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Plutón en Tránsito a través de las Casas Astrológicas de la Carta Astral

La gente tiende a sentir miedo de los tránsitos de Plutón, y su razón tienen, porque nos las vemos aquí con el dios de la muerte, cuyo dominio es el submundo tenebroso y sombrío. Con frecuencia, los tránsitos de Plutón nos pone dolorosamente en contacto con la muerte. En algunos casos esto hay que entenderlo literalmente -nuestra muerte o la de alguien próximo a nosotros-, pero lo más común es que correspondan con muertes psicológicas o "muertes del yo": la muerte de una parte de nosotros mismos tal como nos conocemos. Casi todos establecemos y reforzamos nuestra identidad aferrándonos a cosas que nos proporcionan una cierta sensación de quiénes somos. La gente con quien nos asociamos, la persona con quien nos casamos, el trabajo que hacemos, el dinero que tenemos en el banco, los hijos que traemos al mundo, la religión o filosofía que abrazamos... todo esto nos ayuda a configurar y sostener nuestra identidad. En el curso de nuestro desarrollo, además, vamos formándonos opiniones o creencias sobre nosotros mismos y sobre la vida "de afuera", y esos "guiones" o "anunciados vitales", como se les suele llamar, también contribuyen a nuestro sentimiento de identidad. El guión de una persona puede ser: "Soy capaz de alcanzar lo que quiero"; el de otra quizá sea: "Yo siempre pierdo". Un anunciado vital podría ser: "El mundo es un lugar seguro en el que puedo confiar", en tanto que otro quizá sería: "El mundo es peligroso y está empeñado en destruirme". Configuramos nuestra identidad psicológica no sólo por mediación de nuestras relaciones o de un trabajo, una vocación o un talento, sino también mediante este tipo de anunciados y de creencias sobre la vida y sobre nosotros mismos: forman parte de nuestra mitología personal y pueden ser inconscientes, en cuyo caso no los cuestionamos. Bajo la influencia de un tránsito de Plutón cualquiera de los "soportes" de los que derivamos nuestra identidad puede desplomarse o estropearse irremediablemente, porque con Plutón no hay marcha atrás ni retorno a la inocencia. Este tipo de muertes psicológicas es bastante frecuente: todos hemos experimentado el final de un "capítulo" de nuestra vida, el término de una carrera o de una amistad importante: la muerte de nosotros mismos tal como nos hemos conocido. Cuando está en juego Plutón, sin embargo, ese dolor puede, además, hacer aflorar a la superficie emociones mucho más oscuras -rabia, o un tremendo sentimiento de humillación- que nos obligan a reconocer la ferocidad con que nos aferramos a las cosas. Incluso renunciar a vínculos negativos -a una mala relación, a un trabajo insatisfactorio o a un "guión de perdedor" nos exige reconocer la magnitud de nuestro sentimiento de pérdida e impone a nuestra vida reajustes muy importantes. Ya podemos tener perfecta conciencia de que lo mejor que podemos hacer es desprendernos de una relación insatisfactoria o destructiva -podemos pasar años en psicoterapia intentando transformar los modelos negativos que arrastramos desde de la niñez-, y sin embargo seguimos teniendo una sensación de pérdida y estando mal dispuesto a liberarnos de estos lazos. En un nivel intelectual podemos saber que hacerlo significará un renacimiento y que los cambios serán positivos, pero aún así la muerte de nuestro apego nos da miedo y nos duele. 

Bienaventurados los que lloran, y especialmente los que aprenden que el llanto y el duelo no sólo están hechos de dolor y tristeza, sino también del enojo o de la culpa que sentimos por nuestra pérdida. Podemos estar enojados porque algo en lo que confiábamos nos abandona, o irritarnos con nosotros mismos por no haber renunciado antes a una parte gastada de nuestra vida. Podemos sentirnos responsables de haber causado la muerte de alguien o de algo que se ha ido para no volver, o culpables porque los cambios que estamos experimentando dañan o perturban a los seres que nos rodean. Para facilitar nuestro proceso de muerte y renacimiento, necesitamos tener humildad y paciencia, e ir dando tiempo a todos los sentimientos movilizados por la pérdida, porque sólo entonces podremos abrirnos plenamente a ese "yo" nuevo y desconocido que pugna por nacer. No hay manera de evitar el dolor, ni es fácil hacer el duelo: especialmente bajo la influencia de un tránsito de Plutón, aprendemos que cualquier intento de luchar "heroicamente", cualquier obstinación en hacernos valer contra él no consiguen más que hacer más profunda nuestra angustia. El ego -nuestro sentimiento de ser un "yo-aquí-dentro"- intenta salvaguardar estos apegos internos o externos que le dan un sentimiento de estabilidad y de solidez. Al ego no le interesa autodestruirse. Sin embargo, Plutón, el dios del mundo subterráneo, representa una fuerza que opera desde más abajo del nivel superficial de la conciencia, y que se opone a los esfuerzos de autoperservación del ego. Plutón simboliza aquella parte se nuestro psiquismo que inconscientemente "organiza" o atrae situaciones mediante las cuales nos desmorona, y no simplemente porque intervenga un factor "maléfico". Es verdad que Plutón nos desgarra, pero lo hace con un objetivo en vista: para que podamos reconstruirnos de otra manera. El tránsito de Plutón puede crear dolor, crisis o dificultades, pero lo hace en nombre del crecimiento y del cambio necesario. Nuestra naturaleza auténtica y más profunda, aunque irreconocida para la mayoría de nosotros, es ilimitada e infinita. Si derivamos nuestra identidad principalmente de "soportes" -ya sean éstos cosas o creencias determinados o con una única imagen de nosotros mismos, el tránsito de Plutón puede desbaratar estos apegos e identificaciones. Y lo hace para ayudarnos a que nos identifiquemos nuevamente de una manera más amplia. La Casa o el planeta que Plutón afecta en su tránsito nos muestra los ámbitos de la vida donde se están demoliendo y reestructurando los cimientos.
 
Las Imágenes de Escorpio
 
Escorpio, uno de cuyos regentes es Plutón, es un Signo complejo, porque a diferencia de los demás, que generalmente tienen un único símbolo -Aries el carnero, Tauro el toro, Géminis los gemelos, etcétera, Escorpio tiene varias representaciones distintas: el escorpión, la serpiente, el águila y el fénix. Además, Escorpio es mucho más que un mero Signo del zodíaco donde uno puede tener el Sol, Venus, Marte o el Ascendente; representa también una faceta de la vida a lo cual todos estamos sometidos: el proceso cíclico de cambio, decadencia, muerte y renovación. El dominio de Plutón era el submundo, y en términos psicológicos el submundo es sinónimo del inconsciente. El yo es el centro de la conciencia, el centro de aquello de lo que tenemos conciencia en nosotros mismos, o con lo que nos identificamos. Sin embargo, más allá del nivel de percepción consciente del yo está el inconsciente, el conjunto de todos los atributos y elementos de nuestro ser con los cuales aún no hemos establecido contacto o que no hemos integrado. Por naturaleza, la vida avanza hacia la integración y la totalidad, y Plutón sirve a este impulso haciendo estallar las fronteras y los puntos de referencia del yo y obligándonos a reconocer aquellas partes de nosotros que el yo ha excluido de la conciencia. En nombre de la totalidad, este planeta nos obligará a enfrentarnos con cualquier cosa que esté sepultada en nosotros, trátese de potencialidades intocadas o de nuestros propios demonios y complejos reprimidos. Los tránsitos de Plutón evocan imágenes de descenso: un viaje al submundo del inconsciente, una incursión para descubrir lo que está oculto en nuestro interior. Es preciso insistir una vez más: el inconsciente no es sólo un almacén de emociones, sentimientos y complejos negativos o destructivos que nos negamos a reconocer, por más que no sean escasos los "demonios" de esta clase que encontramos al acecho en las profundidades de nuestro psiquismo. En el inconsciente hay también rasgos positivos potenciales que esperan ser reconocidos e integrados. Más adelante estudiaremos el tesoro que se oculta en nuestro inconsciente, pero primero debemos hacer frente a la bestia...
 
Hércules y la Hidra
 
En su viaje de individuación, Hércules tuvo que cumplir doce tareas o trabajos. La Octava tarea, la de matar a la Hidra, ejemplifica el tipo de lecciones y de problemas con que tropezamos por obra de Escorpio y de Plutón. Los tránsitos de este planeta, en particular, suelen designar una fase de la vida en que tenemos que combatir con la Hidra, la bestia que hay en nosotros. El Octavo trabajo de Hércules comienza cuando su maestro le asigna la tarea de matar a la Hidra, un monstruo de nueve cabezas que ha estado devastando las tierras de Lerna. Pero antes de salir en busca de la Hidra, su mentor ofrece a Hércules un consejo bien preciso: "Nos elevamos arrodillándonos; conquistamos entregándonos; ganamos renunciando". Equipado con su garrote y con este aforismo, Hércules inicia su búsqueda de la bestia. La Hidra es difícil de encontrar... Como las emociones soterradas que se ocultan en el fango del inconsciente, la Hidra se oculta en una "caverna de perpetua noche" situada junto a un fétido pantano; es decir, en una parte de nosotros que se resiste muchísimo a la "iluminación" o explicación racional.

Cuando localiza la caverna, Hércules dispara sus flechas hacia el interior con la esperanza de hacer salir a la Hidra, pero ésta no se mueve. Finalmente, el héroe sumerge sus flechas en brea, las enciende y, llameando, las envía hacia el interior de la guarida del monstruo. Furiosa, la Hidra emerge de su morada, con ánimo asesino y vengativo. Al disparar sus flechas llameantes al interior de la cueva, Hércules ha conseguido que la Hidra salga de su escondite. De la misma manera, bajo los tránsitos de Plutón, provocamos -ya sea consciente o inconscientemente- situaciones que nos obligan a enfrentarnos con la bestia que llevamos dentro, o que se oculta en las personas que nos rodean. Ahora la Hidra está en la marisma, y Hércules de pie frente a ella. Armado con su querido garrote, se levanta para enfrentarse con la Hidra e intenta cortarle las cabezas, pero cada vez que una de ellas cae, aparecen tres más en su lugar. El intento de matar de esta manera a la Hidra es un reflejo de la forma en que procuramos destruir nuestras emociones bestiales apartándolas de la conciencia; y sin embargo, siguen reapareciendo, cada vez más furiosas y encolerizadas. Finalmente, Hércules recuerda el consejo de su maestro: "Nos elevamos arrodillándonos; conquistamos entregándonos; ganamos renunciando". En vez de seguir atacándola de pie, se arrodilla en la ciénaga, sumergiéndose en el fétido lodo, y sujetándola por una de las cabezas, levanta a la Hidra a la luz del día donde comienza a marchitarse. Sólo tiene fuerza cuando está en el pantano; cuando se la lleva a la luz, pierde su poder destructivo. Hércules puede entonces cortarle todas las cabezas sin que ninguna renazca; sin embargo, después de haberle cortado las nueve, aparece una décima: el héroe se da cuenta de que es una joya y la entierra debajo de una roca. ¿Qué significa todo esto? Si se los deja corromperse en las aguas estancadas del inconsciente, nuestros ciegos impulsos instintivos y complejos infantiles (nuestra temprana rabia destructiva, el odio hacia nosotros mismos, la envidia, los celos, la codicia, la lujuria) tienen un enorme poder sobre nosotros. Pero si los traemos a la luz del día, a la luz de la conciencia y los mantenemos ahí, empiezan a perder fuerza. Aquello de lo que somos inconscientes tiene una especial manera de acercarse a nosotros por la espalda para atacarnos inesperadamente. Sin embargo, si somos conscientes de ello, tenemos más probabilidades de dominarlo. Por ejemplo, si no admitimos nuestros celos ocultos, encontrarán maneras disimuladas de expresarse. Nuestra pareja se comporta de tal manera que nos sentimos celosos, pero insistimos en que no es así... por más que después nos pasamos varios días actuando con frialdad, con aire distante, o echándole en cara la superficialidad con que se conduce en las fiestas. Si sacamos los celos del pantano para llevarlos a la luz del día, creamos la posibilidad de analizar esta parte nuestra y de aprender más cosas sobre nosotros mismos. Esta clase de examen puede llevarnos a descubrir una rivalidad edípica que no sospechábamos, o un resentimiento hasta ahora no reconocido con nuestros padres porque prestaban más atención a uno de nuestros hermanos que a nosotros. En otras palabras, podemos descubrir los orígenes de los sentimientos que dirigimos a nuestra pareja. Al hacerlo, somos más capaces de distinguir en qué medida lo que sentimos es adecuado para la situación actual y en qué medida pertenece a emociones no resueltas del pasado. Si insistimos en negar nuestros celos, o en que no tenemos nada que ver con ellos, una exploración como ésta no es posible. La Hidra sigue estando en el pantano manteniendo sobre nosotros su poder destructivo. La clave de la conquista de la Hidra no reside solamente en sacarla de la ciénaga. Hay mucha gente que libera a la Hidra de su represión inconsciente y termina en la cárcel o en el manicomio. La clave está en sacarla de la ciénaga y sostenerla allí, a la luz de la conciencia. Sostener es un término psicológico íntimamente relacionado con la idea de contención. Sostener significa reconocer y aceptar toda la gama de los sentimientos, permitiéndoles espacio, pero sin manifestarlos indiscriminadamente. Podemos escribir, pintar o dibujar para expresar nuestras emociones, o sacarlas a la luz durante una psicoterapia, en el curso de la cual puede suceder que un cliente desentierra un profundo enojo dirigido contra su madre o su padre, y entonces lo transfiera al terapeuta. De esta manera, las sesiones de terapia se convierten en el receptáculo de estos sentimientos de cólera hasta que el cliente los tenga resueltos y pueda pasar a otros problemas. En vez de negarlos, juzgarlos o condenarlos, se examinan y se les concede espacio. Incluso fuera del contexto terapéutico, las mejores relaciones son las que tienen la capacidad de contener tanto el amor como el odio que inevitablemente sentimos hacia la otra persona. Es imposible tener intimidad con alguien sin que se movilicen nuestras primeras emociones infantiles. Una relación sana es capaz de aguantar y contener tanto los buenos como los malos sentimientos. 

Cuando Hércules saca la Hidra de la ciénaga y la sostiene en el aire por uno de sus cuellos, el monstruo pierde su poder. No es fácil, y es posible que lleve cierto tiempo, pero lo mismo se puede hacer con nuestros celos, con la rabia, la envidia, la lujuria y cualquier otro impulso instintivo básico que tengamos encerrado dentro. Podemos sacarlos del inconsciente, aceptarlos como partes de nosotros (por más que la sociedad nos haya dicho que no debemos tener esos sentimientos) y examinarlos a la luz del día. Al establecer una relación con los sentimientos que hemos estado negando, creamos la posibilidad de transmutar estos aspectos de nuestra naturaleza. Después de que Hércules ha levantado a la Hidra y le ha ido cortando las nueve cabezas, aparece una décima que es una joya. Al final, el monstruo le brinda algo precioso. El poeta Rilke dice sobre un tema similar:

  Quizá todos los dragones de nuestra vida
  sean princesas que sólo esperan vernos
  una vez hermosos y valientes.
  Quizá todo lo terrible sea,
  en su ser más profundo,
  algo desvalido que quiere que lo ayudemos.

Al aceptar, contener y elaborar nuestros complejos infantiles, nos volvemos a conectar con partes de nosotros que hemos desterrado y reprimido. Aunque estos complejos reaparezcan al principio de forma negativa, la energía en ellos contenida, que antes negábamos pero ahora reclamamos, volverá finalmente a estar disponible para reintegrarse en nuestro psiquismo de maneras más constructivas. Jung dijo: "Aquellos que no aprenden nada de los hechos desagradables de la vida, fuerzan a la Conciencia Cósmica a que los reproduzca tantas veces como sea necesario para aprender lo que enseña el drama de lo sucedido. Lo que niegas te somete; lo que aceptas te transforma". No sólo liberaremos la energía aprisionada en los complejos, sino que recuperaremos también, para darle usos nuevos, toda la energía que hemos estado empleando para reprimirlos. Nada de esto es posible mientras no nos hayamos enfrentado a la bestia y la hayamos admitido nuevamente en la conciencia. Finalmente, la batalla con nuestra Hidra nos dejará mucho más vivos y presentes, ya no fuera de contacto con el rico lado instintivo de nuestra naturaleza... ya no viviendo la vida solamente del cuello para arriba. Rilke escribió: "Si mis demonios han de dejarme, me temo que mis ángeles también levantarán vuelo". Solamente si aceptamos nuestro odio podremos optar por el amor. Sólo después de haber aceptado nuestra cólera podemos decidir que seremos comprensivos. De otra manera, no estaremos haciendo otra cosa que fingir que somos amables.

El Rapto de Perséfone
 
Según la mitología, Plutón usaba un casco que lo volvía invisible cuando abandonaba el averno. Representa, pues, una fuerza que opera por debajo del nivel superficial de la conciencia, una faceta de nuestra psique que atrae inconscientemente situaciones que hacen que nos desmoronemos para volver a reconstruirnos de otra manera. Plutón sólo subió a nuestro mundo en dos ocasiones, una vez en el intento de sanar una herida, y la segunda para raptar a Perséfone. Los tránsitos de Plutón se experimentan con la máxima claridad en problemas que tienen que ver con la salud y con las relaciones. Encontramos a Plutón en la enfermedad, cuando las toxinas y los venenos son atraídos a la superficie y eliminados del cuerpo para que el organismo vuelva a funcionar bien. También tropezamos con el dios del mundo subterráneo en las relaciones, cuando afloran a la superficie y quedan al descubierto complejos emocionales. Los tránsitos de Plutón pueden aportarnos relaciones nuevas o bien crear, en las que ya existen, tensiones destinadas a movilizar y reactivar lo que está sepultado en nuestro interior. De nuevo podemos dirigirnos al mito para ampliar y profundizar lo que sabemos sobre los efectos de Plutón en esta esfera de la vida.

En primavera encontramos a la doncella Core jugando en un campo con otras diosas vírgenes, feliz y contenta en el abrazo protector de su madre, Demeter la diosa de la Tierra. Core es joven e inexperta, y vive en paz en el mundo superior, sobre la Tierra, en el nivel superficial de la vida, pero Afrodita, la diosa del amor sensual, al mirarla desde el Olimpo, la encuentra increíblemente ingenua e inocente. En su condición de compensadora de desequilibrios, Afrodita decide dar una lección a Core, y ordena a Eros que hiera a Plutón (que está en las inmediaciones) con una flecha del amor. Sin darse cuenta de que es una flor asociada con el mundo subterráneo, Core corta un narciso. La Tierra se abre y de ella emerge Plutón, en su carroza negra tirada por cuatro caballos que exhalan fuego. Plutón secuestra a Core, se la lleva al submundo, y allí la viola. En un abrir y cerrar de ojos, Core se ha visto arrebatada de la pradera primaveral de un mundo alegre y soleado y se halla ahora en un lugar oscuro y desconocido, un sitio de pasión, sexualidad y emociones intensas. Tras esto, el nombre de Core pasa a ser Perséfone, que significa "la que ama la oscuridad". Iniciada por Plutón en la condición de mujer, ya no es una doncella. Simbólicamente al menos, se ha liberado de la dominación de su madre, y es ahora una mujer por derecho propio. Demeter, angustiada por la pérdida de su única hija, se hunde en una profunda depresión y prohibe que los cereales crezcan y que los árboles fructifican. Durante siete años el mundo entero es frío y árido, y la humanidad se muere de hambre. Finalmente los dioses, preocupados al ver que no quedará nadie que les rinde culto, interceden y consiguen que Perséfone pueda reunirse con su madre. Como Perséfone ha probado las granadas del mundo subterráneo (una manera simbólica de decir que su sangre se ha derramado y ella ha perdido su virginidad), se le permite volver al mundo terrestre sólo durante seis meses al año. Los meses restantes debe pasarlos con su marido, Plutón, en su papel de reina de los infiernos. A los griegos este mito les servía de explicación de cómo llegaron a existir las estaciones. Antes del rapto de Core, la primavera y el verano eran eternos: pero ahora, cada vez que Perséfone tiene que separarse de su madre para volver al mundo subterráneo, Demeter hace su duelo: los árboles pierden las hojas, las cosechas se acaban y llega el invierno. El mito hace referencia a un pasaje, a un rito de iniciación: el adolescente debe salir del útero de la familia o de los antepasados para así llegar a ser una persona por derecho propio. Pero no importa la edad que tengamos: el mito también expresa lo que sucede cuando nos entregamos a una relación de apasionada intimidad. Como Core, por mediación del amor nos vemos hundidos en el mundo subterráneo, donde nos enfrentamos con nuestros ocultos complejos emocionales. La intimidad deja al descubierto el secreto mundo interior del bebé que sigue vivito y coleando en nuestro inconsciente: un mundo de pasión, rabia, envidia, codicia, lujuria y celos. Quizás en un momento dado nuestra pareja no puede darnos precisamente lo que queremos o necesitamos, y ahí resurge, en nuestro interior, el niño celoso, temeroso del abandono y de la muerte. Hay veces en que sentimos que seríamos capaces a matar a nuestros seres amados, y otras en que queremos destruir o arruinar una relación porque no aceptamos el poder que tiene el otro para hacernos sentirnos tristes o felices, realizados o insatisfechos. La intimidad remueve en nosotros todas estas emociones. ¡Y nos habían dicho que el amor proporcionaba un estado de ánimo jubiloso! Finalmente Perséfone llega a ser señora de los dos mundos. Se siente cómoda en el mundo de arriba, viviendo en el nivel superficial de la vida. Es capaz de ser ligera, natural, alegre e inocente, y de hablar de menudas trivialidades. Pero también está familiarizada con el submundo: ha conectado con las emociones más oscuras, que viven debajo del umbral de la conciencia. Bajo la influencia de un tránsito importante de Plutón, nosotros también podemos tener la experiencia de Perséfone, podemos enfrentarnos con el mundo subterráneo de nuestras propias emociones destructivas mediante el catalizador de una relación íntima. Como el caso de Perséfone, una vez violado por Plutón nuestro sentimiento de quiénes somos, descubrimos más cosas sobre nosotros mismos y sobre lo que está al acecho en nuestras profundidades. Y como Perséfone, podemos volver a nacer como una persona nueva y más entera.

