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Los planetas Retrógrados Natales, Progresados y en Tránsito en la Carta Astral.

La retrogradación es un fenómeno geocéntrico. En ocasiones, un planeta parece desplazarse hacia atrás en el cielo como lo ve un observador en la Tierra. La situación es similar al caso de dos trenes que se desplazan uno junto al otro a diferentes velocidades. Si uno viaja en el tren que se desplaza más rápidamente y observa al que lo hace más lentamente, este último parece ir reduciendo su marcha, luego detenerse por un segundo, y finalmente desplazarse hacia atrás cuando el tren que marcha más rápidamente lo pasa. Puesto que la relación de la Tierra con los demás planetas no es de lineas paralelas sino de órbitas casi circulares, la ilusión de la retrogradación es sólo un fenómeno temporario y pronto se restablece la verdadera perspectiva. Las interpretaciones tradicionales de retrogradación son más condicionadas por la reacción del estudiante ante la palabra "retrógrado" y "hacia atrás" que por los datos y hechos astronómicos. Ignorándose muchas cuestiones que podrán ser utilísimas en la interpretación del significado psicológico de la retrogradación. La retrogradación ocurre cuando el planeta Tierra está en el mismo lado del sistema solar y a punto de formar, o formarán, una linea recta con el Sol. Así, todos los planetas están en su máxima proximidad a la Tierra cuando están retrógrados y aparecerán en su máximo brillo; sus discos, cuando se los observa con telescopio, serán más grandes que en toda otra época de sus ciclos. Este aumento de luz y tamaño se advierte más claramente en los casos de Mercurio y Venus. Lo que en realidad ocurre geocéntricamente cuando un planeta marcha retrógrado es tanto un movimiento hacia atrás como una curva aparente en el espacio que el planeta describe cuando se desplaza más cerca de la Tierra. El planeta parece salir de su senda orbital regular como si fuera atraído hacia la Tierra, formando una curva dirigida hacia ésta. Cuando un planeta está retrógrado, su función no está más activa según su propia naturaleza esencial. En algunos casos, esto puede indicar un "desandar los propios pasos"; sin embargo, esto no es un cuadro fiel de lo que ocurre. Como el planeta describe una curva hacia la Tierra, simbólicamente uno puede echar una mirada más cercana a su energía vital y su función, y así tal vez aprenda cómo ganar una nueva perspectiva o evaluar una situación de manera nueva. Puede significar corregir alguna injusticia que uno cometió, aceptando las consecuencias de algo hecho adrede en el pasado, o preparándose deliberadamente para alguna nueva linea de acción. Cualquier sea la circunstancia real, un planeta retrógrado es un planeta listo para responder a una necesidad personal resultante de actividades pasadas, y debe estar en juego con un nuevo ciclo de autoexpresión. Nadie puede decir si una persona hará uso constructivo de la fase retrógrada del ciclo de un planeta o no. La posibilidad está allí; la necesidad podrá encontrarse y satisfacerse en esa época, y tal vez así sea. Sin embargo, esa necesidad puede también ahondarse si una persona no logra enfrentarla con objetividad. En este último caso, la conciencia está cada vez más presa del miedo y la frustración, de sentimientos de fracaso y resentimiento. No hay nada en el universo que no tenga cualidades magnéticas. Es sabido que el propio pensamiento atrae pensamientos similares. Cada individuo tiene sus propias energías magnéticas basadas completamente en cómo utiliza la disposición planetaria de su horóscopo. Todas las configuraciones atraen ciertas cosas, y al mismo tiempo repelen otras. De este modo, todo el mundo está en condición positiva y negativa al mismo tiempo. En el horóscopo individual, algunos planetas desde su propia situación envían constantemente sus energías al mundo por radiación. Otros se encuentran como puntos de absorción por los cuales el individuo es capaz de asimilar y comprender el universo que necesita. Verdaderamente, el modo en que el individuo utiliza sus planetas es lo que determina sus cualidades magnéticas en cualquier momento dado por encima o por debajo de la cualidad magnética propia del planeta. De este modo, incluso los planetas que absorben pueden irradiar, dependiendo de cómo esté polarizado el propio individuo en cada momento. Cuando una persona experimenta una gran cantidad de energía, mayor de la que necesita en ese momento, la mayoría de sus planetas actúan como irradiadores y se convierte en un individuo que da a los demás. En el caso contrario, cuando una persona tiene en un momento dado menos energía de la que necesita habitualmente, sus planetas se vuelven absorbentes, tomando de los demás la energía que le falta. De hecho, de vez en cuando el hombre tiene la facultad de controlar su propio campo magnético. Cuando un individuo es capaz de utilizar todos sus planetas como irradiadores y absorbentes, cambiando sus polaridades según lo necesite, ya no le hace falta leer el horóscopo. Pero raramente existe un astrólogo que sea así. Generalmente, el individuo tanto es absorbente como irradiador, en mayor o menor proporción, según cómo combina y mezcla todas las energías planetarias de su Mapa Natal. No hay duda de que los planetas retrógrados crean un campo de fuerza bastante diferente para el individuo en relación con los planetas directos. Ha sido esa falta de comprensión general de este campo de fuerza lo que ha llevado a tantos individuos a experimentar muchas dificultades en esta área. La tendencia general del individuo es intentar utilizar sus planetas retrógrados exactamente de la misma forma en que usa los planetas directos. Y cuando eso no funciona, empieza dividiéndose a sí mismo en varios estados aislados que pueden convertirlo en un auténtico desdichado. Con los planetas directos al individuo le resulta muy fácil cambiar el énfasis de la energía planetaria hacia sí mismo en un momento dado, ya que está tratando de usar toda su energía para la propulsión del movimiento de avance. Así, durante la primera fase -saltando fuera de sí mismo, tratando de vivir el futuro ahora irradia de modo que puede magnetizarse a sí mismo hacia toda la gente y condiciones que le deparen experiencias futuras. Durante la segunda fase -en el proceso de vivir el futuro, teniendo la sensación de ya haber estado allí anteriormente (cuando en realidad está viviendo la experiencia) no es consciente a menudo de la primera fase que, de hecho, la ha originado. Pero experimenta más sentimientos de "dejarlo correr" que los planetas individuales directos. En otras palabras, tiene la impresión de que ha experimentado esto antes, pero no sabe exactamente cómo, cuándo o por qué. Es esa ambivalencia la que crea una vibración cruzada allí donde opera negativa y positivamente al mismo tiempo. Parte de él está irradiando positivamente su deseo de completar la experiencia, mientras que la otra parte está buscando negativamente absorber y comprender por qué esta experiencia le parece repetitiva. Naturalmente, es durante esta fase que los demás comprenden menos al individuo. Finalmente, en la tercera fase -repitiendo la 1ª fase, de modo que, en realidad, repite mentalmente la mirada hacia el futuro que ya ha vivido- se vuelve en una sincronización fuera del tiempo con el resto del mundo cuando intenta reabsorber a los individuos y las circunstancias que le devolverán a su pasado. Durante esta fase, es más comprensible, pero también drena más energía que las demás porque está irradiando prácticamente ninguna energía al exterior. Resulta interesante advertir que las fases primera y segunda -el intento de vivir el futuro y la vibración mutua de pasado-futuro- son tan íntimas del individuo que la astrología difícilmente las advierte como características del planeta retrógrado (el pasado persistente o característicamente repetitivo) siempre a sido la más notable. Esto quizás ocurre porque esta fase final es en la que el individuo no sólo pierde más tiempo, sino que también reacciona de un modo evidentemente diferente frente a la sociedad en general.

Planetas Retrógrados y el Factor Tiempo

A causa del triple proceso retrógrado, el individuo experimenta su vida en diferentes secuencias de tiempo, contrariamente a aquellas personas con planetas directos. De hecho, las etapas de su vida que están influenciadas por los planetas retrógrados son completamente diferentes de las que siente a través de sus planetas directos. Cuando la secuencia de acontecimientos transcurre en su mente en sentido contrario o en dirección distinta de acontecimientos de su propia vida, en realidad está rompiendo la barrera del tiempo. Dependiendo de la fase en la que se encuentre, está viviendo al menos parte de su vida en un tipo diferente de deformación temporal. Aquí, en esta asombrosa trascendencia del tiempo a través de los planetas retrógrados se halla la llave principal del karma. Los planetas retrógrados no sólo llevan al individuo de regreso al ayer, al mes anterior y al año pasado, sino que también inducen hacia antiguas vidas cuyos recuerdos lleva fuertemente en su actual encarnación. Estos recuerdos representan acontecimientos específicos o individuales que fueron lo bastante significativos en otra vida como para estar ahora tan arraigados en la persona. En cualquier lugar del horóscopo en que aparezca un planeta retrógrado, el individuo no sigue adelante en la secuencia del tiempo paralelamente al resto de su Mapa. En lugar de eso, sigue tratando de resolver anteriores circunstancias que todavía parecen estar inacabadas. En estas áreas especificas de su vida no parece haber una demarcación entre una vida y la otra. Estos recuerdos son también tan vividos que ni siquiera los identifica como recuerdos, sino que, es más, cree que son el presente. Sin embargo, vive en una fase estancada de otra zona del tiempo cuyo irresistible magnetismo parece aún más importante que su vida cotidiana. Es interesante ver cómo los Signos y las Casas en que aparecen planetas retrógrados llevan al individuo a seleccionar qué fase del proceso retrógrado es más cómoda para vivir. Como resultado, diferentes individuos que tengan los mismos planetas retrógrados, pero situados en Signos y Casas diferentes, desarrollarán espontáneamente diferentes fases del proceso retrógrado. Por lo tanto, los individuos con los mismos planetas retrógrados pueden actuar de forma diferente. Para comprender en su totalidad la naturaleza de los planetas retrógrados, es importante comprobar que éstos operan a través de múltiples dimensiones al mismo tiempo. Primero, el individuo experimenta el triple proceso, que tiene una fuerte tendencia a expulsarle de la sincronización con el momento presente. Pero al mismo tiempo que pasa por una de las fases de este proceso, también intenta corregir el karma de otra vida. De este modo, tanto está detrás como delante de sí mismo en esta vida mientras todavía pueda haber una parte de sí mismo que aún no esté en esta vida. Además de esta falta de sincronización con el tiempo cronológico, que en sí mismo sería suficiente para trastornar a muchos individuos, también experimenta discretamente, en otro plano, una orientación muy particular en el espacio. Una persona en la primera fase (saltando hacia afuera de sí mismo para intentar hacer que el futuro ocurre ahora) trata de presentarse a sí mismo desde un punto magnético tan positivo que actualmente se mueve en el espacio mucho más cerca de las cosas y de la gente, que el individuo sin planetas retrógrados. Es precisamente durante esta fase que interfiere en las auras de los demás, interrumpe el final de las frases de la gente y literalmente ruega, toma prestado o roba toda sustancia en la forma que crea necesaria para su experiencia. Todo el mundo tiene una espacio psíquico personal a su alrededor, y que es privado hasta el punto que una irritación en potencia se pone de manifiesto cada vez que dicho espacio es violado por los demás. El individuo retrógrado está expandiendo su propio espacio psíquico. Es durante este periodo que se muestra ofensivo con aquellos que le rodean. En la segunda fase, donde vive activamente toda la información y espacio que ya ha cartografiado para sí, se preocupa menos por llevarse bien con los demás. Pero en el momento en que entra en la tercera fase, donde mira atrás con expectación hacia un futuro que ya ha pasado, se vuelve extraordinariamente introvertido. Al encerrarse en sí mismo, utiliza cada vez menos espacio a lo largo de este periodo, y no puede entender por qué los demás emplean tanto. De hecho, durante este tiempo el individuo se aparta de los demás, y aquí tenemos lo que se ha calificado durante tantos años como la característica más notable del comportamiento del planeta retrógrado. Sin embargo, mientras regresa a su pasado, también absorbe las radiaciones de todo cuanto le rodea. Y, aunque proteste contra esa absorción, la necesita para alumbrar el momento en que entrará en una nueva experiencia de primera fase en la que empezará a irradiar energía otra vez y a expandirse en el tiempo y espacio.

