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El Sol y la Luna Progresados en la Carta Astral y el Ciclo Luna-Sol Progresados


El sistema de las progresiones secundarias (o el método de un día por un año) son mejores para entender los desarrollos psicológicos y los periodos de evolución personal y crecimiento intenso, aunque a menudo corresponden a acontecimientos específicos y también a experiencias mayores. La confiabilidad de tales progresiones es bastante buena cuando usamos los aspectos del Sol Progresado y la Luna Progresada, pero resulta más cuestionable cuando empezamos a usar estas progresiones de los otros planetas. Esto puede indicar simplemente que las personas están más en contacto con los ciclos de crecimiento y desarrollo mostrados por el Sol y la Luna Progresados. Un aspecto exacto de Marte, Mercurio o Venus Progresado corresponderá a menudo a tendencias notables de la vida individual, pero de ningún modo todas las personas podrán identificarse o relacionarse con su significado supuesto. De ahí que sea una cuestión de cuán al tanto esté el individuo de sus cambios y dinámicas interiores, pues algunas personas afirman que pueden advertir una clara "influencia" de casi todos los aspectos exactos de las progresiones secundarias, mientras otras sólo armonizan con los del Sol y de la Luna. Antes que avancemos con más pormenores en la interpretación de las progresiones especificas, es necesario discutir una cuestión preliminar más: a saber, la diferencia entre los tránsitos y las progresiones, tanto en significado como en alcance de aplicación. Lo primero que debe recalcarse es que el aserto, repetido a menudo, de que las progresiones sólo muestran desarrollos internos y que los tránsitos muestran primordialmente cambios de medio ambiente y de circunstancias es un intento de simplificar en exceso la situación, ignorando muchos hechos importantes. El intento de discriminar entre estas dos técnicas de este modo se basa en una dicotomía artificial entre interior y exterior, personal y ambiental. El mundo externo es un reflejo de nuestro karma y de nuestra situación, y todos hemos experimentado cómo un cambio de humor o de actitud nos puede dar una visión enteramente nueva de las circunstancias externas. Una progresión particular corresponde, a veces, a acontecimientos del mundo externo, en otras ocasiones a cambios de nuestra conciencia, y a menudo a ambas cosas; y lo mismo puede decirse de los tránsitos. Cuando nuestro karma y destino se manifiesta en el mundo externo como circunstancias que parecen ocurrirnos a nosotros depende en gran parte de nuestro nivel de autoconciencia. Un conjunto dado de símbolos astrológicos puede manifestarse de muchos modos. Los tránsitos indican cómo el simbolismo de nuestra vida se desarrolla en el tiempo, exactamente como lo hacen las progresiones, aunque los tránsitos dan mayores pormenores a corto alcance. Las progresiones indican una estructura más genérica en un tiempo más prolongado. También descubrimos que los tránsitos se refieren a una armonización más especifica de la energía que puede sentirse realmente con gran inmediatez, mientras que la mayoría de las progresiones es índice de humores, nuevos intereses y nuevas orientaciones en la vida que habitualmente no son acompañadas por un conocimiento de una diferente modalidad de corriente energética dentro del campo energético total. Es como si los planetas, al nacer, establecieran nuestra armonización inicial o nuestro "condicionamiento cósmico" de nuestra pauta energética, y luego continuamos vibrando con este ritmo y esa frecuencia a lo largo de nuestras vidas. Sin embargo, los cambios en el medio ambiente cósmico (tránsitos) indican periodos en los vibramos (o resonamos) en armonía o en discordancia con nuestra armonización natal básica. Un tránsito puede de hecho, alterar temporariamente nuestra pauta energética natal, añadiendo otra vibración a nuestro modo habitual de ser. En ocasiones, esta nueva corriente energética simplemente terminará luego que concluya el tránsito, revelando que fue poco el cambio ocurrido cuando estuvo en efecto. En otros casos, sin embargo, el individuo parecerá haber asimilado algo de esa energía (que manifiesta como un alterado enfoque de alguna dimensión de vida), y evidentemente ocurrió un cambio mayor en la personalidad. Por otro lado, las progresiones revelan la periodicidad fija o la pauta cíclica que todos atravesamos durante nuestra vida; en otras palabras, el campo energético con que estamos armonizados desde nuestro nacimiento experimenta natural y regularmente periódicos cambios rítmicos desde dentro y estos cambios son indicados por las progresiones. Pero, la interpretación de las progresiones ha de personalizarse, o sea, relacionarse con la naturaleza fundamental del individuo (y por ende con el Mapa Natal). Es sólo de este modo que el uso de las progresiones (y de los tránsitos) podrá ser una técnica constructiva y llena de intuiciones en pro de un mejor entendimiento personal. Para expresarlo de otro modo: el efecto de toda progresión o de tránsito depende de la naturaleza de nuestra armonización natal con las energías implícitas en la configuración particular en consideración. 

El Informe personalizado de las Progresiones incluye al Sol Progresado en las Casas, la Luna Progresada en los Signos, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno progresados en los Signos y Casas. Se señala la fecha de los Aspectos Mayores y los Aspectos Menores, y también si se pusieron Retrógrados y Directos en la Carta Astral del solicitante. 
Para más información contactar con MayaTime 👉 info_losdiosesdelasincronicidad@yahoo.com
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El Sol Progresado en los Signos

Aunque los aspectos del Sol Progresado respecto de los planetas natales pueden interpretarse de muchos modos y con muchas clases distintas de lenguaje, la información siguiente representan los modos de expresar y entender tales aspectos. Lo que principalmente hay que recalcar en el uso del Sol Progresado son los aspectos que aquél efectúa sobre los planetas o ángulos natales. Hay que también prestar atención a las épocas en que está cambiando de Signos o Casas, pues estos periodos de transición son a menudo importantes y el individuo siente que son fases de reorientación de energías potentes durante un periodo extenso, es casi inevitable que un individuo empiece a tomar conciencia de algún grado de intensidad interior e impulsos hacia el cambio, aunque los indicadores simbólicos de este desarrollo sean los denominados aspectos "menores". Si usamos un orbe de 1 grado aplicándolo al (y separándole del) ángulo exacto, entonces un aspecto del Sol Progresado se sentirá durante dos años. Aunque los aspectos del Sol Progresado y sus Trígonos y Sextiles también proporcionan autotransformación e indican potencialmente una época en la que la persona puede integrar conscientemente una parte destacada de su naturaleza. Si la persona está armonizada con las dimensiones más sutiles de las experiencias cotidianas, tal vez tome conciencia de que se está activando una mayor pauta kármica, introduciéndole en la luz de la conciencia. Para quienes no están tan sensibilizados al progreso de su vida interior, estos periodos empezarán a menudo con algún acontecimiento o experiencia mayor que, por así decirlo, los obliga a tratar una parte particular de ellos mismos. E inician una fase de desarrollo de la personalidad y una acrecentada madurez que conscientemente no hubieran juzgado necesarias. Cuando el Sol Progresado aspecta a un planeta natal, nos volvemos más semejantes a la naturaleza de ese planeta, tal aspecto muestra un periodo de llegar a ser más de lo que éramos antes. Y este proceso de llegar a ser ocurre ya sea que la persona sea consciente de él o no, indica un lapso en el que estaremos metidos activamente en un desarrollo y un crecimiento rápido, y el alcance de nuestra expresión con el que nos sentimos cómodos para expandirnos considerablemente en tal época.

Sol Progresado en Aries
El Sol en Aries pertenece a la modalidad Cardinal de los Signos de Fuego. Este Signo es el primero del zodíaco, el comienzo de la primavera, de una nueva vida y de una nueva energía… El impulso ahora es continuar hacia delante, pujar fuerte y tomar responsabilidades. La prudencia se la lleva el viento. Hay tanto entusiasmo o seguridad que los fallos momentáneos o errores son fácilmente olvidados por la mente. La fuerza ariana induce a ser el mejor y el primero en todo aquello que se hace con convicción. Hay tendencia al liderazgo y se pueden sobrestimar las propias energías y entusiasmos. El problema es que no se sabe delegar en otros y se suele pensar que lo mejor es hacer las cosas por sí mismo, lo cual resulta ser cierto la mayoría de las veces. El reconocimiento y la admiración de los otros no son rechazados, pero tampoco suponen el fin en sí, pues son más importantes las metas trazadas. Si sobreviene un bajón de fuerzas en esta etapa, éste será profundo, pero durará poco. El entusiasmo y el optimismo no tardarán en salir pronto a flote de nuevo. Para evitar estos vaivenes energéticos, es necesario dosificar las fuerzas y practicar la paciencia. El Sol Progresado en Aries significa que anteriormente el astro rey estuvo en Piscis. Ahora abunda la potencia y el arrojo que antes estaban faltando, pero también es necesario retener las cualidades armónicas que se aprendieron durante la etapa de Sol Progresado en Piscis: humildad, entrega, sacrificio y receptividad.

Sol Progresado en Tauro
Tauro es un Signo de Tierra y pertenece a la cualidad Fija, regido por Venus. El Sol en el Signo de Tauro necesita seguridad y estructura. Su energía se canaliza hacia el mantenimiento de la economía y del Status Quo o posición socioprofesional. Si ahora el Sol Progresado está en Tauro, significa que anteriormente éste se encontraba en Aries, el individuo puede haber conservado las semillas que plantó en el período del Sol Progresado en Aries, preocupándose sobre todo de que las anteriores iniciativas que llevó a cabo se hagan más fructíferas y consistentes en el momento presente. Aunque la paciencia y la tenacidad serán cualidades fundamentales ahora, no hay que olvidar que el Signo de Tauro posee un substrato instintivo muy fuerte y obstinado. Deberá ser cauto y conservador para que no se vea envuelto en situaciones desestabilizadoras o que pongan en quebranto lo que más necesita ahora: tranquilidad y crecimiento sostenido, sin empujones ni imprevistos. Lo anterior no significa que no existan obstáculos, sino que el individuo los tomará como fuente de experiencia y de puesta a prueba de su sentido práctico y capacidad de ahorro. Ante las pruebas el individuo reaccionará con aplomo y renovada capacidad de trabajo. Con su persistencia y realismo podrá ganar en capacidad económica e, incluso, debido a la necesidad de arraigo de Tauro, podrá comprar alguna propiedad o pedazo de tierra. Simultáneamente, se sentirá muy asentado en la vida hogareña, mejorando la estética y el confort del hogar, así como el disfrute de la cocina y las diversiones tranquilas. A pesar de que hay quien diga que en esta etapa se está demasiado centrado en las cuestiones materiales, lo cierto es que la amabilidad y una gran apreciación de la belleza serán cualidades destacadas. Le gustará compartir el fruto de su trabajo con aquellas personas que son de su confianza o tienen su cariño.

Sol Progresado en Géminis
Géminis es un Signo de Aire y que se encuentra dentro de la cualidad Mutable, regido por Mercurio. Su energía es versátil y a la vez voluble. Con este Signo lo diverso se hace posible y esencial, pero a la vez problemático. El individuo desafía continuamente su propia capacidad de renovación, pero su gran problema es que deja a la mitad las cosas que empieza. La concentración por lo general será difícil y se necesita una constante actividad -al menos mental- para dar salida a un enorme caudal y flujo de energías creativas. Si el Sol Progresado está ahora en el Signo de los Gemelos, quiere decir que anteriormente estuvo en progresión en el Signo del Tauro. Con frecuencia, el paso de una etapa a otra supone que se sale de un estado de relativa calma y trabajo rutinario a otra fase en la que todo parece acelerarse. El handicap de esta fase geminiana es la indecisión ante tantas opciones. En ocasiones puede recurrir al consejo de varias personas para resolver su falta de resolución, pero no sería raro que no siguiera ninguna de las opiniones aportadas por ellas. Su mente se mueve tan rápidamente de un tema al otro que en ocasiones no hay tiempo suficiente para profundizar. Por ello es necesario ralentizar los procesos mentales y escribir sobre papel sus ideas, para posteriormente elegir el esquema más conveniente y productivo. Puede volverse impaciente cuando la comunicación y el intercambio de información no van al ritmo y velocidad que quiere. No será raro que tenga durante esta etapa dos trabajos, dos grandes intereses o un par de asuntos importantes entre las manos. Los trabajos manuales pueden ayudarle a relajarse y a canalizar armónicamente su caudal mental. Debido a su originalidad y versatilidad tiende a saltarse algunas normas sociales, unas veces por despiste y otras haciéndolo de manera consciente. Se darán durante este período algunos lapsos cortos de tiempo en que sus energías mentales se encuentran exhaustas, con lo cual será necesario dormir abundantemente y practicar algún ejercicio de relajación. Y de nuevo, al sentirse recuperado, volverá a entrar en un ritmo muy veloz de aprendizaje y recreación intelectual.

Sol Progresado en Cáncer
Cáncer es un Signo de Agua, pertenece a la cualidad Cardinal y está regido por la Luna. Las personas cuyo Sol Progresado ha entrado en este Signo zodiacal se encontrarán sobre todo inmersos en su mundo subjetivo o emocional, con necesidad inconsciente de encontrar protección psíquica y experimentando con energía la vivacidad de sus estados afectivos. Si el Sol está ahora progresado en el Signo del Cáncer significa que anteriormente lo tuvo en Géminis. Así, se ha generado un cambio importante, pues si antes lo más importante era todo lo relativo al mundo de las ideas y los proyectos, ahora, en esta nueva etapa canceriana, las relaciones afectivas y familiares son un baluarte esencial dentro del desarrollo de su individualidad. Su temperamento ahora es romántico, indulgente y muy sensible. Su instinto subconsciente le induce a dar y recibir afectos y muestras de confianza e intimidad. Si durante el tiempo en que su Sol estuvo progresado en Géminis existió algún tipo de inestabilidad afectiva, ahora es el momento de una mayor compenetración a través del amor y el sentimiento, más que mediante la comprensión intelectual y el intercambio de ideas. Tenderá a ser muy protector con sus seres queridos, y en ocasiones hasta algo acaparador de su cariño. No deberá ser demasiado indulgente con las personas más allegadas afectivamente, pues una cierta disciplina y autocontrol son necesarios también para que sus relaciones afectivas vayan viento en popa. El hogar se volverá especialmente importante, y no sólo como el principal baluarte de su seguridad afectiva, sino también como una manera de alcanzar a tocar lo superior o trascendente mediante las emociones, los sentimientos y la unión psíquica con los seres queridos. Debe evitar la susceptibilidad, la hipersensibilidad y los chismes y aprender a disfrutar de su mundo imaginativo sabiendo en cada momento dónde está el mástil de lo práctico.

Sol Progresado en Leo
Si el Sol está ahora progresado en Leo, significa que anteriormente estuvo en el Signo de Cáncer por progresión. Este paso del Sol progresado de Cáncer a Leo es como salir de una habitación con luz muy tenue hacia el espacio abierto del exterior, con todo el resplandor del Sol. El Signo de Leo pertenece al elemento Fuego y a la cualidad Fija, estando regido por el Sol. Este Signo zodiacal le proporcionará durante la presente etapa un gran caudal de energías creativas, que no sólo se van a manifestar en el plano de los ideales, sino también en forma de acciones decididas, seguridad en sí mismo y don de liderazgo. Todo lo que representa exaltación de la vida y de la luminosidad saldrá fortalecido. Las obras personales serán abundantes, pues no es suficiente con estar fuerte o seguro internamente, sino que tiene como objetivo el prolongarse y conocerse a sí mismo a través de sus creaciones o de sus "hijos". Estos hijos pueden ser sus niños, pero también pueden ser sus hijos creativos, tales como negocios, obras de envergadura que requieren buena parte de su atención, creaciones artísticas, obras sociales, etc. Se toma conciencia del caudal de energías universales que se manifiestan a través del ser humano cuando se abre a la verdad y la nobleza de corazón. Esto le permite ser luchador para sacar adelante sus empeños y triunfar cuando se pone el suficiente tesón y entrega. Los ideales permanecen como objetivos realizables, y no sólo como ensoñaciones utópicas. Su amor propio y su sentido de la autoestima es grande, pero a la vez puede incurrir en la autosuficiencia y la supervaloración de sus posibilidades actuales. Que la grandeza del horizonte que vislumbra no le haga perder la seguridad y su paso firme. Aprenderá a aceptar los consejos de aquella persona en la que tiene plena confianza. Siempre cuatro ojos ven más que dos. Si en ciertos días las cosas no salen como esperaba, no deberá enfadarse con nadie ni buscar el culpable en ningún sitio, sino asumir la prueba como una oportunidad de aprender algo que es importante.

Sol Progresado en Virgo
Virgo es un Signo de Tierra y que pertenece a la cualidad Mutable, estando regido por el planeta Quirón. Cuando el Sol pasa de Leo a Virgo en la Carta Natal, la principal área de iluminación es el mundo del trabajo, el servicio, la técnica y el análisis. Surgen cualidades que estaban más ocultas, tales como la organización, el control y aprovechamiento del tiempo, la pulcritud en los detalles, y la practicidad. El plan de cada día es poner orden donde hay desorden, limpiar donde existe suciedad, planificar esfuerzos donde hay derroche de energías, y aportar un análisis racional donde impera la confusión. Virgo pertenece a la cualidad Mutable, con lo que le será relativamente más fácil adaptar su mente a las condiciones cambiantes del medio en que se desenvuelva. Su labor de intermediario o de mensajero en asuntos concretos y materiales puede acrecentarse mucho durante este período. La inteligencia es analítica, práctica y crítica, con un fuerte sentido de la organización y de pasión por la técnica. Desea sistematizar, casi burocratizar, cada sector de su propia existencia. Si prevalece el rechazo de lo instintivo el carácter puede llegar a hacerse algo árido, frío y exageradamente atento a la minucia, puntilloso y obsesionado por el orden. Para mantener su sistema nervioso y su cuerpo en general con buena salud, se interesará por la dietética y los cuidados físicos o por algunas técnicas de sanación. Debe evitar el exceso de racionalización en detrimento de la sensibilidad.