En el mito de Perséfone, Afrodita se vale de Plutón para alcanzar sus objetivos, iniciar a Core, la doncella ingenua e inocente, en otro aspecto de la vida. En este sentido, Plutón actúa como un principio de equilibrio; allí por donde este planeta transita en el Mapa es donde se nos muestra otra dimensión de nosotros mismos, el lado que hemos negado o del que no hemos hecho caso. Si estamos excesivamente identificados con el principio "masculino" o Animus (autoafirmación, poder y logros externos), un tránsito de Plutón puede despojarnos de nuestro poder y de nuestro empuje para ponernos más en contacto con el lado más "femenino" de la vida, con el Anima, esto es, el ámbito del alma, de los sentimientos y de las relaciones. Si estamos manifiestamente identificados con el Anima y derivamos nuestra identidad principalmente de lo que la otra persona necesita o quiere que seamos, entonces Plutón puede privarnos de esa relación para que nos veamos obligados a descubrir quiénes somos por derecho propio. Si en algún sentido hemos pasados por un proceso de envanecimiento y nos sentimos dioses o seres sobrehumanos, los tránsitos de Plutón nos devolverán a nuestro tamaño natural. Si nos hemos "tragados enteros" los valores de nuestra cultura y de nuestra sociedad, Plutón nos pondrá frente a opciones y tentaciones que nos aparten de la norma y -para nuestro escándalo y sorpresa- nos hará ver otros aspectos de nuestra naturaleza y otras maneras de vivir que son radicalmente diferentes de las que nos inculcaron nuestros padres o la sociedad. Plutón es también el vengador de la ley natural. Toda cosa viviente tiene su lugar y sus límites: si nos aventuramos más allá de esos límites, un tránsito importante de Plutón desatará sobre nosotros a las Furias, quizá bajo la forma de una enfermedad, el dolor y el sufrimiento serán los mensajeros que nos informan que algo se ha desencaminado, que en algún sentido nos hemos desequilibrado. Si no hemos hecho caso de ninguna de sus advertencias anteriores, Plutón se valdrá del cuerpo para obligarnos a escuchar. La enfermedad puede ser el único camino que le quede abierto para someternos y cambiarnos. La enfermedad hace subir a la superficie las toxinas y los venenos ocultos, de modo que pueden ser eliminados y el cuerpo se purifique. En algunos casos, este tipo de enfermedades purificadoras pueden facilitar la regeneración psicológica de complejos y trastornos emocionales que se arrastran desde hace largo tiempo.

La Diosa Oscura
 
Perséfone no es más que una de las muchas figuras míticas que se han transformado mediante un viaje por el mundo subterráneo. Supuestamente el mito más antiguo del que se tenga noticia (registrado en tablillas de arcilla en el tercer milenio antes de Cristo), la leyenda sumeria del descenso de Inanna ilustra el tipo de cambios que se asocian con Plutón cuando este planeta transita por puntos importantes del Mapa. Inanna, una primera forma de Ishtar, es una diosa de los cielos: es radiante y vivaz, sensual y alegre, y su vida se desenvuelve con relativa fluidez. Pero tiene una hermana perversa, Ereshkigal, que vive en los infiernos, y cuyo nombre significa literalmente "la señora del gran lugar de abajo". La mitología griega es comparativamente tardía, y antes de los griegos el mundo subterráneo estaba regido por una diosa, no por un dios. En este sentido, Ereshkigal es una forma anterior de Plutón. Cuando se inicia el relato, el marido de Ereshkigal acaba de morir, Inanna se siente obligada a viajar a los dominios de Ereshkigal para acudir al funeral. Tiene que descender a un lugar que no le gusta, a una región con la que no está familiarizada, a un reino que no es el suyo. Cuando Inanna llega al primer portal del infierno, Ereshkigal la saluda con la fijeza implacable de una mirada sombría y venenosa:

  -¿Cómo te atreves a penetrar en mi reino? Aunque seas mi hermana, te someteré al mismo tratamiento que reciben todas las almas cuando entran en el submundo.

Ereshkigal está con un humor de perros, y cuando se siente así hace sufrir a todo el mundo. No se detiene a considerar que Inanna ha venido a estar con ella en el funeral de su marido. A Ereshkigal no le preocupa ser razonable ni justa; ella representa la primera furia global del bebé: cuando se encoleriza o se siente desdichada, todo está mal y no hay nada que sea bueno. Siete entradas o portales conducen a las profundidades del mundo subterráneo. Ereshkigal ordena a Inanna que las atraviese, y en cada portal la reina del cielo debe despojarse de algo -de sus ornamentos, de su ropa, de sus joyas- hasta que llega completamente desnuda a lo más profundo del infierno. Entonces le ordena que se incline ante Ereshkigal, que reverencie la misma fuerza que la ha despojado de todo. Los tránsitos de Plutón pueden ser similares a un encuentro con Ereshkigal. Quizá tengamos que renunciar a las cosas que han contribuido a establecer nuestro sentimiento de identidad. Relaciones, trabajos, sistema de creencias, posesiones u otras formas de apego pueden sernos arrebatados, o bien perder validez y atractivo a nuestros ojos, y sin embargo, en el mito, Inanna se ve obligada a inclinarse ante Ereshkigal, a honrar -como se honraría a una deidad- a la misma fuerza que la ha despojado del todo. Ereshkigal es una diosa, una diosa oscura, pero una diosa. Es una divinidad por mediación de la cual actúa una ley superior, y en última instancia debe ser saludada como parte de la vida. Vernos despojados de nuestra identidad y de nuestros apegos no es agradable: sabe más bien a maldición que a la obra de una divinidad. Por difícil que puede ser comprenderlo, Ereshkigal (como Plutón) sirve a un propósito superior. Sin embargo, la naturaleza de tal propósito no siempre se ve inmediatamente con total claridad. La verdad es que en el caso de Inanna la situación empeora en lugar de mejorar. Como si no fuera ya bastante castigo haber despojado totalmente a Inanna para obligarla después a inclinarse ante ella, Ereshkigal la mata y la cuelga de un gancho de carnicero para que se pudra. A la antes feliz, hermosa y próspera diosa del cielo la dejan colgada en el mundo subterráneo como un trozo de carne muerta, abandonada a la putrefacción. Eso es lo que le hace Ereshkigal, y ésta es la sensación que puede dar un tránsito difícil de Plutón, él puede desterrarnos a un lugar en donde nos sintamos corrompidos y desdichados, un lugar feo, desagradable, deprimente, solitario y abandonado. Estos sentimientos han existido siempre en nosotros, ocultos en los más recóndito de nosotros mismos, resabios de traumas infantiles o de experiencias de vidas pasadas. Quizá siempre hayamos conseguido defendernos con éxito contra tales estados emocionales, pero ya encontrará Plutón-Ereshkigal la manera de enfrentarnos con ellos.

Entretanto Ereshkigal (que acaba de perder a su marido y de matar a su hermana y se siente desgarrada por el dolor y la rabia) está además embarazada y se enfrenta a un parto difícil. Tampoco se siente muy feliz en su papel de diosa del mundo subterráneo. De pequeña la raptaron, la violaron y como castigo la desterraron a los infiernos, y sigue estando furiosa por aquella injusticia. Ereshkigal no sólo representa la muerte y la decadencia, sino que simboliza también los agraviados instintos del bebé colérico, herido y frustrado que muchos seguimos llevando dentro, por más que intentemos esconder estos sentimientos a los ojos de los demás. Muerta Inanna, y mientras la vengativa Ereshkigal se abate sobre sus dolores de parto llegamos al punto más bajo del relato en el cual, aunque algo haya muerto, algo nuevo está naciendo. Una muerte exige un nacimiento y un nacimiento exige una muerte. Antes de iniciar su viaje a los infiernos, Inanna había tenido la previsión de encargar a su sirvienta Ninshubar que acudiera a su rescate si a los tres días no había regresado del oscuro reino de su hermana: sabia que no debía quedarse allí atascada. Inanna está dispuesta a descender a las tinieblas, pero toma sus precauciones para asegurarse de que podrá regresar. Cuando pasan los tres días sin que Inanna haya vuelto, Ninshubar pide desesperadamente socorro. Va al padre y al abuelo paterno de Inanna para rogarles que hagan todo lo posible por rescatarla, pero los dos le responden que no pueden hacer nada por modificar los decretos de Ereshkigal. Nos encontramos aquí con dos figuras, masculinas y fuertes, que no tienen poder alguno sobre Ereshkigal, lo cual significa un énfasis "masculino" de la fuerza que subyuga (que por naturaleza intentaría superar a un oponente, suprimiéndole o luchando con él) no es lo que se necesita para negociar con Ereshkigal. Adoptar actitudes heroicas con ella no sirve de nada. Si intentamos combatir con ella, lo que hará será vengarse con más cólera y ferocidad que antes.

Finalmente Ninshubar acude a un dios llamado Enki, el abuelo materno de Inanna, conocido como el dios del agua y de la sabiduría; flexible y comprensivo, Enki entiende las leyes de los infiernos. En algunas versiones del mito se lo presenta como bisexual, macho y hembra a la vez, capaz de ser duro, pero también flexible y adaptable. Enki accede a hacer todo lo posible por rescatar a Inanna. Con la tierra que saca debajo de las uñas modela dos figuritas, las "Plañideras", unas minúsculas criaturas andróginas, tan insignificantes que pasan inadvertidas. Tras haberles susurrado algún consejo, Enki las envía al averno para rescatar a Inanna. Parece increíble que esas figurillas insignificantes sean capaces de negociar con la poderosa Ereshkigal, pero su pequeñez les permite infiltrarse, inadvertidas, en el mundo subterráneo. Como los secuaces de Ereshkigal no las descubren, no se ven sometidas a la prueba de desnudarse como le pasó a Inanna. Silenciosamente, las diminutas Plañideras se aproximan a Ereshkigal y a Inanna. Por más que hayan ido allí a rescatarla, no hacen el menor caso de Inanna y se concentran primero en Ereshkigal. En vez de increparla por haber dado muerte a Inanna, empiezan a compadecerse de la propia Ereshkigal al simpatizar con la diosa de las tinieblas. Atormentada por los dolores, Ereshkigal se queja de su destino:

- ¡Desdichada de mi, pobres mis entrañas! - gime, y las Plañideras se compadecen de ella:
- Si, oh tú que suspiras, tú eres nuestra reina. ¡Desdichadas tus entrañas!
Después, puesto que le enferma ser la diosa de los infiernos, Ereshkigal clama:
- ¡Desdicha de mi, desdichado mi entorno!
- Si, oh tú la que clamas, tú eres nuestra reina -le responden- ¡Desdichado tu entorno!

De acuerdo con los principios actuales de la terapia rogeriana, las Plañideras devuelven a Ereshkigal, como un espejo, la imagen de lo que siente. Al hacerlo, consiguen que sus quejas y gemidos se conviertan en una especie de plegaria o letanía, Enki ha enseñado a las Plañideras a afirmar la fuerza vital, por más que ésta se revele a través del dolor y sufrimiento. Hasta en las tinieblas hay algo a lo que se puede redimir. Ereshkigal se queda atónita. Es la primera vez que alguien le rinde homenaje de esa manera. La mayoría de las personas se pasan la vida intentando olvidar el dolor, la oscuridad, todo lo que Ereshkigal representa. Pero las Plañideras la han aceptado, le han concedido generosamente el derecho de gemir y de quejarse. Lo que de hecho están diciéndole es:

- Tienes derecho a ser como eres. Puedes seguir quejándote todo lo que quieras; nosotras seguimos aceptándote.

Agradecida por ese reconocimiento, Ereshkigal quiere recompensar a las Plañideras y les ofrece cualquier don que le pidan. Cuando le solicitan el retorno de Inanna, Ereshkigal accede, infunde nueva vida a su hermana, y la reina de los cielos, revivida, queda en libertad de regresar al mundo de lo cotidiano. Con frecuencia los tránsitos de Plutón simbolizan un enfrentamiento con Ereshkigal, una época en que tenemos que "descender al pozo" para enfrentarnos con todo lo que hay de doloroso, aborrecible o feo en nosotros mismos. Los tránsitos de Plutón pueden traernos una profunda desesperación; todo es terrible, la vida no ofrece esperanza alguna. Quizás aquellos a quienes creíamos importarles nos han abandonado, los ideales nos parecen vacíos y muertos. Lo que antes daba sentido y sustancia a la vida ya no significa nada. Pero el mito nos enseña la forma de afrontar estos estados. Las Plañideras de Enki son la clave, la manera de reaccionar que puede ayudarnos a salir de las tinieblas del submundo cuando nos encontramos allí atascados. De la misma manera que las Plañideras de Enki aceptan a Ereshkigal, también nosotros podemos aprender a aceptar la depresión, la oscuridad, la muerte y la decadencia como parte de la vida, como parte de la gran ronda de la naturaleza. Es necesario que estemos dispuestos a adentrarnos en nuestra depresión y en nuestro dolor, a explorarlos, a sentirlos y a esperar que se vayan. Necesitamos tener permiso para sufrir, llorar y enojarnos por lo que hemos perdido, no sólo por las personas y las cosas, sino también por las fases de nuestra vida que hemos dejado atrás y por los ideales que ya nos sirven. La aceptación es lo que permite que funcione la magia sanadora. Sólo cuando honremos y reverenciemos a Ereshkigal como la deidad que es por derecho propio, como lo es Inanna, sólo entonces podremos volver a nuestro mundo. Ésta es la lección que nos enseña Enki, es su forma de ayudarnos a pasar los tránsitos difíciles de Plutón y de hacernos volver de los infiernos a una vida y una esperanza nuevas. El cuento terminó con un giro interesante. Existe la norma de que si a uno lo liberan del infierno, tiene que encontrar a alguien que ocupe su lugar. Cuando Inanna vuelve a su mundo, busca a su consorte Tammuz, que no la ayudó mientras ella estaba allí abajo, y le dice:

- Ahora es tu turno, debes reemplazarme en el reino de Ereshkigal.

Si un componente de un sistema cambia, todo el sistema tendrá que modificarse para poder seguir funcionando de la forma apropiada. Si en una relación una persona pasa por un cambio psicológico importante, a menos que la otra también cambie, la relación corre el peligro de desintegrarse por completo. A Inanna la despojaron de todo lo que había dado su identidad y la dieron por muerta, pero ella volvió a levantarse, renovada. La única forma en que podemos descubrir si somos capaces de sobrevivir a la muerte de nuestro propio yo es pasar por la muerte de nuestro propio yo. Cuando nos despojan de todo aquello que creíamos ser, descubrimos una parte de nosotros que sigue estando ahí: ese aspecto de nuestro ser que es eterno e indestructible. Cuando nos despojan de aquello que considerábamos nuestra base y nuestro apoyo, encontramos lo que realmente nos da sostén y apoyo. Tal es el don de Plutón, el don de Ereshkigal.

Plutón y las Luchas de Poder

Allí por donde transita en el Mapa, nuestra identidad está en peligro de ser destruida por mediación de los asuntos de esa Casa o del principio simbolizado por el planeta con que Plutón esté en aspecto por tránsito. El yo, cuyo principal deseo es mantenerse, intenta resistirse a la destrucción procurando ejercitar su poder y su control en ese dominio de la vida. Por ejemplo, si Plutón transita por la Casa 7, es probable que tengamos miedo de que nuestra pareja haga algo que para nosotros sea demasiado difícil de manejar y que de alguna manera ponga en peligro la relación, por eso, en un intento de mantener a raya las dificultades, intentamos controlar a la otra persona o a la relación como tal. Abrigamos la esperanza de que al dominar o manipular al otro (con frecuencia, valiéndose de la culpa) podemos evitar el desastre. Pero en última instancia, eso no funciona. Nos gusta o no, Plutón encontrará la manera de obligarnos a cambiar en ese ámbito de la vida, lo cual no significa necesariamente el fin de la relación, pero es probable que tengamos que alterarla en alguna medida, o que nos vemos obligados a encarar algunos de nuestros peores miedos en ese dominio de la vida. Como regla general, las luchas de poder son comunes en cualquier Casa por donde transite Plutón, o en relación con cualquier planeta con que éste forme un aspecto por tránsito. Estos conflictos pueden estar motivados no solamente por el deseo de autoperservación del yo (como antes explicamos), sino también por una necesidad, de parte nuestra, de fortalecer, afirmar y definir más nuestra identidad enfrentándonos con otra persona o con un grupo que adopta una posición diferente de la nuestra. Por consiguiente, si Plutón está por la Casa 3, o forma aspecto con Mercurio, son probables las peleas con hermanos y vecinos. Si transita por la Casa 10 o está en aspecto con Saturno, las luchas de poder pueden darse con figuras de autoridad como el gobierno, un jefe o los padres. Incluso cuando el aspecto que forma Plutón en transito es un Trígono o un Sextil, es posible que no nos lo pasemos bien. Estos tránsitos pueden conmocionarnos tanto como los que generan los aspectos tensionados. En términos generales, sin embargo, con los aspectos fluidos es probable que estamos más en contacto con la parte de nosotros que reclama un cambio o un renacimiento y, por consiguiente, que ofrezcamos menos resistencia a lo que tiene que ocurrir. Debido a la lentitud de su movimiento y de sus retrograciones periódicas, cualquier tránsito durará entre dos o tres años, y a veces más. Las personas sensibles pueden percibir sus reverberaciones desde que Plutón está a unos cuatro o cinco grados del aspecto exacto. A medida que Plutón se acerca, se va montando la escena para los cambios o avances necesarios. Después del aspecto exacto, el planeta volverá a cambiar de dirección, y el movimiento retrógrado puede marcar una época en que el proceso iniciado se haga más lento y nos sintamos de alguna manera atascados o inmovilizados. Finalmente, cuando Plutón retoma el movimiento directo y forma por tercera vez el aspecto, el proceso avanza hacia alguna forma de resolución. Por regla general, los tránsitos de Plutón suelen mostrar dos etapas diferentes: en la primera mitad se las arregla de alguna manera para pulverizarnos, y la segunda es la fase de reconstrucción. O también podríamos decir que la primera mitad es el descenso al reino de Ereshkigal, y la segunda representa el retorno desde aquel lugar, enriquecidos y renovados -eso esperamos- como resultado de lo que nos ha aportado la experiencia. Los tránsitos plutonianos nos enfrentan con la necesidad de terminar con lo viejo, de superar capítulos de la vida. Ellos nos dicen que "demos paso" y, si no queremos, a menudo nos vemos obligados a dar paso mediante el sufrimiento. Estos tránsitos franquean recursos y energías interiores previamente ocultos u olvidados, eliminando viejas formas en la superficie de la vida.