Dado que las diferentes concepciones del tiempo de los planetas retrógrados también llevan al individuo a experimentar percepciones variables con el tiempo, la experiencia última de la vida siempre es especialmente distinta de lo que podríamos llamar la norma. De acuerdo con las leyes de la relatividad, en el universo nada existe por sí solo, sino que de algún modo opera siguiendo las leyes de todo aquello con lo que está conectado. Así, las ruedas de un coche se mueven proporcionalmente a la presión ejercida sobre el acelerador. Al mismo tiempo, la tierra parece moverse en relación a las ruedas, y así sucesivamente en todo el universo. Así como los individuos con planetas directos tienen su percepción del espacio y del tiempo, y a través de ella viven su vida, el individuo retrógrado (los que tienen tres o más planetas retrógrados) tiene sus relaciones espaciales y temporales. Pero su percepción de estos planos de existencia es diferente a la del individuo sin planetas retrógrados. De hecho, su orientación en el tiempo y el espacio a través de los planetas retrógrados también es diferente a la orientación espacio-temporal que siente en otras partes de sí mismo mediante sus planetas directos. Una parte de él es relativa al universo en un sentido, mientras que otras partes son relativas al universo de otras muchas maneras. Es importante destacar que el universo actúa sobre él en gran medida, de acuerdo con los modos en que él lo percibe relativamente. El planeta retrógrado, con las poderosas lecciones kármicas que conlleva a lo largo de esta vida, tiende a enfatizar el lado material o formal de la vida conduciendo al hombre hacia los rincones más primitivos de sí mismo, donde su lucha por la supervivencia entre las condiciones y la gente que le rodean predominan sobre la satisfacción de su alma. Eso se hace más intenso en el caso de los planetas retrógrados personales (Mercurio, Venus y Marte) mediante los cuales el hombre se relaciona con las partes más íntimas, personales y privadas de sí mismo con las que ha estado luchando desde el principio de los tiempos. Y mientras es absolutamente cierto que cuando el hombre se mueve de una fase del proceso retrógrado a otro, tiende a cambiar ligeramente su énfasis entre materia-espíritu-alma, debería acordarse de que el alma y el espíritu están por encima de las leyes del karma. Así pues, siempre queda un residuo de sustancia y materia (particularmente etérica) en todas las fases retrógradas. Estas huellas de materia etérica o astral, que casi siempre acompañan la expresión de los planetas retrógrados, contienen la información para la satisfacción kármica. Y, dado que la materia está implicada en ello, uno siempre siente los planetas retrógrados de otro individuo como ligeramente o, en ocasiones, inusualmente más pesados que los planetas directos. Es por ello que los individuos que se muestran a sí mismo a través de sus planetas retrógrados tienen una tremenda habilidad para causar una fuerte impresión sobre sus oyentes. La persona a la que están hablando puede optar por ignorar la materia etérica o astral que las acompañaba, y que mantendrá grabado el mensaje en la memoria del individuo hasta que esté lo bastante preparado como para aceptarlo o descartarlo, basado en futura información que vaya acumulando sobre ello. Por esta razón, las formas de pensamiento que un individuo retrógrado son muy intensas, y especialmente durante la primera fase, en la que son aumentados y expulsados con algo de fuerza, se vuelven particularmente difíciles de llevar, ¡a pesar de que la tendencia natural debida al modo en que se expresan es hacer precisamente eso! Los planetas retrógrados son unos de los principales causantes de los problemas sexuales en el mundo actual. La riqueza y satisfacción sexuales se basan casi por completo en la conciencia de dos individuos que se encuentran y armonizan en todos los niveles del espacio y del tiempo. El individuo que tiene un planeta retrógrado influyendo en su sexualidad no puede experimentarla en total armonía. Dado que siempre se encuentra en una u otra fase retrógrada, sus percepciones espacio-temporales le impiden experimentar el aquí y el ahora. Los hombres con Venus retrógrado tienden, en lo más profundo de su ser, a sentirse mejor evitando al sexo opuesto. Al mismo tiempo, las mujeres con Marte retrógrado experimentan dificultades similares al relacionarse con los hombres. Cuando Mercurio o Urano aparecen como planetas retrógrados, una sobreactividad del triple proceso retrógrado en el plano mental trastorna la sexualidad. En estos casos, el individuo se encuentra demasiado activo mentalmente como para sentir una riqueza sexual equilibrada en su contexto físico y emocional. Cuando Plutón está retrógrado, la actividad sexual se basa en recuerdos de anteriores vidas sexuales enterradas en el más profundo del inconsciente. Así, mientras un individuo vive el presente, su naturaleza sexual puede reflejar las preferencias y moralidad a las que estaba acostumbrado en un periodo anterior, y generalmente menos evolucionado, de la historia. Es importante señalar aquí que la heterosexualidad normal arranca de un estado magnético, sumamente polarizado, de energías opuestas que tienden a la neutralidad en su culminación. La homosexualidad, o el experimentar dificultades con el sexo opuesto, es el resultado de energías de neutralidad semejante que atentan contra la sexualidad estableciendo una serie polarizada de energías magnéticas opuestas. Ya que éstas se atraen, es obvio que el ser homosexual debe crear más de una necesidad para expresar su sexualidad, mientras que en los heterosexuales ello puede acarrear una mayor satisfacción gracias a la neutralización de energías. Ahora, no hay duda de que un individuo puede tener planetas retrógrados y no ser homosexual. Pero el individuo que experimenta una influencia retrógrada en su sexualidad tiene que pasar por las tres fases retrógradas. En la primera fase, sobrereacciona ante la expectativa de verse involucrado en una relación sexual, sobre todo precoz y desproporcionadamente, de acuerdo con la realidad futura. Luego, es atrapado en la vibración cruzada de la segunda fase, donde el acto se transforma en algo así como un fraude, puesto que ya lo ha experimentado en la conciencia (y en algunos casos incluso puede ser impotente porque ha consumido demasiado energía esperando). Finalmente, se asusta a sí mismo durante la tercera fase, en lo que se da cuenta de que ha sobrepasado sus propios límites; y entonces, tímidamente, vuelve sobre sus pasos hacia sí mismo. Literalmente, ha pasado de una extroversión durante la primera fase a una total introversión durante la tercera fase. En muchos casos, el fracaso sexual, sea homosexual o heterosexual, se debe a este tipo de influencia retrógrada. Si el triple proceso retrógrado, que causa deformaciones de espacio y tiempo, no bastara para confundir al individuo con muchos planetas retrógrados, existe aún otro factor bastante común: el replegamiento de las energías que, por naturaleza, se proyectan hacia el exterior. Cuantos más planetas retrógrados tiene un individuo, más crece su introspección, y más desarrolla en su interior otra vida diferente que, a menudo, puede oponerse a la que tiene que exteriorizar en bien de la sociedad, cuya aceptación necesita. Todo lo que comprende sobre sí mismo y sobre el mundo está frecuentemente más allá del conocimiento de los demás. Cuando las energías que normalmente se proyectan hacia el exterior se vuelven hacia dentro, el individuo empieza a personalizar el universo fuera de sí mismo. De algún modo le cuesta distinguir realmente dónde termina él y dónde empieza el universo exterior. En consecuencia, a menudo se hace daño a sí mismo al tomar para sus adentros más de lo que debe. Al comprobar sus sentimientos hacia el entorno, va construyendo un muro a su alrededor. Entonces, una vez recluido tras ese muro, corta en seco con sus problemas, pero no puede comunicar necesariamente lo que sabe a quienes viven en el mundo exterior del que ha decidido apartarse. Su contacto más fuerte con la sociedad se produce durante la primera fase, en la que se proyecta a sí mismo en un intento de alcanzar, más adelante y más allá, su experiencia de la vida cotidiana.

Planetas Retrógrados y la Proyección del Pensamiento

Uno de los aspectos más fascinantes de los planetas retrógrados tiene lugar a nivel inconsciente. El individuo proyecta las energías de sus planetas retrógrados sobre cada persona con la que se comunica, pero lo hace de un modo tan sutil que resulta prácticamente invisible a la conciencia del observador. En realidad, desliza imperceptiblemente pensamientos telepáticos en la identidad de la persona con la que está hablando. Y mientras parte de él permanece en sí mismo, otra parte se sitúa en el espacio psíquico de su interlocutor. Por un momento, el otro individuo pierde su propia identidad y empieza a asumir ideas y deseos del individuo retrógrado como si fueran suyos. Mientras tanto, lo que ocurre es que la persona retrógrada está realmente hablando consigo misma. Si tiene el karma de no querer tratar con él, entonces procura realimentarse a sí mismo a través de la otra persona, que se convierte así en un espejo. Por desgracia, no suele darse cuenta de ello, y cree que es la otra persona quien origina una expresión negativa. En aquellas casos en que el individuo retrógrado tiene un karma muy positivo o elevado en sus planetas retrógrados, puede transferir la conciencia que ha adquirido de otros individuos mediante este proceso de proyección del pensamiento. De este modo, puede convertirse en un profesor místico en niveles muy subliminales. Sin embargo, debemos contestar una pregunta: ¿Cuánto dura esta yuxtaposición antes de que cada individuo vuelva a asumir completamente su identidad original? En el caso en el que aparezca el intercambio de karma negativo, ello dependerá exclusivamente de cuanta buena voluntad del individuo no retrógrado asuma. Y en el caso de intercambio positivo, estará en función de cuánto tiempo sienta el individuo que necesita cualquier conocimiento que haya recibido. En ambos casos, la transferencia de karma suele durar hasta que el individuo alcanza su propia verdad sobre la materia, y una vez lo consigue, tanto si el intercambio era negativo o positivo, puede volver a asumir su propia identidad enriquecida por la experiencia. Es interesante destacar cómo tienen lugar en realidad estas proyecciones de pensamiento. Mediante las palabras o acciones del individuo retrógrado, la persona no retrógrada empieza a experimentar lo que cree que son sus propias emociones, sean de entusiasmo, alegría, dolor o tristeza, referentes a la naturaleza del tópico del pensamiento que se proyecta. Una vez el individuo empieza a sentir algo a nivel emocional, piensa, lógicamente, que se trata de sus propias emociones y, por lo tanto, debe actuar en consecuencia. De este modo, está claro que todo el proceso de proyección del pensamiento sólo funciona cuando es posible una "identificación" inconsciente entre dos personas. Desde un punto de vista individual, eso da a la persona la oportunidad de decidir, consciente o inconscientemente, cuánta ayuda exterior quiere aceptar para resolver sus problemas internos o cuántas interferencias está dispuesto a recibir para que actúen como revulsivo que le permita ver con claridad. En el fondo, debe decidir por sí mismo. El triple proceso retrógrado hace que el individuo reviva todo lo que experimenta. Ello tiende a atrapar la mente en una constante repetición, a modo de "eco" de modelos de pensamiento. En un intento de hacerlo comprensible, la persona puede verbalizar todo lo que le molesta de los demás pero, al hacerlo, crea aún más circunstancias susceptibles de repetirse en el futuro. De este modo, la cadena se hace interminable. Así, es más fácil que el planeta retrógrado sea el instigador de pensamientos o acciones posesivas que el hecho de que dicha conducta provenga de un planeta directo. Este efecto del proceso de pensamiento del planeta retrógrado es particularmente evidente en la constante repetición de fobias neuróticas, de los que ellos mismos se hacen eco años después de que el objeto atemorizador ya no esté presente en la vida de la persona. Lo interesante de los planetas retrógrados es que en cualquier papel que jueguen, estimulando y haciendo perdurar fobias, también representan el modo más fácil de curación. Todo lo que el individuo necesita saber es que cualquier cosa que piense en relación a sus temores no es más que la repetición del eco de un pensamiento anterior, y que es completamente libre para no reaccionar ante tal eco. Cuando se da cuenta de ello, es posible una conducta completamente nueva. Pero cada vez que el individuo se permite a sí mismo reaccionar ante el eco de un miedo lejano, crea una nueva experiencia que sólo origina futuros ecos mediante el proceso de repetición del planeta retrógrado. Evidentemente, esto dificulta la superación del miedo. De esta forma, muchos hábitos tienen sus raíces en los procesos retrógrados. El individuo sigue respondiendo a los ecos de antiguos pensamientos, pero cree que siempre está respondiendo al pensamiento original. Y cada vez que lo hace, convierte el eco en la experiencia original, porque cree que es así. Esto sólo le hace susceptible de responder a los ecos futuros de un mismo pensamiento. Al vencerse ideas, sentimientos u opiniones negativas, que tienen lugar como resultado de los procesos retrógrados de repetición, todo lo que los individuos tienen que hacer es negarse a convertir su realidad en ecos. Con el tiempo, éstos desaparecerán, y en su lugar descubrirá que puede controlar verdaderamente su propia persona.

Planetas Retrógrados en los Signos

Un planeta retrógrado que aparece en un Signo adquiere todo el colorido de éste y dirige sus energías retrocediendo en el tiempo. El individuo revive en esta vida exactamente el mismo tipo de experiencia que ya han ocurrido en pasadas encarnaciones en relación con el planeta en cuestión. Pero, por alguna razón, quizá profundos sentimientos de que la lección kármica no había terminado, o que no descubría la satisfacción personal de su parte más íntima, el individuo sigue llevando adelante esas mismas situaciones en la vida. La verdad es que está intentando llevar su vida de regreso a una zona aún no resuelta. Y ya que la calidad de la vida, así como el lugar de cada una de ella, se basa en la percepción del mundo que le rodea, este individuo no está viviendo, de hecho, en la zona del tiempo presente con respecto a sus planetas retrógrados. Por esta razón muchos astrólogos siempre han dicho que los planetas retrógrados no rinden en su mayor potencial. No es tanto que no funcionen bien como el hecho de que el individuo no les aplique demasiado en la vida cotidiana. En lugar de ello, intenta hacer encajar el mundo de hoy en sus conceptos del pasado. Obviamente, es este tipo de vida la que origina gran parte de la desarmonía que a menudo se atribuye a los planetas retrógrados. El triple proceso retrógrado, que no sólo opera en esta vida sino que también tiene tendencia a romper barreras temporales en otras vidas, actúa de un modo ligeramente distinto en cada Signo. Por ejemplo, el individuo que tiene Mercurio retrógrado en Aries que experimenta la primera fase (saltando en el tiempo fuera de sí mismo), se presentaría a sí mismo positivamente, lo que es completamente armónico con la cualidad marciana. Durante la tercera fase (en la que retrocede en sus procesos de pensamiento), estaría en completo desarmonía con la vibración de Aries. Quizá ésa sea la razón por la que personas con Mercurio retrógrado en Aries experimentan tanta tensión en sus vidas y raramente sientan unidos a sus pensamientos a la habilidad de exteriorizarlos. De este modo, con cada planeta retrógrado, el individuo está más acorde consigo mismo durante una u otra fase del triple proceso retrógrado, dependiendo en gran manera de la naturaleza del Signo en que se encuentre aquél. Hasta ahora, la astrología ha tratado más sobre los efectos de los planetas retrógrados que con su proceso actual, pero es gracias a la comprensión de estos procesos que el individuo puede conocer por fin lo que está en armonía y lo que no y por qué. El pistoletazo de salida actual del proceso empieza en el momento en que el individuo experimenta su primero pensamiento dirigido hacía la manifestación. La duración de cada fase depende muchísimo del Signo en el cual está situado el planeta. El hombre siempre intenta prolongar sus sensaciones de placer y acortar las de dolor. Así, es de esperar que cualquier fase del proceso retrógrado que esté más en armonía con el Signo en el se halla el planeta retrógrado se extienda más en el tiempo, y de este modo, aparentemente, ser visto como lo más característico del individuo. Al mismo tiempo, cualquier fase que esté menos armonizada con las características del Signo no sólo se manifiesta menos en el tiempo, sino que también refleja muchas de las quejas del individuo sobre su vida.

Planetas Retrógrados en las Casas

Cuando un planeta retrógrado aparece en una Casa, enfoca el triple proceso hacia el área de experiencias que la Casa representa. El individuo intentará expresar y expandir en el tiempo aquella fase del proceso retrógrado que esté en armonía con las cualidades de la propia Casa y también acordar en el tiempo aquella fase que esté en desarmonía con las áreas de experiencia de dicha Casa. Consideremos un individuo con Venus retrógrada en la Casa 10. El planeta está más en armonía con la Casa de la experiencia durante la tercera fase (en la que retrocede en sus procesos de pensamiento), donde es posible repetir mentalmente lo que ya ha sido experimentado. Eso se debe a que la Casa 10 simboliza un proyecto cristalizado, no tanto el trabajo hacia él como un cumplimiento de éste. Así, cuando el individuo es capaz de absorber magnéticamente el aprecio de sus semejantes por el trabajo bien hecho, está más en armonía con su Casa 10 con Venus retrógrada. Y, en consecuencia, ello se verá como el significado más característico de esta posición planetaria para él cuando procure expandir esta fase de absorción en el tiempo. La expresión negativa de Venus retrógrada en Casa 10 se encontrará cuando vaya hacía la primera fase retrógrada, el salto hacía adelante en el tiempo, tan típico de Venus y también totalmente desarmónico con el restrictivo Saturno que rige la Casa 10, donde puede encontrárselo quejándose del gran esfuerzo que le espera. En consecuencia, durante la primera fase (saltando en el tiempo fuera de sí mismo), donde manifiesta a su Venus positivamente hacía un futuro constructivo, todo lo que puede ver ante él son los muros aparentemente insuperables de las experiencias saturninas. Quizá por eso desee tanto el aprecio por el tiempo que en realidad está completando hacía la tercera fase. En esta particular posición planetaria, el individuo tiene sentimientos positivos durante la segunda fase (el proceso de vivir el futuro, teniendo la sensación de ya haber estado allí anteriormente), en la que avanza por terreno seguro hacia un objetivo específico.

