguna otra cosa; de modo similar, una personalidad tiene más significado cuando se la percibe en relación con otras personalidades. Cuando el Sol resplandece en la Casa de Libra, el "Yo" necesita un "Tú". Sin embargo, las cosas no son siempre así. En algunos casos, los que tienen el Sol en la Casa 7 pueden tratar de hacerse con la identidad de otra persona, encontrando a alguien que sea grande y fuerte por ellos, o que les diga qué es lo que han de hacer de su vida. También pueden estar preocupados por obtener prestigio y autoridad, ya sea incorporándose al séquito de una persona importante e influyente, o bien buscándose un héroe o heroína a quien puedan servir y adorar eternamente. En la Carta de una mujer, el Sol en esta posición puede indicar la búsqueda de una figura "protectora". Dicho brevemente, es un intento de "poner fuera" el principio solar, proyectándolo sobre la pareja, que no es lo mismo que descubrir el sí mismo por mediación de la ayuda de alguien. Es, además, menos productivo, y con frecuencia su éxito no dura demasiado. La Casa 7 representa también la forma en que interactuamos con la sociedad en general. Para favorecer el proceso de individuación, quienes tienen el Sol en esta Casa necesitan del contacto con la gente. Algunos pueden, incluso, orientarse vocacionalmente hacia una profesión que los lleve a trabajar con relaciones interpersonales, como podría ser, por ejemplo, la de asesor matrimonial, o bien hacia tareas de arbitraje y diplomacia que le exijan esas habilidades. Su vida está fuertemente integrada con la influencia de aquellos que le rodean; el compañero de matrimonio, el socio de negocios, etc. Estas conexiones se pueden hacer o deshacer pues existe la tendencia a reaccionar individualmente con los que le rodean, de forma que pondrá en marcha proyectos por su cuenta. Es particularmente hábil para las relaciones públicas y sabe cómo cooperar y tratar con los demás. Ésta es una buena posición para la mayoría de las carreras de ventas y promoción.

La Luna en Casa 7
Se es muy sensible a todo cambio en la vida objetiva y a los altibajos en las relaciones interpersonales. Las experiencias exigen que se desarrolle plenamente su capacidad de adaptación a los otros, que se permanezca flexible, dispuesto a emprender los cambios necesarios en el comportamiento para afrontar las exigencias del momento. Uno se siente disminuido si los otros imponen las decisiones sin antes haber discutido con él. En un Mapa masculino, la madre, la esposa, las mujeres o el público influyen en la elección de su profesión o del destino público. La Luna puede representar una Musa inspiradora. En un Mapa femenino, uno se une voluntariamente a un hombre de fuerte Anima. La actitud es bastante subjetiva, cambiante, sometida a los humores del momento. Con esta posición de la Luna es necesario que uno sostenga la relación en vez del compañero. Si tiene aspectos fluidos, es una posición afortunada para tener éxito en el matrimonio, en las asociaciones comerciales y en todo lo que se relacione con el público, porque la persona es estimada. Si estuviese tensionada seriamente indicaría un compañero de matrimonio de naturaleza cambiable, inconstante y voluble; también indicaría pérdidas como consecuencia de litigios, por los socios y por el público en general. La Luna en la Casa 7 proyecta su influencia sobre los demás y presenta el don y la capacidad para adaptarse a casi cualquier lugar, porque sabe cómo reaccionar ante el ambiente sutil de una situación, y a menudo establece una relación profunda con aquellos que entre en contacto. Hay un fuerte deseo de aceptación social, y debido a su dependencia emocional es posible que contrae matrimonio demasiado pronto. El matrimonio puede proporcionar una sensación de seguridad interior, así como los antecedentes familiares y la posición social de la pareja es un factor primordial que tiene en consideración. También puede atraer un socio que es temperamental y sensible, pero antes del matrimonio es probable que haya mucha indecisión acerca de que si la relación será permanente o no. Los que tienen la Luna en esta Casa pueden ser hipersensibles, o bien adaptarse en exceso a las necesidades de su pareja, con lo que su identidad resulta demasiado condicionada por lo que la otra persona quiere que sean. Inversamente, es posible que en su pareja estén buscando una madre. Sobre el compañero o compañera puede darse la proyección de modelos emocionales precoces condicionados por la madre, que oscurezcan la percepción objetiva de la realidad en el aquí y ahora. Si se confunde de esta manera a la pareja (del sexo que sea) con la madre, se plantean multitud de problemas, sin hablar siquiera del hecho de que hasta la mera idea de una relación sexual con la madre es tabú. Es probable que busquen el matrimonio por la seguridad que ofrece, y por la promesa de una familia y un hogar cálido y acogedor que les den una sensación de pertenencia. A la Luna no le interesa demasiado ser un individuo aparte. Casarse es lo que hace la mayoría de la gente, de manera que ¿por qué no habrían de hacerlo ellos? Los aspectos tensionados de la Luna con Saturno o con los planetas exteriores pueden dificultar más aún la realización de estos deseos básicos: en tanto que la Luna en la Casa 7 se inclina decididamente a las relaciones, es probable que otras partes del sí mismo no estén dispuestas a tanta entrega. La pareja, en cuanto entidad, puede necesitar el tipo de atención y cuidado que se le brindaría a un bebé. La naturaleza fluctuante de la Luna podría manifestarse de diversas maneras. Quienes tienen este emplazamiento pueden pasar por muchos estados de ánimo y cambios emocionales vinculados con la relación. En algunos casos, la Luna en la Casa 7 hace referencia a una pareja inquieta, inestable o con peculiaridades emocionales. Lo mismo que con cualquier planeta que se encuentre en esta Casa es conveniente que la persona se pregunte por qué atrae esas cualidades, y no otras, en otra persona. ¿Qué es lo que el otro -o la otra- está viviendo en su nombre?