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Plutón en Tránsito Casa 1
Cuando Plutón en tránsito pasa sobre el Ascendente y recorre la Casa 1, toda nuestra visión de la vida se altera, y nuestro sentimiento de nosotros mismos se transforma radicalmente. Este tránsito se correlaciona a veces con cambios sorprendentes en la apariencia física, tales como un nuevo estilo de vestir, en cómo llevamos el pelo o nos presentamos al mundo. La gente con exceso de peso adelgaza; los que eran demasiado delgados aumentan de peso. Estas transformaciones físicas externas son la manifestación interior de un cambio en la percepción y en la conciencia. Cuando Plutón cruza el Ascendente (el punto más oriental del Mapa y la Casa del Yo), el Ser Nuclear nos está pidiendo que exploremos nuevas maneras de expresarnos y de vivir la vida. Si no estamos en contacto con nuestra necesidad de cambiar, el medio nos impondrá el cambio. Este tránsito puede invertir nuestra dirección vital de manera que no nos parecía posibles: la gente que pensaba que nunca se casaría cambia de idea; los que creían que siempre seguirían casados se divorcian; los conservadores se vuelven liberales, y los liberales conservadores. Lo que creímos ser ya no es lo que somos. Durante este tránsito, nuestro estilo personal y nuestra manera de encarar la vida tienden a reflejar y encarnar cualquier de los principios que simboliza Plutón. Hay quienes en estos momentos "viven" su Plutón actuando como agentes de perturbación en la vida de otras personas o en la sociedad en general, y los cambios que hacemos en nuestra vida obligarán a cambiar a quienes nos rodean. O si no, podemos emplear la energía regeneradora uniéndonos a causas o grupos que promueven la transformación social o enfrentándonos a las más sombrías corrientes subterráneas ocultas en el psiquismo, tanto individual como colectivo. Las facetas ocultas de nuestra personalidad emergen a la luz durante este tránsito, y tenemos que enfrentar aspectos de nuestra naturaleza que todavía no hemos reconocido del todo. Los contenidos inconscientes irrumpen en la conciencia: la erupción de impulsos de cólera, de sexualidad o de poder antes no reconocidos pone a prueba nuestra imagen de nosotros mismos. Quizá nunca hayamos pensado que éramos manipuladores o controladores, pero ahora si que vemos esa faceta de nuestra naturaleza. Puede ser que no hayamos tenido conciencia de nuestra capacidad de enojarnos, de sentir celos y envidia y tener comportamientos destructivos, pero ahora todo eso está ahí, desatado y fuera de control. Como un arado al que se guía a través del campo para nivelar y remover el suelo, Plutón en tránsito sobre el Ascendente saca a la luz nuestras profundidades ocultas, lo que hay en nosotros que ha sido "clandestino", y desintegra los complejos y las pautas de comportamiento rígidas de épocas anteriores. Es un tiempo de descubrimiento, de limpieza y renovación, un periodo fértil para cualquier forma de autoexploración y de evolución personal. El inconsciente no es sólo un almacén de complejos infantiles reprimidos. Cuando Plutón rastrea los contenidos subterráneos de la psique y los lleva a la conciencia, nos da también la oportunidad de descubrir y recuperar fuerzas latentes intocadas, pero que ahora aparecen, listos para evolucionar. Si nos hemos identificado de forma predominante como seres débiles e ineptos, este tránsito puede revelar una fuerza oculta y resortes de poder hasta ahora ignorados, y recompensarnos con un sentimiento totalmente nuevo de lo que somos capaces de alcanzar. Durante este tránsito muchas personas descubren, a veces por primera vez, su capacidad de hacerse cargo de su propia vida y la sensación de ser una fuerza creativa capaz de dar forma a su propio destino. Significa pues, una época de renacimiento, pero como no hay nacimiento sin dolor, a este tránsito no le faltan dificultades. El arquetipo propio de este tránsito es iniciar nuevas acciones y propósitos, como un reflejo del comienzo de un nuevo ciclo en el desarrollo evolutivo. Se trata de un periodo que va acompañado generalmente de una crisis de identidad, en cuanto el nativo va sintiendo apremios en su interior por liberarse de un pasado que le encadena, o que percibe como algo que impide su crecimiento. Por supuesto, el pasado representa para él lo conocido, un factor de seguridad. Este impulso evolutivo actúa ahora sobre una base muy instintiva. Profundos deseos de liberación impactan la conciencia individual, sin llegar a concretarse en pensamientos claros, de modo que el individuo no puede saber realmente a dónde le llevarán estos impulsos apremiantes. Algunos van a sentir temor frente a ellos, por cuanto parecen amenazar la realidad existente y los fundamentos de su vida. Ningún análisis racional podrá venir a darles respuestas y, de hecho, un análisis de este tipo más bien vendría a interferir el proceso. La clave para enfrentarse positivamente a estos impulsos está sencillamente en dejarse ir, siguiendo los mismos instintos. Si todo está bien a un nivel visceral, sin que sepamos por qué, debemos dejar que se manifieste el apremio para ver donde nos lleva. Pero si a nivel visceral no funciona será mejor no dejarse llevar. La comprensión vendrá posteriormente a los hechos mismos. De esta forma siguiendo los impulsos e instintos internos la persona llegará a conocer nuevos caminos y experiencias que permitirán desarrollar nuevas dimensiones de la personalidad. Una reacción frecuente a este proceso adopta la forma de ira, ansiedad, inquietud e impaciencia. Aquí el individuo puede proyectar de un modo inapropiado estos sentimientos sobre otros o sobre situaciones concretas que sean percibidas por él como obstáculos para su crecimiento. O bien puede enfadarse consigo mismo por las situaciones autogeneradas que le llevan ahora a un sentimiento de contención y confinamiento. La ira puede manifestarse sin razón aparente, ya que antes fue reprimida en esta vida o en otras anteriores. No resulta extraño, en el curso de este proceso evolutivo, atraer circunstancias hacia uno mismo que provoquen ira, o atraer a otras personas que de pronto manifiesten reacciones coléricas hacia el individuo sin razón aparente. Cuando esto ocurre, la causa más común está en el karma residual o no resuelto con las personas involucradas en tales relaciones. Con un enfoque evolutivo, estas circunstancias o condiciones van a crear una oportunidad para que el individuo pueda llegar a inferir y conocer las razones de su ira, ofreciéndole la posibilidad de erradicarla de su mente. Además, hay también una oportunidad kármica en el sentido de resolver antiguos embrollos en los cuales la ira fue proyectada o recibida en relación con otras personas. En los peores casos, puede aparecer la violencia física, de modo que el individuo puede atacar a alguien o ser víctima de un ataque. Si así ocurre, este tipo de situación estará vinculado a alguna clase de karma residual originado en acciones pasadas. Durante este proceso frecuentemente aparecen problemas de relación, tanto en lo que concierne a las relaciones íntimas como a los contactos de tipo casual. Dichos conflictos se producen siempre cuando la relación entorpece el crecimiento del individuo, y no resulta extraño cuando éste se muestra temeroso y resistente al cambio que le induce a nuevas acciones y propósitos para llegar a una posición independiente y al autoconocimiento, que una pareja, amigo íntimo o padre del individuo induzca confrontaciones que muevan a éste a romper, tornándose más independiente y autoafirmado. Hay otros casos en los que una pareja puede dejarle o incluso morir, para inducir el necesario proceso de crecimiento. Por otra parte, si el individuo desea liberarse conscientemente, de una u otra forma, pero percibe a su pareja, amigo o padre como alguien que le retiene, entonces él mismo se encargará de inducir las confrontaciones que le llevarán a un probable rompimiento. Si la relación no impide el crecimiento, es cosa del individuo el saber dar paso a los impulsos y deseos que considera correctos y que así se manifiestan a un nivel visceral. Incluso algunos establecerán relaciones con parejas o amigos que les alentarán hacia ese proceso. Pero también puede darse que el proceso promueva para el individuo la experiencia de ser "golpeado" por otros, que lo encuentran atractivo o instigador. En algunos casos amigos y amantes del pasado pueden emerger nuevamente en la vida del sujeto para producir reacciones emotivas, intelectuales, físicas o espirituales que le lleven a nuevos descubrimientos en cuanto a sus dinámicas y necesidades internas. Existen variadas razones por las cuales el individuo puede tener la sensación de ser "golpeado" por otros que muestran interés y atracción hacia él. Así, por ejemplo, podrá sentir que algo falta dentro de una relación dada, y la experiencia interna de esa carencia creará una vibración interior que luego será proyectada hacia el entorno del individuo. Como si echara un anzuelo, este individuo va a atraer a otros que reflejarán los deseos y necesidades que no están siendo satisfechos dentro de su relación existente. Si él siente un impulso visceral en cuanto a dejarse llevar por esta atracción, entonces debería ser honesto y poner en conocimiento de su pareja actual esta situación para evitar la creación de karma negativo como sería de esperar. Si el individuo no está comprometido con nadie, la clave será sencillamente "ir a por ello", siempre y cuando perciba que la atracción visceral es correcta. La duración de este tipo de enlaces no tiene importancia, ya que lo que cuenta es la calidad de la experiencia, dentro de la cual pueden promoverse nuevos descubrimientos y autoconocimiento. Por otra parte, si el individuo ha establecido ya una relación que considera correcta en cuanto que le aporta el necesario crecimiento, este tipo de experiencia puede servirle como una prueba para conocer su capacidad para mantener el compromiso existente, o también puede serle útil para dar por terminado antiguos asuntos relacionados con otras personas que ellos mismos han conocido a lo largo de sus vidas individuales. De nuevo, son muy variadas las razones para llegar a una situación de este tipo, y una descripción exhaustiva del conjunto de las dinámicas kármicas evolutivas serán necesarias en cada caso para comprender el por qué se está produciendo una situación y lo que se debe hacer respecto a ella. También pueden aparecer confrontaciones de tipo sexual y otras dificultades durante este proceso evolutivo. Normalmente, la actividad sexual del individuo se ve intensificada durante este período. Algunos experimentarán limitaciones sexuales o conflictos en las relaciones ya existentes, los cuales pueden llevarles a verse atraídos por otras personas a quienes perciben como capaces de saciar sus necesidades insatisfechas. En otros casos, este proceso puede producir atracciones de tipo hipnótico o instintivo sexual, o bien el individuo puede ejercer este género de atracción hacia otros. Dichas atracciones pueden ser muy compulsivas y algunos harán nuevos descubrimientos sobre la naturaleza de su sexualidad. En general, durante este período puede darse una metamorfosis de la identidad sexual, y las nuevas experiencias, orientaciones o expresiones de la naturaleza sexual del individuo y de su propia identidad, le permitirán el acceso a nuevas dimensiones de su autoconocimiento, proceso que puede resultar muy positivo si el individuo sigue los nuevos derroteros. Detrás de los problemas físicos subyace la necesidad de examinar aquello que impide el propio crecimiento y dar los pasos necesarios para superarlo. Al hacerlo, la salud podrá recuperarse nuevamente. El punto es que el cuerpo ha manifestado un conflicto cuyo origen verdadero reside en la estructura y la realidad psíquica existente en el individuo. Esta clase de problemática sólo aparece cuando el individuo manifiesta resistencia respecto a los cambios indispensables en su vida. Eventualmente, alguno de los problemas antes mencionados va a afectar a una persona cercana al individuo, y cuando esto sucede, se ve impelido a aprender esta lección a través de la otra persona, al presenciar los efectos de la resistencia a un cambio necesario. Cualquiera que sean los hechos concretos asociados con Plutón, cuando éste transita a través de la Casa 1, la mayoría de gente va a sentirse ansiosa, inquieta e impaciente, porque presienten que hay algo nuevo que debe irrumpir en su existencia. ¿De qué se trata?, es una pregunta que puede generar un temor interno de no encontrar "aquello" que debe sobrevenir. Nuevamente la clave está en seguir los propios impulsos instintivos. "Aquello" será descubierto de esta manera. En todos los casos, estas nuevas orientaciones, impulsos e instintos estarán ligados a la dinámica fundamental kármica/evolutiva descrita en el Mapa Natal. En general, este proceso evolutivo representa que el alma desea iniciar e implantar nuevas direcciones, deseos y acciones que crearán nuevos pensamientos y orientaciones, así como nuevos descubrimientos dentro del individuo. Para algunos, esta dinámica puede implicar un total rompimiento con el pasado, mientras que para otros puede requerir simplemente el dejar a un lado algunos aspectos o matices que están ligados a una forma anterior de reacción, aproximación o actitud. En cada caso, este proceso va a generar una transformación alrededor de algunas áreas de la vida individual, o de toda la existencia en su conjunto.

Plutón en Tránsito Casa 2
Cuando Plutón transita por la Casa 2, exteriorizamos cambios en el dominio de la vida que se asocia con el dinero, las posesiones materiales y los valores. En el nivel más obvio, esto puede significar un cambio en nuestros ingresos. Plutón en tránsito por esta Casa quizá coincide con la pérdida de un trabajo, y es posible que tengamos que enfrentarnos al terror y la preocupación de si habrá suficiente para comer o si nos alcanzará el dinero para pagar el alquiler. Esta situación hará aflorar a la superficie miedos infantiles, en particular el terror que sentíamos de que nuestra madre no pudiera proporcionarnos lo necesario para sobrevivir. Aunque sea una época dura de afrontar, el hecho de perder la identidad que derivamos de nuestro trabajo nos obliga a redefinirnos: nos da la oportunidad de encontrar un sentimiento interno de valor, que no depende de cuánto sea el poder que tengamos ni de la cantidad de dinero que llevemos cada mes a casa. Las personas que encuentran este sentimiento interno del propio valor alcanzan una fuerza interior y una ecuanimidad que dependen del mundo externo, sino que se basan en una mejor estimación de quiénes son ellas en realidad y qué es lo que realmente necesitan. En algunos casos, la pérdida de un trabajo prepara el camino para el descubrimiento de otro, que quizás esté más en la linea de lo que realmente queremos hacer. Sin embargo, recortar nuestros ingresos no es la única manera de actuar de Plutón en la Casa 2, hay personas que durante este tránsito aumentan sus ingresos, y como resultado de ello obtuvieron un nuevo sentimiento de identidad, de potencia y del propio valor. En un nivel más profundo, la Casa 2 hace referencia a nuestro sentido de los valores, y cuando Plutón transita por ella, es posible que estos últimos cambien. Si el dinero y la seguridad siempre han primado, para nosotros, por encima de todo lo demás, durante este periodo podemos descubrir valores de muy distinta naturaleza. En algunos casos hay personas que que han optado por dejar su trabajo y dedicarse a una ocupación en la que ganan menos, pero que les ofrece mayor satisfacción y hace que se sientan más realizadas. También lo inverso es válido, sin embargo: encontrarse ahora, por primera vez en su vida, excesivamente preocupados por estas cosas, también hay casos en que una persona emprende una actividad o un negocio que no vale gran cosa y lo transforma en algo de gran valor. Plutón nos hace mirar más en profundidad cualquier Casa por donde transite, y en la Casa 2 nos pide que examinemos qué significan realmente para nosotros el dinero y las posesiones. Si buscamos apasionadamente la riqueza, preguntémonos por qué. ¿Estamos acumulando dinero y posesiones para compensar la falta de amor o seguridad de nuestra niñez y demostrar al mundo qué valiosos somos? ¿Es que la vemos como un medio de controlar a los demás? Si continuamente fracasamos en nuestros intentos de hacer dinero y de encontrar seguridad en la vida, debemos investigar el por qué. ¿Hay en nosotros una parte que nos nos crea lo suficientemente valiosos o buenos para alcanzar lo que queremos? En este caso, es necesario que investiguemos por qué tenemos una opinión tan pobre de nosotros mismos. ¿O nos da miedo provocar la cólera y la envidia ajenas si alcanzamos el éxito? Hacernos este tipo de preguntas cuando Plutón transita por la Casa 2 nos ayudará a entender más en profundidad los problemas que tengamos con el dinero. Plutón remueve los miedos, y cuando pasa por la Casa 2 podemos sentirnos obsesionados por el temor de que suceda algo que nos despoje de nuestro trabajo, nuestro dinero u otras posesiones. En ciertos casos hay quien efectivamente lo pierde todo bajo la influencia de este tránsito, y quizá Plutón le esté reclamando que descubra una sentido nuevo de sí mismo, del verdadera fundamento de su ser, que no depende de su Status material. Puede suceder que provoquemos inconscientemente una catástrofe de estas características para poder hallar un sentimiento nuevo y más perdurable del valor y de la seguridad. El tema o arquetipo de este proceso evolutivo se basa ahora en la metamorfosis que el individuo va a experimentar en cuanto a su relación consigo mismo y consecuentemente con los demás. Además, el proceso promoverá una revaluación fundamental del sistema de valores del individuo. El impulso evolutivo que induce a este proceso es el de un intenso autoexamen. A través de la confrontación interior, el individuo puede transformar y eliminar sus propias formas existentes de autopercepción y las valoraciones en que éstas se fundamentan. A causa de ello, es frecuente que el individuo experimente un "irse abajo", una pérdida de significado personal. Su vida no significará para él lo que antes representaba, y el sentimiento interior de significado personal va a cambiar también. Este sentimiento está directamente ligado a la manera como uno se relaciona consigo mismo, por lo cual este proceso implica toda una confrontación por parte del individuo de su propio sistema de valores, a fin de evolucionar y crecer en nuevos senderos: relacionarse consigo mismo de una forma nueva y, al hacerlo, se relaciona también con los demás de otra manera. El grado de intensidad del conflicto, resistencia y confrontación relacionados con este proceso dependerán de la naturaleza global del individuo, reflejada en su aceptación o no aceptación del cambio. Si la naturaleza y valoraciones individuales son relativamente fijas, la resistencia podrá ser lo bastante fuerte respecto a este proceso evolutivo, pero si su naturaleza es relativamente abierta o mutable, la resistencia será menos severa. Una pista sencilla en este sentido nos la ofrece la ubicación por Signo y Casa del planeta Venus en el Mapa Natal junto con sus aspectos; otras indicaciones adicionales las darán los planetas regentes de la Casa 2 y la Casa 7 (cúspides). El proceso promueve también una situación evolutiva en la cual el individuo puede tomar conciencia de nuevos recursos personales desde su interior, que pueden ser utilizados para establecer bien sea una nueva forma de vivir o para renovar y dar nuevas expresiones a las formas ya habituales de vida. En el primer caso, el individuo irá encontrando cada vez mayor dificultad en su forma actual de vida. La pérdida de relación o de significado inducirá las necesarias confrontaciones para que nuevos recursos y valores emerjan en su conciencia. En el segundo de los casos, se darán dos situaciones: el individuo es aún capaz de encontrar significado, valor y relación en su vida actual o siente la necesidad y el deseo interno de expandirse y renovar la expresión y orientación de su vida, a fin de reflejar con ello nuevas dimensiones de su ser que están surgiendo ahora en su propia comprensión consciente. En cualquier caso, la experiencia del confinamiento o la limitación interna y externa va a promover este desarrollo. Para algunos, este proceso implicará un traslado forzoso o un agotamiento de los recursos existentes, dinero y posesiones, o bien la pérdida de una situación que estaba dándoles el sustento físico, bien se trate de un trabajo, una relación matrimonial o de amistad, etcétera. Tales circunstancias acontecen en base a la necesidad de generar nuevos valores y formas de relacionarse consigo mismo y con los demás. Estas experiencias van a reforzar por otra parte las lecciones evolutivas de autoconfianza, autosatisfacción y autosuficiencia. En casos como estos, el shock emocional inducido por la pérdida induce o refuerza la actitud de autoexamen, a fin de determinar las causas y dinámicas que han llevado a estas situaciones. Hay casos en que se hará presente un elemento de retribución kármica. Tales shocks promueven a un aislamiento interior y, sobre una base gradual, el individuo no puede encontrar ya significado o relación en aquello que ha perdido. Bajo este aislamiento interno, el individuo debe aprender a responder creando nuevos valores y formas de relacionarse consigo mismo y con los otros, para dar paso a un nuevo sentimiento del significado personal y a nuevas valoraciones. De alguna manera, nuevos recursos personales pueden emerger, con los que el individuo podrá desarrollar un significado diferente en cuanto a su autosostenimiento, sobre un plano físico y emocional. Desde un enfoque kármico, esta situación se asocia por lo común con un uso inadecuado, abuso o manipulación de los propios recursos o los de otros. En algunos casos, se asocia también con un bloqueo o rechazo a las necesidades, capacidades o talentos internos, que no se han puesto en práctica. De este modo, el forzoso traslado no permite otra alternativa que buscar el desarrollo y creación de nuevas valoraciones que le lleven a una reorientación del significado y la relación personal, lo cual incidirá a su vez en nuevas formas de relacionarse con los demás y permitirá actualizar potenciales latentes junto con deseos, necesidades y destrezas que promueven un nuevo significado a la vida. En otros casos, he visto algunos individuos que han recogido la recompensa por esfuerzos previos realizados en un ámbito o aspecto concreto de su existencia. Incluso algunos pueden recibir la recompensa por acciones de vidas pasadas, las cuales llegan bajo la apariencia de dinero, bienes o reconocimiento por parte de otros como una valoración a lo que el individuo ha estado haciendo. A su modo, esta situación promueve también una nueva evaluación interna y un autoexamen, puesto que el individuo debe aprender a dar significado a estas nuevas condiciones. De esta forma, estarán aprendiendo a relacionarse consigo mismo y con los demás bajo una nueva perspectiva, debido precisamente a estas situaciones nuevas. En general, este proceso representa que el alma desea transformar los sistemas de valores ya existentes, a través de los cuales el individuo da un significado personal a su vida. Es tiempo para él de eliminar todos los esquemas caducos de valoración, las posesiones y formas de relacionarse consigo mismo y con otros, para dar paso a un nuevo esquema y manifestar nuevas valoraciones. Al permitir que se vacíe el pozo del pasado, podrá llenarse el recipiente del futuro. La resistencia al proceso crea no sólo problemas psicológicos, kármicos y evolutivos, sino también los problemas fisiológicos ya mencionados, debidos todos al bloqueo. Al superar los bloqueos psíquicos y emocionales, el individuo se transformará hacia un estado regenerado de bienestar y vitalidad personal.