Planetas Retrógrados y el Crecimiento Espiritual

Lo más asombroso de los planetas retrógrados es que todos los problemas personales que hacen que el individuo experimente en su vida privada son las claves espirituales hacia la resolución de entidades de pensamiento kármico. Todos nosotros experimentamos dualidades en nuestros sistemas de identidad. Una parte de nosotros es el "yo" mientras que otra parte -la parte social, tradicional y lo que nuestros padres nos han enseñado- es el "no-yo". Sin embargo, debido a nuestra formación y a un deseo de aceptar el mundo exterior de las apariencias, esta identidad del "no-yo" es bastante fuerte en algunas personas. No sólo origina actitudes críticas, miedos e inhibiciones, sino que casi induce y reta a la identidad del "yo" a expresarse a sí mismo. En el momento en que un individuo es consciente de estas dos partes de sí mismo y aprende a separar todo lo que ha sacrificado para construir su identidad del "no-yo" desde su auténtico "yo", ha dado el primer paso adelante en la comprensión de su verdadera naturaleza cósmica. La gente con planetas retrógrados tienen una gran habilidad para ver diferencias entre ellos, ya que a través de la naturaleza introspectiva del planeta retrógrado (mediante cualquier planeta o Casa de experiencia que represente) empiezan a alcanzar su identidad del "yo". Mientras tanto, el mundo exterior de tradición y apariencias se encuentra con dificultades para comprender a esta supuesta "oveja negra", debido únicamente a las diversas ideas y filosofías que el individuo tolera. Del mismo modo, una persona difícilmente contactará con quien no es secretamente envidioso (en su identidad del "yo") del individuo que realmente ha dejado de vivir la vida del "no-yo" tradicional. Así, a través de los planetas retrógrados de uno mismo, uno puede convertirse, en último término, en su propio gurú mediante la enorme autoconciencia que emerge en el instante que la identidad del "no-yo" ya no es una firme fuerza vibratoria en la vida de la persona.

Dinámica y Análisis de los Aspectos
 
Hay períodos en la órbita cíclica de un planeta en que éste parece disminuir su velocidad, detenerse, y luego invertir su dirección orbital. Se conoce a esta fase como retrógrada. Habituado a la estabilidad de una velocidad diaria promedio, el planeta manifiesta entonces la necesidad de no continuar moviéndose (símbolo de la adquisición de nuevas experiencias y en cambio comienza a atravesar grados previamente transitados (símbolo de las experiencias pasadas). Pero entre ambos hay un período de una casi total ausencia de movimiento llamada fase estacionaria, en la cual el planeta presenta una quietud y compostura interna inhabituales. Todos estos fenómenos aparentes son esenciales para la interpretación astrológica de los planetas retrógrados. En la realidad, ningún planeta se mueve hacia atrás. Aunque la condición retrógrada es una ilusión astronómica, creada por el movimiento acelerado de la Tierra, no invalida la influencia psicológica que los planetas retrógrados ejercen sobre la personalidad humana. Los principios vitales representados por los planetas retrógrados se expresarán probablemente a sí mismos en el interior del individuo como facetas más profundas de su carácter que no son fácilmente observables en la superficie. Al encontrarse más sumergidos, los planetas retrógrados señalan cualidades que operan desde una perspectiva más subjetiva. Consideran esta imagen: el zodíaco se inicia a los 0º de Aries. El punto de partida para las doce Casas es el Ascendente. Un planeta a 0º de Aries o el Ascendente, simboliza la emergencia de la expresión consciente, y anuncia el comienzo de un nuevo ciclo de experiencia para ese planeta (a través de los comportamientos o las circunstancias). Pero si ese planeta se vuelve retrógrado, entrará otra vez a la Casa 12, atravesando el último grado del Signo de Piscis. En ese sentido, considero que los planetas retrógrados manifiestan urgencias similares a los principios del Signo de Piscis, de la Casa 12, y del planeta Neptuno (regente de ambos). También se relacionan con las implicaciones kármicas del grado 29. Esto sugiere que los planetas retrógrados estimulan un regreso a condiciones previas de conciencia o de "asuntos inconclusos" originados en las profundidades ocultas del inconsciente personal. Los principios representados por un planeta retrógrado requieren menos implicación consciente en el mundo externo. Buscan experiencias contemplativas, de índole reflexiva para trabajar las necesidades del planeta. La retrogradación activa las facetas poco obvias de la personalidad aquellas que en general permanecen "detrás de escena". Esta condición, cuando es manejada adecuadamente puede producir la iluminación interior, pero si no es administrada correctamente provoca muchas pérdidas y acciones equivocadas. Debido a que los componentes inconscientes de nuestra personalidad son aún más inaccesibles que sus factores subconscientes, la función del planeta retrógrado se oscurece y se hace más difícil de reconocer objetivamente. La desaceleración gradual del movimiento del planeta retrógrado indica que algo del pasado necesita volver a ser estudiado cuidadosamente o reconsiderado con paciencia, y por lo tanto asimilado más en su totalidad. Existe ya una cierta conciencia presente que necesita ser revisada de manera menos apresurada. Los planetas retrógrados enfatizan principios que fueron tratados a la ligera y utilizados sin una comprensión profunda en vidas pasadas (ahora necesitan enriquecerse), o fueron mal aplicados hasta el extremo de ser distorsionados (y en estos momentos deben ser regenerados internamente antes de que puedan ser utilizados constructivamente en el exterior). Para que el individuo crezca y madure psicológicamente, la esencia de ese planeta debe ser comprendida y llevada a una realización más plena antes que la persona pueda continuar evolucionando.
 
A nivel consciente, el individuo puede tener dificultades en dirigir externamente los impulsos del planeta en cuestión. Parece que responden de manera pasiva a las actividades externas. Tienden a aplicarse de manera más sutil e indirecta. Aunque muy receptivos a las corrientes interiores, son reticentes a demostrar libremente su capacidad en la vida diaria. Creo que los planetas retrógrados no pierden fuerza de expresión. Simplemente sugieren una focalización mayor en el desarrollo interno que los planetas directos. Sin embargo, el individuo necesitará establecer una comprensión más clara y definida de lo que significa ese planeta a nivel más profundo antes de poder utilizar los principios indicados de manera productiva. Debido a ello, los asuntos representados por el planeta en cuestión (según su Signo natal y posición por Casa) sufren retrasos en el cumplimiento o en la fructificación hasta que el individuo haya profundizado su percepción. Tiende a operar psicológicamente más lentamente para asegurar una captación más completa y total... y así enseña a ajustarse o adaptarse a las condiciones limitadoras que concurren a veces. Las autoras Virginia Ewbank y Joanne Wickenburg han formulado un concepto único con respecto a los planetas retrógrados. En su extraordinario libro, "The Spiral of Life" (publicado por ellas mismas, Seattle, Washington, 1974), establecen que los planetas que van de Mercurio a Saturno (las luminarias nunca están retrógradas), operan en su fase retrógrada como si funcionasen a través del último Signo regido por el planeta (ya que todos ellos poseen una regencia doble según la astrología tradicional). Es decir, Mercurio retrógrado describe más los procesos de Virgo que los de Géminis. Virgo es capaz de estudiar y analizar cuidadosamente lo que Géminis reúne. Marte retrógrado actúa de una manera que se adecua más a Escorpio que a Aries. Venus retrógrada sintoniza mejor con el Signo abstracto de Libra que con el terráqueo Tauro. Júpiter retrógrado enlaza mejor con los principios de Piscis que con los de Sagitario, mientras que Saturno se expresa más como Acuario que como Capricornio. Recomiendo leer este libro lleno de percepciones astrológicas útiles, ya que se ocupa de muchas dimensiones de la delineación astropsicológica de forma sensible y claramente definida. Las autoras son muy consistentes en la presentación de los principios astrológicos, lo que es una rareza de encontrar en la bibliografía existente. Si el individuo posee cuatro o más planetas retrógrados (especialmente los personales, de Mercurio a Saturno, y no sólo los de la Octava Superior), comenzará su vida internalizando muchos de sus impulsos. Estará más atento a su mundo subjetivo. John McCormick en su libro "The Book of Retrogrades" (publicado por él mismo, USA, 1973), se refiere a cuatro planetas retrógrados como un "cuarteto" y establece que esta condición natal refleja "una tendencia de parte del nativo a retirarse y buscar expresarse en privado". Cuantos más planetas retrógrados haya en la Carta Astral, más distinta se verá la vida. Los planetas retrógrados pueden indicar cualidades únicas y totalmente personales, ya que están motivadas por los recursos internos. Varios planetas en esta fase pueden señalar una gran originalidad en el acercamiento a la vida, debido a que el individuo es menos moldeado por las estructuras sociales externas. En vez de ello, se desarrollará según sus propios impulsos interiores, que no siempre serán aceptados o comprendidos por los demás. La mayor parte de la auténtica naturaleza de esta persona se mantendrá apartada de la exposición directa hasta que haya aprendido a conocer la esencia de sus necesidades a través de una focalización cuidadosa y subjetiva. Debido a la naturaleza introspectiva de los planetas retrógrados, su expresión plena suele retenerse en los primeros años de vida hasta que hayan sido explorados y se haya reflexionado sobre su esencia. Cuando hay muchos planetas retrógrados en el horóscopo, nos encontramos con el tipo de personalidad "tardía", que exhibe talentos y habilidades inesperadas en sus años maduros (lo mismo ocurre con cualquier planeta retrógrado). Sin embargo, si muchos de estos planetas se encuentran implicados en configuraciones tensionadas (especialmente las Cuadraturas, o Quincuncios, que tienden al rodeo en la expresión), el individuo evitará participar directamente en los asuntos del mundo y rehuirá los desafíos que exijan una respuesta activa, prefiriendo retraerse. Funciona en una amplitud de onda distinta a la de los elementos de su medio ambiente personal y por ello se sentirá torpe o fuera de lugar en las situaciones sociales. Su dificultad en relacionarse con el flujo de la vida lo hará sentirse inadecuado al comienzo de la misma, hasta que aprenda a ajustarse a los comportamientos ordinarios. Esto ocurrirá especialmente cuando los planetas retrógrados hacen aspectos tensionados al regente del Ascendente, o al Ascendente mismo, o a uno de estos planetas cuando es regente del Ascendente. Si las configuraciones tensionadas no se resuelven, el individuo estará desapegado o desconectado de su medio ambiente, sintiéndose muy solo y aislado. Por otra parte, muchos planetas retrógrados bien manejados indicarán una persona que transfiere sus impulsos y necesidades a un nivel subliminal, brindándole más capacidad para desarrollarse espiritualmente, o una conciencia de sí mismo mayor en los planos internos. Será capaz de sintonizar mejor con el poder y la sabiduría de su inconsciente. Podrá trascender con mayor efectividad las limitaciones aparentes de su personalidad. Los planetas retrógrados buscan respuesta a las situaciones dentro de sí, mientras que los planetas directos prefieren descubrirlas a través de la actividad en el mundo manifiesto. Estos planetas serán mejor aprovechados cuando se los utiliza para propósitos elevados y para intentar comprender más a fondo las necesidades del Yo Superior. No estoy totalmente de acuerdo con esas escuelas de astrología que proclaman que los planetas retrógrados representan exclusivamente cualidades negativas que hemos traído de vidas anteriores debido a errores de conducta. Quizá sea cierto a veces, pero no creo que sea el principio general de la retrogradación. Los planetas directos también pueden describir rasgos indeseables de la personalidad, y quizás en mayor grado debido a que se expresan más abiertamente. Sin embargo, a veces los planetas retrógrados parecen operar de forma más compulsiva, siguiendo su curso de acción a pesar de la presión del medio ambiente externo. Pero, no tiene por qué considerarse como una actividad negativa.