Mercurio en Casa 7
Las relaciones íntimas, la participación en los grupos estimulan la actividad intelectual y la capacidad de percibir las cosas objetivamente y sin pasión. Hay que discutir con los demás, intercambiar ideas, intentar contactos nuevos entre ideas y personas, desarrollar medios de comunicación donde será estimado en los círculos científicos y literarios. Es una posición muy buena para los oradores públicos y para todos aquellos que tienen una profesión mercantil en contacto con el público. La doble función de Mercurio -reunir información y luego distribuirla- se ve con toda claridad cuando este planeta se encuentra alojado en la Casa 7: hay una enorme cantidad de cosas que aprender estando con otras personas, pero igualmente es mucho lo que hay para enseñarles y compartir con ellas. Por naturaleza, Mercurio en la Casa 7 desea comunicarse e intercambiar ideas con personas diferentes. Para ellos, evaluar y entender cómo y qué es lo que piensan los otros es su pasatiempo favorito, seguido de cerca por el placer de comunicarles sus propias ideas y opiniones. Mercurio en la Casa 7 anda en busca de un compañero que sea intelectualmente estimulante, por supuesto, es probable que encuentren tantas personas que son interesantes de diferentes maneras que se les haga difícil decidirse por una, pero también es posible que no haya nadie lo bastante interesante. Y los mercurianos de la Casa 7 tampoco son inmunes a las trampas de la proyección: los hay que intentarán "importar" otra persona para que piense, hable y tome decisiones por ellos. O que consigan atraer a alguien que no se comprometa,  que no sea de fiar o se resista a que le pongan limites. Si bien hay que tener cuidado de no encarar demasiado "desde la cabeza" el dominio -tan delicado y misterioso- de las relaciones, también es verdad que para mantener compromisos a largo plazo se necesita cierto grado de objetividad y desapego. Con Mercurio en la Casa 7 es posible "elaborar" muchos problemas si se los discute y analiza. Algunas personas que tienen este emplazamiento pueden mostrar una actitud bastante (o tal vez demasiado) critica y enjuiciadora respecto de "esas pequeñas cosas" que hacen sus compañeros y que a ellas les fastidian. Afortunadamente, las piruetas del dios Mercurio nos recuerdan que, en estas cosas, el mejor elemento de equilibrio es el sentido del humor. Mercurio en la Casa 7 indica en ocasiones más de una relación íntima importante en la vida, o bien una relación que sufre tal transformación que es casi como si fuese totalmente nueva. Un Mercurio con aspectos fluidos en esta Casa indica un matrimonio feliz con alguna persona que se mueve incesantemente o bien con algún empleado en su trabajo, pero cuando Mercurio está tensionado, la persona o el compañero de matrimonio es de una naturaleza regañona, de modo que la vida del matrimonio se convierte en un campo de batalla por las disputas y hay debates constantes o debido a la inconstancia como pareja. Esta posición tiende a gravitar sobre el uso de la inteligencia siendo personas muy elocuentes. Son expertos en la comunicación con el público y tienen éxito en las ventas o como relaciones públicas. También sobresalen en el arbitraje, la mediación y asesoramiento. La necesidad de intelectualizar podrá conducirle a relacionarse con personas inteligentes y bien educadas. Es una posición excelente para la promoción de ideas porque sabe expresarlas de manera convincente.

Venus en Casa 7
Se desea que las relaciones tengan un sentido y un auténtico valor. Los hechos simples, las experiencias instintivas, el sexo por el sexo, no satisfacen, y así se pesa el pro y el contra de cada encuentro. Se desea evaluar y a menudo glorificar o rodear de fascinación al "otro" poniéndolo sobre un pedestal. Se cree que una vida sin amor, sin relaciones, está vacía de sentido, ya que se trata de Venus, símbolo de nuestra escala de valores. Se concede, pues, demasiada importancia a la cualidad de la relación, según los valores que se utilizan para juzgar las cosas. Tiene el deseo de añadir alguna cosa de valor a sus compañeros, sobre todo en el nivel individual cuando se tiene la capacidad de encarnar los valores apreciados por los otros y la sociedad. A veces pasa todo lo contrario: utiliza inconscientemente a sus relaciones para hacerse valer socialmente o para conseguir aquello por lo cual siente una necesidad personal. En el nivel transpersonal hay que emplear la discriminación en la elección de sus compañeros. En otro sentido, Venus en la Casa 7 puede ser un símbolo de la toma de conciencia del "nosotros" en vez del "yo" en las relaciones; se traspasa la sensación de ser un individuo separado ya que el amor universal se expresa a través de él. Es una de las señales que aseguran la felicidad doméstica. Significa un matrimonio precoz y un aumento de la prosperidad después de tal acontecimiento importante en su vida. Para quienes tienen a Venus en la Casa 7, la imagen del ser amado y de lo que es bello se "deposita" en los seres próximos y, en general en todo el campo de las relaciones. Son personas que sólo se sienten vivas, felices, satisfechas o completas si mantienen una relación sentimental. Para ellas, la forma más fácil de percibir su propia belleza y su propio valor es verlos reflejados en el otro. Dicho de otra manera: Venus en la Casa 7 entrega a su pareja, para que se lo ponga, el cinturón de Afrodita, porque ver bello y perfecto al ser amado le ayuda, a su vez, a sentirse bien. Como es habitual, en esto hay ventajas y desventajas. Si percibimos a alguien bajo una luz muy positiva, intensificamos la probabilidad de que lo que nos devuelva esa persona sea lo mejor que hay en ella. Sin embargo, no hay nadie que, en una situación de pareja, esté siempre a la altura de las expectativas que puede imponerle un individuo con este emplazamiento. La otra persona no es totalmente Venus: alguna vez hará algo que no tiene tanta belleza o gracia, entonces Venus en la Casa 7 se desilusiona o adopta una actitud crítica. Lo mismo es válido para la relación como tal, que no puede estar continuamente hecha de corazoncitos y flores, de modo que quien tenga este emplazamiento (en especial si hay aspectos con Saturno o con Plutón) tendrá que aprender a aceptar que una relación significa además un duro trabajo. La Casa 7 describe la forma en que interactuamos con la sociedad en general, y los que tienen allí a Venus se sentirían cómodos en los opulentos salones aristocráticos de París. Lo que aportamos a otros se ve también en la Casa 7, y Venus ofrece dones en el arte, en la belleza, en el campo de la mediación y la diplomacia, haciéndolo todo con elegancia. Este emplazamiento favorece también el éxito en cuestiones jurídicas. Venus en la Casa 7 acentúa la constancia, fidelidad y devoción en las relaciones, aunque con tendencia a la posesividad y a los celos si se topan con alguna rival. Es posible que busquen el matrimonio por la seguridad, las ventajas financieras o la intimidad física que les ofrece, Venus en la Casa 7 tiene una necesidad muy fuerte de tener una relación afectiva y necesita cultivar su tacto y adaptarse para que todo funcione bien, pero sin llegar a coincidir demasiado con los demás con el fin de no sentirse incluido. Hay muchas probabilidades de idealizar a la pareja o de caer en la búsqueda interminable de alguien que no sólo "esté bien, sino que sea impecable". Si la persona decide formar una sociedad sobre bases mercantiles, la presencia de Venus en esta Casa tiende hacia relaciones armoniosas y benéficas. Esta posición es muy buena para los actores, cantantes y todos aquellos que se presentan ante un público para dirigirles, porque asegura una recepción bondadosa y simpática por parte de su auditorio. Esta ubicación normalmente muestra habilidades sociales y las relaciones son armoniosas y amigables. El matrimonio y los amigos son importantes para él y aportará mucho de su parte para que todos tengan éxito. Es una posición favorable para las carreras relacionadas con las de relaciones públicas, utiliza la psicología, también son afortunados con las ventas de productos cosméticos o con el arte.