Plutón en Tránsito Casa 3
Cuando transita por la Casa 3, Plutón puede traer una profundización en el nivel mental, y ésta es buena época para emprender estudios. Es más, podemos sentirnos urgidos a trascender nuestra comprensión superficial y a profundizar más en lo esencial de un tema. Para Plutón, durante este tránsito, el conocimiento es poder: saber como funciona algo nos proporciona más poder y mayor dominio sobre ese objeto. Además, no es probable que olvidemos jamás lo aprendido durante este tránsito. Como la Casa 3 se refiere también a nuestra relación con el medio inmediato, es frecuente que Plutón active, al pasar en ella, el deseo de entender más en profundidad lo que sucede a nuestro alrededor: intentamos, como detectives, sondear en los motivos ocultos tras las acciones y el comportamiento de la gente con la que nos relacionamos en la vida diaria. Además puede volvernos más desconfiados de lo habitual con otras personas. ¿Qué quieren realmente de nosotros? ¿Qué quieren decir en realidad al hacer o expresar algo? En los casos extremos, el tránsito de Plutón por la Casa 3 se correlaciona literalmente con un colapso mental o con un largo periodo de estrés y tendencias paranoicas o depresivas. Plutón nos lleva al submundo por la vía de la Casa por donde transita, y bajo la influencia de este tránsito afloran a la superficie sentimientos y pensamientos hasta este momento ocultos o reprimidos. La mente, abrumada por emociones y miedos profundos y primitivos, no es capaz de funcionar normalmente. Si se la entiende más positivamente, la erupción de complejos inconscientes en la conciencia es una ocasión de empezar a trabajar de forma constructiva con los pensamientos y sentimientos que hasta ahora hemos negado, impidiéndoles aflorar. Quizá no logremos purificarnos totalmente de estos "demonios" psíquicos, pero al reconocer su presencia y su origen hemos dado el primer paso para encararlos y llegar a un acuerdo con ellos. El tránsito de Plutón en la Casa 3 también afecta a la comunicación, la actividad de escribir y la enseñanza, de modo que cultivar cualquier capacidad latente en estos terrenos o encontrar maneras de mejorar nuestra capacidad para comunicarnos y relacionarnos con los demás será dar un buen uso a este tránsito. Quizá nos impacienten más que de costumbre las charlas triviales, y queramos llegar inmediatamente al núcleo del asunto, y hablar en profundidad con otras personas de lo que realmente nos preocupa. Podemos ser más sinceros con quienes forman nuestro medio inmediato. A la inversa, es probable que algunas personas lo experimentan como una inhibición o interferencia temporal de su capacidad de comunicarse fácil y abiertamente. Para esto hay diversas razones: quizá lo que sentimos o pensamos sea tan íntimo que se nos haga difícil expresarlo en palabras, o puede ser que nos asuste revelar nuestros pensamientos más íntimos porque nos avergüenza su intensidad o nos asusta lo que podrían pensar los demás si realmente supieran lo que estamos pensando. Tal vez el temor de que descubrirnos demasiado nos deje a merced de otros haga que nos guardemos cuidadosamente nuestros pensamientos. Si tal es el caso, puede ser útil que durante este tránsito llevemos un diario que nos permita expresar de manera segura lo que sentimos. O también podemos buscar un psicoterapeuta con quien podamos expresarnos libremente. Si en este momento no encontramos a ninguna de estas canalizaciones, nuestros sentimientos y pensamientos se enconarán en nuestro interior y la presión psíquica puede llegar a provocar una crisis emocional. El tema arquetípico de este proceso evolutivo hará que el individuo se enfrente a las limitaciones de las estructuras intelectuales, de su organización y orientación. Así, será preciso examinar la naturaleza de las opiniones personales y la base de las mismas. En la medida en que este proceso va creciendo en intensidad, el individuo irá experimentando gradualmente un estallido interno de sus construcciones intelectuales, sus conexiones lógicas y orientaciones mentales hacia sí mismo y hacia su entorno. Tal estallido va acompañado con frecuencia de divergencias de opinión y discusiones con otras personas a través de la argumentación. A nivel subconsciente, el individuo atraerá circunstancias y acontecimientos que vendrán a inducir o reforzar esta necesidad evolutiva, los cuales se asocian con nuevas relaciones o experiencias que van a desafiar o confrontar las opiniones del individuo y sus fundamentos, pudiendo también vincularse con personas que le rodean, que están empezando a reorganizar intelectualmente sus vidas y cuestionando la base de sus propias opiniones. De esta forma, donde antes había acuerdo con otros a nivel intelectual, ahora van a presentarse conflictos y desacuerdos. La causa de todo esto radica en que el individuo debe desarrollar gradualmente nuevos puntos de vista y expandir sus fronteras intelectuales a fin de llegar a percibir y vivenciar la vida de una forma nueva. Además, el proceso tiene lugar para que el individuo pueda eliminar los pensamientos superficiales y las ideas poco profundas acerca de la naturaleza de las cosas. Al hacerlo, podrá ir despertando y tomando conciencia de las razones subyacentes que le han inducido a pensar en la forma en que lo viene haciendo, lo cual va a promover a su vez la comprensión del por qué ha organizado intelectualmente la realidad de una forma peculiar. Con ello, llega a una profundización a nivel mental. Al examinar los fundamentos de sus propias opiniones, orientaciones mentales y estructuras de su intelecto, el individuo irá pasando progresivamente por tres etapas. La primera es la necesidad de dejar a un lado abiertamente y sin reservas ciertas opiniones, puntos de vista y actitudes mentales, o bien todo un sistema de organización intelectual. Luego la necesidad de reformar o profundizar en ciertas ideas sobre la naturaleza de la realidad, que aún pueden ser útiles o importantes, y por último la necesidad de alcanzar nuevas experiencias que puedan dar paso a otros tipos de conocimientos, ideas e información. A nivel psicológico, el síntoma común de este proceso será la sensación de estar agobiado o encerrado intelectualmente, siendo también frecuentes el hastío y la inquietud intelectual. Por supuesto, este proceso puede amenazar el sentimiento de seguridad emocional del individuo, ya que éste se encuentra ligado a sus ideas, opiniones y estructura intelectual, de modo que un cambio en ellas supone todo un riesgo de inseguridad emotiva interna. Para algunos, este riesgo va a generar resistencia frente a la necesaria transformación, y la intensidad de esta resistencia va a determinar a su vez el grado de confrontación intelectual interno y externo. Los indicadores están nuevamente asociados a la ubicación de Mercurio en el Mapa Natal y a la de la cúspide de la Casa 3, junto con la condición general de su respectivo regente planetario. Durante este proceso, será necesario introducir nueva información tomada del entorno individual, permitiendo a la vez que ideas nuevas emerjan desde dentro hasta la superficie. De esta forma, se harán manifiestas otras perspectivas, las cuales van a posibilitar al individuo un examen y una comprensión de los fundamentos de sus creencias y de sus actuales esquemas de opinión. Puesto que todo ello refleja el deseo de llegar a un conocimiento más profundo en relación con la naturaleza de la vida, tanto en lo interno como en lo exterior, no resulta extraño que el individuo se sienta rechazado o se irrite a causa de opiniones y explicaciones superficiales de otras personas. He visto a nativos normalmente dóciles irrumpir en toda una diatriba y ataque intelectual contra otros que ellos perciben ahora como personas superficiales, carentes de significado o sencillamente estáticos en sus opiniones. Desde luego, estas manifestaciones externas son un reflejo del estallido interno que el individuo está viviendo. Para estas personas, una actitud apropiada y bastante frecuente será la búsqueda de nuevos sistemas de conocimiento con los cuales construir nuevos fundamentos, para que la necesaria reorganización no se disperse por completo en distintas direcciones. Ayuda mucho el estudiar o identificarse con un sistema comprensivo y una disciplina, para que los demás intereses queden vinculados a esta nueva base que se refleja en dicho sistema. El peligro es dejarse llevar en varias direcciones simultáneamente debido a la profunda sed interna de nuevas ideas e información. Tal despilfarro de energía solo contribuirá a profundizar la crisis intelectual, dado que el nativo se va a encontrar perdido y confuso en una especie de remolino de ideas y perspectivas que interfieren y chocan unas con otras. Sobre esta base, puede ser recomendable al comienzo de este proceso el poner a prueba diversos sistemas intelectuales que sean nuevos para el individuo, para permitir la necesaria renovación. Una vez detectado el sistema más idóneo, debe identificarse con él para ir creando una base sobre la cual otras ideas e informaciones puedan tener una perspectiva coherente. Otra actividad favorable puede ser viajar, en cuanto promueve nuevos esquemas de pensamiento. Cuando se viaja, el movimiento facilita el cambio de ideas, a través de las nuevas experiencias, contactos e intercambios con otras personas a lo largo del recorrido. La necesidad de viajar es así una nota cíclica durante este proceso. Pero viajar demasiado puede llevar a un efecto de disipación o dispersión, que llevará al individuo a perder la posibilidad de sentirse centrado. Por el contrario, si no se viaja o no hay el suficiente movimiento, esto puede causar una intensificación del estallido interno que acompaña al proceso, llevando a su vez a una pérdida intelectual y emotiva de perspectiva y enfoque del centro interno. Es, pues, de una forma cíclica que el individuo sentirá emerger esta necesidad de exploración interna para descubrir nuevos pensamientos, perspectivas y orientaciones mentales dentro de sí mismo, sin que le sea necesario moverse en el plano externo. La clave está en tomar conciencia de estos dos ciclos naturales a lo largo del proceso, ponerse en movimiento cuando sea necesario y saber reposar a su debido tiempo para dar lugar a una clarificación interior. En términos globales, este proceso evolutivo promueve la necesidad de expandir los horizontes intelectuales y eliminar todos aquellos esquemas de pensamiento y opinión que sean caducos o desfasados. Es un tiempo para profundizar más allá de los hechos externos para conocer la base nuestras actitudes y posturas intelectuales. De esta forma, tendremos acceso a un mayor conocimiento personal y autorealización.

Plutón en Tránsito Casa 4
El Imum Coeli y la Casa 4 constituyen el fondo mismo del Mapa: cuando Plutón está en tránsito por esta zona, es el momento de adentrarse en las profundidades del yo. En cualquier momento de este tránsito, pero especialmente cuando el planeta atraviesa el Imum Coeli y entra en la Casa 4, podemos sentirnos más introvertidos de lo habitual. No hay en ello nada de malo ni de patológico; estar solos con nosotros mismos en este momento puede ser necesario para facilitar el tipo de metamorfosis psicológica que anuncia este tránsito. El paso de Plutón en el Imum Coeli es una oportunidad de volver a empezar, un nuevo comienzo en la vida, e incluso si no sentimos la necesidad interior de cambiar y progresar, los acontecimientos se dispondrán de manera tal que nos lleven a hacerlo. A la Casa 4 se la conoce tradicionalmente como la "del hogar, el alma y las raíces del Ser". Representa el hogar y la clase de actividades que se desarrollan en él, y en un nivel más profundo, describe también mucho sobre el condicionamiento de nuestra niñez, los efectos que tuvo sobre nosotros el hogar parental y la forma como han influido en nosotros nuestros antepasados. Lo que sucede al comienzo de la vida deja en nosotros una impresión profunda: quizá no tengamos conciencia de ello, pero estas impresiones de la niñez siguen estando en nosotros e influyendo en la forma en que percibimos la vida ya bien entrada la edad adulta. En otras palabras, la forma en que vemos y evaluamos el presente está muy condicionada por nuestros recuerdos conscientes o inconscientes de lo que nos sucedió en el pasado. Cuando Plutón transita sobre el Imum Coeli y por la Casa 4, se ponen de manifiesto los efectos de estos condicionamientos tempranos. Se reviven los problemas de la niñez, ya sea por intermedio de la relación presente con nuestros padres o mediante la interacción con las personas con quienes tengamos contactos estrechos durante este periodo. Las creencias y los anunciados vitales referentes a nosotros mismos que tenemos más profundamente arraigados vienen a ocupar el primer plano y revelan qué es lo que está actuando en lo más oculto de nuestro ser. Si recordamos que las situaciones que hoy atraemos a nuestra vida son repeticiones de traumas y dificultades del pasado, no sólo aprenderemos más sobre lo que llevamos dentro, sino que enriqueceremos también nuestra visión, tanto en perspectiva como en profundidad de nuestras circunstancias inmediatas. Llegar al fondo de los problemas que se remontan a la infancia nos hace posible liberarnos de las viejas pautas y lograr algunos cambios profundos y fundamentales. Hay quienes durante este tránsito se enfrentan directamente a sus padres, porque sienten la necesidad de decirles "pues éste soy yo, y si no os gusta, el problema es vuestro". Dicho de otra manera, se trata de una época en la que es probable que nos separemos completamente de nuestros padres, definiéndonos como personas por derecho propio en vez de seguir siendo lo que ellos esperan o quieren que seamos. Sin embargo, puede darse la situación inversa. Si continuamente hemos rechazado todo lo que tenga que ver con nuestra familia, rebelándonos contra ella de forma extrema, este tránsito puede indicar un cambio en este modelo: quizá nos demos cuenta de que algunos valores y creencias de ellos coinciden en realidad con los nuestros. Además de los modelos, tanto ancestrales como de la infancia, que en estos momentos se ponen de manifiesto a través de crisis, el tránsito de Plutón por la Casa 4 coincide con cambios y conmociones en el ámbito doméstico. Si nos mudamos de casa, es probable que la mudanza afecte de forma importante la totalidad de nuestra vida. Es posible que durante este tránsito nos compremos por primera vez una casa, o que nos embarquemos en reformas importantes en el lugar donde ya vivimos. Estas alteraciones externas reflejan cambios internos de naturaleza psicológica. Este tránsito puede indicar también cambios importantes en la vida de las personas con quien convivimos. La forma exacta en que esto se manifieste depende de los emplazamientos natales en la Casa 4, del resto del Mapa y de los otros tránsitos y progresiones que se produzcan en este momento. En algunos casos el tránsito de Plutón por la Casa 4 coincide con separaciones, o en otros, este tránsito indica el nacimiento de un niño o el regreso de un miembro de la familia tras una larga ausencia, o de la incorporación de alguien nuevo a la familia. El tema arquetípico en este tránsito contribuye a crear circunstancias internas y externas a través de las cuales el individuo se verá impelido a examinar los fundamentos de aquello que constituye su seguridad emocional, sus dependencias, autoimagen, sentimientos y estados de ánimo. Además, este proceso servirá como una excelente ocasión para estudiar el impacto de su primer entorno, reflejado principalmente a través de sus padres, así como de conocer -para aquellos que tienen un hogar y hijos- la forma en que han venido respondiendo emotivamente a las necesidades de su familia y sus niños. Se trata, pues, de un lapso de tiempo, ya se trate de un tránsito, una progresión o una revolución solar plutoniana, cuyo proceso va a promover el final de un ciclo de la vida individual y el comienzo de una nueva fase. Por ello es necesario ahora cambiar o eliminar toda forma de seguridad o dependencia que esté ligada a situaciones externas, ya que éstas van a estar limitando de alguna manera el posterior crecimiento. Este período y experiencia evolutiva pueden resultar muy difíciles para muchos que los vivirán con la sensación de que el fundamento de su existencia está amenazado y removido. No obstante, tal experiencia es necesaria, quedando el individuo a solas consigo mismo para poder observarse, examinarse y depender de sí mismo. De hecho, la propia imagen de cada uno es un reflejo de nuestra naturaleza total y de la realidad interna y externa, de modo que al ir eliminando ciertos aspectos o dinámicas, el individuo se ve forzado no sólo a examinar la forma como ha estado condicionada su autoimagen, sino también a ir construyendo una nueva imagen de sí que esté basada en los cambios indispensables dentro y fuera de él. Los trastornos emotivos emergerán desde lo más profundo y se reflejarán también en su entorno inmediato a través de circunstancias muy diversas, las cuales pueden vincularse con problemas en su vida familiar, profesional o personal. El efecto de todos estos conflictos puede llevar al individuo a una situación de gran desconcierto. El propósito y la razón evolutiva de todo ello es forzarle a un autoexamen para determinar lo que ha venido haciendo con su vida y las razones de esto. Aquí será también necesario analizar las bases de la propia seguridad emocional y autoimagen, en relación con la naturaleza de la realidad personal. En concordancia, es tiempo de transformar los antiguos esquemas de reacción emocional hacia uno mismo y hacia los demás, como también de eliminar toda dependencia exterior que toque la seguridad personal a un nivel emotivo. Para algunos, este proceso se verá reforzado por la pérdida de un empleo, un miembro de su familia o alguien íntimo, o bien a través de intensas confrontaciones emocionales con otras personas de su familia, o con la pérdida de la propia vida. El temor emotivo hacia la muerte puede convertirse en una seria preocupación, mientras que habrá quienes experimenten una especie de "llamada" o estremecimiento en relación a la muerte. Este proceso puede llevar a un esclarecimiento emocional y a la salud en este terreno, gracias a la liberación de esquemas y actitudes caducas, construidas a través de varias existencias. Algunos de estos esquemas están vinculados con necesidades o reacciones que han sido reprimidas, rechazadas o mantenidas en ascuas por mucho tiempo. Al emerger hacia la conciencia individual, estos esquemas emotivos junto con estados de ánimo y sentimientos que actúan como reactivos de tales impulsos emocionales, pueden ser muy compulsivos e intensos. Cada emoción pasajera y cambiante va a retener la total atención del individuo mientras dure. Tales sentimientos, emociones y estados de ánimo promoverán una comprensión consciente de la naturaleza de los patrones habituales antiguos e inconscientes de reacción emocional en la vida individual. Ciertos individuos parecerán casi catatójicos debido a la forma como se dejan absorber por estos transitorios estados emotivos, pero tal absorción tiene lugar para dar al individuo la oportunidad de examinar las bases causales y los porqués de sus respuestas emotivas, demandas, necesidades, esquemas de seguridad, autoimagen e impacto del entorno durante su infancia. El conocimiento y la comprensión consciente a que les induce este examen puede llevarles a una situación de estancamiento personal y emocional. No obstante, este sentimiento de bloqueo es también necesario en cuanto induce una oportunidad para el cambio. Los miembros de su familia u otras personas cercanas pueden experimentar también este sentimiento en sus propias vidas. Algunas cosas aún no resueltas de tipo emotivo, asociadas a factores o situaciones de vidas anteriores pueden aflorar ahora entre el individuo y aquellos con quienes mantienen relaciones más íntimas. La conducta relacionada con estos patrones emotivos sin resolver puede llegar a ser bastante compulsiva e irracional. Con todo, este puede ser un período excelente para que el individuo resuelva lo que quiera hacer con aquellos patrones, y para promover una determinación en cuanto a su relación con otros, en caso de que encuentre demasiado difícil trabajar estas cosas ahora y llegar a resolverlas. En cualquier caso, nuevos esquemas emocionales se harán presentes, junto con el necesario cambio y autoconocimiento. Durante este proceso, el individuo debería dedicarse a reflexionar sobre su pasado, con una intención consciente; en otras palabras, volver a revivir en su memoria los acontecimientos y circunstancias de su vida hasta la fecha y examinar las dinámicas internas y los factores causales que han dado origen a todas las situaciones examinadas. De esta forma, el individuo estará en condiciones de adquirir mayor conciencia sobre su propia naturaleza y estructura interna. Tal proceso de reflexión activa debe ir unido a la comunicación o práctica. La necesidad cíclica de expresar y comunicar aquello que está siendo descubierto desde dentro se produce, a fin de posibilitar la necesaria limpieza y purificación de la estructura emocional. El individuo se ve aquí abocado a un riesgo de distorsión y estallidos internos si se recluye en un estado meramente reflexivo sobre sí mismo. Este ciclo no será predecible, pero fluctuará sobre una base diaria o incluso momentánea. El individuo debería limitarse simplemente a expresarse de algún modo, a comunicar aquello que sea necesario, lo cual requiere por lo menos a otra persona en su inmediato entorno en la que el individuo pueda confiar y que sea lo suficientemente madura como para permitir que esto ocurra sin sentirse amenazada o arrastrada por ello en el presente. Pero puede ser difícil para el individuo encontrar alguien en quien confiar, puesto que a muchos ya les es difícil confiar en sí mismos en relación a lo que están sintiendo o necesitando. Algunos van a sentirse muy vulnerables y hipersensibles durante el curso de ese período, pasando por momentos y necesidades emocionales muy semejantes a las de un niño, sin importar la edad de la persona. Como el propósito de todo esto radica en el aprendizaje de la seguridad interna y en minimizar las dependencias exteriores, aquellos que están cerca del individuo y pretenden ayudarle deberían promover gentilmente este tipo de comprensión. En términos generales, este proceso va a promover un total renacimiento y metamorfosis de la estructura emotiva interna y la autoimagen individual. Al eliminar y transformar los esquemas caducos emocionales y minimizar las dependencias del exterior, nacerá una persona nueva. Una nueva etapa se iniciará en la vida del individuo.

Plutón en Tránsito Casa 5
Esta Casa se asocia en términos generales con la expresión personal, la creatividad, las aficiones y las actividades recreativas, los hijos y el romance. El tránsito de Plutón por la Casa 5 influirá en cualquier de estos dominios. Aquella parte de nosotros que está ávida de expresar exteriormente nuestros pensamientos, sentimientos y fantasías cobra impulso en este momento. Quizá descubramos un interés, una afición o una actividad recreativa en que nos sumergiremos intensamente, a veces hasta llegar a la obsesión. Si ya hemos encontrado una canalización creativa, es probable que la cambiemos por otra, y si hasta ahora nos hemos desinteresado de la creatividad, ésta puede convertirse para nosotros en algo muy importante. Pero bajo la influencia de este tránsito ninguna empresa creativa cristalizará sin un gran esfuerzo, y tendremos que enfrentarnos o complejos y bloqueos psicológicos que obstaculizarán el camino de nuestra libre expresión. Con frecuencia, el origen de estos bloqueos creativos se puede perseguir hasta situarlo en los mensajes que recibimos cuando éramos niños en lo tocante al valor de lo que creábamos o expresábamos. Aun cuando hemos superado la fase anal y el aprendizaje del control sin que nuestro sentimiento del propio valor y nuestra autoestimación hayan salido demasiado malparados, el tránsito de Plutón en la Casa 5 puede activar dificultades psicológicas cuando intentamos expresar nuestra individualidad y nuestra capacidad creadora. Podemos estar tan pendientes de cómo serán recibidas nuestras creaciones que eso inhiba nuestra libertad de expresarnos. El empeño creativo se ve complicado además por cuestiones de poder, especialmente si nos hemos comprometido en proyectos que ponen en juego a otras personas. Si nuestro sentimiento del propio valor y de la identidad personal está muy vinculado con aquello en lo que trabajamos, insistiremos en que las cosas se hagan a nuestra manera, y no se nos hará fácil adaptarnos, en este aspecto, a lo que sienten los demás. Los hijos -extensiones creativas de nosotros mismos- corresponden también al dominio de la Casa 5, y cuando Plutón transita en ella puede influir en esta esfera de muchas diferentes maneras. El nacimiento de un hijo durante este tránsito asumirá una importancia especial, indicando la muerte de una fase de la vida y el comienzo de otra nueva. Es posible que nuestros hijos tengan problemas o pasen por una crisis, y sus experiencias pueden ser para nosotros una lección y un reto. El tipo de problemas que estén afrontando depende en gran medida de la edad que tengan durante el periodo en que nosotros pasemos por este tránsito. La relación con los hijos puede ser excepcionalmente difícil de manejar, y sin embargo la presencia de Plutón aquí hace pensar que tenemos algo que aprender de lo que les está sucediendo. Es necesario que aceptemos que, en nombre del crecimiento y de la evolución, puede ser que nuestros hijos tengan que pasar por experiencias de las cuales no podemos -o no debemos- protegerlos. La Casa 5 también se relaciona con la sexualidad y el romance, y el tránsito de Plutón por ella teñirá esta esfera de la vida. Es probable que una persona con quien nos relacionemos tenga muy marcados en su Mapa a Plutón, Escorpio y la Casa 8. Una relación en este periodo nos cambiará de forma importante. Es probable que los compromisos sean intensos, apasionados y complejos: tal vez se los mantenga en secreto o estén sobrecargados de luchas de poder, intrigas, traiciones y celos. Los vínculos que establecen reactivarán con frecuencia al niño herido y colérico del pasado, que sigue todavía intentando conseguir que papá y mamá lo amen tal como él quiere. Descubrimos en nosotros al "bebé rabioso" o a la "bestia" y se nos ofrece así la oportunidad de explorar y elaborar complejos infantiles aún no resueltos. Este tránsito también puede coincidir con el despertar de nuestra pasión sexual, o bien reactivar nuestra energía sexual tras un largo periodo de aquietamiento, sin embargo, también puede manifestarse en bloqueos sexuales temporales o en un cambio en la naturaleza de nuestra expresión sexual. Hay personas que optan por canalizar los deseos de su líbido a través de actividades creativas o ejercicios físicos, como pueden ser los deportes. Durante este período, el efecto arquetípico consistirá en inducir una situación interna y externa por medio de la cual el individuo aprenda gradualmente a ser responsable de su propia realidad y a recrearla de modo que pueda ver reflejada en ella y consolidados los impulsos creativos novedosos que emergen desde lo profundo del alma. Estos nuevos impulsos están vinculados directamente con el nuevo propósito de la vida individual. Además, el proceso llevará al individuo a examinar las bases y los porqués de la forma cómo ha venido ayudando y entregándose a los demás, siendo necesario también una comprensión de tipo fundamental en cuanto a su necesidad personal de recibir amor y atención por parte de otros y de ser considerado importante y especial. Con estas dos lecciones básicas combinadas, podrá entonces experimentar y recibir la manifestación y realización de cada necesidad, como condiciones de su autocentralización. En general, este proceso va a promover una renovación de la creatividad personal, con profundas oleadas internas de inspiración creadora, sentimientos y deseos que impactarán la comprensión consciente del individuo, impulsándole a tomar la responsabilidad de su propio destino y su realidad individual. En consecuencia, se recreará esta misma realidad, a fin de dar paso y expresión a estas nuevas oleadas de creatividad, con lo cual será reformulado el propósito mismo de la existencia. Este puede ser entonces un tiempo durante el cual pueden despertar y desarrollarse muchas capacidades latentes. Durante este período, muchos individuos van a tornarse necesariamente o a parecer más autocentrados que nunca, sumergidos en sí mismos, mientras que en otros casos será preciso el rompimiento o eliminación de un determinado enfoque autocentrado para dar paso a la expresión de los nuevos impulsos. En cualquier caso, la clave estará en permitirse a uno mismo el movimiento necesario hacia estos nuevos impulsos en el momento de su manifestación, incluso si estos requieren dejar a un lado creencias o ideas preconcebidas con las que se había venido identificando el sujeto como un propósito o una orientación en su existencia hasta este momento. Este impulso evolutivo interno va a reflejarse también en las situaciones y circunstancias externas del individuo, cuya naturaleza dependerá del contexto concreto de su realidad interna. Por ejemplo, esto se puede manifestar de forma muy diversa en el momento de tener un hijo. Para algunos, estas circunstancias estarían vinculadas con un reflejo de su creatividad individual, un dar y recibir, un propósito que se ha reformulado en su vida, cuya manifestación puede expresarse ahora a través de este hijo. Un proceso de autocentralización puede advenir, a través de un mayor enfoque en este sentido. Mientras que para otros, el tener un hijo servirá como un medio para transformar o eliminar una excesiva autocentralización, o un comportamiento u orientación de tipo narcisista. En unos casos, el embarazo puede llegar a través de un amorío o una relación extramarital, o bien sin tener un deseo consciente del mismo. Ahora bien, en todos los casos va a existir una conexión kármica con el bebé y una implicación a este nivel, tanto del padre como de la madre. Cuando Plutón inicia su tránsito a través de la Casa 5 o cuando está transitando sobre el Sol natal o progresado hacia el mismo, o bien se sitúa en la Casa 5 de una revolución solar, o hay una progresión del Sol hacia Plutón, acontece generalmente un aumento de la fertilidad. Por otra parte, durante este período, el individuo podrá experimentar a veces confrontaciones emocionales y dificultades en relación con sus hijos. Así como el individuo necesita desarrollar y realizar un nuevo propósito creativo e identificarse con éste a fin de tomar la responsabilidad de su propio destino, así también sus hijos empezarán a manifestarse en este sentido. Esta dinámica puede dar lugar a un desafío o poner a prueba las voluntades de todos los involucrados y, si esto llega a ocurrir reflejará ante todo una situación en la cual el individuo ha venido tratando de moldear a su propia imagen la identidad de sus hijos. Al empezar ellos a afirmar sus propias voluntades, van a enfrentarse directamente a los deseos del individuo para seguir los suyos propios, y esta confrontación promoverá la necesidad evolutiva de conocer las bases de su actitud hacia sus hijos, de cómo los percibe y qué les da. A través de este conflicto de voluntades se puede lograr una posición objetiva bajo la cual el individuo reformulará la imagen que tiene de sus hijos, para reflejar mejor las necesidades actuales de ellos y su verdadera individualidad inherente. Al hacerlo así, podrá darles lo que ellos realmente necesitan. Este proceso le permitirá reflejarse también a sí mismo a través de una redefinición creativa que involucre los diversos cambios, ajustes y reorientaciones exigidas por las nuevas circunstancias individuales. Durante este período evolutivo, el individuo puede sentirse atraído hacia otros, posiblemente en términos amorosos especialmente cuando se trata de una persona que se siente poco amada, insatisfecha o insuficientemente reconocida dentro de las condiciones existentes en su vida. Debido al profundo apremio que experimenta por ser más creativo y tomar responsabilidad sobre su destino, apremio que está originado en su propia alma, el individuo puede vivir una atracción de tipo subconsciente hacia aquellos que le ayudan a satisfacer y dar expansión a estas necesidades. Un amorío puede llenar su necesidad de reconocimiento y de ser considerado como alguien especial e importante. Durante un tiempo, la atracción será intensa y encantadora. Las personas que entran en relación con el individuo serán muy magnéticas y fuertes, mientras que habrá quienes perciben en él cualidades análogas. Algunos encuentros serán breves, pero intensos. Otros serán duraderos evolucionando hacia una vida de pareja. Si el individuo se encuentra ya dentro de una relación, este proceso puede llegar a ser una amenaza para la misma. Algunos llegarán a sentirse totalmente confusos y divididos, ya que estarán a la vez enamorados de su pareja y de la nueva persona que aparece. De nuevo, la base de esta situación radica en el hecho de que el individuo no estaba viviendo la relación existente con suficiente amor, atención o reconocimiento. Pero también hay casos en que éste ha experimentado una represión o negación de sus nuevos propósitos y necesidades creativas por parte de su pareja. Tal situación va a "sentar las bases" para llegar a sentirse atraído hacia otra persona que llenará estas necesidades, y será preciso que su anterior pareja transforme su propia orientación emotiva alentando al individuo y permitiéndole realizar su propósito nuevo, o de lo contrario casi seguramente terminará la relación durante este período. Si esto llegara a ocurrir estaría reflejando la necesidad de tomar la responsabilidad del destino personal, recreándolo y dando cabida con ello a los nuevos impulsos creativos emergentes desde las profundidades de la propia alma. En resumen, este proceso va a promover una nueva formulación del propósito en la vida individual. Nuevas dimensiones de posibilidades y capacidades van a surgir desde lo profundo del alma. Al tomar la responsabilidad de su propio destino, el individuo va a recrear su propio ser de alguna forma, en cuanto pueda realizar los apremios creativos internos, unidos a la reacción de su entorno en cuanto los primeros se vayan manifestando. A veces será indispensable eliminar ideas y creencias preconcebidas acerca del objetivo de la propia vida. En caso de que el individuo se obstine en adaptarse a este nuevo orden, su gradual desarrollo quedará entonces sojuzgado y bloqueado al igual que su expansión creativa. En lugar de experimentar un renacimiento de su creatividad, el individuo se verá abocado a una decadencia de la misma.