Los Planetas Estacionarios

Una etapa muy importante de todo planeta es cuando en su ciclo natural alcanza la fase estacionaria. Indica el corto período de tiempo antes que se vuelva retrógrado o directo. Un planeta en este punto específico de su ciclo está disminuyendo su movimiento de forma dramática. Tracy Marks sugiere que puede ser considerado estacionario "si su velocidad ha decrecido menos de 1/10 parte de su moción normal". El estudiante deberá seguir su propio criterio para determinar cuándo un planeta se vuelve estacionario. Normalmente, con los planetas más lentos (como los de la Octava Superior), un planeta se considera estacionario cuando permanece en el mismo grado y minuto antes de cambiar de dirección. En el caso de los planetas más rápidos, los considero estacionarios solamente cuando permanecen en el mismo grado antes de cambiar de sentido (al menos en lo que respecta a la Carta Astral, no necesariamente a las progresiones). ¿Qué significa un planeta estacionario en la interpretación natal? Quizás la mejor clave para describir su naturaleza viene dada por su rasgo más obvio: es la concentración intensa en un área definida del horóscopo. Muestran un interés delimitado (según la naturaleza del planeta), lo que sugiere mucha intensidad en su acción. En general, un planeta estacionario no es arrojado con facilidad del área en que se centra. Al estar virtualmente inmóvil, tiende a atrincherarse firmemente, indica fuerza en la aplicación y una persistencia tenaz. Para mejor o para peor, ejerce un gran impacto en la naturaleza del individuo. Sin embargo, debido a los rasgos ya mencionados, también puede describir características que se inmovilizan en la personalidad. El individuo puede volverse muy fijo en su orientación, como para permitir la adaptación, dando por resultado una manera de expresarse inflexible y obcecada. Por otra parte, la fijeza de la condición del planeta indica constructivamente vigor y resistencia. Los aspectos a este planeta determinarán si la fase estacionaria tiende a volver al individuo firme y resuelto, o atado a la rutina y estático. Usualmente, se manifestará de ambas maneras según el momento. A menudo necesita concentrarse completamente en algo que haga funcionar su atención superior si desea darle satisfacción. Sin embargo, deberá ejercitar más objetividad en esta área para no fasci­narse por los procesos de este planeta y excluir el desarrollo de los otros componentes de su personalidad. En una natividad, un planeta estacionario puede estar a punto de volverse retrógrado (denominado estacionario retrógrado o directo). Esta distinción es importante a la hora de la interpretación. Un planeta estacionario retrógrado tendrá una disposición más subjetiva e in­ternalizador, el individuo comenzará a focalizarse en las implicaciones psicológicas del planeta con creciente inquietud. Esta fase del planeta exhibe una intensidad más concentrada, creando un impacto interior mayor del que tendría el mismo planeta si fuese meramente retrógrado. Un planeta estacionario directo ya ha asimilado sus impulsos a niveles más profundos e introspectivos y está preparado para emerger a la superficie de la conciencia y utilizar lo que ha desarrollado sutilmente. Los planetas estacionarios directos parecerán más activos, ya que están maduros para comenzar de nuevo según los principios del planeta en cuestión. Exhibirán un alto grado de anticipación, expectativa, o urgencia que no se encuentra a menudo en los meros planetas directos. Sin embargo, dado que ambas estaciones representan a un planeta casi inmóvil, los esfuerzos para examinarlo interiormente o para su utilización externa deberán ser llevados a cabo con paciencia, minuciosidad y concentración. Se deberán tomar en cuenta los matices. Esta misma dinámica deberá aplicarse a los planetas en tránsito en sus distintas fases. Sin embargo, como ocurre con todos los factores transitantes, las condiciones externas corrientes (más que las facetas enraizadas del carácter) estimulan la respuesta individual durante los períodos estacionarios. Los tránsitos deben ser interpretados dentro del contexto en que se mueve el individuo. Un planeta retrógrado puede eventualmente por progresión alcanzar el punto estacionario antes de ponerse directo. Los planetas más rápidos probablemente lo harán durante el lapso normal de la vida humana (en especial, Mercurio y Venus, y a veces Marte). Para los demás planetas, dependerá de si sus posiciones retrógradas natales se encuentran ya suficientemente cerca de esta fase dentro de un período de tiempo razonable. Así como la fase estacionaria para algunos planetas puede durar varios días, la influencia de un planeta estacionario progresado puede operar durante varios años. A diferencia de los tránsitos, las progresiones se relacionan más con el desarrollo interno del carácter potencial (que puede o no ser proyectado en las relaciones o los sucesos). Cuanto menos se proyecte un planeta, mejor se asimilará la progresión y más se convertirá en una parte integrante de la naturaleza interna. Pero incluso si una progresión bien asimilada se expresa a través de un mecanismo de proyección, lo que se proyecta se vuelve constructivo y armonioso para las necesidades del propio carácter. Los tránsitos en cambio generalmente representan condiciones externas existentes en el medio ambiente, que operan a través de asuntos y de situaciones concretos. Pero incluso estas energías no siempre serán expresadas a través de circunstancias (ya que los tránsitos no se relacionan con hechos personales o la necesidad de actuar). Uno de los misterios de la astrología es que nadie puede predecir con absoluta certeza en qué nivel expresará el individuo estos principios, esto lo determinará el grado de evolución de cada personalidad (más la propia capacidad para servirse del libre albedrío). En general, cuánto más consciente sea un individuo, más propenso será a experimentar cualquier planeta (natal, progresado, o transitante) a través de la actitud y el comportamiento y no a través de las circunstancias concretas y mundanas. Por supuesto, un individuo bien integrado debería ser capaz de transformar con más facilidad esas actitudes en actividad creativa y productiva sin grandes dificultades. Cuando un planeta progresado retrógrado alcanza la fase estacionaria y está a punto de volverse directo, el individuo (durante ese año de progresión) vivirá un momento decisivo en su crecimiento interno. Ese año en particular marcará un cambio en la manera de enfocar la vida, descrito por el planeta en cuestión. Simbólicamente significará que el período de preparación interna de asimilación e integración está alcanzando su consumación. Ahora deberá focalizarse una vez más sobre el mundo objetivo y comenzar a usar las energías de este planeta para ejercer influencia sobre los asuntos externos. Podrá movilizar tales energías desde su centro hacia fuera e impactar grandemente a su medio ambiente. Aunque puede exhibir una gran profundidad de comprensión cuando Mercurio en tránsito se pone retrógrado, sus mentes parecen trabajar mejor, y los planes y decisiones personales manifiestan resultados más satisfactorios de los esperados. Naturalmente, estos Mercurios retrógrados tienen algo que comunicar a este respecto, debido a la naturaleza reflexiva de este planeta. No he sentido ningún comentario con relación a los otros planetas. Quizás si un planeta natal retrógrado, también se vuelve retrógrado por tránsito, el individuo sintoniza mejor consigo mismo durante este período de tiempo. Estará más activo y expresivo en las áreas de la vida indicadas por su ubicación natal retrógrada. Esto tiene sentido, considerando que durante todos los otros períodos de tránsito directo, el individuo se sentirá fuera de lugar con respecto a lo que debe experimentar en el medio ambiente inmediato, y se comportará de manera distinta. La sintonía presente sugiere un grado de realización interior para tal persona, incluso si las condiciones externas son distintas. Probablemente estará muy conectado consigo mismo a niveles profundos en este aspecto, y por lo tanto se sentirá más sincronizado con los sucesos externos durante este breve período. Hay muchas otras condiciones sobre las cuales especular, por ejemplo: ¿Operan con las progresiones conversas, o por dirección de arco solar? (lo que acelera marcadamente el movimiento de los planetas de la Octava Superior volviéndolos más accesibles a la predicción), y ¿cómo hay que considerarlos en lo que respecta a las Cartas compuestas, especialmente cuando una persona tiene un planeta retrógrado y la otra no? Ahora describiré los efectos que la retrogradación imprime en los planetas.

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Mercurio Retrógrado

El individuo experimenta un karma no resuelto en las relaciones. Tiene tendencia a comportarse con los demás como si representaran personajes de su pasado. Así, le resulta difícil mantener todo el énfasis de su conciencia en el "aquí y ahora". Generalmente, sus dificultades se ponen de manifiesto con la familia. Pero la cuestión de las relaciones va más allá de cómo se comunica uno con la gente. A menudo existe un problema inherente a Mercurio retrógrado en términos de ver lo que podríamos denominar una realidad invertida. El individuo tiene dificultades para comprender la relación más básica entre causa y efecto. Se cuestiona la esencia misma de la vida, de modo que a menudo no puede ver los vínculos más sencillos entre las cosas, las circunstancias y la gente. Perdido en los pensamientos que están más allá de su comprensión, debe aprender a contentarse con las bases más simples sobre las que se fundamenta la vida. De lo contrario, se empeñará tanto en descubrir lo que está más allá del conocimiento que casi omitirá lo que es obvio. Cuando Mercurio aparece retrógrado en el horóscopo, la mente consciente del individuo es capaz de grabar ideas en la conciencia universal desde épocas pasadas. Generalmente, no se da cuenta de ello, pero si de que no puede hacer comprender fácilmente a los demás todo lo que sabe. Eso es debido, en parte, a la inversión del símbolo de Mercurio, donde la importancia de la materia predomina sobre el espíritu y el alma. Ello hace que el individuo se preocupe de la forma de sus ideas, lo que constituye un bloqueo para la esencia de su conocimiento. Además, hablando en términos de vida mental, su longitud de onda es ligeramente diferente a la del resto de la sociedad. Los procesos de pensamiento tienden a repetirse como un disco rayado, y en consecuencia la mayoría de las cosas que crea son de distintas clases y formas, copias en papel de carbón de lo que ya ha hecho. Al hablar, le cuesta proyectar con exactitud las imágenes telepáticas que representan el significado de sus pensamientos. Por eso, a menudo se siente incomprendido y se pregunta si los demás no ven las cosas como él. Se siente más apartado de la sociedad de lo que lo hace una persona con Mercurio directo. En consecuencia, intenta desesperadamente entrar en contacto con los demás, de manera que a menudo enfatiza sus ideas hasta el punto que estás llegan a convertirse en una molestia para quienes le rodean. Incómodo en compañía, intenta afanosamente ganarse la aceptación de los demás. Pero al menor indicio de rechazo puede rendirse fácilmente. Al final, comprende que su seguridad consiste en crecer de forma más distante e impersonal que la gente con Mercurio directo. Los demás suelen interpretar esta actitud como "frialdad", pero no es más que la vibración de Mercurio retrógrado, que es obviamente desarmónico con vibraciones de movimiento directo. Bajo ese muro aparente, este individuo es mucho más sensible de lo que muchos imaginan. Una vez se ha cruzado la barrera de la comunicación, existe una gran perspicacia derivada de Mercurio retrógrado. Para facilitar las cosas, el individuo retrógrado no intentaría hacer encajar la forma de su vida en las ideas y opiniones de los que están a su alrededor. En lugar de eso, se encontrará más a gusto mostrándose agradecido debido a su forma especial de ver las cosas.
 
Resulta interesante destacar que ha habido muchos grandes genios de la música con Mercurio retrógrado. Quizá su conciencia de las dificultades del lenguaje hablado les llevó a otra forma de comunicación que tiene una mayor libertad y niveles más sutiles de expresión mental y emocional. En áreas en las que requieren concentración, este individuo puede ser un excelente estudiante, aun cuando le lleve algún tiempo entender ideas y principios. Al final, conocerá el tema más ampliamente y con mayor profundidad que los individuos con Mercurio directo. Eso ocurre porque, literalmente, él no ignora nada. En áreas de conocimiento, es incapaz de saltarse cualquier punto que le deje intrigado. A pesar de la impaciencia de los demás compañeros de su clase, volverá a insistir repetidamente en algunas cuestiones anteriores hasta que la respuesta quede clara. Es muy bueno en historia, donde el estudio del pasado de la naturaleza humana le permite conocer cómo puede actuar uno en el futuro. Amante de enseñar a los demás bajo sus diferentes puntos de vista, tiene la facultad de hacerle caer en la cuenta a uno de antiguos detalles que son necesarios en la actualidad para recoger y ensamblar las piezas de un rompecabezas que de otro modo se perderían. Para ello, parece ir siempre contracorriente, lo que le lleva a no ser comprendido por quienes están cerca de él. Esto causa nerviosismo e irritabilidad cuando demasiada concentración desencadena sentimientos de separación de aquellos a quienes quiere acercarse. Dado que se inspira en desechadas, aunque útiles, ideas del pasado, tiende a entrar en contacto con aquellos individuos que se precipitan hacia el futuro tan de prisa que se han dejado algunas piezas tras ellos. Él puede llenarles este vacío tan pronto como se detengan para escucharle. Al tratar con diferentes periodos de tiempo a la vez, el individuo con Mercurio retrógrado actúa como embudo e intérprete. Siempre existe un poderoso mensaje, pero procurará no comunicarlo a menos que se siente aceptado en ese momento. En el terreno de la sexualidad, esta posición dificulta el establecimiento de una comunicación serena con el sexo opuesto. En algunos casos puede indicar homosexualidad, especialmente si se halla en Conjunción o Cuadratura con Marte, Venus o Neptuno, o si se encuentra en la Casa 8 formando cualquier aspecto con Urano. Un Mercurio natal retrógrado puede indicar una mente que es introspectiva por naturaleza y propensa a la contemplación en sus diversos niveles. Se siente menos impulsado a comunicarse de forma directa, y concreta, especialmente en lo que se refiere estrictamente a sí mismo. En sus primeros años, estos individuos parecerán reservados en el discurso, aparentemente serán más lentos o reflexivos en sus respuestas, e incluso un poco obtusos o inexpresivos según las normas sociales en uso. Por otra parte, he conocido personas con un Mercurio natal retrógrado muy rápidas y fluidas en el hablar cuando se discutían temas de naturaleza impersonal o universal, es decir conceptos abstractos. Sin embargo, cuanto más personalizaban sus pensamientos, más parcos y dubitativos se volvían, rara vez elaboraban o brindaban información detallada. Quizás, lo que experimentan inicialmente a nivel mental no pueden conectarlo fácilmente a continuación con los niveles externos (especialmente si Mercurio forma un aspecto tensionado con Saturno, Neptuno, o Plutón, planetas lentos). De ello se puede deducir que estas personas perciben, evalúan o reflexionan siempre más de lo que están dispuestas o son capaces de expresar externamente (al menos hasta después de haber reflexionado). No revelará sus pensamientos íntimos o personales a menos que se le pregunte directamente e incluso su natural reserva mental lo inclina a dar una respuesta pobre. En algunos casos, tal respuesta será concisa y sucinta. Debido a que los planetas retrógrados normalmente no enfatizan el desarrollo externo, a veces pueden parecer incapaces cuando deben funcionar a un nivel estrictamente mundano, especialmente en la interacción social. Una persona con un Mercurio natal retrógrado analizará y pensará diferentemente de otra que posee un Mercurio directo. Las soluciones del Mercurio retrógrado a los problemas mayores y menores serán más individualizadas, ya que la lógica y el razonamiento se dirigen a menudo a la observación de sutilezas y factores poco obvios que los demás generalmente pasan por alto o ignoran. Al centrarse la fuerza mental en su interior, la mente adquiere una cualidad oculta, y así es como el funcionamiento profundo de los procesos mentales recibe un estímulo mayor. La mente racional establece una conexión más estrecha con el inconsciente y sus poderosos contenidos. Desde un punto de vista estrictamente práctico, esta condición también señalar oscuridad mental, en la cual los pensamientos íntimos de la persona son incapaces de estructurarse con nitidez o ser comprendidos por los demás. Normalmente el ego (señalado por el Sol) es menos capaz de dirigir y controlar la expresión de la mente (ya que Mercurio retrógrado se aleja simbólicamente de la dirección que toma el Sol). Este individuo tendrá menos confianza en la activación de su energía mental para alcanzar los objetivos principales o metas centrales (ya que el inconsciente tiene más poder que la mente racional y concreta). Absorbe información sin ser consciente de ello. Asimila más datos del medio ambiente de lo que aparenta. Pero en la superficie, parecerá que aprende las cosas más lentamente que los demás. Quizás porque sus intentos por reunir conocimiento despiertan los niveles profundos de su percepción interior, este individuo analiza cuidadosamente, y reflexiona mucho sobre la información que recibe, antes de aplicar efectivamente este conocimiento en el mundo exterior. Mercurio retrógrado aparece a menudo en los horóscopos de personas muy autocríticas, ya que las facetas selectivas y discriminatorias del planeta se vuelven hacia el interior con facilidad. Se acentúa el autoexamen subjetivo. Para estas personas es muy difícil tomar decisiones rápidas, o pensar en términos absolutos (ya que la condición retrógrada crea un flujo mental constante, están siempre modificando planes, revisando pensamientos previos, o adaptándose a los cambios externos que muchas veces son imprevistos). Normalmente deben esforzarse mucho para prestar la debida atención a los detalles inmediatos. Especialmente con respecto al material escrito. Hay una extraña mezcla de mente ausente y memoria increíble para recordar las sutilezas que la mayoría de la gente descuida o no ve. Aunque sea difícil estabilizar la mente a nivel mundano (le cuesta mucho prestar atención), a menudo puede alinearse mejor con los dictados del Yo Superior sobre todo cuando Mercurio tiene aspectos fluidos. Los componentes abstractos de la mente consciente reciben mayor estímulo. Lo que esta mente no es capaz de recibir en términos de comunicación directa, lo compensa en términos de respuesta sutil, indirecta, y no verbal. La profundidad potencial de comprensión existente aquí no debe ser desestimada por la tendencia del individuo a parecer torpe e incierto en la demostración externa de sus habilidades mentales. (Nostradamus, F. A. Mesmer, Federico Chopin, Alan Leo, Israel Re­gardie, Salvador Dalí, Erich Fromm, Howard Hughes).
 