Sol Progresado en Libra
Si el Sol Progresado está en Libra significa que anteriormente estuvo en progresión por el Signo de la Virgen. El pasaje del Sol en la zona de influencia libriana supone un cambio importante, ya que se pasa de una visión más racional y práctica de las cosas (Virgo) a una perspectiva de mayor sensibilidad, sentido de la justicia y amor por la estética (Libra). Las palabras-clave de Libra son armonía, sensualidad y balance. Libra está regido por el planeta Venus, el cual le da una radiación cálida, graciosa y deseosa de popularidad y aprobación por parte de los demás. El símbolo de Libra es la balanza, con lo que cuando el Sol entra progresado en esta porción zodiacal, la palabra clave en el desarrollo de la individualidad es "yo equilibro". Libra es un Signo Cardinal, con lo cual está centrado sobre todo en sus actitudes en el momento presente, es decir, el ahora. Tenderá a ser rápido en iniciar sus proyectos o ideas, pero por lo general buscará la cooperación de otros más que hacerlo solo. Por ello, la pareja, el matrimonio, las asociaciones con otras personas y las relaciones sociales son algo esencial en esta etapa. Tiene un alto sentido de la justicia, por lo que siempre estará valorando lo que sucede en la sociedad. No es raro que en un momento dado intente hacer de emisario de paz en algún conflicto grupal, bien en su círculo de amistades o del trabajo. En este período de progresión del Sol por Libra habrá una mezcla de interés por el arte, sensualidad, gusto por la diversión, interés por la cultura y afán de conocimientos. En el plano de los estudios, la lectura o la investigación le atraerán las materias ligadas a la psicología humana, las relaciones interpersonales y la sociología.

Sol Progresado en Escorpio
El Sol Progresado sí está ahora en el Signo de Escorpio significa que anteriormente progresó por el Signo de la Balanza. La entrada del Sol Progresado en Escorpio significa un aumento de sus capacidades y poderes interiores. Escorpio es un Signo de Agua y perteneciente a la cualidad Fija, siendo su planeta regente Plutón, y su planeta coregente Marte. Sus palabras clave son regeneración, abundancia de recursos interiores, ocultismo y el misterio, "yo callo" y "yo deseo". La energía que le proporcionan sus dos planetas regentes hace que Escorpio sea un Signo de enormes energías internas, las cuales están lidiando continuamente con la propia transformación en todos los niveles. Su voluntad personal y la intensidad de su mundo psíquico interno se mejorarán y serán abundantemente trabajados durante esta fase de su vida. El autocontrol será fundamental, pues los procesos de cambio radical así lo requieren, "es necesario renacer conscientemente". Su carácter va a madurar y aquello que le hacía sufrir irá poco a poco desvaneciéndose. Esta posición del Sol Progresado induce a sublimar los deseos y emociones en caminos y rutas espirituales. A la vez, en su vida emocional existe una gran fuerza, pasión e intensidad. En ese terreno debe de mantener la capacidad de autocontrol consciente, para no caer en actitudes de celos, posesividad o reacciones radicales. Es muy importante que medite profundamente antes de poner "toda la carne en el asador", pues durante esta fase su inclinación será a darlo todo y a meterse a fondo en aquella ruta que elija. Aquí podemos aplicar eso de "quien bien empieza bien acaba". Aprenda a delegar también en las cuestiones de trabajo, y no pretenda tenerlo todo bajo su control directo, sino puede sobrecargarse de trabajo. Expresará sus estados emocionales con energía e intensidad, con lo que la diplomacia no será su fuerte. En el plano mental también la intensidad será la cualidad fundamental, con lo que gustará de coger algún tema y llevarlo hasta sus últimas consecuencias. Podrá captar con cierta facilidad las intenciones o pensamientos de otras personas, pero debe enfocarlo con intuición, hacia el plano espiritual y no hacia el nivel de las susceptibilidades insanas. Se sentirá conectado con las fuerzas regenerativas de la naturaleza y todo marchará sobre ruedas.

Sol Progresado en Sagitario
La flecha es el símbolo de este Signo, caracterizado por la honestidad y la visión optimista y dinámica de las cosas. Sagitario es un Signo de Fuego y pertenece a la cualidad Mutable, estando regido por Júpiter. Sus características son el amor por la libertad y la expansión en todos los niveles. Cuando el Sol por progresión pasa de Escorpio a Sagitario, se produce un relanzamiento hacia el mundo exterior de todo aquello que se forjó internamente durante la fase del Sol Progresado en Escorpio. Tenderá a ser un pensador optimista, es energético y posee motor propio. Uno de sus temas mentales y filosóficos preferidos es mejorar el Status de vida de la sociedad en que vive y, por supuesto, incluyendo él mismo. Considera que la ética y las leyes espirituales están por encima de la cambiante personalidad humana. Debe ser cuidadoso y no ser demasiado idealista. Será generoso y honesto de acuerdo a su actual naturaleza, pero vivirá conectado al mundo de la realidad ambiental en que se desenvuelve y no sobrestimará sus propias posibilidades en cada momento. Si mantiene ese equilibrio, sus consejos serán muy valiosos para las personas que le rodean, y hasta en ocasiones su visión privilegiada de las cosas podrá rondar la profecía. Su naturaleza expansiva está en auge, y procurará que sus sueños de aventuras pasen a ser realidad mediante el conocimiento, las nuevas experiencias y de volar con sus propias alas. Los viajes serán algo importante, sean físicos o mentales, o ambos a la vez. Debido a que se encuentra en una fase creativa, tenderá a rodearse de personas que también cabalguen a su ritmo, y que manifiesten actitudes positivas en todo momento. Tenderá a ampliar su círculo de relaciones, pero siempre manteniendo su independencia personal.

Sol Progresado en Capricornio
Este Signo pertenece al triángulo de Tierra y a la vez Cardinal. Algunas notas importantes de su radiación son ambición, conservadurismo, conciencia de la realidad, y organización. Su actitud clave es "yo uso". Como Signo se encuentra regido por Saturno, planeta que le da disciplina y austera energía. Cuando el Sol está por progresión en este sector zodiacal, el tiempo, el orden, la precisión, el respeto y la claridad son asuntos fundamentales para la persona. Durante este período lo que menos quiere es derrochar energías, pues sus metas son muy importantes. Divide sus fuerzas entre la necesidad de aprovechar el momento presente y, por el otro, las metas a medio y largo plazo. Piensa que siempre se puede obtener un mayor rendimiento de las cosas y las circunstancias. En sí mismo reside un persistente sentimiento de que debe entregarse completamente a una responsabilidad o cadena de responsabilidades concretas. Esa necesidad de cumplir con el propio deber marcado se puede manifestar en los negocios, la vigilancia de los propios recursos materiales, la política, la erudición intelectual, etc. Le encantan ahora las reglas claras y el orden a su alrededor. Tendrá intuiciones prácticas que le ayudarán en su lucha por alcanzar su independencia y seguridad económica. Los asuntos prácticos serán una inagotable fuente de experiencia y conocimiento, y aprenderá mucho viendo, escuchando, tocando y "olfateando" en la vida cotidiana. Durante esta fase los obstáculos que surjan en la escalada hacia su cima no serán consideradas como barreras infranqueables. Mentalmente visualiza el éxito material como una consecuencia natural del arduo trabajo. No espera que le den las gracias y posee confianza en sus propias capacidades. El temor a ser dependiente de otros durante la vejez aumenta su deseo de progresión material, sin embargo, con frecuencia los planteamientos demasiado prudentes o calculados pueden generar cierta actitud pesimista o melancólica.

Sol Progresado en Acuario
Cuando el Sol por progresión pasa de Capricornio a Acuario, la ambición capricorniana se modera y Acuario comienza a darle un mayor idealismo y calidez. Acuario es un Signo de Aire y pertenece a la cualidad Fija. Las palabras-clave del Sol en Acuario son humanismo, independencia y originalidad. Su frase clave es "yo sé". El símbolo de este Signo es el hombre aguador que vierte de su cántaro el agua de la sabiduría sobre la mente humana. La amistad, el compañerismo y la fraternidad son aspectos muy importantes para Acuario debido a que le rige el planeta Urano. Durante esta fase no le gustará ni las imitaciones ni las hipocresías ajenas. Querrá llegar a un contacto cercano y fraterno con sus conocidos, pero en ocasiones sentirá que algunos de ellos no serán muy receptivos a sus ideales. Sin embargo, mediante su receptividad, intuición y dedicación, podrá ganar el apoyo y la colaboración de muchas personas a su alrededor. Las ideas, los proyectos e iniciativas que lance durante esta fase estarán caracterizadas por una gran intuición y capacidad de visión de futuro. Sin embargo, debe de ser cauto para no malgastar energías embarcándose en empresas que estén fuera de las posibilidades del momento presente. Deberá dejar volar su mente y deleitarse en los reinos de la intuición y la sabiduría, pero que sepa ver también la realidad para no caer en utopías. Una buena parte del éxito de esta etapa del Sol Progresado en Acuario está en el equilibrio entre su afán de libertad y el correcto y puntual cumplimiento de sus responsabilidades. Una de las grandes claves que nos proporciona Acuario es la conciliación entre ambos polos citados.

Sol Progresado en Piscis
El paso del Sol por progresión de Acuario a Piscis supone una mayor penetración en el mundo de las sutiles y finas experiencias psíquicas humanas. Es decir, lo que antes se idealizaba o se conceptualizaba, ahora se puede sentir y percibir con el alma. Piscis es un Signo de Agua y que pertenece a la cualidad Mutable, está regido por Neptuno. Es un Signo muy sensitivo y que percibe con facilidad los pensamientos y los sentimientos de otras personas. Sus palabras clave con la compasión, la oración, la renunciación y la abnegación. Su frase clave es "yo creo". Durante esta fase puede dejarse influir por las ideas y la aparente personalidad de otras personas, con lo cual necesita rodearse de personas positivas y entusiastas. Seleccione muy bien sus compañías, pues ya se sabe que "más vale solo que mal acompañado". El símbolo de Piscis son dos pescados enlazados y nadando en direcciones opuestas, lo cual significa la gran dualidad de emociones de las personas influenciadas bajo este Signo. Durante este período astrológico, tiene que aprender a ser independiente mentalmente y a acrecentar su seguridad personal, evitando las dependencias psíquicas o los apegos en relación con otras personas, en ningún momento esto supone que vaya a perder su sensibilidad humana personal.


La Luna Progresada

La Luna Progresada por progresiones Secundarias es una herramienta especialmente valiosa, puesto que su velocidad relativamente rápida hace posible usar no sólo los aspectos concernientes a los puntos natales sino también la posición de Casa que ocupa como los lineamentos interpretativos. Además el lapso del ciclo completo de la Luna Progresada a través del Mapa Natal de un individuo (aproximadamente 27-28 años) sirve de complemento perfecto del ciclo de Saturno en tránsito (28 y 1/2-30 años). La posición de Casa de la Luna Progresada indica, entre otras cosas, que estamos tomando conciencia de ese ámbito de nuestra vida y de ese campo de experiencia; nos sentiremos atraídos hacia aquello y nuestras mentes tienden a entretenerse en esos asuntos casi constantemente. Por contraste, la posición de Casa de Saturno en tránsito, representa específicamente un ámbito de vida y de expresión en el que estamos trabajando conscientemente o que las circunstancias nos están obligando a esforzarnos al respecto. La posición de Casa de la Luna Progresada puede indicar algo de lo que sigue:

- Que tienden a patentizarse viejas pautas de respuesta y actitudes subconscientes (karma de vidas pasadas) hacia ese ámbito de vida y que se concentrará mucha atención en ese ámbito de experiencia durante todo el tiempo que la Luna esté en esa Casa.
- Que intereses cambiantes se patentizarán cuando la Luna Progresada cambie de Casa (y especialmente cuando aspecta estrechamente a los planetas natales).
- Que nuevos contactos, encuentros o relaciones también tenderán a ocurrir cuando la Luna cambie de Casas o cuando aspecta estrechamente a los planetas natales.
- Que nuestra disposición anímica total será simbolizada por la posición de Casa, y por tanto que definidos desarrollos psicológicos tienden a ocurrir cuando asimilamos esta nueva experiencia. (Nótese que la Luna se relaciona estrechamente con la nutrición, la alimentación, el cuidado materno, y, de esta manera, con la asimilación del sustento, de ahí que podríamos decir que nos alimentamos en ese ámbito de experiencia durante la época en que la Luna está en cierta Casa).
- Que en algunos casos la posición de la Luna Progresada, muestra las circunstancias y el medio ambiente cotidianos; pero en casi todos los casos revela lo que está preocupando a nuestra mente.
- Que su posición muestra a donde van nuestras energías vitales, hacia qué campo de la experiencia y tipos de intereses somos atraídos, y hacia qué ámbito de nuestra vida somos particularmente afectos y sensibles.

Cuando la Luna Progresada (lo mismo que Saturno en tránsito) está en una Casa Angular, tiende a corresponder a un periodo de actividad marcada, cuando está en una Casa Sucedente con una época de consolidación y de construcción o de búsqueda de seguridad, y cuando está en una Casa Cadente se topa con muchas experiencias nuevas y suceden acontecimientos nuevos, provenientes, a veces, de los viajes y las tareas educativas. El movimiento de la Luna Progresada (y hasta cierto punto esto es también aplicable a los tránsitos tanto de Saturno como de Júpiter) puede explicarse clasificando las Casas según los elementos de los Signos con los que se correlacionan:

- Paso a través de las Casas de Aire (la 3, 7 y 11): estimula la planificación, las ideas nuevas, las relaciones nuevas, el intercambio de ideas, y la obtención de una perspectiva desapegada de las cosas.
- Paso a través de las Casas de Fuego (la 1, 5 y 9): estimula fuertes deseos de acción y compromisos en cosas que haremos o crearemos, o a las que aspiramos. A menudo hay fuertes compromisos con el mundo externo.
- Paso a través de las Casas de Agua (la 4, 8 y 12): estimula la reflexión, la necesidad de retirarse del mundo externo, y el aprendizaje profundo. Puede ser un periodo de marcado crecimiento espiritual y acrecentada sensibilidad psíquica.
- Paso a través de las Casas de Tierra (la 2, 6 y 10): estimula un conocimiento de sus necesidades y de sus asuntos inmediatos relativos al trabajo, deberes prácticos y, en general, cómo encajar en el mundo externo. En ocasiones mostrará periodos en los que se debe soportar duras cargas o pagar un karma especifico mediante un arduo esfuerzo.

Debe notarse que la posición de la Luna Progresada en una Casa de Fuego o Aire indica habitualmente un humor más alegre en general, en la vida cotidiana que sí la Luna estuviera en una Casa de Tierra o Agua. De hecho, a menudo es sorprendente cuán notable es el cambio de humor cuando la Luna Progresada cambia de Casas (o de Signo). Las energías vitales parecen correr más libre y espontáneamente cuando está en una Casa de Fuego o Aire, mientras parecen estar abatidas o inhibidas cuando están en una Casa de Agua o Tierra. Otro factor apropiado para el uso de la posición de Casa de la Luna Progresada es el fenómeno común de un acontecimiento o experiencia decisivos que tienen lugar precisamente antes de que la Luna esté a punto de abandonar cierta Casa y de entrar en la siguiente. Cuando un planeta está al comienzo de una Casa, a menudo tenemos que "tomar decisiones" o, por lo menos, llegar a comprender más conscientemente una nueva dirección de nuestra energía y nuestro crecimiento; cuando está al final de una Casa, se manifiestan, a menudo muy clara y concretamente, los resultados de nuestros planes y esfuerzos (lo mismo que la pauta de nuestro karma en ese ámbito de vida). Es como si las posibilidades que al principio sólo eran abstractas -sólo vivas en el nivel de las ideas y las imaginaciones- se canalizaran en forma especifica. Y, una vez que ocurrió esto, a menudo descubrimos que todo el ámbito de vida mostrado por esta Casa se estableció más y que ahora nos sentimos más cómodos. Hay otro paralelo entre Saturno en tránsito y la Luna Progresada: a saber, el regreso de cada uno a su lugar natal entre los 27 y los 30 años de edad. Mientras el regreso de Saturno se ocupa de la aceptación de nuestro destino, especialmente en relación con el mundo exterior, el regreso de la Luna Progresada es un asunto más íntimo y subjetivo. Algo parecido al regreso periódico de Saturno, es una época para aprender a aceptarnos como realmente somos y aceptar nuestras necesidades y sentimientos interiores como reales y vitales. Pero quizás la implicancia más importante del regreso de la Luna Progresada sea que nos da la oportunidad de estar finalmente cómodos con nosotros mismos. Las presiones paternas, sociales, religiosas y educativas se combinaron todas para volvernos inseguros sobre quiénes somos e indecisos sobre si está bien que seamos lo que somos. Por tanto, la mayoría de nosotros desarrollamos desconfianza respecto a las partes de nosotros mismos que a menudo nos sentimos vagamente incómodos debido a que no recibieron el sello aprobatorio de alguna fuente de autoridad. Pero cuando la Luna Progresada regresa, podemos dejar atrás nuestras inseguridades infantiles y afianzarnos en ser lo que llegamos a saber que somos, sin culpa, sin tensión, sin tímida torpeza. El Signo y los aspectos de la Luna natal son importantes de notar a este respecto; pues el Signo natal de la Luna muestra ciertas cualidades que podemos empezar a expresar más libremente, y sus aspectos revelan el grado de tensión que puede liberarse y transformarse en energía constructiva y creadora. Puesto que el Mapa Natal es una totalidad integrada, el modo ideal de analizar el significado de la Luna Progresada es combinar las cualidades del Signo con el significado característico de su particular ubicación de Casa.

Los Aspectos de la Luna Progresada

Los importantísimos aspectos formados por la Luna cuando progresa a través de cualquier Mapa, como ya se mencionó, son la Conjunción, la Cuadratura y la Oposición. En la mayoría de los casos, cuando la Luna hace estos aspectos a los planetas natales, habrá un desarrollo o una experiencia perceptible, aunque que hay excepciones ocasionales. Sin embargo, las Conjunciones de la Luna Progresada nunca dejaron de correlacionarnos con acontecimientos, experiencias o conocimientos significativos y notables; de modo que se considera que la Conjunción es, en gran medida, el aspecto más poderoso y confiable, al que le sigue en orden la Oposición y luego la Cuadratura. Además, es útil advertir todo otro aspecto exacto, incluido los aspectos menores, pues si bien tales aspectos no corresponden regularmente a desarrollos importantes, también se los verá "actuar" decisivamente en algunos casos. La Luna Progresada es tan significativa no sólo porque, a menudo, se correlaciona con cambios interiores sino también porque sus aspectos marcan frecuentemente importantes acontecimientos externos: encuentros con nuevas personas que serán importantes en nuestra vida en algún tiempo futuro; nuevos intereses y actividades que se desarrollarán en el futuro; e importantes transiciones, viajes y decisiones. De hecho, los aspectos de la Luna Progresada se manifestarán como claros acontecimientos externos, incluso en un porcentaje mayor de tiempo que los aspectos del Sol Progresado. Es como si la Luna Progresada simbolizara la aguja de un reloj que indica acontecimientos y situaciones kármicas que necesitamos encontrar en el mundo externo. El uso de un orbe rígido de un grado o dos para estos aspectos no es casi tan útil como utilizar un orbe de tiempo. Como guía general, se recomienda el uso de un máximo de 1º de orbe (antes y después del aspecto exacto), tiempo durante el cual puede manifestarse la situación potencial indicada. Este parece ser el enfoque exacto; y la razón de ser de esto es, simplemente, que muchas progresiones (y tránsitos) no parecen "actuar" hasta que la Luna en tránsito los conecta. De ahí que, usando un orbe de un mes, habrá dos tiempos diferentes en los que la Luna en tránsito entra en Conjunción con cada punto implícito en el aspecto progresado. Los aspectos lunares progresados actúan habitualmente durante un mes más o menos, a no ser que haya Conjunción u Oposición, que son los aspectos más potentes y pueden actuar durante un periodo más prolongado.