Plutón en Tránsito Casa 6
El trabajo, la salud y el transcurrir de la vida cotidiana son las preocupaciones principales de la Casa 6. Este ámbito del Mapa no sólo describe la forma en las que nos relacionamos con nuestro cuerpo, sino también cómo nos llevamos con nuestros colaboradores y con las personas a cuyo servicio estamos o que nos sirven. A medida que Plutón en tránsito va recorriendo la Casa 6, tropezamos con retos que nos transforman, atraemos diferentes tipos de problemas y de experiencias relacionadas con esta esfera de la vida. El tránsito de Plutón por la Casa 6 puede manifestarse como problemas de salud. Plutón, el dios del mundo subterráneo, saca al aire libre lo que está enterrado en nosotros: puede suceder síntomas crónicos, pero no demasiado importantes -aunque son el resultado de un prolongado desequilibrio- irrumpan en la superficie en formas de malestares o enfermedades. Pero aunque nuestra salud sea deficiente durante este tránsito, no es justo considerar totalmente malévolo el efecto que tiene Plutón sobre nuestro cuerpo; una de sus principales tareas mientras va recorriendo la Casa 6 es descubrir toxinas y venenos acumulados para ayudar a purificar el cuerpo y facilitar el proceso de sanarlo. En esta Casa, Plutón quiere además recordarnos la íntima relación y la reciprocidad innegable que hay entre cuerpo y mente. Ambos forman forman un sistema integrado: nuestros estados emocionales y mentales tienen una influencia directa en nuestra salud, así como nuestro estado físico afecta a la forma en que pensamos y sentimos. La Casa 6, más que ningún otro ámbito del Mapa, se refiere a esta conexión cuerpo-mente, la última relación entre psique y soma, y es bien sabido que los factores psicológicos desempeñan su papel en el agravamiento de una enfermedad. En el cuerpo, los agentes nocivos son una presencia constante, pero que contraigamos o no una enfermedad depende de nuestra capacidad para resistirnos a ellos. La tensión psíquica y los pensamientos negativos (conscientes o inconscientes) lesionan nuestro sistema inmunitario y debilitan las defensas naturales del cuerpo, haciéndonos más susceptibles a males que normalmente podemos evitar. Si caemos enfermos mientras Plutón transita por esta Casa, no debemos tomarnos la enfermedad al pie de la letra. En estos momentos, la mala salud es la forma que tiene Plutón de decirnos que en nuestra vida hay un desequilibrio crítico. Cuando Plutón transita por la Casa 6, es necesario tratar no sólo los síntomas externos, sino las causas básicas de los problemas de salud. No todas las personas que tengan a Plutón en tránsito por la Casa 6 se pondrán enfermas. Pero de todas maneras es el momento de escuchar el cuerpo, de respetar sus necesidades y sus límites, y de examinar todo aquello que en nuestra vida necesite que le prestemos atención y lo regulemos. Plutón derriba para después reconstruir, y puede ejercer una influencia regeneradora muy positiva en cualquier Casa por donde transite. Durante los años en que se mantiene este tránsito tenemos la ocasión de rehacernos físicamente. Con frecuencia, la gente que no está satisfecha con su peso o con su forma física encuentra, en algún momento del tránsito el poder de voluntad y las fuerzas que necesita para emprender y mantener una dieta o un régimen de ejercicios. El trabajo es otro ámbito que Plutón transforma cuando pasa por esta Casa, ya que allí por donde transite, este planeta hace aflorar lo que está gruñendo en nuestro interior. Si no estamos a gusto con el tipo de trabajo que hacemos, este tránsito nos da ímpetu para buscar algo diferente, ya sea dentro del terreno general en que hemos estado trabajando o en un campo totalmente nuevo. Plutón señala el momento en que lo viejo ha de desaparecer para que pueden suceder cosas nuevas. Con frecuencia en esta época cambiamos de empleo; sentimos que en nuestra tarea actual ya hemos progresado todo lo que podíamos, y que es el momento de algo nuevo o diferente. Sin embargo, hay casos en los que durante este tránsito será el destino quien nos empuje hacia una dirección nueva. Quizá nos despidan del trabajo que teníamos, y si algo así sucede mientras Plutón pasa por la Casa 6 es una indicación de que es el momento adecuado para crecer en un tiesto nuevo. Tal vez no tengamos plena conciencia de la parte de nosotros que quiere cambiar, y sin embargo, si en estos momentos sentimos que nuestro mundo laboral se desmorona o nos parece que nos humillan, es probable que el sí mismo o los niveles más profundos de la psique así lo pidan; quizás en nuestro quehacer nos hayamos vuelto demasiado formales o complacientes, y nos hayamos atascado en nuestra actividad actual. Hacer lo posible para colaborar con la parte de nosotros que necesita expandirse en algo nuevo es un buen aprovechamiento de este tránsito. Y aunque perder un empleo puede tener efectos graves sobre nuestro bien estar físico y psicológico, examinar las emociones y los sentimientos que afloren por obra de estas contingencias hará que nos conozcamos mejor y favorecerá nuestro crecimiento personal. La Casa 6 nos pide que continuamente adaptemos y refinemos nuestra vida para ser cada más fieles a nosotros mismos. Esta necesidad de ser fiel a uno mismo es otra motivación para cambiar de trabajo durante este tránsito de Plutón. Seguimos buscando hasta encontrar el empleo que mejor nos va y que mejor refleja quiénes somos. Si durante este tránsito encontramos un trabajo que realmente se apodera de nosotros, lo haremos con una dedicación casi obsesiva. Hay quienes crea la mejor obra de su vida cuando Plutón transita por esta zona del Mapa. También es posible que durante este tránsito nos atraiga alguna actividad plutoniana por naturaleza: trabajos detectivescos o secretos, minería, psicología, medicina o cualquier cosa que signifique deshacer algo para después reconstruirlo. La Casa 6 se asocia con las rutinas y los rituales cotidianos que tenemos que cumplir en el curso de la existencia humana. En algún momento de este tránsito plutoniano, hasta la más simple de las tareas diarias puede asumir gran importancia. Sólo decidir qué ropa nos ponemos por la mañana, o tener que mantener la casa limpia y las cuentas al día pueden volverse motivos de angustia. Si algo así nos sucede, es probable que estemos desplazando preocupaciones y complejos psicológicos más profundos sobre estas tareas ordinarias, y será necesario sondear y explorar la fuente principal de nuestra tensión. Finalmente, al transitar por esta zona del Mapa, Plutón indica a veces experiencias o problemas que nos transforman por la vía de nuestras relaciones con animales domésticos, que conciernen también a la Casa 6. Para algunas personas la muerte o desaparición de un animal querido es tan dolorosa como cualquier otra pérdida en la vida, y el duelo puede activarles una gran cantidad de contenidos psicológicos que es necesario examinar y elaborar, quizá duelos postergados por la pérdida de seres queridos, o el miedo de ser inadecuados para nuestra carrera, o la sensación de que siempre destruimos las cosas o las personas que amamos. Por otra parte, el tránsito de Plutón por la Casa 6 puede indicar experiencias positivas en este dominio. El tema arquetípico en este proceso evolutivo consiste en inducir al individuo a un período de perfeccionamiento individual. Esta necesidad se manifiesta bajo la forma de un profundo autoanálisis por medio del cual el individuo examina mentalmente y pasa revista a sus componentes y dinámicas internas que necesitan ser ajustadas, transformadas o eliminadas sin reservas. De esta forma se vivirá un lapso de tiempo durante el cual el ser será objeto de intensa autocrítica. Es, pues, un tiempo de limpieza, purificación y curación del alma y el cuerpo físico, aunque en un comienzo, sus condiciones pueden empeorar, antes que mejorar. Un sentimiento profundo de imperfección, impureza, inadecuación y negatividad en general acerca de uno mismo va a reflejarse en el entorno inmediato, de modo que la persona llegue a percibir las condiciones externas de modo muy semejante a como percibe las de su interior. Desde luego, esta proyección funcionará también desde fuera hacia el individuo como contrapartida. Al experimentar una crítica interna y externa, junto con sentimientos de carencia, inadecuación e imperfección, va a inducir en el individuo una serie de dudas bastante profundas, las cuales van a ser una experiencia necesaria que impulsará al individuo a cambiar y ajustar esquemas internos y de su entorno para dar paso a nuevas ideas, pensamientos, sentimientos y necesidades, todos ellos manifestados ahora desde lo más profundo de su ser. Durante este proceso es frecuente verse abocado y envuelto en crisis internas y externas. Las primeras se derivan de la necesidad que se tiene en el sentido de eliminar ideas preconcebidas, actitudes, creencias y esquemas mentales de todo tipo. Esta necesidad de cambio va a impactar toda la estructura emocional, física e intelectual del individuo, pudiendo llegar a socavar o amenazar el sentimiento de seguridad y estabilidad individual. Hasta ahora, el individuo ha venido manteniendo determinadas actitudes hacia su trabajo, su cuerpo físico y su estructura mental acerca de la realidad interna y externa. Aquí estamos tratando ahora con el aspecto quironiano inherente al Signo de Virgo y a la Casa 6. Requiere ahora recoger una variedad de datos, a fin de hacer conexiones lógicas que ordenen empíricamente el entorno físico, al Signo de Virgo le corresponde comparar y analizar dicha información, creando para ello un sistema de clasificación. El enfoque se realiza aquí sobre los hechos detallados y la forma como cada uno de ellos conecta con el siguiente. Al realizar estas conexiones mentales se va creando una imagen figurativa global sobre la naturaleza de la realidad. Está claro que los hechos particulares y la información que el individuo selecciona o enfoca van a condicionar o a limitar la forma como esta persona percibe la configuración total de la realidad. La selección realizada está influenciada por el desarrollo y condición evolutiva personal, y la crisis gira en torno a la necesidad de reorientar el enfoque mental y emocional, con el objeto de introducir nuevos conocimientos e información. Las antiguas actitudes y esquemas mentales sobre aquello que constituía la realidad van a romperse ahora y no servirán ya más. Una profunda limpieza de mente, cuerpo y alma va a acontecer durante este lapso, debido a la purificación de actitudes mentales ya caducas que se han convertido en verdaderas barreras para el crecimiento gradual. El individuo experimentará entonces una profunda duda interior fundamentada en las limitaciones y la inadecuación de tales ideas preconcebidas, duda que le inducirá a un autoanálisis que promoverá su vez todo un examen mental acerca de las necesidades que requieren ser cambiadas o eliminadas, así como una comprensión acerca de las deficiencias de tales ideas y esquemas mentales y de la nueva información, actitudes y orientaciones que deberán ser halladas tanto en la realidad interna como en el exterior. En efecto, el pasado y el futuro entran en choque ahora en cada momento de la experiencia individual. La colisión de ambos induce a la crisis debido a la resistencia inherente de Plutón, la cual se va a manifestar como una tensión mental que a la vez producirá ansiedad, nerviosismo e irritabilidad, con otras consecuencias secundarias sobre el plano fisiológico. En cuanto a lo exterior, el individuo puede experimentar confrontaciones con otras personas que se muestren críticas hacia él, basadas en aquellas cosas que ellos perciben como equivocadas en el individuo. El ambiente de trabajo puede tornarse también conflictivo, ya que pueden surgir deseos internos en el individuo para cambiar la naturaleza o el nivel de su trabajo o la orientación del mismo, sintiendo que no se le compensa debidamente por la cantidad de trabajo efectuado. El propio trabajo puede ser vivido como algo sofocante y limitante de cara al crecimiento gradual. Empleadores y empleados pueden entrar en conflicto y habrá algunos que pierdan su trabajo durante este período como parte de la indispensable retribución kármica o como una forma de apoyar los necesarios cambios. La estrategia recomendada será la de aceptar la crítica externa y reflexionar sobre ella sin ponerse a la defensiva, colérico, iracundo o amargado a causa de ella. El punto es que el entorno exterior es como un reflejo del plano interno y estos mensajes son claves necesarias, indicadoras del enfoque que debe adoptar el individuo. Así, este proceso va a promover una limpieza positiva e indispensable de mente, cuerpo y alma. Si el individuo experimenta una necesidad interna de cambiar de trabajo, será importante crear las bases que le permitan una transición gradual entre el pasado y el futuro. La persona puede asegurarse otro trabajo antes de dejar el que ya tiene, o puede conseguir una capacitación nueva o adicional mientras mantiene el empleo ya existente. Si la persona experimenta problemas de orden físico, puede ser aconsejable un cambio en los hábitos de nutrición y alimentación. Ya que se trata de un período de limpieza una buena opción estará en grandes cantidades de líquidos y vegetales crudos, frutas, cereales y yogures, eliminando las formas refinadas o artificiales de azúcar. También serán beneficiosos el Yoga, los masajes y baños calientes. Así como las antiguas actitudes mentales van siendo eliminadas del alma, así ocurre también con las antiguas dolencias corporales que se han llevado por muchos años. Como un proceso natural en el curso de este período, la tensión mental va a crear el mecanismo que dará paso a algunas dolencias físicas. En términos generales, este proceso representa una etapa de perfeccionamiento personal a la luz de un autoexamen de las antiguas actitudes mentales y de los esquemas que necesitan ser cambiados o eliminados. Como resultado, el individuo puede lograr una limpieza a todos los niveles. Una vez limpio y purificado, el individuo puede emerger a partir de aquí hacia un estado de intensa vitalidad personal, con nuevas orientaciones y actitudes hacia la vida y un impulso importante para continuar su trayectoria vital.