PROGRESADO: Cuando Mercurio se pone retrógrado por progresión, marca un período en la vida del individuo en que se alejará gradual y sutilmente de su acostumbrado estilo objetivo e intelectual de enfrentar los hechos. Podrá experimentar más vívidamen­te el poder subjetivo de su mente. Por supuesto, mucho de­penderá de la edad exacta en que Mercurio se pone retrógra­do. Cuánto antes ocurra, menos impacto tendrá sobre su conciencia despierta. Cuánto más tarde suceda, más intensa­mente podrá sintonizar el individuo con sus procesos menta­les en profundidad. Su autoabsorción crecerá en lo que respecta a las comunicaciones personales con los demás, ya que ahora es más sensible a las respuestas que recibe (y también porque a menudo tales respuestas no se alinean con lo que in­tenta decir. A medida que la brecha se ensancha, se ve obli­gado a volverse más reflexivo y precavido). Sólo pocos indi­viduos son capaces de captar lo que intenta expresar. Cre­cerá su capacidad para realizar profundos autoanálisis, es probable que el individuo focalice su atención en programas de autodesarrollo mental o en intereses educativos que puedan ayudarlo en su búsqueda de significados interiores. La edad es un factor importante en la interpretación. Por ejemplo, a los siete años, esta fase de transición retrógrada puede indicar problemas de lectura, numéricos, dificultades en el habla, o menos interés en los temas escolares que exigen una estructura precisa de pensamiento o retención detallada de datos (por ejemplo, en la matemáticas y en las ciencias). Sin embargo, este niño irá mejor en aquellos estudios que lo ayu­den a desarrollar su comprensión de las imágenes visuales o la asociación de símbolos (ya que los procesos imaginativos son realzados y estimulados). Estará indeciso sobre la conveniencia de hacer planes futuros importantes, quizás experimente una inquietud interna que lo mantendrá en un estado de inestabilidad mental durante algún tiempo (aunque en la superficie no será tan evidente). Como este período retrógrado dura unos 24 años progresados, lentamente irá condicionando la mente para que se vuel­va más contemplativa y filosófica. En algunos casos, según los aspectos natales, puede indicar un período de frustración mental o dificultades en el aprendizaje. Necesitará más tiem­po para captar las cosas por completo y deberá esforzarse más para asimilar lo que estudia y las observaciones que rea­liza. Sus contenidos mentales inconscientes ocuparán el pri­mer plano y desviarán su atención de los procesos de pensa­miento mundanos. Percibirá menos los detalles exteriores de su medio ambiente inmediato, lo que lo volverá más olvidadizo, mentalmente ausente, o directamente descuidado en sus pensamientos y modo de hablar. Por otra parte, crecerá su sensibilidad a ciertos cambios sutiles que, de no ser así, pasaría por alto. Estará muy sensible también a los ajustes internos de su propia naturaleza, casi como si su inconsciente le diese instrucciones para comprender las cosas de una ma­nera diferente a la planteada por su mente consciente. Ob­serve la Casa que ocupa Mercurio en la Carta Natal y también las Casas gobernadas por Géminis (ya que es más reflexivo) en la cúspide. Estas serán proba­blemente áreas donde necesite realizar cambios mentales, adquirir nuevas perspectivas, o reconsiderar ciertos pensa­mientos que lo ayudarán a contactar más estrechamente con su ser interno durante esta fase. Comenzará a responder a la fase retrógrada progresarla de Mercurio el año exacto en que cambia de dirección, pero reaccionará a esta mutación de conciencia unos años antes, durante la fase estacionaria del planeta. Quienes previamen­te no conectaron suficientemente con su ser interior subjeti­vo, descubrirán que este cambio de dirección les trae confu­sión y separaciones en la vida externa durante los primeros años de este período. Cuando un Mercurio natal retrógrado se pone directo por progresión, el individuo sentirá que su mente se libera de ese estado subjetivo de expresión y ahora será capaz de ejercer su influencia sobre los asuntos externos de manera más activa y efectiva. Su período preparatorio ha terminado, y las energías mentales del individuo podrán vol­ver al mundo externo y demostrar su capacidad plena. Su po­tencial comunicativo será más libre y abierto pues ahora se relaciona desde una perspectiva profunda. Querrá aplicar su comprensión intuitiva a los asuntos cotidianos, a fin de cap­tar su verdadera naturaleza. Rara vez será superficial en sus observaciones, ahora será menos tediosamente críptico y difícil de interpretar. Se volverá menos autoconsciente acerca de sus procesos mentales, eliminando los bloqueos que se fueron desarrollando durante los años anteriores. Deseará intercambiar ideas con los demás con una fluidez que antes parecía casi imposible. El período estacionario de Mercurio hará sentir al individuo que vive una crisis interna, durante la cual deberá llegar a un acuerdo con su mente y desarrollar recursos comunicativos que avancen su crecimiento. Las presiones irán creciendo hasta que se haga imperativa una trans­formación mental liberadora. Los aspectos a Mercurio du­rante este período progresado indicarán cómo ocurrirá esa liberación.

TRANSITO: Este período dura unos 24 días, normalmente tres veces al año. Los planetas transitantes son más aptos para disparar hechos externos que para activar condiciones interiores o ac­titudes. Sin embargo, estos hechos operarán en el nivel que se experimente interiormente al planeta natal. Así, cuando un planeta se vuelve retrógrado por tránsito, parece que in­terfiere con el flujo normal de las actividades representadas por ese planeta en el mundo externo. Esto puede crear con­diciones frustrantes, demoras, fracasos, o cambio de planes de último momento según el grado de susceptibilidad del in­dividuo. Cuando Mercurio por tránsito se pone retrógrado, no es el mejor momento para tomar decisiones importantes o firmar documentos y papeles que deban sellar un compromi­so o contrato de largo alcance. Esto se debe a que el énfasis comunicativo normal de Mercurio (junto con su capacidad para percibir con claridad, analizar fríamente, y razonar con objetividad) se alejará del nivel cotidiano. Querrá expresar­se en términos menos tangibles y estructurados. Se puede esperar todo tipo de interrupciones menores pero irritantes en lo que respecta a las diferentes formas de comunicación o transporte. Cuánto más mercurial sea la actividad, también será más vulnerable. Como Mercurio rige tantas cosas pe­queñas y aparentemente incidentales de nuestra vida diaria, los problemas pueden aflorar desde diversas áreas al mismo tiempo. Las molestias típicas serán aquellas que tengan que ver con las reparaciones de automóviles, de teléfonos, men­sajes confusos, demoras en la correspondencia, entregas postergadas, maquinarias estropeadas, citas canceladas re­pentinamente, o cambios de planes y negociaciones en el último momento. Si en este tiempo Mercurio retrógrado de tránsito hace as­pectos difíciles a cualquier planeta natal, el individuo estará especialmente sensible y alerta ante la falta de claridad o lógica en su proceso mental. No prestará la debida atención a los detalles, y puede confundir o enturbiar los asuntos debido a que descuida los factores menores y aparentemente sin importancia (en especial el trabajo o las tareas domésticas). Durante este tránsito se cometen errores con más facilidad y más repetidamente, a menudo la persona ni se da cuenta siquiera. A veces, errores del pasado pueden llamar ahora nuestra atención y corregirlos (he visto que puede ocurrir una cosa o la otra). Durante este período, pueden aparecer incluso objetos perdidos o escondidos. Cuando Mercurio está retrógrado se aconseja no dar nada por seguro o garantiza­do. Compruebe cada cosa dos veces. Recuerde que éste es uno de los períodos más difíciles para prestar atención a los detalles del diario vivir. La Casa por donde Mercurio transite será la que reciba su in­fluencia retrógrada mayor, junto con las Casas natales regi­das por Mercurio, aunque en un grado menor. Cualquier pla­neta que haga aspecto exacto a Mercurio debe ser observado atentamente. El grado donde se vuelve retrógrado es tam­bién un punto muy sensible; los aspectos natales a este grado transitante marcan a menudo, según mi observación, todo el período retrógrado. Es un buen momento para las activida­des mentales tales como la investigación, la edición, la revi­sión de un trabajo escrito, leer pruebas, etc. Debido a la na­turaleza introspectiva de la retrogradación, es un período también bueno para la meditación, el autoanálisis en profun­didad, y las diversas técnicas psicológicas para comprenderse uno mismo. También es positivo para las revisiones menta­les, en las cuales el individuo gana rememorando ideas y con­ceptos previos, volviendo a analizar su valor y relevancia en el presente, y haciendo todas las correcciones y modificaciones necesarias. Dado que Mercurio se mueve ahora más len­tamente, la mente será más reflexiva en sus evaluaciones y reconsiderará los asuntos con más cuidado. Es un momento constructivo para la revaluación. Durante este período, las nuevas actividades deberán ser planeadas al detalle pero no llevadas a la práctica, mientras que los asuntos del pasado sin resolver podrán ser completados.

Venus Retrógrada

El individuo lleva consigo una gran incomprensión del amor en vidas anteriores. Generalmente, siente tal dolor que ya no quiere experimentar la riqueza del amor por miedo a que vuelvan a herirle. Sea hombre o mujer, en esta vida tiene muchas dificultades en sus relaciones con el sexo opuesto. Al intentar vivir el presente, recrea sin cesar un viejo recuerdo de amor de una antigua encarnación que aún sigue eludiendo. Reacciona ante el presente como si en realidad estuviese viviendo el pasado. En este sentido, ha permanecido fijo en un punto en el tiempo, y cualquier cosa que allí haga difícilmente parece ser el progreso que dice desear. En los Mapas de los varones, eso indica a veces un karma relacionado con la homosexualidad. Pero incluso ésta tiene sus grados, que van desde el hombre sin pelos en la lengua que intenta vender políticamente vender la homosexualidad al mundo, hasta el hombre casado que no desea que se nombre esta palabra en su presencia, aunque busque la menor oportunidad para evitar a las mujeres, mientras demuestra su masculinidad. Este último tipo de hombre es la clase de individuo cuya vida se centra en sus amistades masculinas, empleando todo lo que sean asociaciones, clubs, aficiones, etc., como una excusa para evitar a las mujeres. Pueden comportarse respetablemente en la sociedad, pero sigue siendo un homosexual en potencia. Con menor frecuencia encontramos reacciones similares en la mujer con Venus retrógrada. La tendencia kármica más notable es que el individuo, hombre o mujer, suele desconfiar de muchas ofertas de amor, pensando que los individuos que las realizan lo hacen generalmente con fines sospechosos. La personalidad del individuo con Venus retrógrada es marcadamente diferente de las de las personas con Venus directa. Existe una tendencia a interiorizar aquello que hace daño, operando en sí mismo lo que Venus en movimiento directo trataría de exteriorizar. A menudo, Venus retrógrada no solo crea ese dolor, sino que también tiende a exagerar su efecto. Enfatiza exageradamente sobre el amor (o amores) de su vida. Para esa persona, éste no se descubrirá por derroteros sencillos. Extremadamente consciente, suele preguntarse si los demás no le prestan tanta atención como la que se presta a sí mismo. No siempre positivo respecto a lo que le gusta o le disgusta, tiende a diferenciar entre vivir su vida y ser consciente de ello. Puede estar profundamente enamorado y no saberlo hasta muchos años después de terminada la relación. Pasa por muchas formas de comportamiento similares, todas ellas destinadas a negarle en realidad lo que cree que verdaderamente necesita. Siempre tiene dificultades con el sexo opuesto, tiende inconscientemente a programar de antemano sus relaciones futuras de modo que encajen en los modelos de su pasado. Una gran inseguridad acompaña a esta posición, pues el individuo procura comportarse siempre de modo que sienta que encaja con los demás. Pero al hacerlo de forma semi-inconsciente, sigue alejando a los demás de él, de modo que nadie le conozca lo bastante a fondo como para amenazar cualquier asomo de seguridad en el que haya basado su identidad. Esta posición tiende a hacer la vida más solitaria interiormente, dado que el individuo se automargina de la felicidad al intentar conseguirla por la vía más difícil.