Marte en Casa 7
Se gasta mucha energía en el dominio de las relaciones humanas; se proyecta con fuerza, ardor y eventualmente con combatividad sobre el mundo exterior. Se desea tomar la iniciativa e imponerse a los demás. Es necesario buscar el grupo o las circunstancias que pueden aprovechar al máximo la inmensa energía que tiene, ya sea orgánica o espiritual. En los niveles biológicos y socio-culturales, Marte en Casa 7 moviliza las energías orgánicas para imponerse al mundo; y se desea dominar sexualmente a su pareja. Puede tener una fuerte ambición para triunfar en el matrimonio o en los negocios. Pero de forma negativa puede ser que el matrimonio o el deseo de asociación tan sólo sea una huida de sí mismo o de sus responsabilidades. Puede ser demasiado impulsivo, imprudente e instintivo en sus relaciones. En el nivel individual puede haber entrega de sí mismo a los demás; uno se dedica al grupo o a su pareja, pero la ambición personal de triunfar permanece siempre en su interior. Hay tendencia a actuar abiertamente contra las tradiciones y los tabúes en el dominio de la Casa 7. Psicológicamente es preciso que todo su ser penetre en la relación, que se funda en el otro, incluso si esta experiencia le hace daño, porque puede que sea necesario experimentar la experiencia de ese dolor. En el nivel transpersonal, hay que buscar en las experiencias interpersonales los desafíos al desarrollo de la voluntad profunda. Se puede llegar a ser una herramienta para las fuerzas del inconsciente colectivo o de la colectividad superior. Hay que estar poderosamente determinado a enseñar su egoícidad verdadera al mundo y desarrollar esta determinación de forma inteligente. Según la Casa donde se encuentre, Marte indica el dominio de la vida donde necesitamos emprender la acción y hacernos valer. En la Casa 7, esto da origen a una intensa urgencia de definir la identidad y de alcanzar un sentimiento de poder mediante las relaciones con otras personas. He visto muchos ejemplos de este emplazamiento en las Cartas Astrales de hombres y mujeres jóvenes que se precipitan desatinadamente en el matrimonio, con frecuencia inspirados por el primer brote de pasión sexual, o motivados parcialmente por el deseo de escapar de las restricciones impuestas por un medio familiar difícil u opresivo. Creen que por obra del matrimonio podrán encontrarse a sí mismos por derecho propio, pero lo que con más frecuencia descubren es que han reemplazado una forma de tiranía por otra. La atracción sexual inicial puede extinguirse pero los juegos de poder siguen existiendo. Algunas personas con este emplazamiento se lanzan inicialmente con una fuerza tal que asustan a los demás. A la inversa, puede haber quienes se sientan atraídos hacia alguien con evidentes cualidades marcianas, es decir, hacia el héroe o la heroína, el personaje osado, directo y dinámico capaz de descargarlos del peso de tener que tomar sus propias decisiones en la vida. Pasado un tiempo, es probable que estas personas se enfaden o se resientan ante el temperamento autoritario del otro, e intenten recuperar el poder al que de tan buena gana habían renunciado. Pero es injusto condenar a Marte en la Casa 7 a tener exclusivamente relaciones colmadas de disensiones y contiendas, por más que a algunas personas, aparentemente, les siente bien una dieta de estallidos y explosiones. Hay muchos ejemplos de que Marte en esta Casa puede manifestarse también en relaciones vivaces y estimulantes en donde ambos miembros de la pareja se "sacan chispas" de forma positiva el uno al otro, sin por eso dejar de permitirse recíprocamente el mantenimiento de su libertad personal. Sin embargo, existe el peligro de que vuelquen su agresión sobre los seres queridos más próximos, o de que provoquen, de una manera no demasiado sutil, el enfado de otras personas, con lo que tendrán una excusa justificable para dar cauce al suyo propio. También parece que quienes tienen a Marte en este emplazamiento necesitan que se les reitere constantemente la seguridad de que las otras personas los aprecian en lo que valen. Igualmente, es probable que sean los primeros en levantarse en defensa de alguien, si creen que a la otra persona se la está acusando injustamente. Si es consciente de los peligros que supone la energía marciana en la esfera de las relaciones, puede intentar canalizarla de la forma más constructiva posible.

Júpiter en Casa 7
Se debe tener la capacidad de expandirse, de extenderse personalmente gracias a sus asociados en los negocios o en los asuntos privados. Hay que encontrar libremente al mundo y a sus íntimos compañeros, sin miedo, sin establecer ninguna barrera separatista. Es gracias a sus asociados o de los contactos con algún maestro que descubre su verdadero destino y su lugar en la sociedad. Este destino exige que se acepten responsabilidades sociales. En otros casos, se hace popular por su manera individualista de hacer las cosas. En el nivel socio-cultural, esta posición de Júpiter permite una buena cooperación en un trabajo en común que aportará frutos a todo el mundo y sobre la base de los valores aceptados por la sociedad. Se llega fácilmente a compartir sus sentimientos y sus pensamientos. En el nivel individual, está seguro de sí mismo y del valor que tiene su posición social. Si examinamos la vida conyugal del propio Zeus, podremos entender mejor cómo funciona Júpiter en la Casa 7. Tras pasar por una cantidad de matrimonios, sentó la cabeza (es sólo un decir) con Hera, la esposa que va oficialmente asociada con su condición de soberano. A mediados del invierno, Zeus se apareció frente a Hera tomando la forma de un cuclillo. El pájaro estaba tan helado de frío que Hera lo cobijó en su pecho para calentarlo. En ese momento, ansioso como siempre de sacar partido de una oportunidad, Zeus recuperó su forma habitual. Aunque al comienzo se resistió, la astuta Hera se avino finalmente a ceder si él le prometía casarse con ella. Los que tienen a Júpiter en la Casa 7 son capaces de recurrir a toda clase de tretas y disfraces para atrapar a la pareja que han escogido. El matrimonio no fue fácil, debido principalmente a los devaneos de Zeus y a los celos apasionados de Hera, es frecuente que en las relaciones de los que tienen a Júpiter en esta Casa se reproduzca esta dinámica. Uno de los miembros de la pareja asume la parte de la fidelidad y la obediencia, en tanto que el otro justifica sus continuas escapadas. En ocasiones, los papeles se invierten de la noche a la mañana. En los pocos casos en que Hera decidía ser ella quien se lo pasara bien, Zeus volvía de inmediato a casa, quejándose de la ausencia de su mujer. De la misma manera, Júpiter en la Casa 7 es víctima del clásico dilema entre libertad e intimidad. Son individuos que quieren tener su independencia para explorar las diferentes facetas de la vida, y sin embargo, quieren también seguridad. (En un nivel arquetípico, el espíritu -tal como es simbolizado por Júpiter- anhela estar libre de las restricciones de la materia, representada por Hera, y sin embargo el espíritu necesita de la materia para expresarse a través de ella). Idealmente, a los que tienen a Júpiter en esta Casa les va mejor con parejas que compartan y entiendan su necesidad de tener otros intereses fuera de la relación. En la Casa 