La Luna Progresada a través de las Casas

Luna Progresada en la Casa 1
De todas las fronteras que la Luna Progresada ha de cruzar en su viaje a través del zodiaco, la línea que separa Casa 1 de la Casa 12, es posiblemente la más iniciática. En progresiones secundarias, esto significa la necesidad de dejar atrás los envoltorios protectores de la ilusión, y el refugio autocomplaciente de la desilusión, y el victimismo. En la famosa película “Naufrago”, protagonizada por Tom Hanks, este se ve obligado a abandonar a su compañero Wilson a las olas para sobrevivir. Esta imagen contiene un símbolo. El del hombre despojado, sólo, sin más refugio que el de tirar hacia adelante, luchando con todas sus fuerzas para sobrevivir. Una Luna Progresada en Casa 1 no quiere decir que uno se encuentre teniendo que luchar para salvar el pellejo, pero quizás algo está surgiendo desde el interior que nos exige dedicarle toda la energía egocéntrica de la que podamos disponer si no queremos ver truncado desde un comienzo el sueño pisciano de la Casa 12 que pudimos intuir en la noche del alma. En los primeros grados de la Casa 1, uno aún no sabe adónde va... así que tiene que concentrarse en el aquí y el ahora. Actuar con coraje, sin dejarse vencer por las dudas. Todo depende de su capacidad de exteriorizar al máximo su impulso vital. Solo aquel que se aferra a su postura victimista, exteriorizará su frustración con la rabia y la violencia. Cuando la víctima acaba victimizando a su verdugo, el círculo vicioso se cierra de nuevo. Entonces lo único que se logra es repetir una vez más la misma historia. Perpetuándose de nuevo en el sufrimiento y la ceguera al interior de la caverna. La luna Progresada en Casa 1 puede manifestar comportamientos quijotescos. Enfrentamientos ciegos con molinos de viento e idealización de las causas perdidas. Pero si uno sale realmente al exterior, desde la claridad de juicio, adquiere un mayor sentimiento de confianza. Incluso en situaciones de conflicto, se puede vencer sin violencia cuando uno tiene claro cuál es su posición legítima. Cuando la Luna progresa en la Casa 1, el individuo tiene la oportunidad de afianzarse en la fuente de su magnetismo personal, su inteligencia intuitiva, y su capacidad de hacer que las cosas ocurran. Esto tiene como resultado que ese magnetismo atraerá hacia sí a personas dispuestas a seguir, y apoyarle en sus proyectos. Pero también pueden surgir enemigos. Uno se convierte en referencia para otros, abriendo nuevos caminos, lo que atrae también rivalidades y envidias. Esto puede generar situaciones que reflejan una curiosa paradoja, ya que mientras la Luna en Casa 1 intenta deliberadamente estimular su independencia, al mismo tiempo tiende a generar fuertes vínculos de dependencia en su entorno. El elemento Fuego es el más susceptible de querer aparentar fuerza, dinamismo e independencia, mientras en el fondo se vuelve extremadamente dependiente de la mirada y la atención de los demás. Sea como sea, uno tiene que hacer lo que tiene que hacer. En los grados centrales de esta Casa, se intenta estabilizar la nueva dirección. Puede que entonces uno pueda canalizar sus esfuerzos a través de algo concreto, dándole forma y dirección práctica al impulso. Los esfuerzos se dirigen hacia la productividad. Este esfuerzo canalizado, a nivel de trabajo suele traer éxito, un aumento de ingresos de dinero y una mayor capacidad productiva. Pero esta es una zona minada también, pues al conquistador, nuevos peligros le acechan. Uno puede verse envuelto en situaciones de luchas y competiciones por el poder, o los recursos. La avaricia y la envidia, pueden aparecer como pulsiones motrices de la actividad del individuo, o como circunstancias (Signos) impuestas aparentemente por personas que no respetan mis necesidades. Puede ser que uno tenga que aferrarse a defender lo suyo, antes de moverse hacia nuevas conquistas. Cuando la Luna Progresada se acerca a los últimos grados de la Casa 1, aparece la necesidad de diversificar la dirección del impulso, articularlo, comunicar, enlazar con otros, sacar la cabeza de su pequeño mundo, quizás reconocer que aferrándose a sus conquistas uno no se permite valorar, escuchar, dar cabida a otros que pueden ofrecerle nuevas perspectivas. Quizás hacia el final del la Casa 1 tocará ceder, o reconocer hasta que punto su aparente valía está sujeta a la importancia que uno le da a lo que piensen de él los demás. ¿Estoy realmente viviendo desde mi mismo o desde el otro? Esta es la pregunta clave para le evolución de la Luna Progresada en Casa 1. Comprender que uno no necesita demostrarle a los demás constantemente que es el número uno, conquistando la atención del entorno, comparándose con los demás, luchando sin cesar, porque eso solamente acabará agotándolo. Pero cuando se abre a sí mismo, desde la total honestidad, al comprender que ha sobrevivido a todas las dificultades, causando el mínimo daño al prójimo, su posición será indestructible. La iluminación iniciática de la Casa 1 es tan sencilla como la de comprender que todas las criaturas están solas. Cuando el individuo cuya Luna progresa en Casa 1 comprende esta lección, su temperamento adquiere sobriedad, y su espontaneidad y confianza se vuelven realmente genuinas, porque ha entendido que la competitividad y la comparación no pueden ser el verdadero fundamento de la autoestima y del bienestar. Solo entonces podrá el individuo disfrutar de las riquezas y prosperidad ofrecidas por la Luna Progresada en la siguiente Casa de Tauro.

Luna Progresada en la Casa 2
Visto desde la perspectiva de una Luna Progresada que no ha interiorizado las lecciones de las batallas de la Casa 1, encontramos aquí al individuo que se fija como un hambriento alrededor de los valores materiales, aferrándose a sus posesiones, insaciablemente deseando más, o temiendo perder lo que tiene. La codicia infantil y unas miras estrechas hacia la vida son típicas en estos casos. Algo muy interesante ocurre al avanzar la Luna hacia el corazón de esta Casa. A través de sus esfuerzos, uno empieza a darse cuenta de que es capaz de forjar su voluntad, adquirir autoridad, mayores responsabilidades, porque lo que en realidad está cultivando es su espíritu, y el dominio sobre su destino. Uno se está construyendo a sí mismo. Para el individuo no consciente de su eje espiritual o tesoro interior, la progresión de la Luna por los grados centrales de la Casa 2 significará una mayor fijación en su necesitad de adquirir bienes y honores para compensar su falta real de autoestima. Idolatrando la imagen del éxito. Tanto tienes, tanto vales. Contrariamente a lo que comúnmente se piensa, aferrarse a la posesividad y las actitudes materialistas no son, ni jamás han sido las cualidades de la Casa 2, sino su patología, porque esa actitud denota una flagrante suplantación de valores. Cuando la Luna progresa por la Casa 2, el individuo tiene una gran oportunidad para comprender lo que tiene para dar, y valorarlo en su justa medida. Entonces en los últimos grados de esta Casa esto se convierte en una formidable capacidad de entrega y dedicación a su trabajo. La posesión en gran medida, no sirve de nada si lo que se posee no se pone al servicio de algo. Sin esa conciencia, uno acaba en la servidumbre de las cosas que acaban poseyéndole, y a cambio de las cuales se vende el alma. Entonces como el buey bien adiestrado y atado al arado, la Luna Progresada al final de la Casa 2 nos ofrecerá una vida reducida a una insensata rutina de obligaciones mecánicas -en el caso del pobre- y una maniática obsesión por la perfección y el orden, en el caso del rico. En una sociedad como la nuestra, completamente obsesionada con el dinero y con la economía, se acaban olvidando los valores esenciales. La Casa 2 representa el esplendor de la primavera, y la exaltación de la Luna en esta Casa simboliza la inagotable capacidad de nuestro planeta para generar todas las riquezas necesarias a nuestra supervivencia y bienestar. A nivel anímico, este sentimiento se traduce en la confianza innata, y la autoestima de aquel, que sabe que en el fondo todo lo que tiene, lo lleva consigo a cada paso del camino que la vida provee a aquel que da, y no por dar más, uno se queda con menos. Habiendo aprendido esto, una Luna Progresada en Casa 2 saldrá de este sector rebosante de salud, mirará a su alrededor a las encrucijadas presentadas en Casa 3, recordará que si uno pasa por la vida con las manos cerradas por miedo a perder... ¿Cómo podrá uno abrirse a recibir nada de la vida? Entonces te lanzarás a explorar, con el zurrón lleno, sabiendo que todos los caminos son buenos, cuando uno se quiere a sí mismo. En el caso contrario, y como podemos ver por el cariz que están tomando las cosas en un mundo donde la economía se ha divorciado completamente de la realidad de nuestras necesidades más esenciales, podemos acabar en un estado de precariedad endémica diseñada para minar la autoestima, y consecuentemente perdiendo lo que el paso siguiente: la Casa 3 que representa para todos nosotros. la libertad de expresión, y nuestra capacidad de movernos libremente por donde se nos antoje. La Luna Progresada en Casa 2 tiene una misión muy sencilla por cumplir. Aterrizar en Casa 2 tras las tempestades de las Casas anteriores es hacer las paces con la vida a un nivel muy sencillo. Cuando en Casa 1 el individuo ha logrado incorporar su ímpetu y voluntad, en Casa 2 se sosiega, hincando los pies sobre el terreno conquistado. Al impulso instintivo de conquista le sucede con toda naturalidad la necesidad de aplicar su voluntad hacia objetivos concretos. Todos los pueblos conquistadores se sedentarizan, cultivan, construyen, se dan un merecido reposo, regalándose los sentidos con las riquezas conquistadas. En Casa 2, toca sembrar, cultivar, construir y embellecer el mundo. Los bienes esenciales son la comida, la casa, la familia, la salud, y en el principio de estas progresiones vemos al individuo concentrando sus esfuerzos en estabilizar su seguridad, sus ingresos, sus posesiones y sus sentimientos hacia aquellos a los que ama y protege. He visto casos en los que esta progresión ha coincidido con reconciliaciones o consensos familiares, o con el hecho de fundar una familia o comenzar a construir un hogar o tratar con asuntos inmobiliarios. En cualquier caso, uno tiene ganas de calmarse, de funcionar a otro ritmo más pausado, o a dedicarse a una obra o darle cuerpo a una labor estable, ya que quizás en Casa 1 los objetivos estaban demasiado centrados sobre las necesidades egoicas que no son prácticas.

Luna Progresada en la Casa 3
Al penetrar la Luna Progresada en Casa 3, y durante un primer periodo de tiempo, aparece la seducción, el juego, la gracia y el encanto. El eco de la opinión y el espejo de la mirada del entorno, en el cual uno desea ver reflejado estima y aprecio. No es de extrañar que la Casa 3 sea el sector de la adolescencia, cuando el joven está constantemente adaptando su expresión al molde cambiante de las imágenes idolatradas de sus héroes y heroínas. En cualquier caso este es el momento ideal para expandir el horizonte de conocimientos e intereses, atreviéndose a explorar todos aquellos aspectos de la realidad exterior que puedan servir de catalizador para descubrir todo lo posible acerca de su propia capacidad de exteriorización, comunicación y adaptación armoniosa con el entorno. Lo social comienza aquí a jugar un papel primordial, porque a menudo uno acaba aburriéndose del pequeño mundo bien ordenado que uno ha podido lograr establecer en Casa 2. Dependiendo de la calidad de esa primera toma de contacto con esta Casa, y a medida que nos adentramos hacia la mitad de ella, veremos hasta qué punto ese nuevo paisaje en el que uno se adentra lleva a relaciones de mayor profundidad, confianza y compromiso o, por el contrario se van revelando falsas, o condicionadas por motivaciones ocultas. La confianza y candidez características de la Casa 3, pueden encontrar aquí situaciones que desvelan los engaños, y el oportunismo típico de los contactos esporádicos. La verdadera comunicación exige alcanzar estratos más profundos que los meramente aduladores. También la sexualidad parece a veces jugar un papel en el paisaje central de esta Casa, y curiosamente aquí podemos encontrar situaciones ambiguas, tergiversadas o a doble filo. Este puede ser un momento difícil para el individuo cuya personalidad está insuficientemente formada, ya que aquí se puede caer fácilmente en dinámicas de dominación, competición, celos, envidia, traiciones, donde la comunicación se vuelve manipuladora. Hay un cierto riesgo de verse afectado por situaciones donde se genera una cierta paranoia. Estas son las situaciones donde uno se puede convertir por activo o por pasivo en el objeto de influencias que le impiden a uno pensar con claridad y tomar decisiones propias, o intentará a su vez dominar a su entorno a base de enrevesados subterfugios. En la medida en que la honestidad emocional le permita a uno evitar autoengañarse, y uno comprenda que el lenguaje contiene dos caras, donde las palabras, según el contexto expresan un sentido explícito y otro implícito, al adentrarnos en el último sector de de esta Casa, la perspectiva y la comprensión se ensancha, y uno puede realmente empezar a destilar nociones éticas y filosóficas que aportan sentido a la experiencia. Entonces el entorno responde, y aparecen las personas y circunstancias que ofrecen orientación, nuevas posibilidades y respuestas. A veces el final del periplo de la Casa 3 coincide con nuevos descubrimientos, contactos y oportunidades. La apertura a las señales del entorno se abren al máximo, con una cierta dispersión. Las oportunidades se multiplican y sin embargo uno ya ha recogido suficiente información como para poder tomar una decisión. Este es el fino equilibrio que hay que intentar obtener al final. Diferenciar entre las decisiones que uno toma ajustándose a las expectativas del entorno, o comprender el vínculo que a uno le une con personas afines, con quienes uno puede tomar una decisión basada en el beneficio mutuo. Entonces las decisiones formarán la base solida de un autentico sentimiento de pertenencia, y compartir con otros será algo que aportará continuidad y seguridad emocional, y un asentamiento en una dirección mas definida, en vez de estar siempre picoteando contradicciones de aquí y de allá. Es la apertura al aprendizaje desde una actitud mental honesta, lo que sentará las bases que proveerán al peregrino cuya Luna progresa sobre los últimos grados de esta Casa, con un nuevo y más profundo sentimiento de identidad propia. En la Casa 3 hay movimiento, pero que a menudo limita el rango de su acción a un vertiginoso vaivén al interior de un círculo cerrado de conexiones intrascendentes, tratando de abarcarlo todo y simultáneamente incapaz de centrarse en nada durante el suficiente tiempo que le permita establecer una relación profunda de intimidad y compromiso. La clave de esta Casa, consiste en permitir realmente expandir sus horizontes en el tiempo, dándose el tiempo que sea necesario para ello. Es curioso que a menudo en Casa 3 uno ande corriendo apresuradamente por todas partes como si no tuviese tiempo. Al aprender a tranquilizarse y utilizar toda la información recogida para tomar decisiones deliberadas, podrá eliminar las direcciones en la vida que entienda como ajenas a su naturaleza. Uno decide entonces vincularse con aquello que se le asemeja, reconociendo primero aquello que no le corresponde por naturaleza. Eso es discernimiento. La decisión no podrá ser equivocada entonces. Sabrá, lógicamente lo que quiere hacer, y donde y con quien quiere estar. De lo contrario, al utilizar sus opiniones y juicios de valor para huir de su vulnerabilidad emocional, es prácticamente seguro, que al cruzar la Luna Progresada en el umbral de la Casa 4, el individuo retrocederá temeroso ante la vida, encerrándose, refugiándose en el pasado. Impidiéndose en el fondo superar el reto y la oportunidad que la Casa 3 ofrece; aprender a madurar y tomar decisiones.

Luna Progresada en la Casa 4
Cuando la Luna Progresada entra en la Casa 4, es el instinto hogareño y protector el que se despierta o el que predomina en la toma de decisiones. Crear un nido, formar parte de una familia, arraigarse, hacerse un sitio. Esas son las preocupaciones típicas de los primeros grados de esta Casa, y aquí vemos la transición de la Casa 3 a la Casa 4 simbolizando al adolescente que ansía independizarse, buscarse una casa propia, un trabajo, una relación, quizás  desapegarse de mamá. O sencillamente posar la mochila, cansado de estar siempre yendo de aquí para allá. El comienzo de la Casa 4 suele implicar de algún modo la toma de una decisión responsable, un compromiso con la continuidad, o simplemente tener que ocuparse de asuntos relacionados con la familia. En ocasiones he visto a personas haciéndose cargo de situaciones pesadas con el fin de conservar un patrimonio o herencia. Comprando o construyendo una casa o negocio. En la medida en que esta progresión manifieste circunstancias de esta naturaleza, al avanzar la Luna en el interior de esta Casa los asuntos familiares comienzan a extenderse hacia el exterior, aquí es el sentimiento de pertenencia a una comunidad, a un proyecto común. La necesidad de comprender el lugar que unos y otros ocupan en el seno del grupo es lo que condiciona el trato o los vínculos que se establecen en este momento. Los grados centrales de la Casa 4 pueden coincidir con una provechosa estabilización de la situación familiar, pero también se puede producir quizás algún tipo de estancamiento afectivo, en la imposibilidad de cambiar situaciones en las que uno se haya involucrado, y aquí podemos ver lo que ocurre cuando el temor a romper con las inercias del pasado comienzan a imponerse. En algunos casos, podemos ver aquí al individuo que se limita y se encierra alrededor de sus identificaciones a un grupo familiar, a una identidad étnica o ideológica, o a unas obligaciones morales del individuo hacia el grupo. No es de extrañar por lo tanto, que mientras la Luna Progresada se acerca a los últimos grados de la Casa 4, uno se encuentre ante la necesidad de hacer algún tipo de sacrificio, o en circunstancias que le obligan a vincularse con total entrega a una causa. La Casa 4 está comúnmente asociado con el instinto de protección, pero llevado al extremo, eso puede llevar a una absoluta incapacidad de verse a sí mismo separado de aquello con lo que uno se ha abrazado en un sentimiento subjetivo. Muy a menudo esta fase de progresión coincide con el hecho de tener que responsabilizarse del cuidado de alguien, por enfermedad o por otro tipo de circunstancias similares. La Casa 4 implica de un modo u otro someterse a las leyes de la naturaleza, y una de estas leyes dicta que la vida está sujeta a una constante transformación. El relevo natural de las generaciones. Los padres o abuelos que envejecen o mueren. Los niños que nacen y que necesitan de la absoluta devoción de unos padres. Los jóvenes que crecen y han de emanciparse para convertirse en adultos. Las relaciones afectivas fértiles en descendencia, y las que han alcanzado su fecha de caducidad. Los terrenos antaño productivos que se quedan en campos baldíos y estériles. El final de la progresión lunar por la Casa 4 nos obligará a enfrentarnos a algún tipo de soledad o pérdida, y aquí es donde encontramos el mayor reto para las intensas necesidades afectivas de esta Casa, porque por mucho que uno se aferre a las cosas el tiempo todo lo arrastra. La Casa 4 y el Signo de Cáncer está representado por las pinzas del cangrejo, y es proverbial su tendencia a aferrarse, y a convertirse en el pilar protector indispensable para otros. Pero para aquel individuo que se involucra con la evolución natural hacia su propia individuación, en la Casa 4, aprenderá la más alta lección. Aprenderá que cuando le toque abandonar, y dejar huérfanos a los que ama, empezará a reconocerse a sí mismo como huérfano, a sobrevivir bajo la lluvia y soltar. Solo entonces se accederá a la fuerza de la Casa 5, pues al saberse solo, su vida empezará a girar alrededor de un nuevo centro. No harán falta refugios, ni luces encendidas por la noche. Se harán las paces con el pasado. Entonces el latido de su corazón guiará e iluminará su camino desde el centro.