Cuando un planeta está retrógrado expresa la necesidad de concentrar más atención en las facetas subjetivas de ese pla­neta. El individuo se centra menos en la aplicación materia­lista del mismo. Venus normalmente nos impulsa a buscar la belleza, el refinamiento, y la comodidad en el mundo exter­no. Nos incita a aprender y a valorar las interacciones cultas, y nos sensibiliza ante el potencial estético de la vida. Cuando se encuentra retrógrada en la Carta Astral, los valores estéti­cos del individuo serán más personalizados y menos condi­cionados por la sociedad. Sus instintos sociales se servirán de canales menos extrovertidos. El individuo será más subjetivo y deliberado en sus evaluaciones del amor, la belleza, y las asociaciones en general. Apreciará y valorará cosas que quienes poseen una Venus directa pasarán por alto o no encontrarán atrayentes. Una persona con Venus retrógrada po­seerá una percepción más plena de la belleza interior o abstracta, y no se sentirá tan atraída por la apariencia física superficial. Estará sintonizado más armoniosamente con los elementos sutiles. La naturaleza amorosa será experimenta­da de manera más profunda, ya que las emociones lo impac­tarán con más intensidad. Pero le resultará más difícil expre­sarlas de forma abierta y demostrativa. El lado superficial y potencialmente frívolo de Venus será menos evidente. No se comportará socialmente de forma convencional sólo para obtener la aprobación y la aceptación de los demás. Será algo reservado o inhibido en el despliegue de sus afectos, necesitará más tiempo para desarrollar este aspecto de sí mismo. A nivel romántico, florecerá tardíamente (en términos de reali­zación afectiva interior). Sus relaciones no serán demasiado fluidas ni se inclinará a ser muy sociable. Mantendrá sus emociones para sí, por lo tanto se sentirá menos impulsado a buscar activamente a los demás para establecer relaciones amistosas e íntimas. Es probable que evite relaciones estrechas con los demás y pre­fiera establecer contacto entre las distintas partes de sí mismo. Dudará de su capacidad para gozar de los contactos con los demás, tiende a volverse hacia su interior para conseguir realizarse emocionalmente (valora su propia compañía más que la ajena, necesita soledad e intimidad). Externamente, puede parecer retraído y solitario. Debido a ello, la satisfacción amorosa y emocional genuina puede llegarle tar­de en la vida (o tal vez nunca). Deberá revisar introspectivamente sus valores personales, sentimientos tiernos, e incluso su dependencia, antes que pueda sentirse cómodo y seguro en compañía de los demás, y sea capaz de compartir las mu­chas partes que componen toda una relación de forma equili­brada y coordinada. Necesita examinar las razones que lo in­citan a estimar a los demás (dado que sus apegos le resultan tan difíciles de entender a él mismo como a los destinatarios de sus afectos). Los factores operantes serán de índole inconsciente, por lo cual la atracción del individuo parecerá incomprensible, irracional, y poco práctica. Desde un punto de vista positivo, el principio de refinamiento propio de Venus será más intenso a nivel psíquico, permitiendo a la persona desarrollar lentamente una expresión más madura y espiritualizada. Pero esto sólo sucede después de realizar una am­plia autoevaluación. En ciertos casos, esta Venus es capaz de amar desde un punto de vista más abstracto y universal. Venus retrógrada está menos interesada en acumular bienes y posesiones materiales solamente por su valor mundano, el individuo es menos materialista en el sentido pragmático del término. Le preocupa más el valor interior de lo que posee. Pero, en algunos casos, esta condición reflejará dificultades para lograr una seguridad financiera en la vida debido a valores en conflicto (los propios en contra de los de la sociedad). Refrenará la gratificación de las necesidades emocionales a través de los recursos físicos. Si Venus retrógrada se encuen­tra aspectada muy negativamente, el individuo sufrirá frustraciones emocionales muy intensas debido a los limitados canales afectivos o artísticos. Su habilidad para la autoacep­tación estará bloqueada, lo que a su vez distorsionará y des­viará la expresión amorosa y social. Esta condición puede se­ñalar a alguien que no se siente merecedor de recibir amor, ya que posee un concepto confuso de su propio valor. En al­gunos casos, el principio amoroso volverá sus energías hacia la propia persona de forma muy subjetiva e instintiva, lo que indicará una inclinación narcisista inconsciente (por ejem­plo, una autoatracción mórbida). Los sentimientos ocultos o indirectos deberán salir a la superficie de forma consciente antes de que este individuo pueda desarrollar una objetividad saludable y una perspectiva al respecto. (Michelangelo, Gustav Mahler, Adolf Hitler, Pearl S. Buck, Winston Chur­chill, Meher Baba).

PROGRESADA: Cuando Venus se pone retrógrada por progresión, marca un tiempo de flujo emocional, inestabilidad en las uniones, y cambio en los valores. Normalmente, siente el impulso sub­jetivo de no participar socialmente, tal cual había establecido previamente. Socialmente se sentirá más torpe y autoconsciente, reflexionará mucho sobre los valores más profundos de las asociaciones. La perspectiva interior se ampliará, debido a que cotejará los factores emocionales latentes con sus sentimientos conscientes. Este período progresado dura unos 42 años. Se lo puede considerar un factor condicionante gra­dual y sutil que se origina en los ajustes que realiza el indivi­duo en su configuración interior, más que una influencia predominantemente externa. A menudo se ha observado que el año en que el planeta entra en retrogradación por progre­sión, así como el año en que se vuelve directo (que represen­ta el pico de la fase estacionaria del planeta), son dos mo­mentos sensibles que producen las mayores mutaciones en la conciencia u originan períodos de crisis interior en los princi­pios implícitos; se manifestará a través de la Casa que ocupa. Venus en esta posición puede estimular la incertidumbre so­cial, la confusión en los valores, o la percepción de anhelos amorosos previamente encubiertos. Desde un punto de vista reencarnacionista, el individuo sintonizará más con las acti­tudes afectivas que desarrolló en vidas pasadas, que pueden ser contrarias a las que se ha visto condicionado a establecer en esta existencia hasta el momento presente. Al comienzo de esta fase retrógrada, el individuo puede sentirse descon­tento emocionalmente, esto se expresará a través de ciertos deseos indefinidos. En esos momentos iniciales, puede aumentar la despreocupación por su apariencia o por atraer a otros de manera so­cialmente convencional. Se sentirá inclinado a apartarse de las asociaciones que exijan interacción social y preferirá estar solo. En este aspecto, es más probable que responda a ese impulso de autosatisfacción. El mundo externo de las apariencias le resultará menos atractivo, cooperará cada vez menos con aquello que se espera de él a nivel social. Espe­cialmente, si Venus natal hace Oposiciones, sugiriendo un fuerte impulso a rebelarse contra los compromisos. La ten­dencia a compartir su intimidad disminuirá y también el comportamiento frívolo y superficial en sociedad. Reflexionará más en este aspecto, pero se mostrará distante e indiferente con respecto a los demás. Buscará los valores humanos más universales, aunque impersonales. Su inconsciente tendrá más poder a la hora de elegir a su pareja. Por lo tanto, las re­laciones que establezca tendrán un matiz predestinado. Las personas con las que se asocie íntimamente durante este pe­ríodo lo pondrán en contacto con sus emociones más profun­das para bien o para mal (esto lo indicarán los aspectos nata­les a Venus). Sus reacciones a tales uniones señalarán necesidades emocionales sin resolver, que deberán ser trans­formadas. Debido a ello, las actitudes amorosas serán más complejas y difíciles de definir. El año en que Venus se pone retrógrada, y si este planeta hace aspectos tensionados en la Carta Astral, puede coincidir con ciertos hechos importantes que pongan en evidencia la pro­pia capacidad para amar. Los impulsos afectivos, escondidos anteriormente a la conciencia despierta, comenzarán a ser analizados y experimentados subjetivamente. Si Venus funciona en la Carta como un planeta "financiero" en vez de "amoroso", su retrogradación por progresión traerá proble­mas económicos o una mala administración de los bienes y de los fondos, ya que el ser interior del individuo se apartará psicológicamente de la experiencia mundana de los asuntos materiales. El esquema de crecimiento le exigirá que intente espiritualizar sus valores materiales y mundanos a través del equilibrio interior. Para algunos significará que deberá esfor­zarse por extraer sus recursos latentes para usarlos en su subsistencia personal. Para otros, sugerirá la necesidad de utili­zar con un sentido más colectivo sus bienes individuales. Pero siempre se sentirá presionado a revaluar la manera cómo sintoniza con las personas de su vida. Venus retrógrada permite reclamar los talentos y las habilidades que se valora­ban en encarnaciones anteriores. Deberá hallar nuevas ma­neras de usar tales recursos para el bienestar de todos y no para su autogratificación solitaria.

TRANSITO: La fase de Venus retrógrada en tránsito dura unos 42 días. Tiene lugar cada año y medio aproximadamente. Este perío­do altera las condiciones en que operan nuestros impulsos amorosos, atracciones, respuestas emocionales conscientes, valores personales, y conceptos sobre asociaciones. También puede relacionarse con nuestras actitudes referidas a las con­diciones financieras y a las posesiones personales. Usualmente, se dan circunstancias que obligan a efectuar cambios en las relaciones íntimas. Es importante observar la Casa a través de la cual transita Venus. Generalmente, es aquí donde el individuo se siente presionado a modificar su eva­luación de una persona o situación. Podrá contactar en pro­fundidad con sus sentimientos más hondos y subjetivos con respecto a tales temas, aunque no es probable que los exhi­ba. Es un período para cavilar sobre el contenido emocional de las cosas que nos atañen en un intento por sentirnos más cómodos y equilibrados con los asuntos que se enfatizan du­rante este tiempo. Es aconsejable que reflexione con cuida­do y valore todas las facetas antes de comprometerse de for­ma definitiva con las uniones presentes. Por lo tanto, no es conveniente contraer matrimonio o iniciar los trámites de di­vorcio. Tanto el individuo como su pareja estarán más inde­cisos y volubles en el plano emocional, especialmente cuan­do esta Venus retrógrada en tránsito haga aspectos tensionados a ciertos planetas natales, particularmente a Marte, Júpiter o Urano. Esta característica se aplica también a las nuevas alianzas en negocios y en todos los asuntos profesionales. Dado que Venus también es el planeta del dinero, su fase transitante retrógrada sugiere un momento negativo para realizar maniobras financieras importantes o inversiones, ya que al individuo le resultará difícil evaluar correctamente el verdadero valor de cualquier producto que desee adquirir. Durante esta fase, tenderá a sobrevalorar ciegamente las cosas. Lo que debe hacer es mirar por debajo de la superficie de todo aquello que exhiba una belleza o un encanto aparen­tes (ya se trate de personas o cosas) y juzgar con cautela el verdadero valor de tal atracción. Se sentirá más motivado por ráfagas de idealismo emocional que por la necesidad práctica. En términos generales, deberá ser más discreto en lo que compra o vende, sobre todo si se trata de adornos, ob­jetos de lujo y decoración, joyas, moda, muebles costosos, u otros refinamientos. Más adelante cuando Venus se ponga directa y la persona comience a reconsiderar y a tener más confianza en lo que hace en esta área, lamentará su extravagancia y sus gastos impulsivos. En algunos casos, pueden producirse demoras en la obtención de las posesiones desea­das (quizás debido a desajustes financieros del pasado que ahora llaman nuestra atención), o porque no se pueden con­seguir (los objetos deseados suelen estar agotados durante este período), sugiriendo que no es el momento ideal para realizar ninguna adquisición. Y como nuestra percepción es­tética no sintoniza bien con los detalles, tampoco es un buen momento para juzgar colores, tinturas, y matices (por ejem­plo para comparar pinturas o tejidos). Dado que Venus retrógrada por tránsito sugiere que las con­diciones descritas por este planeta no se encuentran bien equilibradas, sino en un estado de inestabilidad, este período puede señalar un mayor potencial para que se origine una falta de entendimiento en la pareja. Es probable que se interpreten erradamente las intenciones y los sentimientos aje­nos. La confrontación abierta puede ser embarazosa y la ex­presión indirecta tiende a complicar aún más las cosas. Los asuntos legales (especialmente los tribunales ordinarios) no traerán beneficios, o como mínimo implicarán demoras y contrariedades. Si se debe iniciar algún procedimiento legal convendrá esperar a que Venus se ponga directa. Desde un punto de vista constructivo, Venus retrógrada por tránsito puede señalar un período excelente para reconsiderar todas las relaciones existentes en términos de su verdadero valor, antes de decidir o comprometerse a algo de forma definitiva. Necesitará valorar más cabalmente sus necesidades en rela­ción con los demás. Este período nos brinda una maravillosa oportunidad para mirar hacia atrás y completar los trabajos artísticos y creativos que se habían abandonado antes de aventurarnos en nuevos proyectos. Normalmente, se podrán realizar mejoras productivas en esta área, que nos harán sentir interiormente más gratificados con los resultados. Tam­bién nos beneficiaremos si revisamos los asuntos financieros del pasado, evaluando las ventajas y las contras de nuestras acciones, y estableciendo formas mejores de equilibrar nues­tra economía en el futuro.

Marte Retrógrado

Cuando Marte está en posición retrógrado en el horóscopo, todas las acciones del individuo en su vida cotidiana son recreaciones del pasado. El individuo intenta encontrar en su vida gente que simbolice aquellos que le satisficieron en anteriores encarnaciones. En su mente, les asigna los papeles de aquellas figuras que ya no existen. Con ellos intenta manifestar todo lo que no podía expresar antes. Tiende a sobrereaccionar en un intento de introducirles a la fuerza en papeles imaginarios que ha concebido para ellos. Así, desarrolla un rechazo demasiado fuerte y vivido pero, sin entender por qué, se encierra en sí mismo sin experimentar nunca por completo las relaciones de su vida en el momento presente. Tiene tendencia a centrarse en un tiempo de su pasado que representó una fuerza de la que tenía que ocuparse. Ahora, vibra inconscientemente con esa misma fuerza, sea de rabia, venganza, hostilidad o acciones erróneas de cada persona del presente. En algunos casos, puede llevar a cuestas el rencor de una vida anterior que le hace desconfiar de las acciones sospechosas o decepcionantes por parte de los demás. Estos restos pesan considerablemente en el comportamiento actual en su vida cotidiana. Este individuo experimenta una falta de contacto con la más pura realidad de su sistema de necesidades. Por eso, se encuentra en dificultades a la hora de coordinar pensamiento y acción. El pasado de su vida, que en realidad está viviendo, está ligeramente arrancado de su conciencia. También experimenta problemas sexuales a causa del magnetismo inverso del planeta retrógrado. Eso se debe principalmente a su incapacidad para regular el flujo de energía que esta posición le lleva a experimentar. Muchas de las situaciones por las que pasa dependen menos del pensamiento o de las emociones que de su habilidad para manejar sus propios niveles de energía coordinadamente con aquellas energías que recibe de los demás. Puede reaccionar enérgicamente ante una persona y desarrollar un poderoso sentimiento, tanto en sentido positivo como negativo, basado meramente en el nivel de energía que está recibiendo antes que por las razones humanas que añade a sus relaciones. A causa de ello, las relaciones del individuo son casi siempre desafortunadas, y en el terreno sexual parece simbolizar más una lucha por la supervivencia que una verdadera unión con otra persona. Puede sacar conclusiones al tiempo que retrasa las acciones necesarias que evitarían todo aquello que le preocupa. Si Marte se halla en un Signo de Aire, es muy activo mentalmente y le resulta difícil aprender a relajarse. Esta posición de Marte es más difícil para una mujer que para un hombre, porque el sistema de energía puede ser desproporcionado al resto del horóscopo y tiende a disminuir su feminidad. Existen pocas mujeres con esta posición que, a nivel inconsciente, sienten amor alguno por los hombres. Sin embargo, a nivel consciente, el opuesto aparente se manifiesta a veces poniendo a los hombres en pedestales, creando una especie de culto al ídolo que acerque al individuo a su realidad inconsciente, que recrea interiormente la necesidad de derribar ese pedestal. En muchas posiciones, Marte retrógrado provoca sentimientos de culpabilidad y lástima que aíslan al individuo, apartándole del libre intercambio de relaciones personales que experimenta la gente con Marte directo.
 