7, Júpiter puede manifestarse de otras maneras, pueden proyectar sobre su pareja y esperar que haga de dios con ellos. En este sentido, están a merced de cualquiera que les prometa el mundo, y es probable que se decepcionen cuando no reciban más que un apartamento en la playa. La pareja puede reflejar a Júpiter en otros aspectos; él o ella puede ser extranjero, prestigioso e influyente, de espíritu religioso o filosófico, gastador, o un pícaro encantador que está perpetuamente diciendo una cosa y haciendo otra. Más positivamente, el compañero o la compañera puede aportar otras cosas a la vida de quienes tienen este emplazamiento: afecto, generosidad, buena fe, riqueza material, optimismo y expansión de la conciencia. Por su parte, la persona que tiene a Júpiter en la Casa 7 es capaz de corresponderle ofreciendo estas mismas cualidades, y lo más frecuente es que la relación sea benéfica para la vida de ambos. Incluso si la vida en común fracasa, no pierden la esperanza de que una mejor oportunidad los aguarde a la vuelta de la esquina. Si los que tienen a Júpiter en la Casa 7 nunca se casan, generalmente es porque se resisten a atarse y perder alternativas. La Casa 7 describe nuestra relación con la sociedad en general, en ella, Júpiter favorece la interacción social y comunal como medio natural de ensanchar y expandir los horizontes de la vida. Si tiene aspectos fluidos, Júpiter en esta Casa propicia el éxito en cuestiones legales. En todos los niveles debe desarrollar la capacidad de asumir responsabilidades sociales o religiosas y participar plenamente con su entusiasmo en la colectividad. Hay que llegar a ser el compañero ideal, optimista, cooperativo, pero no debe tratar de impedir que los demás hagan lo que quieren con sus vidas. De corazón noble es un compañero aventurero que hace favores a los demás dándoles buena fortuna y cierto prestigio social. También debe estar seguro de que el compañero de negocios será alguien noble, sincero, honrado y confiable, como consecuencia de todo esto el éxito llegará a través de la cooperación. Es una posición ideal para un abogado porque indica que tiene la habilidad de reconciliar intereses opuestos y llegar a un acuerdo. Su fuerte sentido de justicia le pide relacionarse con los demás de manera justa y esperar lo mismo a cambio. Parte de su éxito en las asociaciones se puede atribuir a su buen criterio a la hora de elegir a sus asociados, las ganancias materiales son probablemente el resultado de estas relaciones seleccionadas, a menos que Júpiter esté muy tensionado con los demás planetas.

Saturno en Casa 7
Con esta posición de Saturno la persona siente de manera aguda sus diferencias con los demás. Es difícil encontrar a sus compañeros sobre una base de igualdad. Puede haber rigidez y un énfasis sobre las convenciones y se intenta compensar sus debilidades, sus miedos, sus complejos a través de sus relaciones. En el nivel biológico, puede tener un cuerpo débil o cualquier anomalía física que impida relaciones sanas y libres con los demás. En el nivel socio-cultural, el deseo de seguridad domina las asociaciones. El entorno puede ser hostil o bien se resienten de la disciplina impuesta en el lugar del trabajo. Hay a menudo un complejo-padre que arrastra al someterse socialmente a personas autoritarias o disciplinarias. Una mujer con esta posición de Saturno puede proyectar su Imagen-Padre sobre su marido o buscar un compañero mayor que ella. La Imagen-Padre puede también desarrollar el Animus y el lado masculino de la naturaleza en las relaciones. La búsqueda de seguridad lleva a desear contractos, como el matrimonio, para sellar las relaciones. De todas formas existe generalmente bien sea una debilidad innata, o bien un sentimiento de miedo o de inferioridad que condiciona la forma de abordar la vida transpersonal. A menudo se compensan estos sentimientos ya sea de forma impetuosa o determinante, o uniéndose a alguien o a un grupo que estructure convenientemente el comportamiento social. Pero hay casos en los que siendo ineficaz la compensación, la persona se sume en la depresión, creyéndose incapaz de encontrar su puesto en la sociedad. Sin embargo, como dice Jung, todo complejo puede ser el trampolín del éxito ya que moviliza de manera excepcional la voluntad de triunfar. En el nivel individual, la persona tendrá problemas de cooperación a causa de su sentimiento de independencia y de unicidad. Se puede ser una fuerza estabilizadora, alguien que añada profundidad a las relaciones habituales o bien se es paternalista. En el nivel transpersonal, debe superar las cristalizaciones saturninas en las experiencias de la Casa 7. Las relaciones no son cosa fácil para quienes tienen a Saturno en esta Casa, y sin embargo es precisamente el ámbito donde tendrán que enfrentarse con la necesidad de crecer y de autoexaminarse. En sus intentos de escabullirse de tales apremios, es probable que se quejen de no haber encontrado jamás el hombre -o la mujer- adecuado, o que señalen como raíz del problema algún mínimo fallo en su pareja. Pero en vez de limitarse a culpar al destino, a la mala suerte o a una elección equivocada, harían bien en mirar dentro de sí en busca de la explicación de tan desalentador estado de cosas. Como suele suceder con la Casa 7, para poder rastrear los orígenes de este tipo de complejos habrá que examinar las primeras relaciones del individuo. Hay que investigar si, tras haberse abierto afectivamente a uno de los padres, se sintieron heridos, rechazados y mal comprendidos. En este caso, es probable que sigan teniendo miedo de ser indignos del amor e inaceptables para los demás. O quizás el matrimonio de sus padres fuera algo tan atroz como para excluir la sola idea de una unión feliz. Entonces, ¿no pueden aprender de los errores de los padres? En su búsqueda de respuestas y soluciones a cuestiones como éstas, el individuo puede enriquecer el conocimiento de sí mismo, de sus relaciones y de la vida en general. Tal es el don de Saturno en la Casa 7. He visto muchos ejemplos de personas con Saturno en la Casa 7 que se quejan de que su pareja las limita y restringe demasiado su libertad: "si no fuera por mi cónyuge, podría hacer más cosas". En ocasiones esto es verdad porque, inconscientemente o no, han elegido como compañero o compañera a alguien ostensiblemente posesivo. Sin embargo, creer que su pareja es quien los refrena es una forma de autoengaño: en realidad, lo que han hecho es proyectar sobre el otro -o la otra- sus propios bloqueos internos y su miedo al crecimiento. Aún cuando lleguen a estar libres del marido o de la mujer que supuestamente los domina, muchas personas que tienen a Saturno en esta Casa se limitarán a buscar otras razones para no aventurarse a crecer y expandirse en el dominio de las relaciones íntimas. ¿Por qué no examinar primero estos obstáculos internos? Quizá Saturno en la Casa 7 anda en busca de una pareja segura, y en ocasiones lo menos arriesgado será aquel que no genera una pasión enorme. O, a modo de política de autoprotección, es probable que escojan deliberadamente compañeros a los que, en ciertos aspectos, consideran inadecuados o incompletos. Por consiguiente, si la relación fracasa y la otra persona los deja plantados siempre pueden consolarse diciéndose que están mejor sin