Luna Progresada en la Casa 5
Leo, la Casa 5 y su regente el Sol, nos invita a desplegar nuestra creatividad. Pero es importante de entrada tener claro que el individuo cuya Luna progresa en Casa 5 no podrá desplegar su creatividad de un modo realmente significativo, si en Casa 4 no ha aprendido a soltarse de las ataduras de lo maternal, o no ha desarrollado la suficiente capacidad autónoma que le permita realmente sentirse seguro, al interior de su propia piel. Solo aquel que ha alcanzado un grado suficiente de seguridad interna durante la progresión de su Luna en Casa 4 podrá, al entrar la Luna Progresada en Casa 5, comenzar a hacer de su propia vida su centro de gravedad. Es por eso, que al salir la Luna Progresada de la Casa 4, las perdidas y separaciones con las que la vida despoja a uno de su caparazón protector, parecen ser los detonantes de la actitud con la que el individuo va a encarar este nuevo periodo vital representado por la Casa 5. Si durante la última fase de la Casa 4 el individuo aprende a no aferrarse al pasado, en Casa 5 uno puede descubrir que sus manos vacías están ahora libres para actuar. En algunos casos, veremos en los primeros grados de la Casa 5, a la Luna progresada alumbrando el nacimiento del héroe. Uno adopta una actitud de desafiante valentía, adquiere capacidad de iniciativa, y se lanza a la conquista de un nuevo objetivo. ¿Cual es el objetivo? Esa es la pregunta clave, porque el objetivo será o la expresión de un despertar hacia un don y una vocación que moviliza todo nuestro ser, o será una grandiosa tentativa compensatoria, y una ruidosa llamada de atención para enmascarar el hecho de que uno no ha crecido. Pueden cobrar frecuencia e intensidad repentinos fogonazos de intuición y revelaciones internas. Sea cual sea la expresión o la actitud que uno adopte, divertirse y disfrutar del instante único es lo importante en este momento. Si no, y desde la intuición de que uno se está perdiendo lo mejor, la Luna Progresada en Casa 5 desplegará arrogancia, sentimentalismo susceptible, rechazo frente a la más mínima crítica, y una compulsiva necesidad de conquistar la admiración y adquirir protagonismo frente a la mirada anhelante de su público. Cuando la Luna Progresada viaja por el segundo tercio de esta Casa, la expresión vital empezará a movilizarse hacia la búsqueda de los medios y recursos con los cuales uno pueda estabilizar el impulso y dar forma tangible a su poder creativo. Y aquí surge una nueva trampa en el camino, porque se puede caer en el error de creerse poseedor de aquello que ha creado o adquirido, amplificando así la vanidad y el egocentrismo. El "Yo" se convierte en el objeto más valioso, justificando actitudes dominadoras y posesivas. A veces, los padres proyectan sobre sus hijos la fantasía de la continuidad, queriendo que se desarrollen a imagen y semejanza del progenitor, o de la fantasía que el progenitor tiene de aquello que quiere para su vástago. Solo cuando el individuo comprende que no es él mismo quien crea, sino que su propia existencia es el canal a través del cual las imágenes del alma del mundo buscan manifestarse a la luz, solo entonces evitará consumir su impulso en las llamas de una egolatría. Y desde esa conciencia su creatividad realmente comenzará a convertirse en atributo constante de la personalidad. Eso es la generosidad de espíritu. Reconocer lo digno y valioso de la individualidad de cada cual es la clave para poder reconocerse. No hay que subestimar la importancia de este proceso, porque si no, todo intento de influencia sobre el entorno estará sujeto a alguna patética mascarada. Cuando la Luna Progresada avanza en su peregrinaje por los últimos grados de la Casa 5, se abre la oportunidad de expandir su círculo de influencia al aprender a comunicar espontáneamente hacia el entorno, de un modo cada vez más articulado, no lo que uno tiene, sino aquello con lo que uno ha conectado. La Casa 5 representa la posibilidad de conectar con una fuente inagotable de energía y de luz. Pero cuando el individuo no ha alcanzado el grado suficiente de resistencia y fuerza interior que le permita encajar en su personalidad el impacto de las poderosísimas imágenes del inconsciente colectivo que pueden desvelarse frente a sus ojos, corre el peligro de convertirse en la marioneta de esas mismas imágenes. En ese caso, y en los últimos grados de la Casa 5, puede revelarse la naturaleza infantil de todo su esfuerzo, ya que el espejo deja de reflejar la admiración que uno quería generar en el entorno, y cual caricaturas de sí mismo, aparecen desde ese entorno otras marionetas que rivalizan con uno por ocupar el centro del escenario. En el último par de grados de la Casa 5 algo puede ocurrir que cambia nuestro concepto del pedestal, quizás al conocer a alguien en quien vemos un reflejo virtuoso de aquello que uno aspira a ser. La tentación aquí puede ser copiar, pero en realidad aquí, lo que hay que comprender es que si uno admira algo ahí fuera, es porque ese algo, en el fondo existe ya en uno mismo, y la obra consiste en dejarlo salir. Inevitablemente el ego tendrá que empequeñecerse, porque el umbral es pequeño, y nos agachamos un poco, para entrar en la siguiente Casa, la 6, en la necesidad de reexaminarse y perfeccionarse desde la humildad. La progresión en la Casa 5 puede coincidir con algún tipo de nacimiento. Sea el despertar de una vocación, o el nacimiento de un bebé, encontramos aquí el movimiento por el cual todo comienza a girar alrededor de una imagen dorada. Recibir un millón de alegrías con la sonrisa de un niño o un millón de aplausos desde una agradecida audiencia serán uno de los más hermosos premios de la vida para quien es leal a su luz. La Luna Progresada en Casa 5 ofrece una gran oportunidad al peregrino, al observar su universo circundante. Comprender que el Creador y su Criatura forman Uno. Que el Uno se halla siempre en el centro de la acción, pero que uno mismo no es el centro.

Luna Progresada en la Casa 6
La entrada de la Luna Progresada en la Casa 6 puede ser el momento ideal para perfeccionarse en la vocación que uno ha descubierto en Casa 5. El juego se convierte en afición, el hobby en pasión, y la pasión en oficio a través del aprendizaje de la técnica en Casa 6. La perfección es la imagen que la Casa 6 tiene del paso evolutivo siguiente (Casa 7) y es lo que busca a través de la repetición, el ensayo, el pulido constante, y la autocrítica constructiva. Cuando la Luna entra en Casa 6, es muy común encontrarse con el apoyo de la familia, o, como si de algún modo, justo cuando uno creía que no podía hacer nada más, la vida pone delante los recursos y herramientas que uno necesitaba. Pero, en realidad más a menudo vemos que la entrada de la Luna Progresada en Casa 6 coincide con algún tipo de prueba de humildad. Lo que se viene a denominar una crisis. Estas crisis, suelen ser consecuencia del hecho de que la expresión de la voluntad o la creatividad personal en Casa 5 no ha dado los frutos que uno esperaba, o el exceso de confianza en la especulación le llevan a uno a enfrentarse a situaciones donde ahora le va a tocar barrer los platos rotos. En cualquier caso, la entrada en Casa 6 implica arremangarse y redoblar esfuerzos, reconocer que hay mucho por mejorar y no encerrarse en el orgullo, adoptando actitudes quejumbrosas. Aquí hay que reordenar los asuntos domésticos, cuidar los detalles, rebajar expectativas irreales y ceñirse a lo esencial. En estos casos, el esfuerzo lleva al individuo, según la Luna avanza hacia el corazón de la Casa 6, a reencontrarse con la fiereza y el orgullo al demostrarse capaz de alcanzar resultados óptimos, además de una mayor valoración y reconocimiento de su trabajo por aquellos a los que sirve, o le sirven de modelo a seguir. Sus obras adquieren brillo y belleza, y uno empieza de nuevo a ver reflejada su creatividad en su trabajo. Pero nuevamente aquí también puede aparecer la arrogancia, porque si el deseo de demostrar lo bien que uno hace las cosas, predomina sobre el amor y la devoción que uno impregna en sus actos, en los grados centrales de la Casa 6 veremos enfrentamientos y luchas de poder, al creerse uno el Don perfecto o Doña perfecta que sabe más que nadie. Puede caerse en la híper susceptibilidad, la pedantería, la arrogancia y una imperiosa necesidad de estar al mando en todo hasta el más mínimo detalle. Como consecuencia, mientras nuestra Luna Progresada avanza hacia el final de la Casa 6, puede que nos toque volver a caernos una vez más del pedestal. Entonces, o aprendemos finalmente la lección, y nos limitamos a ceñirnos con toda nuestra devoción a hacer, humildemente, el mayor acto de servicio hacia aquello para lo que servimos, o acabamos sintiéndonos unos inútiles, humillados, enfermos, contabilizando puntillosamente los intercambios, en búsqueda de una ofensa que ya da por sentado, y criticando al mundo. Al entrar la Luna Progresada en la Casa 7, se puede caer en el peor de los vicios a los que el ego fracasado se entrega, y que es fruto de una rendición interior en la búsqueda de la aprobación ajena: el resentimiento y la envidia. Sin embargo, los últimos grados de la Casa 6, pueden coincidir con el despertar a una conciencia superior, cuando a través de las limitaciones, penurias, o imperfecciones que uno finalmente reconoce de sí mismo, surge la humildad del que se acepta no como mejor o peor que este o que aquel, o más pequeño o más grande sino de aquel que se descubre en su justa medida, y para quien lo más importante es dedicarse en total devoción a ser lo mejor de sí mismo. Solo entonces el mundo se gira y te devuelve la mirada. El orfebre, o el músico, que ya domina su instrumento, su herramienta, el vehículo de su cuerpo ya puede integrarse en el mundo, formar parte de la orquesta, reconocerse en toda su grandeza, es decir, como una minúscula parte del todo poniendo su granito de arena. La dimensión virtuosa de la Casa 6, nos recuerda sin embargo, que el trabajo es posiblemente la función más alta y noble. Porque es a través de esa función que nos sentimos útiles para el prójimo. Y eso aporta una sencilla satisfacción que garantiza salud y larga vida, es la base de todo intercambio justo, y vale más que todo el oro del mundo.

Luna Progresada en la Casa 7
Pasar por la experiencia de la Casa 7 a través de la Luna Progresada coincide a menudo con un despertar de la conciencia, y una auténtica iniciación pues sea a través de nuevos contactos sociales, culturales, o una relación afectiva, uno se abre a la posibilidad de comprender quien es "el otro". Si en Casa 6 uno ha perfeccionado la expresión de su individualidad a través de una función, un trabajo, una obra y un esfuerzo concreto, en Casa 7 veremos cómo aparecen desde el entorno posibilidades, propuestas, ofrecimientos, y en general, la mirada aprobadora de un entorno que desea integrarnos como parte de él. Lo importante en este momento es ofrecer lo mejor de sí mismo, pero sin venderse. Comprender la naturaleza de los intercambios y la importancia del respeto mutuo. Pero si la experiencia de la Casa 6 ha dejado residuos de insatisfacción o no ha logrado una expresión lo suficientemente eficaz, en los primeros grados de la Casa 7 el entorno parecerá restregarnos por la cara nuestra inadecuación, exacerbando el sentimiento de inferioridad. Aquí uno debe tener mucho cuidado con no caer en la tentación de compararse con los demás o juzgarlos en función del grado de valoración o atención que se recibe por parte del entorno. El deseo de formar parte de una élite, o de algún grupo selecto y privilegiado en el cual uno proyecta la imagen de sus aspiraciones insatisfechas, pueden llevar en esta fase inicial de la Casa 7 a buscar mimetizarse en apariencia con aquello a lo que uno quiere asimilarse. Pero estos primeros grados pueden coincidir con una autentica puesta de largo en el terreno social, o en los negocios, porque desde el horizonte aparecen nuevas oportunidades de asociación. Asociarse con otros requiere hacer uso de los códigos de conducta adecuados a tales fines. Al comprender que el objetivo asociativo está por encima de los intereses particulares, los acuerdos y las embajadas cumplen con el protocolo adecuado, y se establecen las bases para una profundización de estas relaciones. Los grados centrales de la Casa 7 aportarán la posibilidad de constatar hasta que punto esas relaciones empiezan a traducirse en verdaderos compromisos e intercambios. Aquí los tratos deben empezar a traducirse en verdaderas relaciones de confianza, si no, pronto se verá como, por debajo de las apariencias, asoman diferencias de intereses, abusos de confianza, o intenciones ocultas. Susceptibilidad a verse envuelto en alguna que otra situación donde salga a la luz esa misma falta de madurez social, o exponerse por pasiva o por activa a las envidias o celos por parte de, o hacia personas con quienes anteriormente uno mantenía relaciones más armoniosas. El resultado de estas experiencias permitirá, durante el último tercio de la Casa 7, establecer un juicio más claro de las posibilidades que las relaciones establecidas ofrecen para, al llegar a la Casa 8, involucrarse en proyectos comunes de mayor envergadura. A menudo surgen en este momento enormes ilusiones y expectativas, y uno se siente dispuesto a embarcarse y arriesgar para alcanzar aspiraciones más altas. Hay riesgo de perderse en empresas demasiado vastas, confiando ingenuamente en unas relaciones que quizás no aguanten el embiste de las dificultades de la Casa 8. Pero si el resultado de los anteriores intercambios nos muestran un rostro diferente de la situación, este será también el momento oportuno para decidir un cambio de dirección. En mi experiencia, he visto a menudo esta oportunidad perderse, y la razón suele ser que a uno le cuesta reconocer con claridad en los últimos grados de la Casa 7, la diferencia entre las imágenes idealizadas que uno se ha creado, y la realidad de la situación. Puede haber engaños y estafas. Quizás una relación o una asociación no pueda ir más allá de lo que pueda llegar, en cuyo caso, la correcta relación implicará una separación de vías, a tiempo y por las buenas. Muchas buenas relaciones han acabado mal por no saber limitarlas a tiempo. Otras, podrán a partir de este momento convertirse en algo verdaderamente transformador. Sea cual sea el caso, la Casa 7 ofrecerá una revelación, otorgará la oportunidad de revelar la verdadera clave acerca de la discriminación, la justicia, y la ecuanimidad en las relaciones humanas. Esto es de crucial importancia pues la paz, el amor, el respeto mutuo son la única puerta hacia una sociedad justa, y una vida plena y en armonía con el entorno. Pero esto solo sucede cuando el individuo ha alcanzado el grado de integridad suficiente que le permite reconocer, cada día, y a cada momento, que sea quien sea con quien se relacione uno, el otro será siempre "otro". En la Casa 7 el individuo debe aprender a discernir, es que el concepto que uno tiene de la relación con los otros no es más que una estructura mental propia. Eso, es lo que abrirá el cofre de los secretos en Casa 8, y permitirá la muerte del ego como estructura dominante. Sin esa claridad, la Casa 8 llevará el malentendido hasta los extremos, o a las mismísimas puertas del infierno.