Marte rige el impulso o la necesidad de dirigir la energía vital hacia el mundo externo. Desea activar directamente las con­diciones que se ajustan a sus impulsos personales a través de acciones confiadas y a menudo rápidas. Es un planeta que funciona mejor cuando está libre para lanzarse con gran vigor al mundo manifiesto, en un intento por enfrentar y su­perar dinámicamente todas las situaciones amenazantes a través de la acción directa. Su naturaleza psicológica necesita este tipo de desafío para poder crecer. Sin embargo, cuando está retrógrado en el horóscopo natal, obviamente tiene más dificultades para exteriorizar sus impulsos agresivos hacia un objetivo externo, a la manera abierta del Marte directo. Esta energía se puede interiorizar con facilidad, otorgándole al individuo una apariencia superficialmente calma, compuesta, tranquila, y estable. Pero interiormente le cuesta relajarse ya que constantemente gasta la energía en tensiones subjetivas y en procesos corporales internos. Un Marte retrógrado no se lanza espontáneamente a la acción personal como lo haría un Marte directo. Este Marte rara vez tiene la suficiente energía como para hacer frente a la oposición de forma directa. Sus pasos son menos espontáneos. Los individuos que poseen un Marte retrógrado se comportan generalmente con más pasividad y menos espíritu combativo de lo que bulle en lo profundo de sí mismos. El impulso primordial de este Marte es decididamente más psicológico que físico, más tendiente a la reflexión que a la acción, y más deliberado que impulsivo. Los motivos de esta persona para actuar o hacer cosas es menos obvio, ya que a menudo se expresa impulsado por estímulos subjetivos e internos, rara vez por factores externos. Lo motivan ciertos factores psíquicos predominantemente inconscientes. Tal vez un Marte retrógrado brinda la oportu­nidad de reflexionar sobre los motivos de las propias accio­nes, alentando la actividad meditada y razonada en detri­mento de la actividad impetuosa y escasamente planeada. Su aproximación reflexiva puede sugerir un grado de incertidumbre en la acción hasta que haya revisado interiormente la naturaleza de lo que debe hacer. Su aparente falta de ini­ciativa y actividad puede ser ilusoria, ya que en realidad está desarrollando una estrategia (buscando a través de un planeamiento cuidadoso el momento más ventajoso para ac­tuar). Normalmente demorará el comienzo de la acción has­ta que sienta en su interior que es el momento adecuado. Ge­neralmente prefiere actuar solo, sin ser visto, y no en presencia de otros. En el horóscopo natal de un hombre, un Marte retrógrado en configuración tensa puede inhibir o dirigir erradamente la fuerza sexual, posibilitando incluso la impo­tencia. La excitación física a través de los estímulos habitua­les disminuirá, favoreciendo la estimulación a través de mecanismos psicológicos más complicados. En el horóscopo de una mujer, puede existir frigidez o un problema más profun­do y poco aparente. La mujer con este emplazamiento pue­den también exteriorizar esta dificultad atrayendo a hombres que la frustran sexualmente o amenazan psicológicamente su identidad. Estos hombres pueden tener problemas de ajuste en la expresión de su propia masculinidad. En ambos sexos, las tensiones sexuales se acumulan lentamente pero no son reconocidas en su totalidad. Si este Marte se encuentra muy tensionado, puede seña­lar peligros para la psique, ya que la energía inicialmente ge­nerada por los conflictos externos se vuelca primero hacia el interior. Rara vez permite que las hostilidades, los resentimientos, los celos, y la simple ira se liberen a través de los cauces más directos e inmediatos. En vez de ello los enjaula, los acumula en su interior, y deja que se concentren peligrosamente dentro de su psique. La astróloga Mary Vohryzek se refirió a Marte retrógrado como un planeta que "bulle", con períodos en que hace erupción de forma inesperada. Mis propias observaciones coinciden con su percepción. Estos in­dividuos se sienten a menudo desconcertados por la intensi­dad de sus reacciones apasionadas y bastante destructivas. Quienes reprimen indebidamente esas fuerzas tensionales, focalizarán esa sobrecarga energética en su cuerpo físico. Pueden sufrir inflamaciones e infecciones de naturaleza más resistente y complicada que en el caso de un Marte directo. Particularmente, cuando se relaciona con Virgo, Escorpio, o las Casas 1, 4, y 7. Puede autodañar su propio cuerpo, a través de abusos o accidentes de origen inconsciente. A veces, la vitalidad física puede sufrir un deterioro, quizás debi­do a que el individuo dirige esta energía enfocándola hacia la activación de las partes más intangibles de su ser. Puede sentirse agotado, y sin embargo ignorar su necesidad de relaja­ción física completa. Por otra parte, el vigor interior será mayor, casi como si se sintiese impulsado a mantenerse activo a pesar de las limitaciones impuestas por el cuerpo. El individuo que intente dirigir sus energías hacia el desarro­llo espiritual, encontrará que Marte retrógrado le confiere el vigor y la fuerza interiores que necesita para explorar con valor los conflictos interiores menos obvios y para combatir con bravura a todos los "enemigos" que hallará en el campo de batalla psicológico de su interior. Como es probable que su inconsciente dirija sus deseos e impulsos, se verá incitado a actuar o a trabajar en pro de un objetivo impersonal o de una causa mundial, sentirá la necesidad de obrar altruistamente, como un cruzado o un pionero en favor de los demás; será lo suficientemente desapegado como para obrar, sin considerar solamente sus necesidades autocentradas. (Tou­louse-Lautrec, Sigmund Freud, Beethoven, Lord Byron, Judy Garland, Al Capone).

PROGRESADO: Si Marte se pone retrógrado por progresión después del naci­miento, permanecerá así durante el resto de la vida (ya que la fase retrógrada progresada dura 80 años). Comenzando con la fase estacionaria, Marte describe un período emergente de cambios en lo que respecta a los objetivos, con un alejamiento gradual de los métodos preestablecidos de afirmación per­sonal para el logro de sus metas y ambiciones. Parecerá menos agresivo en el modo de mostrar sus impulsos en el medio ambiente. No estará tan deseoso por esforzarse de manera dinámica y obstinada para lograr ciertas necesidades. La Casa ocupada por Marte en el horóscopo natal sufre a menudo conflictos y fricciones internas, a medida que el in­dividuo comienza a cambiar la dirección de sus energías vita­les. Si intenta resistir y luchar contra la apremiante necesidad de realizar cambios interiores actuando como lo solía hacer, vivirá muchas experiencias externas que estorbarán y desbaratarán sus intenciones. Se beneficiará si se acomoda al im­pulso de liberar todos sus deseos autocentrados y se permite actuar según la dirección que le impone su inconsciente (que ahora será su guía interior). Desde ahora en adelante, es menos probable que exhiba un espíritu abiertamente compe­titivo. Si compite será contra sí mismo, no contra los demás. Esta fase progresada marcará un tiempo en que el individuo estará menos ansioso por trabajar en proyectos mundanos que requieran un gasto considerable de esfuerzo físico. Se volverá cada vez más retraído o sutil en sus acciones. Es probable que focalice sus energías en desafíos menos obvios, o realice trabajos que le exijan retirarse de la atención pública. Aunque persista su iniciativa, buscará menos aventuras que le demanden sociabilizar. Disminuirá su actividad externa, pero acelerará la que tenga relación con su mundo interior. La introspección se puede convertir en una intensa fuerza motivadora. Se sentirá más próximo a la verdadera naturale­za de sus impulsos personales. Esta fase de larga duración le brindará una percepción más profunda de lo que sus deseos pretenden de él en términos de crecimiento interior. No será tan propenso a actuar llevado por sus instintos ciegos. Aun­que más subjetivo, tendrá una perspectiva más amplia al es­tar en contacto más estrecho con su inconsciente. Los con­flictos, sin embargo, podrán encenderse con mayor fuerza desde el interior, a veces activando energías psicológicas des­tructivas que no han sido resueltas. Debido a este foco de atención interno, es probable que se produzcan demoras en la actividad o acciones de importancia en la Casa que ocupa Marte (así como en aquellas que gobierna). Quienes se han abierto a la búsqueda del desarrollo espiri­tual, encontrarán que la condición retrógrada puede indicar la capacidad para transmutar las energías de las pasiones e instintos autocentrados a niveles menos egocéntricos, al tiempo que el ser interior es vitalizado y renovado. El indivi­duo comienza a comprender por qué el campo de batalla de la vida se encuentra en principio en nuestro interior y no en el medio ambiente externo. Kármicamente, no es el momen­to para explorar libre e intencionadamente nuevos territo­rios o para seguir un sendero sin cartografiar. En vez de ello, se sentirá impulsado a completar los proyectos que no llega­ron a fructificar en vidas pasadas debido a su impaciencia, falta de resistencia, o por acciones temerarias. Ahora deberá actuar según planes previos que dormían en su psique. Debe­rá completar lo que comenzó en el pasado, antes de poder pasar a un nuevo ciclo de actividad. Si Marte se pone directo por progresión después de la nativi­dad, señala una fase de la vida en que el individuo comenzará a liberar un gran cúmulo de energía específica hacia el mundo en general. Aunque al principio dude de su capacidad para triunfar en el mundo externo a través de sus esfuerzos, la vida lo alentará para volverse más emprendedor y confiado de una forma que impacte a su medio ambiente inmedia­to. Comenzará a comportarse más abiertamente, objetivando cada vez más sus impulsos internos mediante la actividad circunstancial. Al volverse en este punto de su evolución más directo y espontáneo en sus acciones, también estimulará la actividad con las personas a quienes confronta. Sus asuntos se acelerarán y deberá ajustarse al nuevo ritmo. De muchas formas, esta fase de Marte señalará una oportunidad para liberar la energía y activar las ambiciones personales. La persona se sentirá más viva y vital, y desarrollará más confianza y seguridad en sí misma, las necesidades con las que se identifica más personalmente hallarán canales externos apropia­dos de expresión.
 
TRANSITO: Marte en tránsito se pondrá retrógrado durante unos 80 días, cada dos años. Para muchos, Marte es un perturbador, y cuando está retrógrado lo es todavía más. Es muy importan­te tomar nota de la Casa donde opera en estos momentos. La energía de Marte nos impulsa a nuevos comienzos, provoca hechos excitantes que impiden que caigamos en los esquemas rutinarios o que cedamos a la inercia. Pero cuando está retrógrado, parecerá que los nuevos proyectos fracasan, pierden el ímpetu esperado, se desarrollan demasiado lentamente, o no se activan. El individuo sentirá que se mueve hacia atrás de forma autoderrotista, en vez de avanzar hacia delante. No es por lo tanto el mejor momento para iniciar actividades que exijan un alto grado de esfuerzo, acción audaz, desafío arriesgado, o gasto constante y vigoroso de energía física. Los asuntos relacionados con la Casa ocupada por este Marte no generarán suficiente valor y poder como para mover las cosas al paso deseado o requerido para obtener resultados óptimos. Esto se debe a que la energía de Marte será desvia­da temporalmente hacia la activación de asuntos menos con­cretos y mundanos. El individuo deberá reflexionar acerca de sus acciones pasadas, esta actitud le brindará la oportuni­dad de volver a canalizar sus esfuerzos de una forma que le enseñará nuevas maneras de movilizar sus fuerzas vitales. Las experiencias que producen tensión le señalarán que no ha alineado sus energías correctamente, y que necesita dirigir su atención física a lo que anteriormente ha descuidado, o dejado sin terminar. Marte en tránsito en fase retrógrada inci­ta a alterar constructivamente el patrón de energía que de otro modo terminará por volverse improductivo y muy pobre. Durante este tránsito, y si la persona tiene una salud vulnera­ble, podrá sufrir algún problema que afecte  a su vitalidad, a menudo porque no admite su mal carácter, su irritabilidad, su impaciencia, o que frustren sus impulsos. Lo más habitual son las inflamaciones, quemaduras, rasguños, cortes, o lesio­nes debido a accidentes repentinos. Si Marte forma aspectos tensionados con la Luna natal con el Ascendente, puede indicar cirugía menor o mayor (pero de una naturaleza psicosomática, que se ha desarrollado con lentitud). El individuo quizás no sea consciente de la acumulación gradual de negatividad en su campo de fuerza, ni controlará por completo la utilización de su energía durante este período. Por lo tanto, esta fase de Marte puede crear una mayor susceptibilidad a los accidentes, rompimientos, argumentos, peleas, y contratiempos de diversa índole debido a su comportamiento impetuoso pero irracional, o al accionar imprudente y descuidado de los demás. Un Marte retrógrado en tránsito estimula indirectamente un aumento de la actividad interna, que se manifiesta externamente como inquietud, deseo repentino de cambiar las condiciones existentes, sin tener en cuenta las consecuen­cias futuras, y giros llenos de energía pero carentes de direc­ción práctica o sentido del compromiso. Los nuevos inicios apresurados de estos momentos demues­tran a menudo ser prematuros, y a veces exigen que el indivi­duo comience todo otra vez, cuando Marte se pone directo, o tal vez abandone sus planes en pro de una nueva aventura. Sin embargo, esta fase es excelente para iniciar el planeamiento de algún proyecto importante, o volver atrás y ocu­parse de un proyecto previo, concluyendo con lo que estaba pendiente. También es un buen momento para descansar de las labores físicas agotadoras y dirigir tales energías hacia intereses más introspectivos. Es mejor esperar y hacer planes, de ser posible, hasta que Marte se ponga directo nuevamente antes de avanzar y dedicarse a intereses personales nuevos. Al actuar así, tomando en consideración las sutilezas de la acción, nos aseguramos el éxito. Cuando se usan constructivamente todas las fases transitantes retrógradas, son períodos llenos de oportunidades para volver a delinear nuestros pasos y reivindicar algo de valor.