aquel inútil aburrido. Otros dan la impresión de que escogieran compañeros con los mismos puntos débiles que ellos, así podrán regañar al otro por los defectos que a ellos les hacen sentir desdichados. Saturno en esta Casa se manifiesta también en la búsqueda de una pareja que proporcione seguridad y estabilidad. Por estas razones, es un emplazamiento que con frecuencia va asociado con el casamiento con alguien mayor que el individuo, que puede ser una figura materna o paterna. Es una solución que puede funcionar, pero al precio de mantenerlos en una situación de pequeñez y dependencia es muy alto. Si fracasa puede ser una bendición oculta, ya que se verán obligados a desarrollar su propia fuente interior de fuerza y a sostenerse solos. Es verdad que esto no es fácil, pero invariablemente es un logro que vale la pena. Saturno en la Casa 7 puede condicionar un casamiento tardío, o hacer que el individuo no encuentre una realización completa en una unión mientras no sea algo mayor, como si el Padre Tiempo quisiera enseñarle un par de cosillas antes de que pueda establecer una relación verdaderamente sana y recíproca. Cuando tiene aspectos fluidos, denota un compañero de matrimonio dotado de las saturninas virtudes de castidad y discreción, tacto y discernimiento, prudencia y economía, que son la mayor ayuda para que la persona pueda amasar sus fortunas tanto sociales como financieras. Ésta es una posición afortunada, salvo por el hecho de que Saturno en la Casa 7, tanto con aspectos fluidos como con los tensionados, indica un trabajo arduo y disciplinado con un compañero matrimonial. Debido a que allí donde se encuentra Saturno está el miedo, es probable que obstaculice sus relaciones porque le asusta la posibilidad de un contacto emocional demasiado íntimo. Quizá tenga miedo del compromiso que exige una relación profunda, y le aterre la idea de una dependencia excesiva de otra persona. En parte temiendo y en parte esperando que le hieran, no puede arriesgarse a la vulnerabilidad que implica una intimidad auténtica y es probable que la elude por completo. Para evitar esta situación debe mirar hacia adentro con total honestidad y examinar su actitud al respecto. Debe cultivar la buena fe y la confianza en los demás. Esto no quiere decir que abandone su buen juicio a la hora de examinar si los motivos de la otra persona son honestos o no. Debe abrirse un poco más de lo habitual y no estar a la defensiva desconfiando del otro, su pareja (si la tiene) y sus amigos se lo agradecerán. Saturno en la Casa 7 tiene un enfoque cauteloso del matrimonio y existe la probabilidad de que el matrimonio se retrasa en el tiempo debido a su excesiva precaución. Cuando finalmente se case, esta relación perdurará gracias a la madurez que proporciona Saturno.

Quirón en Casa 7
El problema de la persona con esta posición de Quirón está relacionado con la pareja y la relación con el otro en general. Será muy sensible al rechazo por parte de los demás y la herida puede proceder de una ruptura con la pareja o de una relación de tipo complementario. La cooperación con los demás resulta difícil hasta que se transforme en un tipo de relación especial creada por la persona misma. Tiene que encontrar sus propios medios de relacionarse, lo que puede desembocar en un encuentro con un maestro que será el vehículo de la transformación personal. Su particular y original manera de relacionarse impacta a los demás, lo que la convierte fácilmente en un personaje público que ejerce un magnetismo especial sobre la gente. Con este emplazamiento es posible que la naturaleza de Quirón sea proyectada sobre la pareja, a quien quizá se vea como evidentemente herida, ya sea en lo físico o en lo psicológico, aunque también puede ser que sea como una especie de mentor o un sabio maestro. A la inversa, también es probable que quienes tienen a Quirón en esta Casa puedan actuar como maestros de otras personas siempre que lleguen a dominar el sentimiento de rechazo que Quirón hace aflorar en sus relaciones. El golpe de una separación dolorosa con un ser amado puede provocar heridas profundas que sabrán suavizar, sensibilizar y luego transformar. En otros casos, podría experimentar dificultades con la discrepancia que genera la noción idealizada del amor y la realidad que tiene delante de sus ojos. Con Quirón en Casa 7 las relaciones son de primordial importancia. Nuestra relación inicial con el progenitor del sexo opuesto puede hacernos creer que las relaciones son peligrosas y es mejor evitarlas evadiéndolas, o que hay que abordarlas con sumo cuidado. Esto puede llevarnos al sufrimiento y a ponernos a la defensiva, mientras no hayamos reconocido la fuente psicológica de esta pauta. El entorno de nuestra niñez puede haberse caracterizado por relaciones destructivas, o quizás por la falta de relación y el mantenimiento de una mascara de cortesía como pantalla para ocultar las cosas divergentes. Tal vez hayamos aprendido a complacer a todo el mundo y a suavizar los posibles conflictos, puede que exista una sobredosis de diplomacia y de tacto de Libra para evitar cualquier conflicto que pudiera perturbarnos. Cuando Quirón está en Casa 7 vivimos los problemas quironianos por intermedio de terceros; Quirón se proyecta sobre el otro. Es probable que el individuo asuma uno de los papeles asociados con Quirón: el de herido, el de héroe, el de maestro, el de aprendiz, el de salvador, el de heridor, entonces con todo este bagaje atraerá sobre sí a las personas que representen el opuesto complementario. Aprenderá mucho de sí mismo al observar la clase de personas hacia quienes se siente atraído, ya que simbolizan lo se encuentra en estado potencial en su psique. El individuo con Quirón en Casa 7 contacta con el mundo arquetípico por mediación de otras personas. Podemos sufrir periodos de separación y aislamiento y mantener relaciones que nos dañan hasta el día en que sentimos que ya es demasiado, entonces cerramos nuestro corazón y nos aislamos. Sin embargo ese retraimiento también puede tener una dimensión creativa, si el individuo lo utiliza para estudiarse a fondo y descubrir que es lo que realmente le pasa. Por lo general sienten una gran necesidad de mantener la distancia, pero les molesta que otros tengan una actitud de distanciamiento. Son personas que necesitan distanciarse de los demás para recuperar lo que pueden haber proyectado sobre ellos y también tienden a desplazar sus sentimientos y emociones sobre ellos. Son sensibles si se sienten juzgados u observados y pueden sentirse atacados si ven que otra persona quiere mantener la distancia, o considerarla fría o indiferente. El individuo puede verse obligado a aceptar que si es autentico consigo mismo no va a gustarle a todo el mundo. Quien tenga una relación con alguien que tiene a Quirón en Casa 7 necesitará aprender a defender su terreno y es posible que se tenga que enfrentar con represalias ponzoñosas o con un silencio glacial. Podemos vernos continuamente confrontados por las Furias en nuestras relaciones, hasta que aprendamos a respetar e incluir su mundo sin dejarnos arrastrar a él. El individuo puede destacarse en el campo de la sanación porque este emplazamiento confiere el don de estar en contacto tanto con el nivel humano como con el arquetípico en las relaciones.