Luna Progresada en la Casa 8
Es extraordinaria la frecuencia con la que estas progresiones en Casa 7 y Casa 8 coinciden con experiencias relacionales e íntimas de gran importancia y profundidad. Si el final de la Casa 7 simboliza los festejos de una boda, el principio de la Casa 8 nos sugiere lo que ocurre tras las cortinas de la alcoba. Si en Casa 7 los amantes se prometían gozosos ir juntos hasta el fin del mundo, en Casa 8 aparece a menudo el fin del mundo, la realidad de las ataduras, y las consecuencias a las que la pasión nos ha arrastrado. Las progresiones de la Luna nos garantizan la posibilidad de experimentar todas las facetas de la vida a través de sus vaivenes por las Casas del zodiaco, y en Casa 8, este recorrido nos lleva a vivir con extrema intensidad los más complejos, sublimes y desgarradores paisajes emocionales. Los primeros grados de la Casa 8 suelen coincidir con algún tipo de prueba donde uno se empieza a rendir ante la evidencia de la profundidad de un compromiso, y el grado de dependencia hacia el cual uno ha llegado en relación con otros. El comienzo de Escorpio puede coincidir con una relación sexual de gran profundidad. O con situaciones que ponen a prueba un compromiso. También se puede dar la muerte -o el nacimiento- de un ser querido, o el enfrentamiento directo con unas fuerzas hostiles. Sean estas interiores o exteriores. Una gran capacidad de lucha, de aguante, y una tremenda resistencia ante la adversidad es lo que se puede desarrollar en estos primeros grados. Aquí nos vemos mordiendo un hueso que no estamos dispuestos a soltar. Como si la vida dependiera de ello, uno puede verse involucrado en situaciones que ponen a prueba la solidez, o la validez de unos vínculos, y también aquí veremos cómo desde lo más profundo de las tripas sentimos lo que siente el que tiene miedo a perder. Es precisamente ese aferrarse por miedo a perder aquello que uno cree necesitar para sobrevivir, lo que lleva en los grados centrales de la Casa 8 a un cambio sutil de paisaje. Lo que en un principio parecía decisión voluntaria, ahora vemos como se torna en inercia sistematizada. Para aquel que esté involucrado en asuntos financieros, o de investigación, estas fases pueden ser tremendamente fructíferas. Uno va adquiriendo sangre fría, y profundidad de miras, lo que puede llevar a pensar que uno controla sus emociones, pero aquí el peligro consiste en verse en realidad bajo el control de sus propias motivaciones ocultas. Aquí las situaciones pueden convertirse en auténticas ollas a presión, a punto de estallar. Naturalmente, el desenlace aparece en los últimos grados de la Casa 8. Esta zona de la Casa 8, es uno de los lugares más conmovedores de todo el zodiaco. Es un paisaje tormentoso, donde el individuo puede sentirse abandonado y a la deriva. Son muy comunes las posturas vindicativas, o de agresión pasiva. Disfrazado de justificaciones victimistas, uno está huyendo de algo que a uno le persigue desde hace tiempo. El fracaso de una relación, el cierre de un negocio, una pérdida importante, una traición, sea esta real o imaginaria, arrastrará en los últimos grados hacia una crisis ineludible. Es una zona un tanto "poltergeist". Los fantasmas, los miedos, la manipulación emocional, se exacerban en este lugar, y adquieren proporciones algo paranoicas y a veces aterradoras. Sea cual sea el caso, la lección es tan fácil de entender, como difícil de ejecutar. Toca, simbólicamente morir. Y cuanto más se aferre uno -desde el miedo a perder- a lo que ya no le pertenece, más posibilidades tenemos de desperdiciar la sublime oportunidad de la Casa 9. Sin esa lección aprendida, la Casa 9 se convertirá en el iracundo juez que dictamina sentencia contra los malvados, mientras pierde su propio rumbo moral. Los viajes, como se suele decir, son la medicina del alma. ¿No habrá por lo tanto muchísimo por celebrar en Casa 9? La Casa 9 simboliza los viajes, y la luz al final del túnel, pero para salir del túnel, uno tendrá primero que despojarse de algo a lo que uno se ha aferrado. "Los pájaros perdidos" de Rabindranath Tagore, son la lectura que recomiendo  a cualquiera que esté, o haya alguna vez estado o tenga algún planeta en este último tramo de la Casa 8. Se suele asociar a Escorpio y la Casa 8 con la muerte y el renacimiento, y no sin razón, ya que solo aquel que ha visto de cerca el rostro de la muerte comprenderá cuan valiosa es la vida. Nunca más discurrirán los días vacíos, nunca más un plato de comida caliente pasará por su mesa sin inspirarle una intima y sencilla plegaria de agradecimiento. Si desde la Casa 7, el individuo empieza su iniciación hacia una apertura de conciencia diferente, donde son las fuerzas de lo colectivo que cada vez predominan más sobre la fuerza de lo individual, la posterior toma de conciencia escorpiónica es tan rotunda como desgarradora. Nada es para siempre. Ni somos dueños de nuestros sentimientos. La vida no nos pertenece, nosotros pertenecemos a la vida. ¿Para qué aferrarme tanto a lo que en realidad nunca fue mío? Al aceptar la mortalidad, paradójicamente uno se abre a la posibilidad, y a la esperanza, de percibir destellos de la inmortalidad, es decir, de aquello que sobrevive, perdura, y siempre más allá se reencarna.

Luna Progresada en la Casa 9
Con la Luna Progresada en la Casa anterior de Escorpio, a menudo nos encontramos con situaciones dolorosas, u obsesivas. Uno puede estar luchando para dejar algo atrás. Cuando la Luna Progresada entra en la Casa 9, a menudo esto coincide con una posibilidad de liberación. Con la progresión en Casa 9, encontramos que el individuo, luchando por liberarse de algo que en Casa 8 le torturaba, cree encontrar la luz al final del túnel. Puede ser que las experiencias de la Casa 8 acaben por ir destilando una nueva filosofía de vida. Un viaje al extranjero, embarcarse en nuevos estudios, ilusionarse de nuevo por la vida, encontrar algo por lo que vale la pena luchar, esto es lo que suele ocurrir en los primeros grados de esta Casa, y aquí, lo importante, es dejarse llevar por ese nuevo impulso, y tener fe en sí mismo y en el futuro, dejando atrás rencores y rencillas. Pero tengo que confesar, que he visto a menudo como el proceso se desvirtúa rápidamente. Uno puede, en los primeros grados de la Casa 9, introducirse inconscientemente en algún tipo de estado psicológico que implica un sutil mecanismo de defensa basado en huir de la realidad. Desde la simple amnesia, de aquel que ha decidido sencillamente bloquear el flujo emocional, hasta el fanatismo del justiciero que pretende imponerse a los infieles para reequilibrar la balanza y se encierra en un individualismo feroz, o quizás también aquel que adopta una actitud festiva y una sospechosa apariencia de euforia algo parece quedar suspendido en un ingrávido vacío. Es posible que este proceso sea necesario, y saludable. Pero solamente si es algo temporal. Según la Luna va penetrando hacia el interior de la Casa 9, y la dirección del nuevo impulso va definiéndose, será importante ir aterrizando, y no hay nada mejor para ello que buscar algo que permita estabilizar el nuevo impulso en una dirección concreta. Toda hoguera necesita leña, y toda idea o proyecto necesita un esfuerzo continuado y medios para sacarlo adelante. El problema sin embargo durante esta parte central del periplo lunar, es que uno puede fácilmente aferrarse a unas formas, a unas creencias, o a la idolatría de unos símbolos de Status, sean sociales, económicos o espirituales, fijándose alrededor de la necesidad demostrar que uno está a la altura de las altas expectativas que uno puede haberse creado. Esto puede mostrarnos quizás hasta que punto uno no ha logrado sanar las heridas de la Casa 8, y está aún tratando de llamar la atención para sentirse valorado, o para que el entorno le de la razón. Y es precisamente aquí que uno tiene la posibilidad de comprender cuán importante es manifestar realmente sus aspiraciones a través de las formas, en vez de idealizar el objeto de su deseo. Los ideales son solo castillos en el aire si no se integran como parte de autenticas escalas de valores personales. En estos grados centrales de esta Casa, uno tiene la posibilidad de escoger, realmente, y de hacer suya, la dirección de su propia vida. La promesa de la Casa 9 de una vida plena es solo realizable si uno está dispuesto a pagar su precio. Y esto quiere decir hacer las paces con -en vez de juzgar- la naturaleza de su propia encarnación, y lo irracional de los instintos. Cuando esto ocurre, algo totalmente nuevo sucede a nuestro alrededor. De pronto, veremos cómo desde el entorno todos giran la mirada, porque lo que están viendo, es alguien que ha sabido incorporar la lección. Su ejemplo, es el faro que iluminará el camino a otros. Aquí aparece realmente el guía, el comunicador, el maestro. O también los compañeros de viaje. En el caso contrario, y en los últimos grados de la Casa 9 se puede producir una tremenda agitación nerviosa, mientras uno continua gesticulando para tratar de que le sigan, y obtener una atención, que sin embargo uno no obtiene. Puede ser este un momento de tremenda desorientación, porque aquí uno puede sentir que en el fondo, ha perdido su verdad y su rumbo. Todo fin de una Casa Mutable implica un cambio drástico de dirección. Acercarse a la Casa 10 implica una toma de responsabilidad, o la encarnación de un ideal, y quizás al final de la Casa 9 aparece la voz del maestro, que indica la dirección correcta. Esa voz puede venir de dentro o puede aparecer desde el entorno, al abrirse uno a recibir la información. En los últimos grados de la Casa 9, y justo antes de que la Luna entre por fin en la madurez de la Casa 10, y tenga su enfrentamiento con la realidad, uno se abre a la posibilidad de encontrarse cara a cara con su verdad. Es decir, diferenciar entre el genuino mensaje de su alma, y los sueños infantiles, las falsas expectativas y las mentiras que uno ha cultivado en su fuero interno. Ese es el camino hacia la libertad. Una vez tomado conciencia de esto, en Casa 10 uno tiene dos opciones: Perpetuarse en la caverna como un guardián más haciendo como que uno no ve, o restablecer orden en casa. Desde la Casa 7 hasta el final de la Casa 9, uno puede haber centrado su atención alrededor del otro, pero al llegar al último cuadrante del zodiaco, la atención se debe girar en una dirección diferente. Toca reconsolidar su papel en el mundo, desde el resultado de todo lo aprendido. En Casa 10, podrá uno hacerse verdaderamente responsable de su vida, y no habrá más límite que el tiempo que a uno le queda por vivir para ir desenmascarándose.

Luna Progresada en la Casa 10 
Capricornio y la Casa 10 simboliza las estructuras y la organización del poder y de la autoridad. Poder político, económico, empresarial y familiar. Al entrar la Luna Progresada en la Casa 10, el peregrino empieza a regresar a casa. Capricornio implica un choque con la realidad, donde uno tiene que empezar a reconocer unos límites. Sea a través de circunstancias externas o debido a una toma de conciencia personal, uno se encuentra en la necesidad de decir: ¡Ya basta!, hasta aquí puedo llegar. De hecho, parece como si uno tuviese momentáneamente que volver atrás. El grado de frustración que experimentamos en este momento puede ser directamente proporcional al grado de irrealidad que uno ha podido alimentar durante el pasaje de la Luna en la anterior Casa 9. El choque con la realidad de los primeros grados de esta Casa, en el caso de aparecer impuestos por las circunstancias en forma de deudas, compromisos u obligaciones ante los que uno ya no puede escapar, podrían ser el resultado de haber vivido por encima de sus posibilidades, o esperando que algo mágico ocurra que le saque a uno las castañas del fuego. Esos son los excesos de la la Casa 9 a los que en la Casa 10 pondrá límites, porque llegó la hora de rendir cuentas. Cuando el individuo alcanza a través de su Luna Progresada la Casa 10, de un modo u otro se tiene que hacer la siguiente pregunta: ¿Hasta qué punto he realmente conseguido encarnar en mi mismo los ideales que me inspiran? Esta pregunta es la que alcanza de lleno el corazón. Y una vez hecha, algo empieza a tomar forma en las profundidades de la naturaleza de uno. Para aquellos que han dirigido la flecha de su aspiración en la dirección adecuada, y que se involucran con su disciplina, este puede ser un momento absolutamente extraordinario. Puede ser que uno tenga que aislarse durante un tiempo para visitar los paisajes montañosos, desolados y solitarios de su alma, porque hay que poner en tela de juicio los conceptos que de la realidad llevamos anclados en la memoria, heredados del pasado. Pero es también ese lugar desde donde surge la conciencia de su propia unicidad. Los primeros grados de la Casa 10 parece que obligan a revisar el pasado, hacerse cargo de su responsabilidad, y perdonar. Es decir, dejar de culpar al mundo, por lo que uno ha hecho de su propia vida. Al avanzar la Luna por los grados centrales de la Casa 10, y habiendo uno efectuado ese proceso de introspección y toma de responsabilidad, una oportunidad de oro se presenta para realmente avanzar en el proceso de individuación representado por la Casa 10. Al tomar las riendas de su propio destino, automáticamente uno recupera la dignidad, el centro, el poder y la autoridad sobre sí mismo. Uno recupera la autonomía. La soledad deja de ser una carga, sino una elección libre. Se ha perdonado el pasado. El individuo que logra integrar su soledad, descubre aquí un fuego interno, pues incluso en soledad, su corazón late con amor. La soledad deja de ser ausencia, y se convierte en plenitud. El presente es lo que cuenta. Aquí uno puede tomar decisiones importantes que tendrán efectos a largo plazo porque están basadas en una profunda reflexión. Sin embargo, si el individuo cuya Luna Progresada atraviesa los grados centrales de la Casa 10 no alcanza suficientemente ese grado de madurez y de reconocimiento interior, se encerrará cristalizándose en una dureza de espíritu, sustituyendo la dignidad perdida con actitudes de autoritaria arrogancia, desde donde y para incrustarse en la cima, castra y reprime cualquier atisbo de grandeza que ve en aquellos a los que quiere perpetuar como pequeños, para el mismo perpetuarse como grande. Entablando luchas por el poder tratando de dominar al grupo, o de imponer su influencia, corriendo el peligro de cristalizar su corazón. Ese es el aspecto más negativamente saturnino, y que esconde una negativa personal a reconocer sus propios límites y defectos. Cuando la Luna Progresada se acerca al final de su periplo de la Casa 10, vemos cuales son los frutos del esfuerzo. La dedicación continuada en la consecución de un objetivo concreto puede llevar aquí al perfeccionamiento de una técnica, o al reconocimiento de unos límites que no permiten dejar avanzar. El poder, el control o la eficacia en el trabajo o la profesión acaban produciendo desgaste si los esfuerzos solo fructifican en una estructura a la que uno acaba igualmente sometido. Uno quizás se encuentre cuestionando la utilidad de sus esfuerzos. En los últimos grados de la Casa 10, una insatisfacción suele producirse, sea porque uno acaba atado a la servidumbre de las obligaciones en la resignación, temiendo perder lo que ha conseguido, cristalizando su vida alrededor de lo meramente práctico y utilitario o, porque aun habiendo logrado encarnar a través de la disciplina y la constancia, la máxima expresión, o la perfección, o la eficacia sistemática del orden, uno se puede haber quedado aislado, solo, o finalmente empobrecido incluso en medio de todas las riquezas y éxitos del mundo. La naturaleza del poder y del estatus lleva a quien lo ha alcanzado, a querer perpetuarse en él. Esa es la dimensión política y económica de esta Casa, que se traduce en las estructuras de gobierno, y el poder del dinero y la influencia como medio para encaramarse en las altas esferas desde donde se toman las decisiones que afectan al pueblo llano, esos millones de personas que pululan en sus pequeños quehaceres. El aislamiento del poderoso le lleva irremediablemente a una desconexión emocional con una realidad de la que se ha enajenado. Nuevamente aquí aparece la lección de la Casa 10; el reconocimiento de los límites. Al final, como al principio uno tiene que decir: ¡Ya basta!, hasta aquí puedo llegar. Porque sean cuales sean las alturas que uno alcance, por sí solo, con su propio esfuerzo, al final lo que cuenta siempre es compartir. La 10 es la Casa más elevada del zodiaco. A menudo, al alcanzar las más altas metas de su aspiración, a uno solo le queda volver a bajar. Y ahí comienza la odisea de aquel, que ha de comenzar a descender de sus solitarios montes para volver a buscar a sus prójimos en la Casa 11.

Luna Progresada en la Casa 11
Es curioso constatar que el pasaje de la Luna Progresada de la Casa 10 a la Casa 11 solo en raras ocasiones coincide con cambios realmente significativos. Lo que solemos ver es como los moldes en los que uno se cristaliza en la Casa 10, al llegar a la Casa 11 se convierten en automatismos e inercias. La Casa 11 se identifica externamente con el cambio mientras internamente ha quedado ligado en las inercias del pasado. Ambas Casas se asemejan en muchas cosas como bien muestra la regencia compartida de Saturno en ambas moradas. Si bien es cierto que hay una agitada inquietud por cambiar las cosas, en la Casa 11 lo que solemos tener que aprender es que las cosas no cambian un ápice si no se produce algún tipo de drástica alteración de la conciencia. La Casa 11 es la Casa opuesta a la Casa 5, y quizás eso refleja hasta qué punto puede llegar a alejarse de los irracionales instintos del corazón en su tentativa de convertir su universo personal y a sí mismo, en una perfecta replica de la imagen de perfección, de evolución y de progreso, que tan a menudo establece como estándar o centro alrededor del cual todos los demás deberían girar. La Casa 11 denota una tremenda dificultad para cambiar de dirección una vez que su mente se ha fijado alrededor de una inercia particular. Sea una convicción política, una rama de la ciencia, una aparente necesidad de cambiar de peinado cada 15 días, o una fijación obsesiva por una relación destructiva. La inercia en la cual la mente del occidental ha quedado atrapada tiene que ver con la imposibilidad de concebir ninguna otra forma de gestión, de gobierno y de vida, que no sea una perpetuación de los moldes del pasado, además de nuestro empecinamiento en la creencia en la capacidad de raciocinio de los que mandan. Creo sinceramente que dentro de unos años veremos un nuevo Tribunal de Núremberg, donde los verdaderos criminales que aún hoy en día se mantienen agarrados como garrapatas a las estructuras de poder, y hacia quienes nuestras mediocres clases políticas se bajan sistemáticamente la bragueta, serán juzgados, desposeídos y encarcelados. Esto será de desear. Pero no estoy del todo seguro de la capacidad de los que vendrán después, precisamente por la insidiosa tendencia colectiva uraniana de destrozarlo todo para luego acabar reproduciendo la misma historia una vez más. Urano es el planeta regente de Acuario y la Casa 11. La expresión; estar loco como una regadera, le pega bien al aguador. Urano está ahora en Tauro y nos está mostrando la realidad del mundo en plena cara. Y la realidad es que estamos todos como cabras. Esa es la toma de conciencia uraniana. La comprensión de que yo está loco, y si aquí todos somos uno, entonces todos estamos locos. Y si fuese verdad eso de que estamos hechos a imagen y semejanza del creador debe estar como una regadera. Esa es la paradoja de la Casa 11. Que el camino de la cordura exige hacerse consciente de la locura. ¿De qué otra cosa nos habla la astrología si no? Somos como el zodiaco, un círculo de animales. Después de este natural desvío por los paisajes colectivos de la Casa 11, resumamos lo que ocurre cuando nuestra Luna Progresada atraviesa este sector. La Casa 11 suele entrar en acción cuando hemos alcanzado nuestra máxima capacidad de dominio en la Casa 10, pero vemos que no podemos ir más allá en la vida si no empezamos a vincularnos con otros con quienes compartimos opiniones, gustos y aspiraciones. Toca formar redes. He visto, y esto es muy curioso, una alta proporción de mujeres que habían contraído matrimonio con la Luna en los primeros grados esta Casa. De estas uniones, y esto es más curioso aún, muchas eran del tipo en el que la novia se ve arrastrada al altar sin en realidad estar muy segura de querer hacer eso. Aquí las redes se manifiestan en forma de ataduras. En los mejores casos, las asociaciones que se crean, o los proyectos nuevos que se emprenden en este momento son de carácter innovador y nos unen en la amistad con personas afines, pero hay una curiosa dosis de ingenuidad, como si uno se dejara llevar por una imagen idealizada de aquello que uno pretende conseguir en el futuro. En todo caso, parece que esta progresión puede sacarnos del cascarón y la rutina en la que uno puede acabar encerrándose en la Casa 10. Puede haber una repentina notoriedad y popularidad, como si uno encontrara que la sociedad le reconoce a uno como una persona válida, con su lugar en el mundo y en las vidas ajenas. El pasaje de la Luna acercándose en la Casa 11 parece coincidir con un compromiso cada vez mas firme y profundo con aquello alrededor de lo cual uno ha fijado sus expectativas de futuro, pero igualmente en este periodo central del periplo Lunar es posible que se vayan también exacerbando las contradicciones internas, o el contraste entre lo que uno piensa que debería ser, o sentir, y lo que a lo mejor en el fondo uno siente o es. En los casos en los que este pasaje coincida con algún trabajo que requiere técnica, inteligencia e investigación, este lugar es ideal, porque la concentración mental y el compromiso con la búsqueda serán totales en este momento. Pero igualmente puede ser un periodo difícil, porque si lo que uno está viviendo en este momento no corresponde con lo que desde el corazón uno desea realmente estar haciendo, el pasaje de la Luna Progresada por los grados centrales de la Casa 11 puede simbolizar una alienación de sí mismo cada vez más pronunciada. Esta estrecha relación entre la Casa 11 y la neurosis, o la genialidad, alcanza el paroxismo en el último tercio de esta Casa. Este es un lugar de una altísima tensión para la Luna Progresada, ya que aquí se abre la posibilidad de conectarse con las verdades universales que subyacen bajo la manifestación de lo visible. Es un lugar de tremenda inspiración, donde uno puede comunicar sus ideas y pensamientos a todos, y esta luminosidad se vuelve contagiosa. La convicción interna se traduce en una gran capacidad de persuasión. El problema es que aquí, como casi en ningún otro lugar del zodiaco, vemos el poder de la mente siendo utilizado para huir de la realidad o para imponer su juicio sobre la realidad. Para aquel que ancla su identidad personal alrededor de sus ideas y opiniones, la tentación será la de ponerse, e imponerse por encima de los demás. En los últimos grados de la Casa 11 uno suele encontrarse viviendo una autentica aventura fascinante pero un poco loca, o descubriendo nuevas perspectivas sobre la vida, o conociendo a personas que por sus conocimientos o posición social provocarán cambios decisivos de orientación en la vida. Al final, será importante mantenerse abierto a lo nuevo, no aferrarse a sus creencias caducas, y comprender que aquí, quien más quien menos, todos estamos zumbados de la cabeza. Podemos acabar -simbólicamente- en un asilo de locos al entrar en la Casa 12, o aprender a navegar desde la razón sobre las caóticas aguas del inconsciente colectivo. Aquí, la Casa 11 le ofrecerá la libertad de escoger. El mayor regalo que la Casa 11 le dará a la Luna Progresada, y el don que esta podrá llevar consigo en el zurrón, es el de la capacidad de quitarse importancia, verse desde fuera, y reírse de la locura de uno y del mundo. Esa es la clave vital para acceder a la sabiduría, y la visión universal de conjunto que une a los seres, por encima de sus peculiaridades egoicas, hacia un objetivo común.