Plutón en Tránsito Casa 7
Cuando Plutón transita la Casa 7, las relaciones íntimas se convierten en catalizadores o agentes de transformación personal, de crecimiento y cambio. Si tenemos una relación de pareja, Plutón pondrá a prueba la autenticidad y la profundidad de esa relación, y mostrará los puntos en que nos sentimos insatisfechos o incompletos. Si es posible enfrentar y resolver las dificultades, la relación terminará ganando en solidez y fortaleza. De nada sirve eludir los problemas que se plantean en este ámbito cuando Plutón transita por esta Casa. Las frustraciones que sentimos seguirán bullendo silenciosamente bajo la aparente calma de la superficie, hasta que encuentran alguna manera de socavar la relación. Además, si tratamos de negar que algo va mal, creyendo evitar así una crisis o confrontación, estaremos privándonos de las posibilidades de crecimiento y transformación que provienen del enfrentamiento sincero con la realidad de la situación. En esta época, las relaciones activarán complejos emocionales profundamente arraigados que acechan en los rincones de la psique. Por mediación de problemas que se plantean en el curso de la relación, aquellas facetas de nuestra naturaleza que han estado reprimidas o encerradas bajo llave irrumpirán con toda su fuerza en nuestra vida cotidiana. Quizá nos sintamos dominados por los celos, la envidia, la cólera o una pasión sexual incontrolable. Por más que se sientan y se expresen en nuestra relación de pareja actual, estas emociones se generan en la infancia, cuando sentíamos algo similar hacia nuestros padres u otras personas de nuestro ambiente. El tránsito de Plutón por la Casa 7 en el contexto de una relación de intimidad del presente, nos da una oportunidad de descubrir y resolver viejos modelos emocionales. Alternativamente, en algunos casos será nuestra pareja quien nos acose con sus celos, su envidia o su furia. Dicho de otra manera, no experimentamos directamente estas emociones, sino que nos llegan por mediación de otra persona. En este caso, es necesario considerar lo que hemos hecho para ayudar a crear esta situación. Es un precepto psicológico que lo que negamos en nosotros mismos, lo atraemos a nuestra vida a través de los demás. La naturaleza de la vida es la totalidad, y atraemos aquellas partes de nosotros mismos que hemos negado o suprimido. A medida que Plutón recorre la Casa 7, nuestra pareja, u otras personas con quienes nos relacionemos, nos devolverá el reflejo de nuestra sombra o de nuestro inconsciente. Esto es difícil de aceptar y de admitir; preferimos culpar del desagradable curso de los acontecimientos a los demás y a su manera de ser. Uno se siente mejor liberándose del peso de la responsabilidad y, sin embargo, terminar acusando a otra persona de ser la fuente de todos los problemas no sirve para fomentar nuestra madurez ni nuestro crecimiento psicológico. Puede obsesionarnos el miedo de que nuestra pareja nos deje o de que secretamente haya iniciado otra relación. También esto ha de ser considerado como una proyección. Si descubrimos en nosotros sentimientos así, no hay ninguna necesidad de que vayamos corriendo en busca de una aventura, sino que debemos tener la sinceridad psicológica suficiente para explorar esa parte de nosotros que abriga fantasías o deseos de esa naturaleza. Es vez de declarar culpable a la otra persona, ahora es responsabilidad nuestra analizar por qué nos sentimos desdichados, aburridos o disconformes con la relación. Claro que es posible descubrir que realmente nuestra pareja nos es infiel. En este caso, Plutón pugna por sacar a la luz problemas de relación que es necesario afrontar y analizar. También esta situación puede remover en nuestro interior emociones tan poderosas que nos escandalizamos de nuestras propias reacciones... siempre nos habíamos creído tan razonables y controlados, no como esas personas que continuamente exhiben sentimientos de gran violencia e intensidad. Plutón nos enfrenta con partes de nosotros mismos de cuya existencia preferiríamos no enterarnos. Con un poco de autoestudio psicológico, puede ser que nos demos cuenta de que estas reacciones emocionales abrumadoras se remontan a sentimientos que tuvimos de muy pequeños, cuando nuestra supervivencia dependía de nuestra madre y creíamos, aterrados, que nos moriríamos si ella nos abandonaba. La infidelidad de nuestra pareja nos reactiva aquellos antiguos miedos, y nos da la oportunidad de saber más sobre nuestros complejos que acechan en las profundidades de nuestro ser. Este tránsito indica también a veces que nuestra pareja es quien está pasando por una fase plutoniana. Su Plutón natal puede estar activado por un tránsito o una progresión importante, o el propio Plutón puede estar afectando, por tránsito, algunos puntos importantes de su Mapa. Lo que pasa a nuestra pareja nos hará cambiar. Si no tenemos establecida una relación de pareja, es frecuente que el tránsito de Plutón en la Casa 7 nos la aporte. Durante este periodo podemos relacionarnos con otras personas que tengan un Plutón fuerte en su Mapa. Dicho de otra manera, su naturaleza es probablemente compleja e intensa, o están en una importante crisis vital cuando las conocemos. Las relaciones que se establecen en este periodo también pueden llevar implícita alguna intriga o exigir cierta medida de secreto. Sea cual fuere el caso: las relaciones tendrán sobre nosotros un poderoso efecto de transformación. No importa cuánto duren: después ya no seremos la misma persona. Las luchas de poder son otra característica de este tránsito, puede ser que intentemos controlar o dominar a nuestra pareja, generalmente para impedirla de actuar de manera amenazante o hiriente para nosotros. O También podemos relacionarnos con alguien que quiera controlarnos, ya que cuando Plutón pasa por esta zona del Mapa, la cuestión de quien ejerce el poder en la relación adquiere prioridad, y quizá nos demos cuenta de que si no llevamos las riendas no nos sentimos seguros. En cualquier de los dos casos, hay un desequilibrio de poderes y es necesario aprender a compartir y cooperar realmente. La cosa funcionará de dos maneras: que los otros actúen como agentes de transformación y cambio para nosotros, pero también nos encontraremos en situación de ayudar a otros en momentos de transición y de crisis. Cuando Plutón se mueve por la Casa 7, podemos sentirnos atraídos por grupos o actividades relacionados con el cambio o la reforma de diversos aspectos de la sociedad. Este podría ser un uso positivo de este tránsito, siempre y cuando no sucumbamos a extremos destructivos en nuestros intentos de demoler antiguas estructuras para dejar paso a las nuevas. Este proceso refleja de un modo arquetípico la necesidad esencial de transformar y permitir la evolución de los valores, actitudes, necesidades y orientaciones respecto a las relaciones íntimas y a la vida en pareja, cuando Plutón se va aproximando a la cúspide de esta Casa, o bien cuando comienza un tránsito sobre Venus o una progresión hacia este planeta, surge un período kármico durante el cual el individuo puede volver a encontrarse con personas que han estado a su lado en vidas anteriores, este lapso inicial puede traer igualmente la renovación de contactos con personas que han mantenido alguna relación con él en un período anterior de esta vida. Eventualmente el rápido tránsito de Venus sobre el Plutón natal puede inducir también una situación análoga durante algunos meses. El tiempo de aspecto será un indicador del fundamento kármico del contacto. Si se trata de aspectos tensionados, la tendencia va a promover la necesidad de contactar para trabajar cosas que están sin resolver entre las partes. Por su lado, los aspectos fluidos darán lugar a situaciones donde el individuo atrae a otros que le aportan una información y una experiencia positiva y actual. En cualquier caso, estas condiciones reflejan el hecho de que el individuo desea y necesita moverse, crecer y evolucionar hacia nuevas formas de relación. La necesidad de cambiar los esquemas antiguos y redefinir las propias necesidades esenciales estará reflejada en estas situaciones, así como la necesidad de revalorar profundamente a otras personas dentro de la vida individual. Aquellos que promueven un conflicto debido a circunstancias no resueltas en el pasado, van a ayudar al individuo a comprender aquellas situaciones anteriores que requieren ser enfrentadas y cambiadas. Lo mismo va a reflejarse en el contacto con aquellos que portan un mensaje a través del tiempo. El individuo debe estar abierto hacia ellos y hacia los que reflejan lo que él desearía llegar a ser. Por el contrario, también puede ocurrir que el individuo presente resistencia a conectar con aquellas personas que tengan que ver con el pasado y con situaciones aún no resueltas del todo. Debido a la necesidad de avanzar, toda situación o persona que represente al pasado será enfocada desde una nueva perspectiva futura, por lo cual lo que parezca conflictivo puede inducir una resistencia a enfrentar los factores kármicos inherentes a estos contactos. Sin embargo, es preciso resolverlos, puesto que un nuevo ciclo evolutivo está empezando en la vida individual y las situaciones del pasado deben quedar satisfechas para dar paso a esta nueva etapa sin que haya residuos del ayer que contaminen el mañana. Bajo otro punto de mira, las confrontaciones inducidas por estos contactos van a permitir una comprensión experimental de las nuevas necesidades personales internas, dando lugar a una metamorfosis y a una alquimia mediante la cual nuevas necesidades, actitudes y aproximaciones a la vida de relación podrán emerger en la conciencia del individuo. Cada caso que refleje estas condiciones será único, y la naturaleza específica o el karma que está siendo resuelto entre ambas partes podrá ser detectado a través de la comparación de sus respectivos Mapas Natales (Sinastría). A mi modo de ver, el individuo debería ser alentado a cumplir y dejar resueltas las historias del pasado, para poder eliminar de una vez y para siempre dicho karma. Recomiendo, pues, una estrategia psicológica bajo la cual el individuo resista la tentación de reaccionar instintivamente enfrentándose con aquellos que han compartido su pasado kármico. La clave estaría en desarrollar una respuesta y una actitud comedida hacia ellos, tratando de llevar la situación de una forma reflexiva y desapasionada. De este modo, el individuo podrá llegar a comprender todas aquellas circunstancias que han generado la actual situación, reaccionando de manera apropiada y kármicamente idónea para resolver aquellos puntos pendientes. En ciertos casos, este proceso puede actualizar situaciones que estaban pendientes de resolverse entre el individuo y alguna pareja con la cual haya venido conviviendo ya antes, por haber estado reprimidas a lo largo de la relación o por emerger ahora como reflejo de algún tipo de conflicto no resuelto en vidas pasadas. En tales circunstancias, pueden producirse manifestaciones en contra del individuo o entre ambas partes y será preciso no sólo afrontar estas situaciones en el momento mismo en que aparecen, sino también permitir que la relación existente cambie, crezca, evolucione y se renueve a sí misma de modo que pueda reflejar las nuevas necesidades de ambas partes. Esta estrategia de reacción comedida debería ser tenida en cuenta para que pueda darse la indispensable metamorfosis evolutiva en un plano de positividad. En algunos casos, este proceso conducirá al final de la relación ya existente cuando no es posible una reformulación debido a la resistencia compulsiva frente a los nuevos requerimientos evolutivos. Una de las partes puede percibir a la otra como avanzando hacia la comprensión de futuras necesidades, o viceversa, de manera que alguno de los dos percibirá a la parte cambiante como una amenaza para su seguridad emocional. Cualquiera sea el papel o la posición del individuo en este caso, el crecimiento tendrá lugar a pesar de la dificultad que puede representar para él esta experiencia. Eventualmente, este proceso puede involucrar la muerte de la pareja o de alguien muy allegado al individuo. Los aspectos fluidos van a estimular también aquí el crecimiento, haciendo que tanto el individuo como aquellos con quienes contacta para estas necesarias experiencias comprendan por lo general el por qué de las mismas. Por el contrario, bajo aspectos tensos esta comprensión tendrá lugar solo posteriormente a la relación. Los resultados, no obstante, pueden ser idénticos. Cualquiera sea la forma en que se viva este período evolutivo, responde a una misma necesidad: transformar o eliminar los antiguos esquemas de relación con otras personas, permitiendo que afloren a la conciencia individual nuevas y esenciales necesidades en este terreno. Así, surgirán y se irán manifestando nuevas maneras de relacionarse con otros y consigo mismo, al lado de nuevos valores personales y sociales que serán cultivados durante este período. No es extraño, pues que irrumpan nuevas personas durante este lapso en la vida del individuo. Por lo común, serán gente magnética e intensa con cierta tendencia a ejercer un efecto hipnótico y compulsivo sobre el individuo aunque también se puede dar la situación inversa. Al comienzo del proceso, las nuevas necesidades no están claramente formuladas aún en la mente del individuo, ni tampoco de los que entran en relación con él, de modo que la parte que ejerce atracción simboliza o encarna aquello que la otra parte desearía llegar a ser de una forma subconsciente. Es lógico que si el individuo o la otra persona está comprometido ya en una relación prioritaria, esta situación va a generar alguna clase de conflicto o confrontación. Las elecciones que se efectúen respecto a estas situaciones de atracción tienen una gran importancia desde el punto de vista kármico. Cuando la situación es afrontada, me permitiría recomendar las siguientes estrategias: si el individuo es atraído hacia otra persona o viceversa, y se percibe que toda relación anterior ha cumplido ya su propósito y no existe, por tanto, más utilidad o posibilidad de crecimiento dentro de la misma para ninguna de las dos partes, entonces será importante volcarse por completo hacia la nueva atracción, de una manera honesta, naturalmente. Antes de involucrarse en otra relación debería darse por terminada la existente, tomándose el tiempo necesario por parte de ambos lados para resolver adecuadamente las situaciones que inducen a esta ruptura, reflexionando juntos acerca de la naturaleza global de la experiencia mantenida, para que ésta pueda concluir de una forma positiva. Dicha reflexión puede aportar un gran conocimiento a ambas partes acerca de su propia naturaleza y la de la relación que han tenido, logrando un final con un mínimo de sentimientos dolorosos. El punto es que este proceso puede reflejar la realización final de una relación previa que ha seguido su curso natural en la vida. Si el individuo, o la persona que es atraída hacia él percibe una limitación en la relación existente por la forma en que ésta ha venido definiéndose, percibiendo que podría cambiar, entonces debe tomarse el tiempo que sea preciso trabajando para lograrlo. Las nuevas atracciones hacia otra persona o hacia él mismo representan en este caso sencillamente una "señal", un signo de que algo falta en la relación existente. Esta "señal" deberá interpretarse como una necesidad de afrontar cualquier problema que pueda existir para dar lugar a la necesaria metamorfosis. Si después de un tiempo de perseguir este fin no se ha logrado el cambio, entonces el individuo estará en libertad de cambiar de pareja, desde la perspectiva kármica. Su curso de acción estará determinado por la resistencia que ofrezca la otra parte y el shock emocional resultante para ésta puede inducir a veces un efecto positivo, de crecimiento. En líneas generales, la clave para trabajar positivamente durante este proceso será estar tan abierto como sea posible a las nuevas necesidades de la pareja y viceversa. Como en todo lapso de cambio y crecimiento será preciso que cada uno sepa escuchar al otro, a fin de identificar la realidad de la otra persona tal como es percibida por ella. De esta forma, cada uno podrá dar al otro lo que verdaderamente necesita en cada momento. Ahora bien, si el individuo o su pareja experimentan restricciones en su evolución a causa de la relación, es probable que surjan confrontaciones y que aquella llegue a su fin si una o ambas partes se ponen a la defensiva o se cierran frente a las nuevas necesidades de su pareja.

Plutón en Tránsito Casa 8
A la Casa 8 se la considera frecuentemente la Casa "de los valores de los demás", y se refiere a la forma en que nos conducimos con el dinero y los recursos que se comparten en el matrimonio, en las relaciones de intimidad o en empresas comerciales y de negocios. En el nivel más concreto, el tránsito de Plutón por esta Casa puede indicar que nos veremos profundamente cambiados o afectados como resultado del dinero o los recursos materiales de otra persona. Por ejemplo, varios individuos se casaron o iniciaron, en el momento de este tránsito, una relación de intimidad con una persona adinerada, con lo cual su Status material sufrió un cambio importante. Además puede traer, en la relación con la pareja, luchas de poder centradas en lo que se ha de hacer con el dinero o con otros recursos compartidos. La Casa 8 se refiere también a los problemas de impuestos y herencias. Si hemos defraudado gozosamente el fisco, cuando Plutón llega en tránsito en la Casa 8 podemos encontrarnos en dificultades con el gobierno. Pero también es posible que recibamos una herencia que modifique o mejore considerablemente nuestra seguridad material. Sin embargo, en el caso de que Plutón forme aspectos tensionados con otros planetas en el Mapa Natal, puede haber complicaciones en cuestiones de herencias o conflictos con otras personas por culpa de un testamento o legado. Sin embargo, resolver los problemas emocionales que en este momento pueden derivarse de las cuestiones de dinero podría ayudarnos, en última instancia, a ahondar en nuestro conocimiento psicológico de nosotros mismos. Por ejemplo, quizá necesitemos aprender a prescindir de la "gratificación instantánea" y a tolerar la frustración de nuestros deseos y necesidades; pero, además de esto, es posible que nos haga falta considerar por qué creemos necesitar determinadas cosas materiales. Los problemas que se relacionan con el dinero, el apego y la responsabilidad están siempre íntimamente conectados. El rótulo de "los valores de los demás" aplicado a la Casa 8, puede extenderse más allá de los recursos monetarios para incluir el sentido de los valores en general: aquello en que los demás creen, lo que les es querido o lo que consideran importante en la vida. Mientras Plutón transita por la Casa 8, un encontronazo con las creencias y los valores de otra persona nos puede cambiar o transformar espectacularmente. Al expandir o alterar nuestra forma de entender la vida para adoptar una filosofía y una visión nueva del mundo diferente, morimos simbólicamente tal como éramos y volvemos a nacer. Sin embargo, este tránsito puede indicar batallas y conflictos por el poder con otras personas, en los que nuestra escala de valores y nuestra visión del mundo se enfrentan con las suyas. Será más probable que esto suceda si Plutón forma una Oposición con cualquier de los planetas natales en la Casa 2, o una Cuadratura con algún planeta en la Casa 11 (de los amigos, esperanzas, deseos, metas y objetivos). La Casa 8 -de la intimidad- revela también algo sobre la naturaleza de nuestra expresión sexual. En la relación sexual dejamos al descubierto y compartimos partes íntimas de nosotros mismos que normalmente mantenemos ocultas. Y es mediante la sexualidad cómo podemos alcanzar, aunque que sea un fugaz momento, una completa unión física, emocional y espiritual con otra persona. Cuando Plutón recorre la Casa 8, podemos esperar cambios en la expresión de nuestra sexualidad, o experiencias que, en esta esfera de la vida, tendrán sobre nosotros una influencia profunda o devastadora. Plutón intensifica cualquier parte del Mapa por donde transita, y en algunos casos, este tránsito puede señalar el despertar de nuestra sexualidad de una manera inimaginable. Este tránsito puede ayudarnos a derribar ciertas defensas que nos han impedido relajarnos y entregarnos sexualmente en plenitud. Sin embargo, puede producirse también la situación inversa, aunque sea temporalmente. La Casa 8 denota también nuestra relación con lo que las filosofías del esoterismo llaman "el plano astral", un nivel de existencia en el que se reúnen y circulan emociones y sentimientos aparentemente intangibles, pero de todas maneras poderosos. Cuando Plutón transita por esta Casa nos volvemos más sensibles a las corrientes ocultas en la atmósfera, abriéndonos a los sentimientos escondidos o inexpresados de quienes nos rodean. Quizá se nos haga difícil en estos momentos aceptar las cosas, la vida o las personas por sus apariencias; sentimos, en cambio, la necesidad de escarbar por debajo de la superficie de nuestras relaciones y de nuestras interacciones con los demás, para ver con claridad qué es lo que realmente sucede en el nivel más sutil o más profundo. El tránsito de Plutón por su dominio natural quizá no sea una época fácil, y es probable que en algún momento nos sintamos profundamente deprimidos o nos encontremos aprisionados en nuestro propio infierno personal, un submundo de emociones y sentimientos intensamente perturbadores. Pero no podemos olvidar que Plutón no sólo tiene el poder de destruir la vida, sino también el de crearla. Como Inanna, condenada a muerte en el reino de Ereshkigal, también este tránsito lleva consigo la posibilidad de volver a levantarnos renacidos y transformados. El proceso arquetípico en este tránsito plutoniano va a hacer que el individuo se enfrente a todas las áreas o dinámicas internas que se encuentran estancadas o no están orientadas hacia el propio crecimiento. En el plano interno, estas áreas y dinámicas pueden tener una naturaleza emocional, intelectual, física o espiritual. A nivel externo, cualquier área puede ser experimentada de la misma forma, ya se trate de familia, profesión, relaciones, dinero, bienes, etc., o de la forma general como ha sido estructurada la vida externa y su realización. Los modos bajo los cuales el individuo ha definido y se ha relacionado con alguna de estas dinámicas o con todas ellas, tanto en su interior como en lo externo, deben ahora ser reformulados en su base de forma que reflejen su efectiva necesidad de crecimiento. Tales dinámicas pueden vivirse a veces como factores limitantes de la propia evolución gradual, por lo cual no es raro que durante este período se produzca una pérdida de significado de alguna o varias dinámicas, lo que a su vez traerá confrontaciones internas y externas, las cuales estarán reflejando la necesidad de transformar y redefinir las áreas que están actuando como obstáculos para su crecimiento posterior. Sin embargo, por lo común, las áreas que requieren ser reformuladas son aquellas en las que el nativo se ha volcado excesivamente. En otras palabras, aquellas a las cuales ha hecho converger su vida en función de ciertos valores, creencias, ideas y deseos, que constituyen sus "lineamientos básicos" para enfocar la realidad. Un sentimiento de limitación y estancamiento puede darse con el objeto de que el individuo perciba que existen otras distintas formas de relacionarse y definir tales áreas y dinámicas. Al cambiar estos "lineamientos básicos" formulándolos de un modo nuevo, estará arriesgando su seguridad fundamental, debido a la importancia que les ha concedido hasta ahora. De esta forma, las elecciones que deberá efectuar el individuo durante este período van a ser muy importantes, ya que ellas determinarán la forma como se experimenta esta necesidad evolutiva. Bajo un enfoque positivo, el individuo reconocerá aquello que debe ser confrontado y transformado. De acuerdo a ello implementará las estrategias apropiadas para efectuar dicha transformación. Nuevas respuestas emocionales, ideas, orientaciones, valoraciones, etc., se pondrán en marcha con gran fe. A dónde van a llevarle estos cambios es algo que el individuo no puede saber previamente al comienzo del mismo cambio. Por lo general, este conocimiento va a ser posterior, por lo cual se requiere aquí la fe. La clave consistirá en moverse hacia adelante siguiendo los nuevos impulsos, deseos, ideas y sentimientos originados en el alma. Como ocurre durante la erupción de un volcán, estos impulsos emergerán a la conciencia del individuo desde las profundidades de su inconsciente. La fuerza de comprensión de la energía interna que mueve todo este proceso va a hacer llegar estas nuevas simientes hasta un nivel consciente. En cuanto a los mensajes externos, que llegan al nativo a través de las personas más allegadas a él, pueden también ayudar a promover su comprensión de aquello que debe ser efectuado. Tales mensajes pueden ser positivos o negativos. En el primer caso, los demás van a apoyar e impulsar las necesidades de crecimiento del individuo, mientras que si son de índole negativa van a ser fuente de conflicto y de regresión en caso de que el individuo vea amenazada su propia seguridad por el proceso de cambio. También puede darse el caso de que sea indispensable para eliminar de su vida a quienes intentan moverlo a regresar a los antiguos moldes. De modo semejante, el individuo deberá impulsar y promover las necesidades de crecimiento de otros, dándoles fe y ánimo, lo cual va a generar en ocasiones cierto temor en sus allegados e inseguridad en base a la forma como ha estado definida hasta ese momento la relación con el individuo. Con todo, él deberá afrontar con fe esta necesidad de cambio en las personas más cercanas a él. Si esto ocurre, surgirá el potencial para una completa regeneración, gracias a la eliminación de aquellas dinámicas desfasadas e inhibidoras del crecimiento, el cual podrá darse ahora de una manera gradual y positiva. La posibilidad de cambios violentos queda, pues, reservada para quienes ofrezcan resistencia a este impulso evolutivo. Ellos pueden experimentar un traslado forzoso de las áreas o dinámicas en las que han estado más involucrados, con el objeto de permitir los cambios requeridos. Durante este período de su vida, tales cambios forzosos podrán acelerar la realización de su propósito evolutivo, tal como está descrito en la dinámica principal kármica evolutiva de su Mapa Natal. La magnitud e intensidad del fenómeno estará vinculada con el grado de resistencia individual y con la capacidad para comprender y aceptar aquello que debe ser hecho ahora. El enfoque negativo de resistencia al cambio va a traer una pérdida de perspectiva en el momento de las transformaciones forzosas. La sensación de estancamiento y estallidos internos puede llegar a consumir al individuo, haciendo que se sienta como sumergido en un pozo sin fondo donde luz alguna llega a penetrar. Las fuerzas inconscientes llegan a ser más poderosas que la capacidad para una resistencia consciente, egocéntrica. Como consecuencia, el individuo puede experimentar shocks emocionales, impulsos, pensamientos y estados de ánimo que no parecen brotar de su propia conciencia y que le sumergen en sentimiento de impotencia y confusión. Desde una perspectiva evolutiva, este período se asocia a una purificación de todos aquellos esquemas y formas de comportamiento arraigados en el inconsciente y que han estado dictando las reacciones individuales. Esta purificación dará paso a una gradual regeneración y a un renacimiento personal, al ir siendo reemplazados los esquemas ya caducos por otros actualizados, lo cual puede conllevar el dejar a un lado situaciones o circunstancias externas -una relación, una profesión u oficio, amistades, dinero, bienes, etc. La purificación de lo externo será un reflejo de la necesidad evolutiva interior. Desde el punto de vista experimental, se trata aquí de un proceso bastante intenso, en el cual el individuo puede oscilar de una forma compulsiva y aparentemente incontrolable entre momentos de euforia y exaltación y otros de intensa tristeza y depresión. Los primeros se producen gracias a repentinas visiones o chispas de comprensión, mientras que los momentos oscuros van acompañados del sentimiento de que todo está perdido, fuera de control y carente de significado. Mientras el ego es abofeteado sin parar por la tempestad interna y los shocks de índole emocional, intelectual, físico y espiritual, el individuo puede llegar a sentirse como si estuviera al borde de la muerte. De nuevo, la causa de todo ello radica en la resistencia frente a los indispensables cambios evolutivos. Durante este proceso se vive un intenso período kármico. Los actos de vidas anteriores y de la vida actual que han generado karma negativo y difícil, pueden absorber al individuo durante esta etapa. A través de sus efectos y confrontaciones, podrá llegar a una mejor comprensión de sus propios deseos y motivaciones. Hay aquí una oportunidad para compensar y resolver antiguas deudas kármicas, y esta limpieza debe producirse para que el individuo pueda moverse con libertad en su trayectoria vital. En cuanto al karma positivo, puede darse bajo la forma de un goce o compensación favorable de acuerdo a las propias acciones pasadas. Los deseos y propósitos individuales pueden ahora verse realizados y esta culminación positiva conlleva la necesidad de nuevas direcciones, una vez lograda la meta que se había fijado. La purificación que promueve este proceso evolutivo hará nacer un individuo nuevo y regenerado, el cual surgirá con nuevos deseos, ideas, reacciones emocionales y mayor comprensión respecto a la naturaleza y el propósito de su existencia. La experiencia es análoga a la de haber participado en una guerra, con toda su devastación, miseria y sufrimiento, retornando luego a su hogar con las cicatrices de la batalla. De forma análoga, el individuo va a utilizar el conocimiento y la perspectiva obtenidos durante este proceso evolutivo para impulsar hacia adelante en la vida sin repetir los errores del pasado. Un aumento de la energía Kundalini puede dar lugar a serios desórdenes psicológicos y neurológicos, si esta energía no encuentra una canalización adecuada. En resumen, este proceso promueve la muerte necesaria de todo aquello que se encuentre desfasado, en lo tocante a patrones de comportamiento y orientación emocional, espiritual, física o intelectual. Libera y purifica el karma negativo que se ha venido acumulando en la vida actual y en las anteriores, llevando también a una compensación kármica positiva basada en previos deseos y propósitos. Remueve todas las barreras internas y externas con las cuales el individuo esté identificado y que retrasen su crecimiento gradual. De las cenizas de esta indispensable destrucción se levantará un ser humano renovado y con libertad para continuar su viaje evolutivo.