Urano en Casa 7
Allí donde se encuentra Urano se está llamado a traspasar los valores saturninos. Uno se burla de contratos y convenciones que gobiernan las relaciones interpersonales en el nivel socio-cultural. No hay nada fijo o establecido en el acercamiento de estas relaciones. Se ama el cambio, lo inesperado, lo inédito, libremente y con valor intentará encontrar relaciones excitantes y poco convencionales. Con Urano en esta Casa la actitud hacia las relaciones excederá sin lugar a dudas del marco tradicional. En tanto que hay muchas personas que mantienen una relación por sentimiento del deber o bien porque necesitan seguridad, los que tienen a Urano en este emplazamiento se les hará difícil soportar por semejantes razones una relación que está muerta o desgastada. Si una relación no es creativa y estimulante, abierta y sincera, son capaces de romper la relación para buscar algo mejor en otro lugar. Podría ser que uno de los miembros de la pareja, o los dos, exigiera más espacio y más libertad de lo acostumbrado en un matrimonio o pareja "normal". En vez de conformarse con ser simplemente la pareja de alguien, estas personas necesitan tener fuera de la relación otros intereses que les permitan fortalecer su sentimiento de identidad y de vitalidad. Si quienes tienen este emplazamiento no son el primer motor en la actuación de los impulsos de Urano, es probable que atraigan o elijan una pareja que pueda hacerlo por ellos. Si no reconocen su inquietud o su necesidad de una estructura menos convencional, es probable que inciten a la otra persona para que de una manera u otra altere la situación. La regla general con Urano en cualquier Casa es que cuanto más reconocida tengamos su presencia allí e interiorizada su naturaleza, menos probable será que las situaciones externas nos impongan sus conmociones. Los problemas se producen cuando los planetas que por naturaleza están ávidos de seguridad, convencionalismo o intimidad -como la Luna, Venus o Saturno- están en aspectos tensionados con un Urano en la Casa 7. En esos casos, una parte de la persona anhela la intimidad y la seguridad que puede brindar una relación, en tanto que otra parte de ella se asusta ante la posibilidad de perder su individualidad y libertad de movimiento y de verse demasiado limitado por la relación de pareja. Lo mismo que con Júpiter en esta Casa, una solución posible es encontrar una pareja con los mismos conflictos, mantenerse abiertamente alerta al dilema y, de acuerdo con ellos, estructurar la relación. Una atmósfera en la cual ambas personas puedan intercambiar y analizar libremente sus sentimientos y estados de ánimo, sabiendo que la otra no se lo tomará en un nivel personal, facilitará mucho la relación con un arreglo de este tipo. Los dos tendrán que reconocer que cada uno es un individuo por derecho propio, y no alguien que solamente existe para satisfacer lo que el otro pueda requerir en un momento dado. Como es obvio, para lograrlo será necesario un grado suficiente de madurez, y estos individuos sólo establecen las mejores relaciones cuando son mayores y ya tienen más claro lo que son. Los que tienen a Urano en la Casa 7 suelen experimentar revelaciones y cambios súbitos en su manera de ver las cosas, de pronto, la relación que mantienen ya no les satisface. Buscan entonces a otras que reflejen el cambio de su estado anímico. En general, existe la necesidad de volver a estimular o revigorizar periódicamente una relación existente, generalmente cuando Urano está movilizado por una progresión o un tránsito. La Casa 7 describe tanto lo que buscamos en una pareja como las cualidades que posiblemente estén latentes o poco desarrolladas en nosotros mismos. Quienes tienen en ella a Urano buscan un compañero o compañera sumamente original, enérgico, dinámico, mágico, inventivo y carismático; alguien que los despierte y les ofrezca cambios y perspectivas nuevas. Sin embargo, no es probable que una persona de esta naturaleza sea de las que aportan a una relación estabilidad y seguridad. Nuestra sociedad ejerce una presión enorme para que la gente se case, hasta tal punto que quienes no están casados o no mantienen una relación personal convencional pueden sentir que son responsables de un fallo terrible. Es probable que quienes llevan un estilo de vida solitario necesiten recordar que, tengan o no una relación de pareja, son seres dignos y valiosos. La Casa 7 se refiere también a la interacción social en general, y aquí se harán valer los principios de Urano, posiblemente indicando que están hechos para que, ya sea en virtud de su trabajo o del hecho de ser quienes son, pueden aportar a la sociedad nuevas ideas, intuiciones y avances. Elizabeth Taylor nació con Urano en Aries en la Casa 7, como regente de Acuario en la cúspide de la Casa 5. Sus fracasados matrimonios así como la rapidez con que se inician y se acaban, revelan el sello de Urano. Quizás en algunos casos se equivoque apresurándose demasiado en su intento de hacer valer las estructuras tradicionales del matrimonio con quien mantenga un episodio romántico (Casa 5), en vez de respetar la forma de actuación abierta que prefiere Urano. En el nivel individual, Urano en Casa 7 enseña que es por su manera de hacer frente a las exigencias de la vida interpersonal como mejor puede probarse a sí mismo para ver si ha sido capaz o no de sobrepasar el nivel socio-cultural y de transcender sus propias represiones personales. Para muchos, Urano en Casa 7 tan sólo "provoca" un descontento por las condiciones de vida en la actividad social. Pero, más tarde, comprobará que es necesario alinearse con las nuevas tendencias que penetran la cultura uniéndose a las personas que ya están identificados con estas tendencias. Urano va a desafiar la manera de actuar tradicional del Signo en el cual se encuentra. Desea cambiar las motivaciones de sus relaciones e incluso las del grupo que frecuenta.