Luna Progresada en la Casa 12
La Casa 12 y Piscis representan lo absoluto. Serlo todo o no ser nada. Su naturaleza es como se podría esperar de una Casa Mutable de Agua: fluida, escurridiza y evasiva, y eso se hace patente en su ambigua actitud hacia cualquier compromiso con la realidad. Sin embargo, y esta es la paradoja, en última instancia la Casa 12 nos muestra que la realidad no es más que un efecto óptico creado por una ilusión pasajera. Entrar en la Casa 12 es como entrar en el país de Alicia, donde nada es como parece, y todo cambia en un instante. Alicia en griego significa Verdad. Nuevamente la paradoja. En el mejor de los casos, la Casa 12 mostrará los más sublimes y conmovedores paisajes del alma, y en su peor faceta será el caos infernal, donde los últimos vestigios de la identidad personal se pierden en los océanos del olvido. En el batir de las olas frente a las orillas del mundo, suspiran las almas que añoran regresar, y lamen la roca y la arena de sus lenguas empapadas en lágrimas. Frente a ellas, encerradas en su frágil envoltorio de carne, las almas de los poetas, los místicos, y los irremediablemente enamorados añoran regresar al vientre profundo del océano, hipnótico recuerdo de un ámbito, donde por un instante eterno Uno fue Nada y simultáneamente lo fue Todo. La 12 es la última Casa del zodiaco. Su símbolo más emblemático es el mar, desde donde se originó la vida y hacia donde van a acabar ahogándose todas las penas del mundo. Piscis es el último mes del invierno, y representa la transición de la vida a nivel embrionario. La eclosión de las semillas bajo tierra que en la Casa 1 brotarán con el nuevo impulso de la primavera. El periodo de gestación del feto en el cual el fruto de la experiencia de todas las encarnaciones pasadas están dando forma a la nueva criatura que ha de nacer. La Casa 12 es el final y el comienzo. La experiencia de la Casa 12 nos conecta con la disolución final de los impulsos del ego individualizado, al sumergirse de nuevo en el océano de lo inconsciente. No es de extrañar que este sea la Casa de las escapatorias, de las adicciones destructivas, de la perdida de la voluntad y del anhelo de reencontrarse con la fuente original indiferenciada de todo lo que existe. Asomarse a la Casa 12 es mirar en un pozo, donde por más que uno busque, nunca encontrará el fondo. En la Casa 12 uno se encuentra o se pierde, o ambas cosas al mismo tiempo. Es por ello que a menudo el individuo fantasea con castillos en altas montañas, o monasterios donde el tiempo se congela en disciplinadas rutinas. Lugares de retiro y edificios en piedra que lo protejan del envite de los mares. En la Casa 12, a veces se hace muy difícil soportar la carga de las realidades cotidianas. Al entrar la Luna Progresada en la Casa 12, uno se encuentra teniendo que reconocer que las altas expectativas e ilusiones que uno había proyectado en la fase anterior, se enfrentan a una realidad que nos afecta a un nivel emocional muy profundo. En la Casa 11 pueden generarse inercias difíciles de frenar, donde uno se ha empecinado en ciertas ideas o líneas de acción, contra viento y marea. En la Casa 12 la Luna Progresada se encuentra paradójicamente frente a una realidad a veces difícil de tragar. Quizás algunas de las circunstancias limitadoras de este momento sean el despertar de la conciencia a las consecuencias de haber estado viviendo desde una cierta excentricidad en la Casa 11. El no querer reconocer un fracaso relativo, y la desilusión que ello implica, puede llevarnos a la resignación, o a buscar vías de huida de ciertas responsabilidades, o a culpar al cruel destino. Tener que soportar la carga de obligaciones, en soledad, o responsabilizarse de las consecuencias de decisiones pasadas, son la nota fundamental de los primeros meses de esta progresión lunar. A veces, veremos a una persona mayor en posición de autoridad actuando como benefactor, ofreciendo su apoyo. Por otro lado, si en la Casa 11 uno ha logrado involucrarse en el colectivo de una manera satisfactoria, en la Casa 12 empezaremos a ver como el campo de influencia personal empieza a extenderse más allá de las fronteras del universo circundante inmediato a su persona. Uno puede estar quizás comenzando a ser el catalizador de profundas transformaciones a su alrededor. En la medida que uno se acerca a los grados centrales de la Casa 12, la tonalidad empieza a transformarse. Se empieza quizás a aceptar la rutina que la nueva situación exige, y en ello, comienza también a vislumbrar nuevas posibilidades, aunque las circunstancias continúen siendo tales que la voluntad personal siga estando a la merced de estas rutinas. Sin embargo, y a nivel mental, puede que de manera repentina o insospechada, nuevas fuentes de información se hagan accesibles, o nuevas amistades y relaciones aparezcan en la vida, que nos aportan claves importantes que le permiten a uno compartir con otros, las sutiles visiones que van formándose en el espíritu. Lo importante, durante la fase central del ciclo -que es un poco caótico- es estar dispuesto a reformar las propias estructuras de pensamiento, y abrirse a conceptos nuevos sobre la naturaleza de la existencia. La resistencia a estos procesos desencadenaría una cristalización cada vez mayor de la personalidad en las posturas victimistas, mientras uno se aferra a sus razones. La intensa actividad psíquica de esta fase alcanzará, durante el último tercio de la Casa 12 sus características más marcadas. Más valdrá aprender a navegar. Hacia el final de la Casa 12, puede ser que se haga inevitable tener que realizar algún tipo de sacrificio. En esta última fase caótica donde la emotividad adquiere connotaciones casi incontrolables, que pueden resultar muy peligrosas para el equilibrio general de la personalidad, llegando hasta el punto de perder el timón, en cuyo caso las cascadas de acontecimientos pueden arrastrarlo a uno hacia algún tipo de abismo, frente al que no pueda resistir. Sin embargo, para aquel que interiormente ya ha decidido que va a sobrevivir, estos últimos grados, o meses de progresión lunar pueden traer experiencias realmente mágicas. Al sentir que, abriéndose de par en par a lo que la vida quiera traerle, el mundo le devuelve la mirada con la más poética y desgarradora generosidad. En cualquier caso, el último grado de la Casa 12 es el lugar de todos los finales y todos los comienzos. Solo en los casos en que la amargura es el residuo destilado de toda la fase, la siguiente fase en la Casa 1 estará marcada o condicionada por un sentimiento de revancha y un egocentrismo feroz. De ahí la importancia del perdón, de perdonar y perdonarse, para evitar así volver a reproducir una vez más las pautas del pasado que la Casa 12 recomienda disolver en el océano de la redención.

El Ciclo de la Luna y del Sol Progresados

Cada mes una Luna Nueva invisible indica la posibilidad de iniciar algo nuevo y, mientras el ciclo progresa y la Luna crece, podemos aprender, crecer y dedicar tiempo a experimentar. Durante la segunda mitad del ciclo, después de la Luna Llena, es la ocasión de recoger lo que hemos sembrado, reflexionar y finalmente darnos cuenta de lo que concebimos en un comienzo. El Sol y la Luna progresados representan la misma danza cada treinta años, tiempo que depende por completo de nuestra Carta Natal personal. Cuando la Luna Progresada (que se mueve aproximadamente entre 12 a 15 grados por año) se une al Sol progresado (que viaja a 1 grado por año), cada uno de nosotros experimentamos de forma individual una Luna Nueva Progresada por un periodo de tres años y medio. Para la gente nacida durante un Cuarto Menguante o fase Balsámica, es decir hacia el final del ciclo lunar mensual, esto suele suceder a edades tempranas; para aquellos nacidos durante la Luna Nueva o el Cuarto Creciente, por otro lado, suele llegar hacia la mitad o al final de la veintena. De este modo, el ciclo progresado de la Luna late lenta pero profundamente a un ritmo significativo en nuestras vidas, el cual podemos ignorar con facilidad pero que en realidad puede colocar los lentos tránsitos de Plutón en un contexto más amplio. Por lo tanto, es preferible, prestar atención a cualquier fase de la Luna progresada en la que nos encontremos y armonizar con ella. Mientras lee este artículo el lector se dará cuenta de que, aunque muchas de mis observaciones no resultan tan diferentes de aquellas escritas con anterioridad sobre el tema, yo utilizo un marco diferente al establecer una relación entre las fases lunares, las Casas y los Signos. La mayoría de los astrólogos asumen que la Conjunción (y por tanto la Luna Nueva) se relaciona con el 0° Aries y derivan el resto de aspectos y fases lunares a partir de dicho punto (Ej. El Cuarto Creciente se correspondería a Cáncer, el Quincuncio a Virgo), yo creo firmemente que  la Conjunción y el comienzo del ciclo debería compararse con el Imum Coeli, el comienzo de la Casa 4. Aries y el Ascendente representan el amanecer, el comienzo de la primavera (al menos en el hemisferio Norte), una ruptura radical con el pasado y, por supuesto el momento del nacimiento. Pero el nacimiento, sin embargo representando un comienzo, es tan sólo la continuación de la vida que se puso en marcha en el momento de la concepción. Del mismo modo, la medianoche es el momento en que el viejo día muere y el nuevo día nace. A menudo el Imum Coeli y la Casa 4 representan el final de la vida; el final de un ciclo implica también el comienzo de una nueva vida. Estoy convencida de que la teoría "Conjunción = 0° Aries" necesita ser revisada. Si mis conclusiones no contradicen a las de otros autores, creo que se debe a que muy pocos han aplicado esta teoría de forma consistente. La mayoría, de hecho, han confiado en sus propias observaciones y en su experiencia y yo haré lo mismo, porque no creo que el significado de las fases lunares pueda ser reducido totalmente a las interpretaciones tradicionales de las Casas. Sin embargo, creo que estableciendo el comienzo del ciclo en el Imum Coeli arrojaremos nueva luz sobre el ciclo lunar y es lo que espero explorar en este artículo.

La Luna Nueva Progresada con separación Sol-Luna de 0º a 44º
La Conjunción entre el Sol y la Luna progresados es uno de los puntos cruciales de nuestras vidas, ya que indica tanto el comienzo como el final del ciclo. Nuestra fase de Luna Nueva por lo tanto puede comenzar con un sentimiento de superación de que algo se acabó. Paradójicamente, la Conjunción, al cerrar el círculo, puede representar la separación más evidente con el pasado que el resto de aspectos del ciclo lunar y podemos vernos confrontados con pérdidas y finales. A menudo, es necesario un periodo de luto y reorientación. Puede ser el punto de inflexión en la carrera de una persona, un periodo de obscuridad, desempleo y confusión. El final representado por esta fase del ciclo lunar puede incluso tomar la forma de un logro aún mayor cuyo resultado no sea obvio. Buzz Aldrin se convirtió en el segundo hombre en pisar la Luna pero sufrió de una severa depresión, la cual, sospechamos, tuvo algo que ver con el sentimiento "¿Y ahora qué?". Sin embargo, mientras un ciclo acaba, otro comienza. Podemos comparar la Luna Nueva con la mitad del Invierno, o con los tránsitos al Imum Coeli, el punto más bajo, privado y obscuro de la Carta Astral. La imagen es la de una semilla germinando pero que todavía está oculta en el suelo, o la de un óvulo fertilizado por un espermatozoide, creciendo y dividiéndose mientras la madre aún no sabe que está embarazada. Como muestran estas imágenes, los comienzos durante la fase de Luna Nueva pueden ser pequeños y apenas visibles. Podemos encontrarnos en medio de la oscuridad durante la Luna Nueva Progresada mientras los planes y proyectos o, incluso una nueva identidad, no hayan cristalizado aún. Especialmente para la gente joven, la Luna Nueva Progresada puede significar un periodo de confusión sobre que dirección tomar. Un periodo de ensoñación, en el que muchas cosas pueden suceder, pero sólo una o dos en realidad echarán raíces. Lo más sensato es permitir a los jóvenes con una Luna Nueva Progresada ese periodo de ensoñación y no apresurarles a tomar una u otra dirección. Durante la Luna Nueva nos comportamos como niños. En los mitos y cuentos el joven héroe a menudo comienza su nueva vida en la obscuridad, en lo que podemos llamar la situación de la Casa 4. Él (o ella) pueden ser vulnerables, estar ocultos o aislados del mundo o simplemente sentirse inocentemente confortables en un entorno similar al útero materno. Durante la fase de Luna Nueva, por tanto, nos encontramos en una situación en que resulta útil pensar en nosotros mismos experimentando la niñez de un héroe, independientemente de la edad que tengamos en realidad. Dado que la Luna Nueva Progresada es como un tránsito sobre el Imum Coeli, a menudo esta fase significa que tenemos que mudarnos y echar raíces en otro lugar. La mayoría de las veces, sin embargo, hay un movimiento distinto hacia el hogar. Al retirarnos del mundo, buscamos un lugar seguro en el que hibernar durante la crisis. Podemos hallarnos teniendo que volver a conectar con nuestras propias raíces. Esto a menudo sucede literalmente. Una de mis clientes tuvo que mudarse con su madre después de sufrir una demoledora desilusión en su carrera; otra había pasado la mayor parte de su infancia en el extranjero, cuando durante su Luna Nueva Progresada sus padres fueron repatriados e incluso se mudaron al hogar ancestral. La Luna Nueva Progresada puede significar por tanto, que después de haber viajado lejos y explorado muchas cosas, finalmente volvamos a casa, del mismo modo que nuestros padres lo hicieron, y antes que ellos sus madres. Puede surgir una nueva apreciación de nuestros valores parentales, o podemos descubrir cosas sobre nuestros antecedentes familiares de los que no éramos conscientes con anterioridad. En otro nivel, y quizás el núcleo central, la Luna Nueva Progresada y su tema "regreso al hogar", trata sobre encontrar nuestro punto de gravedad, que se sitúa en la raíz de nuestra personalidad y nuestro ser interior, el núcleo de nuestra existencia. Volvemos a casa, a nosotros mismos. De este modo, podemos descubrir que las búsquedas que hemos abandonado, o pospuesto durante el último ciclo, encuentran un nuevo significado en nuestra vida. Podemos retomar, de nuevo, ese instrumento musical que ha estado cogiendo polvo durante los últimos diez años o decidir acabar esa educación universitaria que habíamos interrumpido por razones imprevistas. Si hemos permanecido atascados en nuestros sueños durante mucho tiempo, la Luna Nueva Progresada puede indicar el momento de movernos en un nivel más elevado y encontrar la reafirmación de quiénes somos y cuál es nuestra esencia. El viejo tema adquiere una nueva dimensión, a menudo en forma de un nuevo reto en la carrera profesional. He comparado la Luna Nueva con un tránsito sobre el Imum Coeli, y cuando esto sucede, el Medio Cielo se activa también. La Luna Nueva Progresada puede significar por tanto que nuestra situación en la vida ha cambiado. Podemos seguir con lo que hemos estado haciendo hasta el momento, pero en lugar de jugar para la liga local, en este momento jugamos en una liga mayor, y sin darnos cuenta las reglas del juego han cambiado.