Plutón en Tránsito Casa 9
Durante los años en que Plutón permanece en tránsito por esta Casa, toda nuestra visión del mundo -la forma en que percibimos la vida y el cosmos en general- se verá sometida a importantes reajustes. Es probable que hasta el momento de este tránsito hayamos tenido una religión o un sistema de creencias que nos funcionaba bastante bien, sirviéndonos de marco de referencia para ver e interpretar la vida. Sin embargo, cuando Plutón entra en la Casa 9 y transita por ella, los sistemas de creencias y la afiliación religiosa que profesamos se verán sometidos a un cuestionamiento. Lo que antes nos daba una sensación de significado o de propósito ya no nos parece adecuado. Lo que adorábamos y respetábamos como verdad queda sujeto a cuestionamiento y ya no nos parece absoluto. En pocas palabras, el tránsito de Plutón por la Casa 9 suele significar la muerte de nuestro sistema filosófico o de valores. La pérdida de una filosofía o de una religión puede ser una experiencia demoledora. Los sistemas de creencias y los preceptos religiosos nos ayudan a vivir, permitiéndonos tomar decisiones sobre la manera más adecuada de actuar o de conducirnos en diferentes situaciones. Cuando ya no vemos la validez de nuestra filosofía y ésta, por la razón que fuere, deja de servirnos, la sensación es que ha desaparecido el suelo bajo nuestros pies. Ya no tenemos orientaciones ni reglas concretas que nos permitan juzgar ni establecer la que está "bien". El tránsito de Plutón por la Casa 9 despierta la necesidad de explorar en profundidad el significado de la vida. Si antes no hemos sentido nunca esta "llamada", si nos hemos conformado con las creencias recibidas y con una vida sin exigencias, este tránsito activará al "buscador" que hay en nosotros. Mientras Plutón se mueve por esta Casa, seguiremos en busca de la filosofía o sistema de creencias que nos ayude a encontrar sentido en la existencia y orientación para nuestra vida; y seguiremos rechazando deferentes filosofías con la esperanza de hallar la que mejor nos funcione, con el ánimo plutoniano de "desgarrarlas en pedazos" para encontrar la esencia o el sentido que ocultan. Este tránsito puede significar también que nos obsesionemos con nuestra nueva religión o nuestro flamante credo y nos sintamos renacer en la nueva fe, sea ésta cual fuera. Y hasta podemos caer en la trampa de creer que lo que hemos encontrado es la respuesta para todo y que a esta fe debería convertirse todo el mundo. Plutón moviliza intrigas, lealtades obsesivas y sentimientos intensos allí por donde transita, en la Casa 9, puede encontrarse atrapados en medio de fieras batallas en el seno del grupo o secta a que pertenecen. Y en algunos casos, durante este tránsito podemos vincularnos con un culto o movimiento que sea blanco de persecuciones y prejuicios, tanto de otros grupos como de la corriente principal de la sociedad. También podemos encontrarnos a Plutón cuando andamos de viaje, durante este periodo los viajes pueden ser causa de de muertes y renacimientos psicológicos. Mientras viajamos, atraemos experiencias que nos causarán efectos profundamente renovadores, o conoceremos a personas que ejercerán una gran influencia en nuestra vida. La Casa 9 abarca también las actividades de escribir y publicar. Si durante este periodo escribimos, nos encontraremos de alguna forma con Plutón. El hecho mismo de escribir puede ser vivido como un reto o un combate, o bien lo que escribimos puede tener un efecto profundo sobre el dominio o la disciplina con que nos hayamos comprometido o que haya problemas, y bien enmarañados, con los editores. El inicio de un esquema de crecimiento global será el tema predominante durante este tránsito evolutivo. Esto llevará al individuo a enfrentar las limitaciones de sus propios principios y convicciones filosóficas. Para dar paso a la evolución, el individuo debe permitir que sea la intuición quien lo guíe y lo ayude a comenzar las estrategias más apropiadas. Al centrarse en la guía interna de su propia intuición, el individuo puede llegar a experimentar "visiones" sobre su futuro, que le aportarán nuevas metas, ideas y orientaciones. Estas visiones pueden ir acompañadas de repentinas intuiciones, en las que debe aprender -a confiar incluso si amenazan de algún modo sus actuales perspectivas de la realidad. Este período evolutivo es generalmente positivo por su propia naturaleza. El individuo se mostrará muy orientado hacia el futuro y con gran optimismo respecto a sus planes. Es un tiempo apropiado para elaborar nuevos objetivos y promover cambios direccionales que reflejen adecuadamente tales objetivos. No obstante, será necesario confrontar también la realidad existente, ya que adaptar estos nuevos planes, ideas e intuiciones hacia el porvenir puede resultar difícil para algunos. Las orientaciones y creencias que han venido modelando el propósito de la propia vida hasta ahora pueden entrar en conflicto con los nuevos deseos y necesidades, caso en el cual el individuo se verá envuelto en circunstancias que desafiarán directamente las orientaciones existentes. Los enfrentamientos externos van a ser un reflejo de la necesidad interna de superar estas limitaciones, aunque el tono y naturaleza de dichos enfrentamientos tenderá a ser positivo. Otras personas pueden venir a argumentar y discutir con el individuo señalándole las líneas débiles o las limitaciones de su actual orientación. Sus motivos serán positivos y sinceros en cuanto van a motivarle a vivir de acuerdo con el momento. Otras oportunidades de expansión individual pueden surgir también del entorno, reflejando siempre la dinámica fundamental kármica evolutiva descrita en el Mapa Natal del individuo. Tales experiencias irán asociadas al Signo donde se encuentra la cúspide de la Casa 9 por la cual transita Plutón, o al emplazamiento natal de Júpiter si Plutón transita o está progresado sobre este planeta y viceversa, así como a la situación general de Plutón cuando se ubica en la Casa 9 de una revolución solar. El resultado de este proceso estará en función de la facultad intuitiva del individuo junto con la habilidad gradual para comprender la naturaleza de su realidad pasada, presente y futura, la cual también se va a manifestar de una manera intuitiva. Este conocimiento no será fruto de un análisis deductivo, sino más bien de signos internos y otros datos que irán emergiendo a la conciencia individual a través de la intuición. El individuo deberá impulsarse hacia adelante, y el pasado puede ser percibido durante este lapso como algo restrictivo, que obstruye el crecimiento. Pero la inquietud creará también un sentimiento de insatisfacción en relación con el presente. El individuo intuirá el por qué debe efectuar los necesarios cambios previos y conocerá el significado de las oportunidades potenciales y las nuevas estrategias que estas conllevan. Incluso el más obstinado y resistente al cambio podrá comprender estas cosas sobre una base intuitiva. Para los que son resistentes por naturaleza al cambio y tratan de mantenerse inmóviles en el pasado, los cambios llegarán de todas maneras. Este proceso puede ser duro para algunos, aunque sabrán el por qué de estas transformaciones. Si la resistencia es muy fuerte, ciertas circunstancias externas deberán removerse forzosamente para dar paso al cambio interno, como en el caso de una nube que estuviera revestida de un envoltura metálica. Más adelante, el mismo individuo comprenderá la sabiduría del proceso y la realización positiva que se deriva del mismo. De nuevo, en el fondo de su ser no existirá otra cosa que un deseo ferviente por moverse y evolucionar. Para muchas personas es frecuente experimentar el deseo de verse libres por completo de sus actuales obligaciones y de las circunstancias de su realidad presente. Durante este período, y debido al intenso apremio interior que se tiene de crecer sin restricciones, puede aumentar este sentimiento. Sin embargo, las circunstancias concretas deben guiar, adaptar y modelar esta necesidad de crecimiento, a fin de controlarlo, ya que existe el riesgo de una expansión incontrolada y sin objetivos claros que llevaría a una dispersión por querer avanzar demasiado rápido. Un crecimiento positivo sólo puede darse refiriendo las nuevas áreas deseadas a la realidad ya existente, de modo que el individuo pueda asimilar su propio crecimiento. Si se desecha por completo el pasado no podrá haber una asimilación idónea de los nuevos esquemas evolutivos. Sin una línea básica a la cual referir estos nuevos patrones de crecimiento, el individuo podría perder perspectiva y seguir un impulso tras otro sin llegar a ninguna parte. Sólo aquellos aspectos del pasado que impidan la evolución deberán ser desechados. Como resultado de este período evolutivo, los principios y convicciones filosóficas o religiosas pueden ser ampliados o transformados. Tales principios han sido una base para la interpretación y comprensión global de la vida individual, y de allí han nacido convicciones acerca de lo que es la vida y cómo se debería vivirla. En su fuero interno, el individuo va a experimentar las limitaciones de estos conceptos de realidad y en lo externo va a atraer las circunstancias idóneas para recalcar dichas limitaciones. De nuevo, la estrategia recomendable consiste sencillamente en permitir que un sentimiento intuitivo interno de limitación y expansión simultánea vaya guiándonos hacia nuevas realizaciones que permitirán la transformación de lo antiguo. En el plano externo, la estrategia consistirá en saber escuchar las ideas de otros, interiorizando esta información y evaluándola, en vez de rechazarla por una reacción defensiva. Si las nuevas ideas se consideran correctas, entonces el individuo debe incorporarlas a su filosofía ya existente, y si ello requiere cambiar, redefinir o eliminar ideas o principio preexistentes, será preciso hacerlo así. En resumen, este proceso promueve un ciclo de intensificado crecimiento y optimismo general, profundizando en cuanto a la facultad intuitiva y a la confianza en la propia intuición. Se harán presentes oportunidades de crecimiento en aquellas áreas más vinculadas con las necesidades kármicas evolutivas del individuo.

Plutón en Tránsito Casa 10
El tránsito de Plutón por la Casa 10 es muy poderoso, y no sólo afecta a nuestros objetivos en lo referente a la carrera, sino que nos ayuda a llegar a una comprensión más profunda de quiénes somos y por qué estamos aquí. Esto puede suceder de varias maneras diferentes. A medida que se aproxima a la cúspide, es probable que nos sintamos cada vez más insatisfechos con el trabajo que tenemos, hasta el punto de cuestionar incluso nuestra misma profesión. ¿Es realmente adecuada para nosotros? Allí por donde transita Plutón es donde derribamos, alteramos o destruimos las circunstancias existentes para crear otras nuevas. No todos tendremos esta experiencia, pero si eso sucede, este tránsito indica con frecuencia que estamos en mejores condiciones que nunca para seguir el tipo de carrera que sentimos como más válida o adecuada para nosotros. Hay personas que sienten una "llamada" que las lleva a escoger su verdadera vocación, o bien que descubren por primera vez en la vida cuál es su ambición. En algunos casos, puede pasar que durante este tránsito se nos impongan contra nuestra voluntad cambios de trabajo o de profesión, ya sea porque nos despidan o por otra circunstancia semejante. No importa cómo suceda, Plutón encontrará la manera de introducir algún cambio en este dominio de la vida. Es frecuente que Plutón movilice problemas centrados en el poder. Algunas personas que ascendieron a cargos de mayor influencia dentro de su esfera laboral durante este tránsito planetario que, al conferirles mayor autoridad sobre otras personas, era como si les diera la oportunidad de explorar más a fondo cómo manejar con prudencia el poder. Plutón provoca intrigas y luchas de poder en cualquier Casa por donde transite, y a medida que va recorriendo la Casa 10 podemos vernos enzarzados en más conflictos de los habituales con nuestros colegas, jefes o empleados. Estos conflictos de poder entre nosotros y nuestros padres que han quedado sin resolver reaparecen disfrazados de pugnas con figuras de autoridad o con nuestros colaboradores, y es necesario que hagamos una revaluación de cualquier motivación oculta o subyacente que esté alimentando nuestra ambición y nuestra necesidad de poder o de éxito mundano. De una manera o de otra, durante este tránsito Plutón encontrará el camino para introducirse en la situación laboral. Puede pasar que nuestro jefe se muera, se vaya o sea reemplazado por otra persona. También puede suceder que estemos trabajando en algo que haya que mantener en secreto, o promoviendo una causa para reformar instituciones sociales anticuadas o superadas. Este tránsito también puede significar que nos interesemos hasta la obsesión por algún trabajo tipo plutoniano (como la medicina, la psicología, o ciencias que requieren investigación, periodismo, etc.) comenzado durante este periodo. Si no se ejerce cierta discriminación, algunas personas al pasar por este tránsito pueden provocar un escándalo público y sufrir la consecuente humillación o degradación profesional. Durante este periodo puede ser apropiado perseguir ávidamente un objetivo, pero es más seguro jugar limpio y ajustarse a las reglas. También la influencia transformadora de Plutón puede ayudarnos a aclarar problemas difíciles o a disolver bloqueos entre nuestra madre (o padre) y nosotros. Quizá no seamos capaces de expresar, en una confrontación directa con ella -o con él-, todo lo que sentimos o lo que quisiéramos decir, pero aún así podemos elaborar los problemas pendientes con el progenitor "interno" si contamos con la ayuda de un terapeuta o encontramos alguna manera de hacerlo nosotros solos. Una nueva etapa en la vida individual estará unida a este período evolutivo arquetípico, junto con el final de la fase o ciclo anterior. Al iniciar el proceso, el individuo se verá abocado a una actitud de autoreflexión bajo la cual examinará todas aquellas dinámicas internas que han venido creando las estructuras externas y la realidad de su vida. Esta autoreflexión puede llevarle a un mayor conocimiento de sí mismo y de aquello que ha venido condicionando su existencia de una forma determinada. Dicho conocimiento puede ser luego una base para eliminar los esquemas desfasados y cristalizados en el campo emotivo, intelectual, físico o espiritual, es decir, de todo lo que debe ser transformado para comenzar este nuevo ciclo de crecimiento. Aquí, el individuo debe aprender a aceptar y reconocer la responsabilidad de sus actos resistiendo la tentación de culpar a otros o de atribuirlo todo al pasado. Nuevos deseos y esquemas evolutivos deben ponerse en marcha, aunque siempre dentro del contexto de las responsabilidades y obligaciones ya existentes antes de iniciar este período. Además, este proceso promueve en el individuo la necesidad de tomar conciencia de las bases de sus propios juicios individuales y la forma en que estos reflejan un patrón conductual que ya no puede seguir vigente por más tiempo. Las actitudes de todo tipo deben, pues, ser sometidas a examen, a fin de ver si todavía son útiles o si están ya caducas e impiden la evolución gradual del individuo. Los síntomas psicológicos más frecuentes durante este tránsito son de cansancio y sentimientos de vacuidad e insignificancia personal. Este hastío no sólo está vinculado con esta vida actual, sino que puede basarse en otras anteriores que han estado estructuradas en base a esquemas ya cristalizados en todos los terrenos, emotivo, intelectual, físico y espiritual. Tal cansancio es ahora necesario, ya que lleva al individuo a reflexionar sobre lo que necesita ser cambiado. Los sentimientos de insignificancia unidos a las circunstancias externas y a la naturaleza global de la realidad del individuo serán también útiles en cuanto alientan a una búsqueda profunda por parte del alma, en relación con la necesidad de reestructurar la propia vida para recuperar un significado, un propósito y una importancia de la misma. La autoreflexión genera, a su vez, la comprensión de las formas de actuar anteriores en todo nivel, e induce al fenómeno conocido como involución -en el sentido de destruir facetas y estructuras caducas-. A través de la redefinición o eliminación de las viejas estructuras, tiene lugar un crecimiento de nuevas formas, incorporando nuevas ideas, creencias, opiniones, reacciones emotivas y físicas, actitudes y esquemas de todas clases, que van a determinar la realidad interna y externa del individuo, como también la forma en que éste se ve a sí mismo integrado en su sociedad. Debido a que la Casa 10, Capricornio y Saturno están asociados a nuestra necesidad de establecer y afirmar la propia autoridad, integrándola en el contexto de la autoridad social (a través de un oficio o profesión), este período significa también una etapa durante la cual el individuo deberá examinar las bases y la naturaleza de su ocupación actual, con el objeto de poder determinar si aún conlleva un potencial significativo de autoexpresión. En caso contrario, es preciso que comience a promover un proceso de cambio profesional, modificando lo ya existente o creando un nuevo quehacer en este campo. Para algunos, esta necesidad evolutiva les llevará a cambiar de profesión mientras que para otros el grado de frustración, vacuidad o aislamiento va a intensificarse respecto a su actual profesión. En otros casos habrá conflicto respecto a sus superiores o a sus colaboradores, mientras que unos cuantos van a encontrar en este proceso una oportunidad para un ascenso o bien un aumento de responsabilidad, lo cual sucederá a pesar de no estar del todo satisfechos con lo que hacen. En cuanto a aquellos que se sienten a gusto con su profesión, es probable que sean promocionados, con mayor responsabilidad y miras más elevadas, creándose así el mayor significado profesional que estaban buscando. Pero aquellos para quienes su profesión no significa mayor cosa o que se han visto bloqueados en cuanto a sus necesidades profesionales, es posible que tengan ahora que decidirse y cambiar de oficio, buscando un nuevo trabajo que satisfaga el deseo de estar haciendo algo significativo para ellos. Durante este proceso se produce también una evaluación acerca del fundamento de los juicios personales y los modelos de conducta que han sido la base de estos juicios. Dichos modelos se han venido desarrollando a través de condicionantes familiares o sociales, junto con acciones individuales que han producido múltiples experiencias que daban lugar al juicio mismo. Al lado de lo anterior, hay también algunas influencias condicionantes que provienen de vidas anteriores en relación con estas dinámicas. Los juicios van a reflejar actitudes mentales y reacciones emocionales basadas en antiguas dinámicas condicionantes. Es entonces preciso que el individuo revise sus esquemas de juicio por dos razones: 1: Para determinar el impacto que tienen sobre sus propios actos, sobre los de otras personas y sobre sus proyectos futuros, y 2: Para determinar si estos juicios están influenciando negativamente sobre las oportunidades de crecimiento progresivo para el individuo y para otros. La clave para determinar si existe tal influencia está en observar si promueven una acción de bloqueo frente a futuras posibilidades, y en reflexionar acerca del por qué puede el individuo atraer sobre sí reacciones y juicios negativos durante este lapso. Si se detecta un efecto interno de bloqueo, o una respuesta de este tipo desde fuera, de cara a futuras acciones, pueden surgir dos tipos de situación 1: La actitud de bloqueo es un reflejo de una resistencia a avanzar, debido al temor o a esquemas antiguos de juicio que son obsoletos hoy en día, y 2: Las antiguas actitudes, las relaciones o las posibilidades futuras no tienen mayor importancia. Bajo la primera de estas situaciones, el individuo deberá examinar a fondo la base de la resistencia, el temor o los antiguos esquemas de juicio, para poder liberarse de los mismos y avanzar al unísono con las exigencias de su vida. En cuanto a la segunda situación, el individuo deberá estar atento a las señales de su entorno que generan esta reacción para detectar, a través de las reacciones negativas de otras personas, las antiguas actitudes y valoraciones basadas en los prejuicios ya existentes. De este modo, el individuo debería anhelar una aceptación de todo esto y un cambio de lo que sea necesario. Si las posibilidades futuras generan respuestas negativas en su entorno, es conveniente determinar si tales posibilidades son ciertamente "reales" y legítimas, de acuerdo al contexto evolutivo de su vida actual, o si se trata de fantasías que no podrán ser realizadas bajo este contexto. Estas señales externas ayudarán al individuo a conocer lo anterior, induciéndole a reflexionar al respecto, bien se trate de signos positivos o negativos van a resultar de utilidad para ayudar gradualmente al individuo a determinar el curso de su futura acción. Si este último parece correcto, entonces el individuo debe ponerse en marcha con determinación y perseverancia. Las señales del entorno serán positivas y las puertas se abrirán ante él. Por supuesto, ciertas condiciones pueden tener que redefinirse o eliminarse de su vida, a fin de dar paso a esta nueva orientación que va a dar mayor significado a sus actos. En el caso de que esta orientación estuviera errada, todas las puertas van a cerrarse sin importar para nada lo que intente hacer. Como ejemplo de este proceso puedo citar a una de mis clientes que vino a verme cuando tenía cincuenta y seis años. Sus hijos ya eran mayores y ella no estaba preparada para hacer nada más con su vida. Por entonces, Plutón transitaba sobre la cúspide de su Casa 10, y su Mapa Natal dejaba entrever una disposición innata para la psicología. Por consiguiente, le sugerí que estudiara esta carrera y obtuviera el título profesional como psicóloga. Inicialmente, rechazó la idea basada en los patrones "standard" de la sociedad respecto a la edad. "Soy demasiado mayor para hacerlo", decía. Además, su esposo quería que estuviera en su hogar, abasteciendo sus caprichos y necesidades. Su argumento era idéntico: "Ya eres demasiado mayor." A todo esto se agrega que ella había sido ya condicionada por sus padres a ser una esposa "ejemplar". Con todo, mantuve mi criterio de que no tenía nada que perder y en cambio ganaría mucho si se decidía a estudiar. Por un lado, vemos una señal negativa de su entorno, en relación a su esquema de juicio y a la valoración sobre su edad. Por otra parte, se manifiesta una reacción positiva respecto a un posible camino para ella, que de hecho le hizo desear profundizar sobre sí misma. Al final se decidió a hacerlo, alentada por la respuesta positiva de la institución que eligió, la cual le ofreció apoyo financiero. Tuvo que dar por terminada la relación con su esposo debido a la fuerte oposición que encontró en él, quien se sentía inseguro y traicionado de alguna manera. Ella trató de seguir esta nueva orientación vital dentro del marco de sus responsabilidades y obligaciones ya existentes -su matrimonio-, sin embargo, su marido fue incapaz de aceptar esta nueva dirección a nivel emocional y ella tuvo que separarse, a fin de permitir que tuviera lugar su propio crecimiento. Esta "señal" negativa de su entorno, junto con mi reacción también negativa respecto a su antiguo esquema de juicio, la hizo reflexionar acerca de otras señales, en este caso positivas, como eran la actitud de la institución y la mía en relación a sus posibilidades. Así, llegó a obtener su título como psicóloga, iniciando una práctica dirigida a personas mayores, donde ella les trataba de cambiar esquemas en relación con su edad, etc., y más tarde continuó estudiando para obtener un Doctorado en dicha profesión. En resumen, este proceso evolutivo implica una total redefinición de todas aquellas estructuras desfasadas en la vida individual. Una nueva etapa comienza aquí. La autodeterminación, el coraje y la perseverancia serán indispensables para ayudar a una redefinición en cuanto a la orientación de la propia existencia.