Neptuno en Casa 7
La persona puede esperar en las relaciones interpersonales experiencias que tienden a disolver o a metamorfosear su ego personal. Habrá en el matrimonio una participación de los ideales sociales o espirituales con el otro. Se es atraído por personas distintas, tal vez "artistas" o personas muy imaginativas, incluso místicas. O bien uno mismo intenta ser idealista, sobrepasar el nivel socio-cultural como una manera de unirse al mundo y a los demás. Los que tienen esta configuración tropiezan en el área de las relaciones personales con complejidades que pueden servirles para cambiar y transformar su conciencia y su entendimiento de la vida. Por mediación de los goces de la intimidad, o gracias a cualquier forma de dolor, desilusión o pérdida que se produzca, es posible que renazcan en un nivel de conciencia más elevado. Hay muchas manifestaciones diferentes de este emplazamiento. Algunas personas irán en busca de una deidad que adorar y reverenciar, y también que las salve. Para calmar sus sentimientos de soledad y aislamiento, es frecuente que sueñen con ser absorbidas en el otro. En vez de asumir la responsabilidad de convertirse en una persona integra por propio derecho, buscarán una compañera o un compañero que haga que se sienten seres completos. En este sentido, si aman a los demás es porque los necesitan para algo. Llevada esta actitud a un extremo, la otra persona se convierte en algo así como una prenda de ropa que usan o una pieza más en su equipo de trabajo: es lo que Martin Buber llama una relación "yo-eso". Neptuno no es del todo feliz con esta situación: el noble ideal amoroso de este planeta es amar sin pedir nada a cambio. Si los que tiene a Neptuno en la Casa 7 se vuelven demasiado dependientes de la otra persona, es probable que se encuentren con que, de una manera u otra, su pareja los abandona o la relación se complica. Consiguientemente se ven frente a la necesidad de cultivar en sí mismos lo que buscaban en el otro, y con este esfuerzo aprenden una forma de amor más desinteresada. Allí donde esté situado Neptuno en la Carta Astral, la vida nos pide mucho. La otra variedad de los que tienen a Neptuno en la Casa 7 son los que andan en busca de alguien que puede representar el papel de salvador. Su idea de una relación consiste en rescatar y redimir a la otra persona. De aquí la reputación que tiene este emplazamiento de atraer a las víctimas típicas: alcohólicos, drogadictos, criminales, personas inestables con un pasado difícil o turbio, etc. Algunos se sentirán atraídos hacia artistas como un genio musical o el profeta religioso, con una excepcional necesidad de que alguien los cuide como una madre y vaya detrás limpiando sus platos rotos. Es frecuente que el que se ha hecho cargo de los cuidados y del rescate termine sintiéndose un mártir y a quien no se le agradece nada. Inconscientemente, algunas personas que tienen a Neptuno en la Casa 7 creen que renunciar a algo equivale a una limpieza y una purificación. Sobre la base de este programa oculto, es probable que se enamoren de alguien que no es libre, como por ejemplo de una persona casada. Como es obvio, la situación impondrá a la persona afectada por Neptuno readaptaciones y ajustes que pueden terminar en un total abandono de la relación. En algunos casos que he visto, los que tienen este emplazamiento se entregan a relaciones platónicas donde han sido "trascendidos" los deseos de la carne. Es frecuente que estas personas se sientan llamadas a dar sin reservas en las relaciones; a hacer sacrificios por su pareja y aceptar las limitaciones que la otra persona no puede resolver con facilidad. Hay veces en que exhiben una especie de amor desinteresado que es digno de auténtico respeto. Sin embargo, en otras ocasiones es posible que se dejen pisotear como si no les correspondiera ningún derecho en la relación. No es sorprendente que con Neptuno en la Casa 7 haya con frecuencia una idea muy romántica e idealizada de lo que debe ser una relación; una idea que no tiene en cuenta todo lo que esto implica como esfuerzo. Es posible que inconscientemente sean críticos y no perdonen a la otra persona los fallos que no encajan con su idea de cómo debe ser su pareja o con lo que ellos entienden por amor. Algunos presentan públicamente la fachada de una relación perfecta cuando de hecho la situación está lejos de ser la ideal. En una dimensión más positiva, puede darse el encuentro y la unión de dos personas en el plano espiritual y establecerse entre ambas un contacto psíquico misterioso y sobrenatural. Sin embargo, por más preconcebida por los dioses que pueda parecer la unión, la necesidad de adaptarse a las diferencias generadas por las discrepancias personales sigue existiendo. Es posible que dos almas gemelas encuentren un motivo de discusión en la forma en que cada uno aprieta el tubo del dentífrico. Tras habernos deshecho de la fantasía, la atracción sexual, el éxtasis y las ideas románticas del amor, ¿Qué es lo que nos deja Neptuno? En última instancia, este planeta representa una forma de amor desapegado, un amor que no se aferra ni devora a ninguna de las personas. No es una unión basada en deberes y obligaciones, sino en la reciprocidad. Tal como lo expresa Marilyn Ferguson en la conspiración de Acuario, "el amor es un contexto, no un comportamiento". En ese punto intermedio entre la exigencia de que la otra persona se adapte a nosotros y el estar siempre adaptándonos a ella, es donde se encuentra la forma de amar que sueña Neptuno. Además la Casa 7 es la forma en que nos conectamos con la sociedad en general. Neptuno en la Casa 7 puede colaborar con los demás con sensibilidad y apertura, o presentar una máscara que se adecué a cualquier ocasión. Varios artistas y músicos que me han consultado tienen este emplazamiento, también se encuentra en personas que de alguna manera aconsejan y ayudan a los demás. Si Neptuno está tensionado, puede haber riesgo de escándalo o problemas con los procesos penales. En el nivel transpersonal esta posición de Neptuno es una llamada para encontrar en el mundo y en los demás valores espirituales más inclusivos; una llamada a desarrollar el verdadero amor junto a una compasión por todos aquellos que son menos afortunados. Con Neptuno en esta Casa, hay necesidad de desprenderse de las gafas con cristales rosados y aprender a encararse con la realidad; debe aprender a dar sin esperar nada a cambio.