La Luna Creciente Progresada con separación Sol-Luna de 45º a 89º
Si el ciclo comienza en el Imum Coeli, al comienzo de la fase Creciente, nos encontramos a medio camino, por esa parte del ciclo que corresponde a la Casa 5. La 5 es la Casa del Sol, y en esta Casa nos expresamos tal y como somos de manera que sentimos y nos convertimos en individuos únicos. En los mitos este es el momento en que el hijo de una virgen se ve incitado a buscar a su padre, mientras en los cuentos de hadas los héroes suelen ir en busca de manzanas doradas o elixires de la juventud, todos ellos símbolos de la energía solar. Y de este modo el héroe decide abandonar el hogar en busca de fama y fortuna, embarcándose en la misión de la búsqueda interior. Del mismo modo, durante la fase Creciente, debemos tomar riesgos para crear nuestra propia historia, y hacer que la pelota ruede. Debemos abandonar el hogar, ir a la escuela, empezar a relacionarnos o traer un hijo al mundo. A veces las circunstancias pueden forzarnos a entrar en acción cuando hubiéramos preferido permanecer pasivos pero el nuevo ciclo debe comenzar y debemos hacernos cargo de la situación. Por tanto si la fase Creciente sigue al periodo de la Luna Nueva de sueños, desorientación y de holgazanear, la mitad de la Cuadratura nos insta a hacer algo. El reto aquí es ponerse en movimiento, aun cuando la dirección y la meta no estén muy claras. Durante esta etapa podemos decidir tomar un trabajo, el que sea, y adquirir experiencia por nuestra cuenta. Debemos empezar nuestro viaje, incluso si no estamos totalmente seguros de dónde el viaje nos llevará, debemos salir de casa. Si durante la Luna Nueva Progresada sufrimos una depresión, nos quedamos sin trabajo, nos encontramos en un periodo de obscuridad o somos hospitalizados, este puede ser el momento oportuno de resurgir. Si durante la Luna Nueva Progresada redescubrimos un viejo sueño, ahora debemos dar los primeros pasos para hacer realidad ese sueño y quizá empezar a tomar clases de música o clases de administración de empresas. Después del Sextil progresado nos encontramos en esa parte del ciclo que corresponde a la Casa 6 y debemos descubrir que para hacer realidad nuestros sueños tenemos que trabajar duro. Dado que inevitablemente somos nuevos en lo que hacemos durante la fase Creciente, este periodo está caracterizado por una línea de crecimiento ascendente; tenemos que aprender a convivir con una nueva pareja, hacer de padres con unos hijos recién nacidos o desempeñarnos en un nuevo trabajo. En los cuentos populares esta parte de la fase Creciente corresponde con el momento en que se pide al héroe o heroína que preste un servicio, quizá liberando un animal atrapado o ayudando a una mujer anciana. A veces nuestros protagonistas deben pasar por un periodo de aprendizaje. Nos encontramos en la Casa 6; debemos trabajar y aprender, adaptarnos y ponernos a prueba. Algunos héroes conocen en este momento a sus mentores que los prepararán para su carrera heroica; es el momento en que el Rey Arturo conoce a Merlín, o Jasón y Aquiles pasan tiempo con Quirón. La moraleja de los cuentos en toda su diversidad es siempre la misma. Si el héroe resulta de ayuda, es diligente y lo suficientemente atento, sus esfuerzos no serán en vano, y él mismo recibirá ayuda, consejo o quizá un amuleto mágico o una espada que le protegerá en las aventuras que le esperan. Sería sensato aceptar en esta etapa la ayuda y la guía ya que podemos adquirir habilidades y experiencias que nos sitúen en una posición de ventaja más adelante. Y necesitamos apoyo, ya que durante la fase Creciente, somos jóvenes y no tenemos experiencia en este ciclo. En esta etapa podemos desear formar parte del colectivo, gente con prácticamente nuestras mismas ideas y aspiraciones. Quizá necesitemos del apoyo de un profesor, o de un compañero con mayor experiencia que nos enseñe los engranajes de lo que tratamos de aprender, o mantener los valores parentales mientras tratamos de educar a nuestro niño interior. Es un periodo para tener la mente abierta, ilusionados por experimentar, aprender, adaptarnos y aplazar el juicio personal. Sería sensato prestar atención a nuestra necesidad de estructura y seguridad para proteger lo nuevo. De hecho, debemos crear un entorno seguro y de aprendizaje para nosotros mismos. No es una buena idea pararse a reflexionar en este momento, evaluar o analizar nuestras dudas internas ya que no disponemos de la suficiente perspectiva para darnos cuenta de lo válidas que son nuestras experiencias o dónde nos llevarán. Sin embargo, si las circunstancias son las ideales, podemos hacer sorprendentes progresos durante estos años y alcanzar el éxito.

La Luna Cuarto Creciente Progresada con separación Sol-Luna de 90º a 134º
Durante la fase Creciente salimos del huevo y -apoyados por nuestros padres- experimentamos un rápido crecimiento y adquirimos plumas. Por un momento probamos a mover las alas, flexionando nuestros músculos de vuelo, preparándonos para despegar. Ahora, en el Cuarto Creciente es el momento de volar. Independientemente de nuestra edad o circunstancias, el Cuarto Creciente trae consigo una ruptura con el pasado, el corte del cordón umbilical y una mayor independencia. Cuando llega esta fase, podemos desear dar la espalda a lo que resultaba un entorno familiar pero también restrictivo y experimentar pruebas de fuerza, coraje y juicio. Si miramos al diagrama podemos ver por qué esto es así y qué otros temas podemos experimentar durante el Cuarto Creciente. Si comparamos la Luna Nueva Progresada con los tránsitos o progresiones sobre el Imum Coeli, entonces el Cuarto Creciente Progresado es similar a los planetas que cruzan el Descendente. Todos los ciclos pueden ser representados mediante una onda y según mi punto de vista, el diagrama muestra el ciclo lunar -así como del resto de ciclos planetarios- relacionados con los cuatro ángulos de la Carta Astral. El punto más bajo y amorfo de la onda y también de la Carta es el Imum Coeli, el punto de medianoche, la semilla proverbial, invisible, oculta en el suelo o en el útero. Siguiendo el cliclo, a la Luna Nueva, le sigue la fase Creciente del ciclo; la onda sube y alcanza su zenit o apoteosis en el punto de mediodía; el Medio Cielo, el punto más elevado de la Carta Astral. Le sigue la parte menguante del ciclo: la onda desciende. Entre la Luna Nueva y la Luna Llena, a mitad de camino de subida, alcanzamos la unión crítica mientras cruzamos el eje Ascendente-Descendente. En este punto abandonamos la esfera inferior de lo privado y entramos en el terreno público del hemisferio superior. Si hemos recibido apoyo, aun respetando ciertas tradiciones nos sentimos preparados para tomar nuestras propias decisiones, formular nuestras propias filosofías, o decidir nuestros propios métodos. Nos sentimos preparados para iniciar nuestros negocios o, si ya tenemos trabajo, tomar un nuevo desafío y explorar un nuevo mercado o lanzar un nuevo producto. Si hemos estado escribiendo un libro, el Cuarto Creciente es un momento apropiado para enviar el manuscrito a los editores. Independientemente de lo que ocurra, está claro que durante el Cuarto Creciente tenemos que hacer frente a la competición y el juicio de otros y no hay duda de que para la mayoría de nosotros Bajo estas circunstancias es natural echar mano de amigos y aliados para no enfrentar al enemigo solos. Si tratamos de manejar la situación sin el apoyo de los padres o figuras parentales nuestros colegas se vuelven más importantes. Durante el Cuarto Creciente necesitamos asociarnos con espíritus gemelos, unirnos a clubes o encontrar compañeros que nos ayuden a lo largo del rito. Desde este punto de vista también observamos cómo a lo largo del tiempo independizarse ha sido -especialmente para las mujeres- sinónimo de casarse; la esposa en muchos sentidos reemplaza al progenitor del sexo opuesto. Las bodas son un evento muy común durante el Cuarto Creciente. Sin embargo, ya que la tendencia del Cuarto Creciente es la de romper con el pasado para ganar independencia, los divorcios son tan comunes como las bodas durante esta fase. Por supuesto, lo uno no excluye necesariamente lo otro. Si todavía somos muy jóvenes para casarnos, alguien significativo puede aparecer en nuestra vida, en la forma de un hermano cuyo nacimiento pueda significar tanto compañía como nuevas responsabilidades y competir por la atención de la madre. Y dado que la Casa 7 rige tanto los enemigos como los compañeros, nuestro Cuarto Creciente Progresado también significa hacer frente al bullying en el colegio o en el trabajo. Habiendo dejado la casa para iniciar nuestro viaje heroico, cruzamos las fronteras de lo que nos resulta seguro y familiar y entramos en un terreno extraño y peligroso donde tenemos que hacer frente "al otro" y en el que muchas esperanzas o miedos pueden ser proyectados. La fase de Cuarto Creciente significa tener que ocuparnos de asuntos relacionados con las Casas 7 y 8. Caperucita Roja se aventura en el bosque y se encuentra con el lobo. ¿Es éste una figura encantadora o un peligro mortal? Los héroes se ven abandonados por sus guías o compañeros y deben hacer frente a los peligros solos. Las princesas se casan con la Bestia o Barba Azul y se encuentran a sí mismas haciendo promesas a un sapo. Los padres se han marchado, y estos personajes ahora deben hacerse sus propios juicios en relación a estas criaturas. Como ya hemos mostrado en ejemplos anteriores, no todos los Cuartos Crecientes Progresados resultan tan dramáticos. Para muchos niños, puede representar sencillamente el siguiente paso hacia la independencia, con la confianza y el estímulo de sus padres. Algunos podemos decidir no lanzarnos, al menos no en este momento. A diferencia del pájaro al borde del nido que volará o morirá, los humanos podemos decidir si estamos o no preparados. En ese caso la Luna Llena Progresada y el Cuarto Menguante nos recordarán finalmente en qué hemos fallado. No obstante, para la mayoría de los que se aproximan al Cuarto Creciente Progresado, es el momento de tomar aire y confiar en nuestras alas.

La Luna Gibosa Progresada con separación Sol-Luna de 135º a 179º
En los años precedentes a la Luna Llena Progresada nuestro mundo se abre a nuevos horizontes. Podemos sorprendernos visitando una gran ciudad o viajando a las montañas por primera vez, o quizá nos adentramos en el mundo de la literatura o alguna forma más elevada de educación; vemos la vida desde otro punto de vista que nos enseña la inmensidad del universo y nos damos cuenta de lo grande que el mundo resulta ahí fuera. Dentro de los treinta grados que nos llevan hacia la Oposición entre el Sol y la Luna Progresados, nos hallamos en la Casa 9 y naturalmente estamos expandiendo nuestros horizontes. En las fábulas y cuentos tradicionales encontramos al héroe que vuela en una alfombra mágica o sobre un pájaro mítico a algún país lejano para completar su misión y, de esta forma, al aproximarnos a la Luna Llena Progresada sentimos la misma clase de excitación. No obstante, en estos lugares lejanos, el héroe puede encontrarse también con gigantes corpulentos y de apetito voraz. Todo crece a lo grande durante la Luna Gibosa, incluidos los problemas y las fuertes emociones. La fase Gibosa comienza de hecho cuando acaba la fase de Cuarto Creciente: en la Casa 8. Idealmente durante el Cuarto Creciente la confrontación con "el otro" nos ha transformado. Podemos haber establecido un lazo con esa otra persona especial de modo que ahora seamos más fuertes y completos que antes. Habiendo hecho frente al reto y descubierto nuestros poderes ocultos, podemos elevar nuestra mirada más alto que antes y sentir la atracción del futuro. Multitud de nuevas posibilidades se nos abren ante los ojos y sentimos que podemos alcanzar las estrellas. Literal o simbólicamente sentimos cómo nuestro niño interior crece; una mujer fuerte con su hijo es una imagen idónea para la Luna Gibosa. Por otro lado, las confrontaciones durante el Cuarto Creciente pueden haber no ido tan bien. Podemos haber sufrido derrotas y traiciones con el resultado de sentirnos traumatizados, frustrados o sin fuerza. Al igual que la mujer de Barba Azul podemos haber encontrado las cabezas sangrantes en la habitación secreta. En este caso nuestra tensión emocional, ansiedad e insatisfacción crecen al tiempo que tratamos de buscar una salida. Mientras la Luna crece, resultará más difícil contener o disimular nuestros sentimientos. Debido a nuestro entusiasmo o creciente malestar tendemos a exagerar las cosas durante esta fase. Sentimos que nos aproximamos a la cresta de la ola, y deseamos invertir nuestro tiempo, dinero y esfuerzo. Sacrificamos horas de sueño, comemos mucha comida rápida, fumamos demasiados cigarrillos, o nos endeudamos cada vez más. Podemos hacernos cargo de una mayor cantidad de trabajo mientras ascendemos peldaños en la empresa y los niños pueden demandar un exceso de libertad. Para algunos de nosotros pueden ser demasiadas cosas de las que encargarse. Durante esta fase de Luna Gibosa Progresada, Salman Rushdie tuvo que esconderse mientras unos enfurecidos fieles religiosos alcanzaban un estado de extrema agitación por sus "Versos Satánicos". Pueden alcanzarse éxitos iniciales durante este periodo, generalmente con la promesa de algo mayor en el futuro. No obstante, puede haber estallidos de impaciencia, ira o frustración, avisos de un volcán activo. Hacia el final de la fase Gibosa, podemos esperar un hijo, una ruptura emocional o un descubrimiento científico, que la Luna Llena sacará a la luz.

La Luna Llena Progresada con separación Sol-Luna de 180º a 224º
En la Luna Llena Progresada alcanzamos el Zenit del ciclo lunar comparable con el punto más alto del horóscopo, el Medio Cielo y la Casa 10. Sencillamente: durante la Luna Llena experimentamos un clímax o un anticlimax. Habiendo alcanzado la Casa de Saturno podemos esperar un logro concreto o un desengaño. Tanto nuestras esperanzas como nuestros miedos pueden materializarse. Si durante la fase Gibosa estábamos embarazados, ahora nuestro bebé ha nacido, sea este un niño real, una producción teatral o una idea nueva. Por tanto, para algunos de nosotros la Luna Llena significa un punto elevado en nuestra vida o carrera; el logro de un sueño. En los cuentos se alcanza la apoteosis cuando las misiones se llevan a término y los fieros dragones son asesinados. La historia del saqueo de Troya es probablemente el mejor ejemplo de tal desenlace. La estatua del caballo gigante cargado de guerreros (Júpiter, Casa 9, fase Gibosa) da lugar a la victoria final de los Griegos, pero también a la muerte y destrucción de los Troyanos. (Saturno, Casa 10). Los poetas griegos, de hecho, relatan que dicho evento tuvo lugar durante una Luna Llena. Nos encontramos en el Medio Cielo y por tanto expuestos al mundo exterior y a la mirada pública. Sin embargo, esto no necesariamente atrae la buena fortuna o el éxito. Un escándalo puede atraer hacia nosotros la atención no deseada. Podemos hacer frente a las inevitables consecuencias de los excesos durante la fase Gibosa y sufrir de quemaduras y ataques al corazón. Nuestra imprudencia puede dar lugar a un choque o a un accidente, llevándonos a un punto muerto. Sentimos que hemos llegado al límite de nuestra resistencia y huimos de una situación insostenible o simplemente no obtenemos el premio de promoción que habíamos estado esperando, no porque no seamos dignos de él, sino porque no hay suficiente espacio en la cima y a menudo sólo puede haber un ganador. Éxito o fracaso, la Luna Llena siempre trae consigo una liberación de energía, mientras experimentamos el alivio de un resultado definido. Debemos darnos cuenta de nuestras propias limitaciones y resignarnos a la situación, tener la sensación de haber escalado la montaña y pasar un rato disfrutando de las vistas. Idealmente, la Luna Llena trae consigo un sentimiento de liberación. Habiendo alcanzado nuestras metas, ahora podemos permitirnos unas vacaciones. Como podemos observar, la Luna Llena es a menudo más tranquila que la excitante pero frenética fase Gibosa. En este momento nuestras luchas han terminado, y podemos observar nuestra situación y logros desde un punto de vista menos apasionado y proponernos nuevos objetivos. A veces, sin embargo, es necesaria una crisis emocional para limpiar el aire primero. Desinterés y separación son de hecho los temas más significativos durante la Luna Llena. La distancia entre el Sol y la Luna se halla ahora en su máximo y esto puede dar lugar a la polarización de nuestra vida en este momento. Podemos ver las cosas en blanco y negro y querer deshacernos de esa parte de nosotros que es malvada, cruel o destructiva. Deseamos deshacernos de nuestros demonios y dejar atrás nuestra vieja vida tanto como sea posible. Conozco varias personas que decidieron emigrar durante esta fase, otras que sintieron al menos el deseo de dar la vuelta al mundo. El Medio Cielo está opuesto a la Casa 4 y durante la Luna Llena podemos hallarnos muy lejos de casa. No es extraño que los niños sufran la experiencia del divorcio de sus padres en este punto; su padre y su madre son ahora mundos separados. Esta separación definitiva también tiene lugar durante la misión chamánica de la curación y la visión revitalizante. Tras la mortificación o incluso (aparentemente) muerte del cuerpo, el espíritu se libera y es capaz de viajar a otras esferas; puede ascender a los cielos o descender a las profundidades del mundo de los ancestros; en términos astrológicos: ascender o descender a lo largo del eje MC/IC. De hecho, la cresta de la ola según se muestra en el diagrama representa el punto más elevado de iluminación. Durante la Luna Llena tanto la fuerza solar como la lunar se encuentran en su máximo. La Luna está en su punto más visible y dramático mientras refleja la luz del Sol con un efecto máximo, en tanto que el Medio Cielo es el reino del Sol, el punto de donde el Sol alcanza su posición más elevada en el cielo. Con toda esta luz, debemos ver con claridad. Esta es la razón por la que a menudo se dice que la Luna Llena es un periodo para las visiones y revelaciones. Nos encontramos en la cima del mundo, hablando con los dioses. Las misiones religiosas y el fervor espiritual de la Casa 9 y la fase Gibosa cristalizan ahora en una visión concreta, en la conversión o artículos de fe. Claramente este es el momento en que Moisés recibe los Diez Mandamientos en el Monte Sinaí o en que Cristo es crucificado en el Gólgota. De acuerdo con la leyenda, también durante una Luna Llena Siddharta se liberó a sí mismo de todas las ilusiones mundanas y se convirtió en Buda. Para algunos de nosotros la impresión que experimentamos durante la parte final de la fase Gibosa y el comienzo de la Luna Llena puede ser de tal inspiración que encontramos nuestra vocación o la dirección de nuestra carrera. Durante la primera Luna Llena Progresada un Neil Armstrong de seis años montó en un pequeño avión y se enamoró del espacio y de volar. Su segunda Luna Llena, treinta años después, le llevó al espacio exterior a bordo de la misión Géminis 8, muy lejos de casa de hecho.