Plutón en Tránsito Casa 11
Es frecuente que el tránsito de Plutón por la Casa 11 se revela en problemas relacionados con la amistad. En su aspecto positivo, puede indicar vínculos profundos e importantes, que perduran durante muchos años y resisten incluso a periodos de separación y cambios. Pero el tránsito de Plutón por esta Casa también sugiere complicaciones en este dominio. Aunque durante esta época podamos llegar a valorar muchísimo la amistad, también es posible que tropecemos con dificultades. Quizá revivamos y proyectemos en nuestros amigos los complejos y problemas psicológicos que venimos acarreando desde la infancia. Tal vez nos sintamos sumamente enojados, dolidos, ofendidos, celosos o competitivos o rivalidades sexuales que puede socavar una amistad. En algún momento de este tránsito es probable que tengamos la sensación de que un amigo o un grupo de amigos en el que confiábamos nos abandona, o tal vez seamos nosotros quienes volvamos la espalda a nuestros viejos amigos, si intentamos controlarlos y dominarlos por temor de que, de no hacerlo así, pueden dañarnos o hacernos sufrir. O, si sentimos que un amigo intenta controlarnos o dominarnos, es probable que intentemos liberarnos de esa relación. Cuando Plutón está en esta Casa, algunas amistades llegan a su fin, porque ya no nos sirven o son negativas, o porque la otra persona ya no está en nuestra misma longitud de onda. Un amigo íntimo puede irse a vivir lejos o morir, removiendo dolor, cólera, culpa y otros mil problemas psicológicos que es preciso que afrontemos y elaboremos. También significa la formación de amistades nuevas que pueden tener sobre nosotros un efecto profundamente transformador. Los amigos pueden ser catalizadores que nos aportan el cambio, presentándonos ideas nuevas o introduciéndonos en grupos que alteren toda nuestra visión de la vida. Allí por donde pasa, Plutón profundiza: en la Casa 11, nos pide que examinemos más de cerca nuestras razones para hacer amigos, y los motivos profundos o secretos que podamos tener para entablar amistad con tal o cual persona. Este tránsito puede enriquecer nuestra apreciación del valor, el significado y la importancia de la amistad. Pero generalmente esto sólo se logra después de que la relación ha sido sometida a alguna especie de prueba. Aparte de los círculos de amigos, durante este periodo un grupo de naturaleza política o humanitaria puede servir para que nos liberemos de las fronteras del yo y podamos abrirnos de una manera nueva, sin embargo, también puede ser motivo de miedos y dificultades. Profundos complejos emocionales y temores no resueltos de la primera infancia (o de vidas pasadas) pueden aparecer en las situaciones de grupo. Quizá nos encontremos excepcionalmente incómodos o perturbados en un contexto de grupo, o bien tengamos miedo de que el grupo no nos acepte. Con Plutón, podemos proyectar sobre un grupo la fuerza destructiva de este planeta, y en este caso nos sentiremos como si uno de los miembros del grupo o el grupo mismo estuviera tratando de destruirnos. Investigar por qué atraemos sobre nosotros este tipo de proyecciones puede ayudarnos a alcanzar un entendimiento psicológico más profundo de nosotros mismos. Quizá pasemos por un periodo de soledad y aislamiento hasta que podamos llegar a una comprensión más honda de nuestra relación con la humanidad y con los demás en general. Y a la inversa, habrá gente para quien este tránsito coincide con un avance espectacular, un momento en el que nos damos cuenta de nuestra conexión con el resto de la creación. Esto puede alentarnos a ingresar en grupos que estén al servicio de la evolución de la sociedad y del planeta en general, o que promuevan el bienestar de aquellos a quienes, en nuestro sentir, se está tratando de forma injusta. La Casa 11 se refiere también a nuestras metas u objetivos en la vida, y a los ideales que queremos realizar en el futuro. Al término del tránsito de Plutón por la Casa 11, nuestra dirección y nuestro propósito en la vida se habrán alterado de forma significativa. Los objetivos que antes considerábamos importantes o deseables quizá no nos sigan pareciendo lo mismo. A medida que nuestros objetivos e ideales cambien, cambiará también nuestra elección de amigos y de grupos. Este tránsito va a caracterizarse por una necesidad de cortar todos los apegos que atan al individuo bloqueando su gradual evolución de modo que pueda acelerar su crecimiento. Tal aceleración va a promover un sentimiento de estar prisionero por las circunstancias de su realidad externa, que a su vez le llevará a una comprensión interna que removerá abiertamente su mundo inconsciente, donde subyacen todos los esquemas y dinamismos que se han venido reprimiendo hasta el momento, junto con las memorias del pasado reciente y remoto en forma detallada, y la programación concerniente al futuro individual. Toda esta información va a generar un impacto en la conciencia del individuo, instándole a liberarse del pasado y de las ataduras del presente respecto a las futuras necesidades evolutivas. Un intenso deseo de verse liberado de todo ello dará lugar a estados cíclicos de profundo desapego emocional, intelectual, físico y espiritual, en relación con las condiciones prevalecientes en la vida del individuo. Durante estos ciclos, puede emprender una revisión objetiva de sus dinámicas internas y externas que le han llevado a su actual situación con un análisis desapasionado de aquello que debe ser transformado o eliminado, para dar paso a los nuevos impulsos de crecimiento. Estos ciclos van a entrar en colisión con otros ciclos de resistencia a los necesarios cambios, al sentirse el individuo inseguro o amenazado respecto a donde habrán de llevarle estas orientaciones hacia el futuro. Muchos tendrán la sensación de carecer de control sobre estos nuevos impulsos e ideas, los cuales parecen tener vida propia y acceder a la conciencia por un impulso de la voluntad personal. Una clave para tratar positivamente estos pensamientos sobre el futuro consiste en controlar la frecuencia y la forma en que se repiten, es decir, que la persona debe intentar realizar aquellas ideas que se repiten en forma insistente en lugar de aquellas que se presentan sólo en forma muy esporádica. Estas últimas ideas pertenecen a los anhelos que van más allá del momento presente y pueden ser relevantes dentro de unos años, no en la actualidad. Además, el individuo debe intentar controlar los mensajes externos que también se repiten con frecuencia, concernientes a su propio futuro. Estos indicadores le ayudarán a conocer la validez de lo que está sintiendo o experimentando en su fuero interno. Puesto que existe una necesidad de transformar o eliminar circunstancias internas y externas, condiciones y dinámicas provenientes de su propio pasado, el individuo tendrá que afrontarlas si quiere estar verdaderamente liberado. En cuanto a lo externo, este proceso puede manifestarse a través de choques imprevistos con amigos o personas cercanas, algunos de los cuales van a promover un afloramiento del karma residual que aún no ha sido resuelto en la relación del sujeto con otras personas. De este modo, tendrá una oportunidad para compensar estos karmas y liberarse. Las confrontaciones repentinas pueden crear confusión en el individuo o en aquellos con quienes entra en conflicto. Lo que hasta el momento ha sido una relación o asociación sólida, estable e íntima va a entrar súbitamente en un proceso de choque que a menudo sorprende a ambas partes. Una falta de perspectiva o comprensión del por qué de estas confrontaciones y un posible final de la relación debido a la intensidad de la misma es bastante probable durante este período. La estrategia recomendada durante esta etapa consiste en eliminar los apegos hacia otras personas que de una forma u otra impiden el crecimiento y evolución gradual del individuo, dando solución a los karmas del pasado que hayan podido generar la confrontación y cortando de una vez con aquellas relaciones que denotan una separación natural de los caminos individuales. Cabe entonces alimentar aquellos vínculos que ayuden al individuo a comprender objetivamente la naturaleza de las ideas que le orienten hacia el futuro. El necesario final de algunas relaciones actuales dará lugar a la aparición de nuevos vínculos, asociaciones o relaciones íntimas en la vida del individuo, que van a resonar positivamente respecto a sus nuevos deseos y necesidades durante este lapso. La necesidad de cortar todo apego a los ideales previos, orientaciones mentales y respuestas de tipo emotivo, intelectual, físico o espiritual, es ahora una pauta indispensable. Nuevos esquemas y direcciones evolutivas están en proceso de rápido desarrollo hacia la conciencia individual. Esta aceleración del ritmo evolutivo puede dar lugar a "saltos" respecto a la condición natural con la cual el individuo ha venido coexistiendo en esta vida. Se verá alentada la necesidad de nuevas amistades, asociaciones o actividades de grupo. El hecho de cortar los antiguos apegos hacia ideas y reacciones emocionales hará que el individuo se llegue a sentir diferente durante este lapso, pudiendo recibir ayuda y orientación por parte de otros que han pasado ya por este proceso o que están evolucionando en este sentido, llevando al individuo hacia una reconciliación con lo que está ocurriendo. Al tomar esta actitud objetiva, el individuo adquirirá una mayor responsabilidad sobre su propia existencia y podrá liberarse más fácilmente del pasado que le impedía la necesaria evolución. Es también frecuente durante este período que el individuo atraiga hacia sí a los que están experimentando necesidades análogas. La atmósfera interior y el entorno estará poblada de vibraciones inestables e inquietas. Durante este lapso, el individuo debería alentar las necesidades de crecimiento de otras personas cercanas a él con quienes mantiene una relación íntima, incluso si esto conlleva un cambio en la forma de llevar la relación o un final de la misma. Al obrar de esta manera será creado un nuevo karma positivo. Pero si el individuo intentara restringir las necesidades evolutivas de otros, es muy probable que la relación termine de forma difícil y tormentosa, creando más karma negativo y dejando cosas por resolver que tendrán que ser satisfechas más adelante. En líneas generales, este proceso va a acelerar el ritmo evolutivo individual, creándole una necesidad de liberarse del pasado para obtener un rápido crecimiento, con nuevas ideas potencialmente radicales y nuevos impulsos que impactarán su conciencia. El individuo debe cortar todo apego con cosas del pasado y seguir las señales internas y externas de tipo repetitivo que le orientan hacia el futuro. Si lo hace, estará en condiciones de efectuar grandes avances evolutivos.

Plutón en Tránsito Casa 12
La tarea de Plutón en Casa 12 consiste en llevar a la conciencia aquellas partes de nosotros mismos que son débiles, las que permanecen ocultas o están subdesarrolladas, de modo que el yo puede afrontarlas e integrarlas en su propia identidad. En otras palabras, tenemos la oportunidad de descubrir y establecer una relación con aquellos aspectos de nuestro ser que hasta este momento hemos negado o reprimido. Freud fue el primero en percibir el inconsciente como un almacén de todo lo que hay de primitivo, malo o antisocial en nosotros. Sin embargo, el inconsciente no se limita a ser un almacén de impulsos negativos: también contiene potencialidades positivas que aún esperan ser plenamente reconocidas. Cuando transita por la Casa 12, Plutón conspira de todas las maneras posibles para hacer que nos enfrentemos con aquellas partes de nosotros mismos de las cuales siempre hemos huido. Durante este tránsito, atraemos hacia nosotros circunstancias y acontecimientos que nos obligan a mirarnos interiormente para descubrir quiénes somos realmente. Pero recuperar las partes que nos faltan no siempre es una tarea cómoda. En nosotros hay algo que aún sigue creyendo que reconocer nuestros sentimientos de hostilidad o nuestra sexualidad significa perder el amor de los demás y, por consiguiente, poner en peligro nuestra supervivencia. Y no menos aterrador es aceptar nuestras potencialidades positivas. Si reconocemos plenamente nuestros talentos, recursos y habilidades latentes, tendremos que cargar con la responsabilidad de hacer algo por cultivarlos. Negarse a saber es una manera de no asumir responsabilidades por lo que podríamos encontrar. Y sin embargo, proceder así significa que seguimos siendo personas a medias, incompletas y sin realizar. Nos guste o no, el objetivo de Plutón en tránsito por la Casa 12 es ayudarnos a redescubrir aquellas partes de nosotros mismos que hemos negado, de modo que cuando Plutón llega al Ascendente podamos emerger renacidos, en un contacto más completo que nunca con el ser que somos, y dispuestos a expresar más abiertamente nuestra recién descubierta personalidad. Al pasar por la Casa 12, Plutón no sólo moviliza a cualquier planeta con que forme aspectos por tránsito, sino que también nos da la oportunidad de transformar y regenerar la forma en que hemos usado o expresado ese planeta. Además, Plutón tiene una impresionante capacidad para reactivar problemas de etapas anteriores de la vida que aún no tengamos del todo resueltos. Esto puede suceder muy concretamente bajo la forma de una reaparición de personas del pasado con quienes nos ha quedado algún asunto por resolver. Sin embargo, no sólo personas reaparecen desde viejos desvanes; cualquier tipo de situación que quedó sin resolver en el pasado puede reaparecer con alteraciones tan leves que apenas si la disfrazan. Por ejemplo, un hombre que había tenido intensos enfrentamientos con su padre se encontró en la misma pugna por el poder con su jefe cuando Plutón en tránsito por la Casa 12 formó una Oposición con su Sol natal en la Casa 6; dicho de otra manera, su complejo paterno volvió a aflorar en aquel momento por la vía de los problemas con su jefe. El tránsito de Plutón por esta Casa actúa como una cámara de compensación; nos obliga a encarar problemas de los que en el pasado tal vez hemos huido, o que hemos dejado pendientes. También puede pasar que revivamos intensamente viejos encuentros o experiencias por obra de los sueños que tengamos durante este periodo, como si los sueños estuvieran empeñados en que volvamos a tomar conciencia de problemas con los que todavía necesitamos enfrentarnos. Los miedos, complejos e inseguridades que son resabios de la infancia se ponen más nítidamente en foco durante esta época. A medida que Plutón recorre la Casa 12 y forma aspectos con otros planetas del Mapa, nuestras primeras creencias y anunciados vitales van aflorando a la superficie por mediación de las sucesivas situaciones que vamos encontrando en la vida, e incluso de los sueños que evocan nuestros miedos y complejos más profundamente arraigados. Como ya dijimos, este tránsito nos lleva a enfrentarnos con los "fantasmas" del pasado mediante experiencias actuales, crea el caldo de cultivo ideal para lo que en psicología analítica se conoce como compulsión de repetición: la tendencia a seguir recreando los primeros traumas y dificultades de la vida, quizá para resolverlos y elaborarlos lo mejor posible. Al enfrentarnos a nuestros complejos más profundos y resolverlos, nos sentiremos menos condenados a repetir incansablemente estos modelos en la vida. Este tránsito nos ayuda a despejar y liberar la psique de la repetición inconsciente del pasado. Cuando Plutón llega por fin al Ascendente, podemos encarar la vida desde de un ángulo totalmente nuevo. La Casa 12 puede estar asociada con una parte de la memoria aún más vasta que la herencia ancestral; me refiero a lo que Jung llamaba el inconsciente colectivo y que constituye la totalidad de la memoria no sólo del individuo, la familia o la tribu, sino de toda la raza humana. El inconsciente colectivo representa la suma total de la sustancia pensante de la humanidad. Cada célula de nuestro cuerpo lleva codificado dentro de si todo lo que ha sucedido antes de nuestra llegada a este mundo. En algún sentido, como lo muestra la Casa 12, estamos vinculados con el pasado y con la totalidad de la creación, y somos portadores de registros de experiencias que van muchos más allá de lo que hemos conocido personalmente. Lo que escribimos, decimos, creamos, hacemos, soñamos o vivimos durante este tránsito puede ser una expresión de nuestra sintonización con imágenes e ideas que circulan en el inconsciente colectivo. Durante este tránsito es probable que tengamos que luchar con los aspectos menos agradables de la sombra colectiva, pasando por un periodo en que somos más susceptibles a las profundas corrientes oscuras o destructivas en la atmósfera que nos rodea. Podemos ser excepcionalmente sensibles a la ira y la hostilidad que haya en el aire, e incluso caer "presa" de estos sentimientos. Es decir que es posible que algunos de estos sentimientos no sean del todo nuestros, sino de personas que nos rodean: los absorbemos como si fuéramos una esponja o aspiradora psíquica. Con Plutón en Casa 12 puede ser incluso que seamos "usados" como agentes de transformación o de cambio social, abrazando alguna causa mediante la cual convertimos en realidad la tendencia plutoniana a destruir lo gastado para construir luego estructuras nuevas y más auténticas. A medida que tomamos conciencia de nuestra unidad con el resto de la vida, se incrementa también nuestra motivación para servir y ayudar a los demás en algunas instituciones como hospitales, prisiones, escuelas, bibliotecas, museos. Cuando Plutón transita por la Casa 12 puede pasar que trabajemos en la remodelación de instituciones anticuadas, haciendo desaparecer lo viejo o moribundo para hacer lugar a lo nuevo. El arquetipo de este proceso tiene que ver con la necesidad de tomar conciencia de los sueños personales, ilusiones y errores. El resultado llevará al individuo a reconocer y encarar la realidad tal como ella se presenta. Por lo común, durante este período los deseos y sueños personales tienden a convertirse en realidad, con lo cual se van a experimentar casi siempre como algo inferior a lo que se esperaba. Generalmente, estos sueños y deseos van unidos a impulsos de tipo separatista. Al anhelar verlos convertidos en realidad, el individuo va a aprender la lección de que él es en cierto modo un creador de esa realidad individual, vinculado, desde luego, con el Origen primordial de todas las cosas. El experimentar la realidad de estos sueños y anhelos como algo inferior a lo esperado, hará sentir al individuo que existe algo más en la vida, o tener la sensación de que algo falta, sentimientos que le llevarán a un aislamiento final de tipo visceral que no podrá ser superado por ningún deseo de naturaleza separatista ni podrá colmarse por las circunstancias concretas de la vida individual. Los deseos separatistas pueden traer una satisfacción temporal, pero ésta será reemplazada tarde o temprano por el sentimiento de que debe haber algo más allá. Por consiguiente, éste período es muy apropiado para que el individuo llegue a comprender los fundamentos de sus propios deseos separatistas. La necesidad de llegar a fundirse con la Fuente primordial de Creación va a promover en el individuo estados cíclicos de alienación, confusión, falta de asociación y de significado respecto a la realidad existente. Así, durante este período es probable que se vea abocado a un proceso fundamental y necesario de desilusión. Su realidad corriente, al estar emparejado con un sueño tras otro va a crearle la sensación de hallarse al borde de un abismo, donde la luz del mundo entra en contraste con la infinita oscuridad (la luz representa para el individuo el pasado, mientras que el futuro se extiende ante él a la manera de una oscuridad absoluta, universal). La necesidad de retornar a la Fuente exige ahora al individuo un salto lleno de fe hacia el abismo para que pueda ser resueltas de una vez todas las barreras que impiden esta unión consciente. A pesar de todo, esta necesidad evolutiva genera con frecuencia temor y resistencia por parte del individuo. La identidad egocéntrica le lleva a apartarse del gran Océano Cósmico, del Ser que constituye su Origen, causando los estados cíclicos de alienación y disociación respecto a la realidad concreta del individuo, la cual está impregnada de una sensación de insignificancia. En el plano externo, ciertas áreas con las que él se ha venido identificando plenamente deberán ser removidas o disueltas y, aparentemente, carece de poder para impedirlo. Tal limpieza y eliminación debe producirse para liberarle y permitirle avanzar, enseñándole que existen fuerzas superiores en el universo que se encargan de vigilar y guiar el desarrollo de todos los aspectos de la creación a nivel individual y colectivo. Debido a este proceso de disolución, el individuo experimentará con frecuencia una mayor actividad de sus sueños durante este período la cual permite una liberación de contenidos inconscientes para que pueda tener lugar la necesaria limpieza psíquica que dará paso a un nuevo ciclo evolutivo y a una conexión directa con el Origen. Estos sueños pueden agruparse en tres categorías: 1: Sueños vinculados con vidas anteriores a las cuales debe asomarse el individuo, a fin de comprender su conexión con circunstancias de su vida actual. Usualmente, estos sueños se enfocan sobre una existencia concreta en el pasado o sobre varias que están conectadas entre sí. La naturaleza del sueño es altamente simbólica. 2: Sueños basados en alguna experiencia o circunstancia actual, que aportan un significado profundo a la naturaleza propia de esta circunstancia, y 3: Sueños supraconscientes en los cuales el individuo va a encontrase en planos astrales o causales, a fin de recibir algún tipo de instrucción, conocimiento o revelación de la naturaleza de su realidad existen o que están vinculados con algún interrogante que el propio individuo ha formulado. Al despertar el individuo podrá tener dos sensaciones distintas acerca de estos sueños: un recuerdo vívido y total que les hace parecer más reales que la inmediata realidad concreta de su vida ordinaria, o bien la carencia de memoria del sueño, aunque se tiene la sensación de haber estado en algún otro lugar. La estrategia recomendada aquí es registrar todos estos sueños a diario para mantener una memoria lo más completa posible. Esto es necesario, ya que los sueños siguen el ciclo lunar de veintiocho días y esto nos permitirá interpretar el contexto de los propios sueños de acuerdo a este ciclo natural, en lugar de tratar de comprender su significado sin punto alguno de referencia. La glándula pineal se verá estimulada y la melatonina trascendente es segregada dentro del cuerpo del individuo. Esto puede generar en él estados alterados de conciencia, con hipersensibilidad psíquica y fisiológica, donde la persona se halla del todo abierta al impacto de vibraciones externas de todo tipo. Si éstas son negativas, esto le llevará a recibir ideas y vibraciones erróneas que le sumergirán en estados cíclicos de confusión, alineación y disociación de la realidad. Pero todo esto también pude emanar del individuo que ahora está más sensible a la Conciencia Colectiva.

Howard Sasportas "Los Dioses del Cambio" y Jeff Green "Plutón".