Plutón en Casa 7
La mejor contribución que se puede aportar a la sociedad está condicionada por la clase de causa que se abraza y por la capacidad que se tiene para involucrar a los demás en el valor de esta causa. En el nivel individual hay que vigilar el fanatismo. Plutón inclina a una conversión religiosa, artística o política irrevocable. El soberano griego del mundo subterráneo sólo abandonó su reino a la superficie de la tierra en dos ocasiones: una vez para curarse de una herida que le había causado Hércules, y otra para secuestrar a Perséfone y llevársela a su reino. De modo similar, el funcionamiento de Plutón se puede observar con mayor claridad en la enfermedad y en la esfera de las relaciones íntimas. Cuando está en la Casa 7, Plutón se encuentra en el sector de las asociaciones. En vez de considerar el matrimonio -u otra forma de unión íntima- como una mera cuestión de "… y vivieron felices para siempre", lo más prudente para quienes tienen este emplazamiento será entender las relaciones como catalizadores o agentes de transformación, cambio y crecimiento en el nivel personal. Liz Greene, hablando de Plutón en esta Casa, dice que "la entrada en el mundo subterráneo se produce por mediación del otro". En otras palabras, que las relaciones hundirán a estos individuos en profundos complejos emocionales que ya desde su niñez temprana (o antes si uno cree en el karma y en la reencarnación), acechan en los oscuros rincones de la psique. Por mediación de los problemas relacionados con la pareja, habrá partes de la naturaleza del individuo que han sido sepultadas, reprimidas o mantenidas bajo control por el yo, y que harán erupción en la vida cotidiana. Tras el estallido, vendrá la tarea de volver a recomponerse, esperemos que habiendo alcanzado un mayor conocimiento y una mayor comprensión de las propias complejidades. Si no están en total contacto con sus aspectos más oscuros o indiferenciados, es probable que los proyecten sobre su pareja. Si no han reconocido su capacidad potencial para ser despiadados y traidores, sus celos, su envidia y su posesividad, darán la impresión de atraer a personas que tienen estos rasgos. Aquí como en todo, la vida tiende, por naturaleza, a la totalidad: si no vivimos nosotros mismos esa totalidad, nos será impuesta desde afuera. Dondequiera que esté Plutón en la Carta Astral, es allí donde cabe encontrar al dios de la destrucción y de la muerte. Algunos que tienen este emplazamiento perciben sus propias tendencias destructivas en el dominio de las relaciones y, por consiguiente, viven en el temor de que los demás puedan ser capaces del mismo tipo de comportamiento. O quizás desconozcan por completo su propia energía destructiva y se limiten a atribuírsela a la otra persona. Debido al temor constante de que tarde o temprano el otro vaya a perturbar la relación, estas personas se les hace difícil confiar en su pareja o sentirse seguras en una unión. Es probable que, en procura de evitar semejante catástrofe, intenten dominar, poseer y controlar a su pareja. Lamentablemente, un comportamiento así sirve con frecuencia para alejar a la otra persona, y han provocado la situación que más les aterraba. Pero como sucede con Plutón en cualquier Casa, la deidad que provoca la enfermedad es también la que cura. Para comprender nuestros conflictos inconscientes, Plutón nos pone una pala en las manos, diciéndonos: "empieza a cavar", durante este proceso, es posible que desenterremos algunas razones por las cuales todo esto tuvo que sucedernos. He visto muchos casos en los que Plutón en la Casa 7 quería poner término a una relación, pero por diversas razones temía hacerlo. Invariablemente conseguían provocar a la otra persona hasta que ésta lo hacía. Para algunos, Plutón en la Casa 7 se dará a conocer mediante la ruptura con la pareja. Si la unión era estrecha y buena, rehacerse después de un golpe así es un proceso lento y gradual que pasa por muchas etapas. Pero allí donde se encuentra Plutón hay también la capacidad de volver a levantarse, como el Fénix de sus cenizas. Incluso si la relación estaba saturada de peleas y amargura, perder al compañero o compañera puede ser devastador, especialmente si el individuo se siente responsable de lo que ha sucedido. Hay quienes abdicarán todo su poder en la otra persona como si quisiesen dejarse tragar por la relación. Otros no se sentirán seguros a menos que sean ellos quienes estén a cargo de la relación. En cualquiera de los dos casos, el equilibrio del poder se halla repartido de forma desigual, y la lección de la auténtica reciprocidad está todavía por aprender. Tarde o temprano, uno u otro puede sentir la necesidad de liberarse para seguir creciendo y trascender las limitaciones que le impone la relación. En muchos casos quienes tienen a Plutón en la Casa 7 experimentan una verdadera dificultad para poner fin a una relación o liberarse de ella. En la mitología, y en comparación con los otros dioses, Plutón fue para Perséfone un marido relativamente constante, que sólo en dos ocasiones le fue infiel. En el primer caso se enamoró locamente de la ninfa Minta, pero durante su feroz persecución la aplastó accidentalmente. (Es posible que quienes tienen este emplazamiento destruyan efectivamente una relación debido a la propia intensidad con que la viven). En el segundo caso, secuestró a una de las hijas del océano y se la llevó a su reino, donde vivió hasta morir de manera natural. Es probable que Plutón exija la ruptura y la eliminación total de una relación existente a fin de dejar margen para que el proceso de individuación de cada una de las partes continúe. Pero, por otro lado, Plutón sugiere también que una relación puede soportar muchas mini-muertes y renacimientos, fortaleciéndola cada vez más hasta durar muchos años, siempre que se acepten los cambios necesarios para que todo funcione bien. Las características más comunes con este emplazamiento son: la necesidad de establecer relaciones simbióticas y apasionadas, la necesidad de dominar o ser dominados por otros, el poder hipnótico sobre los demás, el gran atractivo sexual, la competitividad y las luchas de poder en las relaciones, la necesidad de pedir consejo o de convertirse en consejero. De igual forma esta Casa nos va a ayudar a entender a los demás y a nosotros mismos. Plutón inclina a una conversión religiosa, artística o política. Quienes tienen a Plutón en la Casa 7 tienen la capacidad para ayudar a los demás a superar momentos dolorosos de transición y de crisis. Es probable que algunos ejerzan una profunda influencia sobre la sociedad en general. Este emplazamiento de Plutón es típico de las Cartas Astrales de abogados, curadores, asesores y psicólogos.

Alexander Ruperti "La Rueda de la experiencia individual" y Howard Sasportas "Las Doce Casas".