La Luna Diseminada Progresada con separación Sol-Luna de 225º a 269º
En la fase Diseminada a menudo se aprecia el tema "vuelta a casa" que caracteriza la segunda mitad del ciclo. Mientras que durante la primera mitad hemos estado ocupados en abandonar el hogar y liberarnos del pasado, después de la Luna Llena debemos regresar, trayendo con nosotros, no obstante, nuestra experiencia y percepciones de cambiar y mejorar la situación o el lugar del que provenimos. En este sentido revivimos el pasado y lo cambiamos al mismo tiempo. Nos encontramos en la Casa 11 y la Casa 12 el resultado de la Luna Llena debe sin embargo ser asimilado por el colectivo. Debemos compartir nuestras iluminaciones y éxitos con otros. Este es el momento en que Moisés descendió la montaña con las tablas de piedra y se las entregó a la gente. De forma similar, si hemos pasado un año en la India con nuestro gurú, ahora debemos regresar a casa y utilizar nuestro cambio de actitud en un nuevo trabajo. Nuestro año sabático o embarazo ha pasado y regresamos a la rutina familiar. También podemos dar forma al logro alcanzado durante  la Luna Llena: podemos llevar nuestro diploma al mercado laboral o utilizar nuestro premio para financiar el próximo proyecto. Neil Armstrong siguió sus vuelos espaciales para convertirse en el primer hombre en pisar la Luna. Su comentario sobre que el pequeño paso que daba se convertía en un gran paso para la Humanidad expresa bien el sentimiento de la Luna Diseminada (o Casa 11). Si la Luna Llena trajo consigo la desilusión y la caída, esta fase significa a menudo que estamos intentando llegar a un acuerdo con los hechos. El sentido de indiferencia y cristalización de la última parte de la Luna Llena continúa durante la fase Diseminada y podemos pasar tiempo reflexionando en lo que sucedió, evaluar nuestras acciones, lamer nuestras heridas y llegar a nuestras propias conclusiones. Si hemos encontrado una vocación, es el momento de ponerla en acción. Esto significa que ahora encontramos nuestro sitio o lugar en la sociedad. Podemos unirnos a un movimiento o partido político o buscar nuestros espíritus afines. Para algunos el retorno después de los hechos heroicos y el gran drama de la Luna Llena es incluso un reto mayor que el viaje de ida. La aventura de Ulises comienza en realidad después del exitoso saqueo de Troya, y tiene que vencer numerosos peligros mientras navega a través de un mar onírico de muchas preocupaciones (Casa 12). Hoy en día los veteranos de guerra experimentan las mismas frustraciones y dificultades a la vez que se sienten perdidos y alienados al regresar a casa después de haber vivido experiencias extremas y luchado en tierras lejanas. De hecho sienten que no han regresado en realidad al hogar, sino que todavía están lejos en espíritu. Aquellos que durante la Luna Llena huyeron de lo que parecían problemas infranqueables pueden encontrarse a sí mismos huyendo, incapaces o no queriendo afrontar los problemas que dejaron atrás. Otros pueden sentirse bastante cómodos al servicio de las causas elegidas. Nuestros trabajos e instituciones pueden proporcionarnos un sentimiento de identidad colectiva que nos protege como una manta caliente. Durante el proceso de reintegración, típico de la fase Diseminada, podemos añadir más y más agua al vino de nuestras convicciones de la Luna Llena y de hecho correr el peligro de olvidar lo que conocíamos anteriormente con tanta claridad. En los cuentos podemos reconocer estos temas de la Casa 12 cuando leemos sobre el exilio del héroe, quizá aprisionado, tal vez errante, o quizá bastante confortable y feliz como la Bella Durmiente o los hombres de Ulises que visitaron a aquellos que se alimentaban de lotos, y drogados por las flores que sabían a miel, olvidaron que tenían que regresar a casa. De modo similar, esos espíritus que han transcendido su existencia mundana y alcanzado el Nirvana, pueden decidir no volver a reencarnarse. La fase Diseminada puede por tanto ser un periodo bastante tranquilo en que nos escondamos, no desarrollemos nuestro potencial y tratemos de olvidar. En dicho caso, la Luna Menguante sonará como una alerta inaplazable.

La Luna Menguante Progresada con separación Sol-Luna de 270º a 314º
La Luna Menguante Progresada puede compararse con los tránsitos o progresiones por el Ascendente. Esto significa que nos movemos desde la Casa 12 colectiva y pública hasta la extremadamente personal en la Casa 1. La Luna Menguante puede resultar tan dolorosa como el nacimiento; hemos abandonado el útero, despertado de un largo sueño y afrontamos quiénes somos, solos y como seres separados. Esta crisis puede compararse también con la aleccionadora experiencia de la jubilación, en la que de repente ya no formamos parte del colectivo y hemos perdido nuestra identidad pública, social y corporativa. Es el momento de regresar a nuestro ser esencial. La Luna Menguante se corresponde con las tres primeras Casas; los bloques principales que constituyen nuestra personalidad. Durante la Luna Menguante Progresada surgen preguntas urgentes sobre quiénes somos, lo que deseamos y cómo vemos nuestro destino. Ejemplos de estas preguntas son: "En realidad deseo tener un hijo antes de ser demasiado viejo, pero ¿seré lo suficientemente fuerte para criarlo yo mismo?" "Lo que realmente deseábamos hacer y experimentábamos antes, dentro de unos años, nos casaremos, estableceremos y crearemos una familia?" "Lo he estado posponiendo pero quiero crear mi propio negocio. Sin embargo, debería hacerlo en este momento en que la economía está a punto de entrar en recesión?". Durante la Luna Menguante deberíamos sacudirnos de encima muchas distracciones, enfocarnos en volver a ser nosotros mismos. En los cuentos se narra el regreso del héroe. Para aquellos que han estado a la deriva, escondiéndose o en el exilio, es el momento de regresar a casa, deshacerse de los tiranos y usurpadores y reclamar su legado. Cuando, tras haber recorrido los mares durante muchos años, Ulises regresa a su Ática natal, se encuentra sólo, desamparado, e irreconocible. Debe probarse a sí mismo que él es el rey correcto y gracias a sus hazañas y fuerza reclamar su esposa y su trono. Un equivalente actual sería el caso bien conocido de Nelson Mandela, quien, después de pasar cerca de treinta años en prisión fue liberado durante su Luna Menguante Progresada, haciendo frente al reto de convertirse en el primer presidente negro de Sudáfrica. Al igual que la fase Creciente, la fase Menguante puede traer consigo tests de fuerza y coraje y especialmente, para la gente joven la Luna Menguante puede ser muy similar a la experiencia de la Luna Creciente: ambos pueden significar un paso hacia una mayor independencia y autorealización. (De hecho, en cada fase del ciclo podemos vernos confrontados con asuntos relacionados con la Casa opuesta a la que nos encontramos en la actualidad.) Sin embargo, hay diferencias. Como hemos visto en los ejemplos citados anteriormente, nuestras preocupaciones durante la fase Menguante están más relacionadas con el futuro que con el pasado. Durante la fase Creciente solemos preocuparnos de estar preparados; en la fase Menguante tendemos a temer haber dejado las cosas hasta muy tarde. Sentimos que hemos partido en invierno o a una edad avanzada. Otra diferencia que podemos observar a veces es que durante la fase Menguante el espíritu rebelde, característico de ambas fases, no se dirige tanto contra nuestros antecedentes familiares, padres, mentores etc. (Casas 4-6) sino contra el colectivo; la historia o la sociedad en general (Casas 10-12). Durante su Luna Menguante Progresada Mohammed Ali cambió de nombre y religión desafiando la historia de los negros en America, y se forjó así una nueva identidad para sí mismo. Durante la fase Menguante se nos recalca con fuerza el hecho de que el ciclo está a punto de llegar a su fin. Podemos sentir que tenemos que volvernos de acero para anticiparnos a la crisis, o que se nos ofrece una última oportunidad de hacer un sueño realidad; en la mayoría de los casos, por tanto, la fase Menguante nos incitará a la acción.

La Luna Balsámica Progresada con separación Sol-Luna de 315º a 339º
Mientras la Luna Progresada se aproxima a la Conjunción con el Sol Progresado, nuestro mundo se contrae. La gente que nos apoyaba o las estructuras que nos proporcionaban un sentimiento de seguridad e identidad pueden caer, dejándonos solos y vulnerables. Los sueños que nos sostenían pueden tener que ser abandonados o pospuestos de forma indefinida. Nuestros planes pueden verse frustrados, o fallar nuestros esfuerzos. Nuestra salud física puede deteriorarse y necesitar de cuidado extra y atención. Y de este modo debemos volvernos hacia dentro, retirarnos y recuperarnos antes de estar preparados para adentrarnos de nuevo en el mundo después de la Conjunción, durante la Luna Nueva y la fase Creciente. La Luna Nueva Progresada que se aproxima representa el invierno de nuestro descontento, en que debemos tumbarnos, e hibernar hasta que la luz y la vida vuelvan de nuevo. La Luna Balsámica Progresada, que nos guía en este momento, puede ponernos a prueba severamente; Vincent van Gogh sucumbió a una debilidad física, una enfermedad mental y se desesperó durante esta fase. Muhammad Ali fue despojado de su título mundial y se le negó practicar boxeo al declararse objetor de conciencia por razones religiosas. Sin embargo, la Luna Balsámica Progresada no tiene por qué ser siempre tan extrema. Aunque podemos vernos forzados a algunas de estas pérdidas y finales, otros escenarios son posibles. Durante el ciclo que está próximo al final, nos hemos visto confrontados con numerosos desafíos, algunos de los cuales podríamos haber evitado. En el último momento, sentimos "es ahora o nunca" y podemos decir adiós a las muletas emocionales, miedos y frustraciones. Es un momento idóneo para deshacernos de las actitudes negativas e inhibiciones que nos mantienen conectados al pasado. De hecho, ya que nos sentimos menos rígidos nos puede faltar la energía para mantener nuestras inhibiciones y defensas y descubrir que podemos liberarnos de ellas. A menudo, se produce un arrepentimiento por no haberlo hecho antes. Esta fase puede ser el momento en que finalmente admitamos nuestros verdaderos sentimientos o problemas. Después de muchos años podemos declarar nuestro amor y comprometernos en una relación o hacer frente a cicatrices internas y buscar consuelo y curación. Durante esta etapa de nuestra vida aceptamos limpiar "el mostrador" para el nuevo ciclo. Es importante que busquemos las palabras exactas para decir lo que ha permanecido mucho tiempo sin decir, o las palabras que encapsularan la esencia de nuestras experiencias pasadas. Después de todo, esta parte del ciclo corresponde a la Casa 3. Nuestras últimas palabras, para cualquier persona o de cualquier situación adquieren una importancia extrema. Tal vez deseemos escribir nuestras memorias o sintamos que necesitamos expresar nuestras emociones a un analista. Las mujeres mayores pueden haber trabajado duro o  criado a sus hijos, pero les cuentan a los niños historias y cuentos de hadas que contienen las semillas de la sabiduría para que pasen de generación en generación. Durante la Luna Balsámica, podemos desear representar ese papel. Una de las imágenes utilizadas para referirse a la Luna Balsámica es la de la fruta madura y podrida que cae al suelo y suelta la semilla. Dado que nos estamos deshaciendo de todo lo superfluo, quedamos reducidos a nuestra esencia. Se eliminan los bloqueos, los asuntos se solucionan, y todo empieza a encajar. Esto significa que la fase Balsámica llega en un momento en que hacemos las cosas apropiadas y conocemos a la gente adecuada, esas cosas y gente, que de hecho son esenciales para nosotros. En esta etapa de nuestra vida, sentimos que es preferible conservar nuestra energía, de modo que podamos enfocarnos tan sólo en unas pocas actividades. Sin embargo, puede faltarnos la fuerza, convicción y recursos para seguir adelante. Van Gogh desarrolló su estilo expresionista único, y alcanzó la cima de sus poderes artísticos, aunque sin dinero, aislado del mundo, y físicamente debilitado, no pudo ver la luz al final del túnel. La semilla es pequeña y vulnerable, y debemos protegerla contra turbulencias provenientes de la Luna Nueva. Los proyectos y relaciones iniciados durante la fase Balsámica pueden por tanto experimentar una crisis temprana. Una vez que nuestra relación o proyecto hayan sobrevivido a este test, se volverá más fuerte y resistirá el siguiente ciclo. Los ejemplos mencionados anteriormente, pueden no resultar muy esperanzadores, pero a veces experimentamos el aspecto más gratificante de esta fase. La segunda parte del Ciclo Lunar está asociada, después de todo, con "recoger lo que has sembrado" y durante la fase Balsámica la cosecha puede estar bien madura. Las recompensas y reconocimiento que hemos estado esperando durante mucho tiempo, llegan finamente. Los sueños que se han mantenido durante tanto tiempo se vuelven realidad, mientras nuestros ahorros se hacen efectivos y se completan los proyectos a largo plazo. Este puede ser el momento en que realmente profundicemos en nosotros mismos. Nelson Mandela se convirtió en Presidente de una Sudáfrica libre de Apartheid. Winston Churchill se convirtió en el líder durante la guerra, un trabajo para el que sentía que se había estado preparando toda su vida. Cinco años después, durante su Luna Nueva Progresada, pudo celebrar la victoria sobre Hitler y el trabajo de toda una vida estaba hecho. Incluso cuando la Luna Balsámica nos pone en bandeja la recompensa final, el futuro y los cambios de la Luna Nueva no están nunca muy lejos.

El Retorno de la Luna Nueva Progresada con separación Sol-Luna de 0º
Durante la Luna Nueva Progresada podemos volvernos totalmente hacia dentro. El Sol y la Luna, los dos luminares y cuerpos más poderosos en nuestra Carta Astral se unen. Y donde antes espíritu y alma, mente y cuerpo, masculino y femenino, identidad y raíces habían estado separados, ahora se unen en uno. A lo largo de las fases Balsámica y Luna Nueva nos vemos forzados a sacar a la luz esas partes de nosotros que hemos proyectado sobre el mundo y es posible reintegrarlas en la personalidad. Para algunos esto puede significar tener que escarbar profundamente dentro del subconsciente para rescatar partes de nosotros mismos que habíamos olvidado. Algunos tienen que atravesar un proceso de duelo para interiorizar aquello que perdieron. La Conjunción Sol-Luna Progresada puede representar una experiencia de muerte y renacimiento similar a los pesados tránsitos de Plutón. Para algunos, la Conjunción es menos dramática, simplemente les permite poner los pies en la tierra, regresar a la fuente y aventurarse de nuevo, a veces con un vigor incrementado. Otros, sin embargo, pueden desear deshacerse de todos los obstáculos y alcanzar su destino y la culminación de sus ambiciones. Pueden experimentar su mejor momento durante las fases Balsámica y Luna Llena, incluso cuando el canto del cisne anuncie el inexorable distante final.

Michael R. Meyer "Manual para el Astrólogo Humanista".

El Informe personalizado de las Progresiones incluye el Ciclo de la Luna-Sol Progresados: 

Planeta Retrógrado que se pone Directo por Progresión

Cualquier planeta retrógrado que se hace directo por progresión hará que la persona muestre una gran profundidad de entendimiento concerniente a ese planeta, aunque puede que aplique sus principios de forma extraña y con incertidumbre durante los próximos años progresados, pues no ha estado condicionado desde el nacimiento a funcionar abiertamente en la dirección que ahora se le presenta. Para algunas personas esta condición se asemeja al alivio alcanzado tras un estado de confinamiento, y revisará constantemente en sus pensamientos temas que finalmente ahora puede expresar libremente en su mundo. Una persona con muchos planetas en retroceso, o al menos con alguno personal en retroceso, tiene mucha actividad mental en su cabeza, los pensamientos se repiten constantemente como tratando de relacionarlo con algo que ya conoce o que le es familiar. Por lo general son personas con muchos pensamientos o con bastante intranquilidad mental; por tanto, el que se ponga en moción directa significa que ya no tiene que darle tantas vueltas en su cabeza a lo indicado por el planeta, sino que ya pueden actuar con ese planeta de forma más espontánea y directa. Cuando finalmente por progresión el planeta llega a sobrepasar el grado en que se encuentra natalmente, significa que ha alcanzado su punto más alto y puede considerarse resuelto el problema kármico que este planeta indicaba, pudiendo ya desarrollarlo en toda su capacidad y profundidad en el mundo exterior. Esto es muy importante, porque en el caso de planetas personales, que suelen ser bastante duros para poder expresar su talento intelectual (Mercurio), o tener grandes problemas sentimentales por no saber expresar sus sentimientos (Venus), o tener una frustración o desconfianza profunda en nuestro modo de actuar en el mundo (Marte), esto es un alivio enorme y significa haber concluido una deuda kármica importante. Es muy interesante relacionar los hechos que ocurren esos años con las grandes soluciones de carácter kármico. Cuando son los planetas transpersonales los que se ponen directos, indican también que finalmente se ha recogido una sabiduría del pasado kármico y se puede utilizar en el presente. Ello favorece los conocimientos de esta persona sobre temas generacionales y sobre responsabilidades en la dirección y guía de su generación, para que está pueda expresar sus talentos de forma más beneficiosa, y entendiendo realmente el por qué y su significado en la sociedad y evolución humanas.

Planeta Directo que se pone Retrógrado por Progresión

Cuando un planeta que está directo se vuelve retrógrado por progresión en un año determinado, también esta persona atraviesa un punto clave en su desarrollo. Esto puede ser bastante difícil para algunas personas que ahora se ven forzadas a interiorizarse después de haber estado condicionadas desde el nacimiento a funcionar en la superficie mundana de la vida. Se mostrará como una crisis para aquellos que nunca han considerado las urgencias de ese planeta de forma introspectiva. Tienden a sentirlo de forma muy profunda porque ahora las energías les están dirigiendo hacia su centro personal y retirándoles de los intereses exteriores. Las cosas parecen llegar a una revolución psicológica que puede ser muy intensa. Indican un periodo en el que cabe profundizar y enriquecer su conciencia de los principios indicados por el planeta, Signo y Casa. Puede comenzar a entrar en contacto con recursos internos latentes que no surgieron anteriormente; es decir, talentos y potenciales no estimulados antes de este momento. No era consciente de sus recursos hasta ahora, y esto sugiere que lentamente está entrando en un contacto más directo con su inconsciente. Puede que incluso introducirse en niveles kármicos o de otras vidas que se mantenían lejos de su carácter básico antes de este momento. Todo aquello que estaba enterrado en su psique puede ahora ser confrontado de manera subjetiva. También pueden relacionarse los hechos, circunstancias, sucesos o personas que se conozcan en ese momento con repeticiones kármicas o con cosas que había que volver a repetir de un pasado kármico para resolverlas ahora. Cuando ese planeta al retroceder cruce por progresión el grado en que se encontraba natalmente marcará un periodo culminante y en ese momento podrá tener profundas visiones relacionadas con los principios del planeta que puede que le ayuden a realterar su acercamiento completo a los asuntos indicados en ese planeta. Puede adoptar una actitud más profunda y espiritual en ese área de la vida. Generalmente hace que se actúe de forma radicalmente diferente a como se había actuado con ese planeta anteriormente. Nos es de extrañar que cuando a veces y en un mismo año dos planetas se ponen retrógrados por progresión, esta dinámica descrita sea entonces más acentuada, pudiendo ser también que uno se ponga directo y el otro en retroceso. Este determinado año progresado debe ser estudiado y observado, ya que el individuo debe sentirse a menudo en un flujo de cambios dentro de sí mismo, pudiendo mostrar un comportamiento contradictorio muy especial u original.

Stephen Arroyo "Astrología, Karma y Transformación".