Júpiter Retrógrado

El karma de Júpiter retrógrado siempre versa sobre la introspección a través de la mente superior. El individuo debe ser capaz de justificarse a sí mismo para sentirse verdaderamente merecedor del respeto y el honor que Júpiter promete. En alguna encarnación anterior, respetó mucho algún principio espiritual o religioso que el individuo a visto violado. En la vida actual, está aún más decidido a conservar el valor de dicho principio en su mente. Tiene que evitar pronunciarse sobre los demás, ya que ve un mundo exterior que vibra según unas reglas que no puede llegar a comprender. Sin embargo, debe ser paciente con los demás si espera que escuchen la expresión de sus verdades interiores. A otro nivel, existe una gran cantidad de experiencias ya vistas inherentes a Júpiter retrógrado. Todos los instantes y lugares del pasado se mezclan en un presente continuo, de tal modo que en un momento dado o en un lugar concreto, el individuo está en condiciones de generalizar ese instante o lugar con todos los instantes y lugares que ha sentido. De este modo, su conciencia se expande simultáneamente a través de esas dos dimensiones, y a menudo sin limitaciones. No sabe obligar su mente a enfocar un punto determinado en su interior. En su lugar, absorbe de su entorno los símbolos de sus pensamientos, para aprender, finalmente, que cualquier sitio es su hogar, ¡y que cualquier momento es ahora! Cuánto más representan esos símbolos las verdades que aprendió en una antigua vida, más cómodo se encuentra. El individuo con Júpiter retrógrado es una verdad viviente en sí mismo. Sus ideas sobre lo que está bien y lo que está mal, la moralidad del mundo por el que viaja, y la imparcialidad de las opiniones de los demás apenas influyen en lo que siente en su interior. En un poderoso intento de ser honrado, esta persona desarrolla su propio sistema de valores. Raramente, éstos proceden de anteriores experiencias personales en los primeros años de su vida, así como de otras encarnaciones, y no reflejan necesariamente una Conciencia Colectiva tal y como hace la concepción del universo que previamente se forma el individuo. Es sumamente consciente de lugares diferentes y de cuánto se parecen entre sí. Al mismo tiempo, conoce los diferentes niveles de sus formas de pensamiento. Al ser siempre un estudioso de la mente, busca experimentar una abundante riqueza en si mismo que espera iguale a la larga las posibilidades que el mundo exterior tiene disponibles para él. A menudo eso le causa un gran descontento, que se traduce en un desasosiego interior. Le gustan las cosas que captan la esencia de una idea y que conciernen a su importancia antes que los detalles necesarios para poner en práctica dicha idea. Si hace aspectos fluidos, puede estar fuertemente automotivado, pero debe evitar tratar de hacer demasiadas cosas a la vez. Básicamente, es un espíritu libre. Y aunque se conforme con los ideales de la sociedad que le son útiles, lucha constantemente por mantener su sentido de la individualidad. Algunos con esta posición poseen una gran sabiduría, que casi llega ser una capacidad profética. Callados, a menos que hablen, pueden resumir en pocas palabras la esencia de proyectos enrevesados que atraparían a los demás en un montón de trivialidades. Todo lo consciente que puede ser un individuo, la intrínseca honestidad consigo mismo es una de las características más importantes. Si está poco aspectado, Júpiter retrógrado puede conservar rencores de anteriores encarnaciones. En estos casos, puede proyectarse de nuevo en el presente un deseo muy lejano de posesión en personas distintas. Afortunadamente, ésta es la excepción que confirma la regla, ya que Júpiter retrógrado brinda al individuo la oportunidad de verse a sí mismo a través de su mente superior. Al hacerlo, algunos de sus propios compromisos dan paso a un grado de comprensión más elevada e impersonal. El desarrollo del ser interior acaba predominando sobre el deseo de adquirir riqueza en el mundo exterior. 
 
Júpiter directo gobierna el principio de expansión social, cuando se encuentra retrógrado en la Carta Astral, indica que el individuo tendrá dificultades en la búsqueda de la abundancia la riqueza, y la prosperidad mundanas. Se sentirá más inspirado a explorar las oportunidades de crecimiento en su interior. Intentará ampliar sus horizontes desde un punto de vista más subjetivo. A menudo experimentará interiormente un sentido más pleno de protección, bienestar, y paz. La expresión benevolente de este planeta se activará más psicológicamente. En su interior se sentirá más a gusto y satisfecho consigo mismo de lo que aparentará externamente. Esta actitud puede provocar dilaciones en el uso realista de las oportunidades prácticas y tangibles que le brindará el medio ambiente (especialmente si debe empeñarse). La visión  amplitud, y previsión de este planeta pueden volcarse hacia las necesidades internas, y a menudo son canalizadas a través de objetivos mentales abstractos o del desarrollo espiritual y no a través de metas estrictamente materialistas. Es interesante observar que a este individuo le cuesta ser generoso y dar lo que posee materialmente (ya se trate de bienes físicos, talentos, u otras posesiones personales). En este aspecto refrena la expresión espontánea. Pero es probable que dé con liberalidad su inspiración y sus percepciones. Al ser este Júpiter más seco en su expresión, el individuo puede sentirse menos libre que una persona con un Júpiter directo. Sintoniza mejor con los principios abstractos que las personas con un Júpiter directo, pero se sentirá menos impulsado a la participación social activa. Este individuo posee inclinaciones filosóficas marcadas, pero no está tan ansioso ni entusiasmado por publicitar sus creencias y revelaciones a los demás... al menos de la forma directa y autopromocional de un Júpiter directo. Lo que le preocupa es le comprender en profundidad los ideales elevados que busca, en un intento por ganar una mayor libertad interior a través de la sabiduría y la autoiluminación. Cuando Júpiter está retrógrado, es más fácil conectar con la parte más universal y abstracta del planeta, por lo tanto, esta persona se sentirá motivada a comprender más claramente los principios vitales, las proposiciones teóricas, las realidades cósmicas, y la verdad absoluta. Puede recibir percepciones profundas a través de sueños, visiones internas, y estados inspirados de pensamiento... aunque la interpretación de su significado será muy subjetiva. Esta actitud puede menoscabar su capacidad de juicio. Normalmente tiene más fe y confianza en su propio potencial que en el de los demás. Cree más en sí mismo que en ninguna otra persona, aunque no por arrogancia. Esta tendencia puede ser el origen de su incapacidad para reconocer los beneficios de la mayoría de las oportunidades mundanas que se cruzan en su camino a través de las energías ajenas. Es probable que su voz interior lo guíe, sugi­riendo que la respetará. Esto lo convierte en alguien que se aplica en el sendero de crecimiento que ha elegido, aunque sea un camino solitario o poco práctico. Júpiter retrógrado señala a alguien que se interesa menos por las comodidades materiales comunes, por los lujos físi­cos, o por la prosperidad mundana, rara vez le impresiona la grandeza mundana o la abundancia social. No le importan las tradiciones de clase. Incluso si logra beneficios materiales, su inclinación natural lo lleva a minimizar su importancia. Se siente desapegado de lo material. La riqueza y los bienes que ansía son de naturaleza espiritual y moral. Desea sentir la abundancia interna. Puede indicar la falta de capacidad para manejar con sabiduría o disfrutar de grandes sumas de dine­ro, o saber beneficiarse de una posición social elevada. Inclu­so puede rechazar estas gratificaciones si le son otorgadas, para ser libre de perseguir un ideal menos valorado socialmente. Los intereses religiosos serán probablemente expre­sados como estados internos de conciencia, en vez de reglas externas formales o rituales y ceremonias tradicionalmente organizados a los que se adhiere la masa, ya que Júpiter retrógrado se preocupa poco por la forma y la estructura den­tro de la sociedad. A menudo elige seguir una fe o sistema de creencias que se ajuste a la llamada interior de su alma. Su visión del mundo será muy personal y poco ortodoxa. No acepta que lo adoctrinen, prefiere pensar por sí mismo. El in­dividuo puede beneficiarse en áreas que los demás no consi­deran fructíferas. Es factible que conecte con ciertos poten­ciales ocultos y los convierta en oportunidades infrecuentes. Debido a ello, la Casa natal que ocupa Júpiter no parecerá tan afortunada o feliz como sería de esperar, a menos que la persona esté dispuesta a buscar ventajas menos obvias y más recónditas. (Raphael, Nostradamus, Thomas Jefferson, Her­man Hesse, Gandhi, Oscar Wilde, Isidora Duncan, Rudolph Steiner).

PROGRESADO: Cuando Júpiter se pone retrógrado por progresión, permane­cerá en esa condición durante el resto de la vida del individuo (120 años progresados). Lentamente, el individuo comienza a sentirse condicionado a descubrir las verdades intrínsecas sobre la vida, que necesita indagar para su crecimiento expansivo. Las ganancias materiales para su propio beneficio, o el logro de beneficios sociales a través de la mejoría de su Status Quo, le parecerán menos deseables, y debido a ello, cada vez más difíciles de atraer desde el exterior. La inspiración lo lleva a descubrir canales más subjetivos para alcanzar la comodidad y la prosperidad personales. Aunque algunas personas sienten los efectos de un Júpiter progresado retrógrado a partir del momento en que éste se pone estacionario, el año exacto en que cambia de dirección señala un tiempo de metas e ideales nuevos que alterarán de alguna manera su fi­losofía sobre el éxito mundano. Se sentirá menos inspirado y crecientemente desencantado por las facetas mundanas de la Casa que contiene a Júpiter, y comenzará a adoptar una perspectiva más amplia e idealista. O intentará explorar los beneficios menos obvios de esta Casa. Si Júpiter natal se encuentra envuelto en una configuración difícil, su fase progresada retrógrada indicará que será crucial para el manejo de esta Casa un análisis aún más sabio y prudente si se quieren evitar errores de juicio adicionales o el desperdicio de los re­cursos. Debido a que el individuo actuará con menos sentido práctico que nunca en lo concerniente a este sector, prestará muy poca atención a los detalles, indispensables para el éxito. Puede sufrir pérdidas debido a su renuncia a aplicar medidas prácticas y tangibles en los asuntos que debe manejar. El resultado puede traducirse en muchos años de tratos comerciales irresponsables debido a un manejo erróneo de sus deberes y obligaciones. La falta de una organización y un planeamiento adecuados pueden impedir que sueños largamente acariciados se hagan realidad, aunque su visión sea correcta. Kármicamente, puede ser reintroducido a valores religiosos, políticos, o intelectuales que jugaron un papel importante en el esquema de crecimiento de una encarnación previa. Debe estar despierto a todos los impulsos repentinos que lo conduzcan a una participación espiritual o a la expansión de su mente (especialmente durante el período estacionario), ya que podrían brindarle claves con respecto al nexo existente con su mente superconsciente en vidas pasadas, así como con referencia a sus inclinaciones morales, éticas, académicas, y devocionales previas. Se le presentará una nueva oportunidad de retomar un sendero filosófico particular que quizás no asimiló por completo en el pasado. Es probable que se sienta atraído por un sistema de pensamiento o de creencias anti­guo, sorprendentemente será capaz de integrarlo a su estilo de vida actual con relativa facilidad. Buscará enriquecer su mundo interno a través de la Casa que ocupe Júpiter. Si Júpiter se pone directo por progresión después del naci­miento, señalará un momento establecido en la vida del indi­viduo en que éste sacará a la superficie sus inspiraciones, sus ideales interiores, y su sabiduría vital para beneficio de la sociedad. La vida lo alentará a abrirse al mundo otra vez y a participar activamente en los asuntos sociales que apoyarán su crecimiento y su progreso. Aunque no se sienta inclinado aún a adoptar valores materialistas, estará más capacitado para atraer beneficios materiales que lo ayuden a estructurar sus metas sociales. Ahora está dispuesto a presenciar en términos concretos y tangibles la expansión de aquellos ideales que considera sagrados. Sus instintos humanitarios estarán más activos y necesitarán canales para expresarse. Su entu­siasmo y exuberancia por la vida serán más visibles. En vez de retirarse y apartarse, se sentirá suficientemente positivo y optimista como para afirmar la rectitud de su participación activa en el mundo, particularmente, si Júpiter progresado cambia de dirección después que el individuo haya experimentado el primer retorno de Saturno.
 
TRANSITO: La fase retrógrada de Júpiter en tránsito dura 4 meses y ocu­rre generalmente una vez al año. Durante la retrogradación influye más en el carácter, en las actitudes y en el comportamiento, que en los sucesos. A pesar de ello, es un mal momento para viajar al extranjero, mudarse lejos, o concluir tratos legales o financieros importantes. En general, los via­jes largos y las comunicaciones serán frustrantes, sufrirán de­moras, o costarán más dinero del anticipado. Sin embargo, la mayor importancia de esta fase reside en que puede convertirse en una época maravillosa para tener percepciones pro­fundas sobre asuntos espirituales o filosóficos, ya que la sabi­duría del inconsciente fluye con más facilidad y contacta con la parte consciente. Incita al individuo a indagar las verdades que se ocultan tras los asuntos cotidianos representados por las Casa por donde transita Júpiter. Este sector indicará donde hallará un sentido interior de contento y apoyo, aunque las condiciones y circunstancias externas no refuercen esta sensación. Sus sentimientos subjetivos de sentirse guia­do y confiado, volverán al individuo más optimista acerca del potencial futuro de esta Casa, más allá de lo aparente. A tra­vés de la reconsideración de ideales previamente pasados por alto o infravalorados, podrá ampliar su visión de lo que podría ser. Rehabilitará la fe en sí mismo. Aunque le resultará más fácil desarrollar una fe mayor y una visión esperanzada debido a su estado de contemplación ins­pirada, la exteriorización de su entusiasmo, su exuberancia, y su jovialidad se verá suavizada. Al volverse hacia dentro para comprender más, se ampliará su perspectiva de los valo­res sociales que le presenta el medio ambiente. Durante este tiempo, se sentirá alejado de las expectativas sociales pues­tas en él, rechazará tales presiones, prefiriendo escuchar su voz interior. Examinará los asuntos sociales con más cuidado y profundidad, y por lo tanto será capaz de juzgar y evaluar la corrección de tales actividades según sus lineamientos personales y únicos de vida (sugiriendo la necesidad de ampliar el autoexamen de sus creencias más internas y auténticas). Es de esperar que cuando Júpiter se ponga finalmente direc­to otra vez, el individuo adoptará actitudes nuevas con respecto a cómo enriquecer y elevar la calidad de la relación con los demás en su medio ambiente. Participará más plenamente y con propósito, ganando una aceptación social mayor al tiempo que se mantiene fiel a las necesidades de su espíritu. Será más capaz de distanciarse de las normas sociales pre­vias, a las que obedecía ciegamente y que asfixiaban su creci­miento interior. Si permanece fiel a las revelaciones que experimentó durante esa fase retrógrada y obra de acuerdo con ellas, será libre para seguir en el futuro senderos de expre­sión social más importantes. Si Júpiter retrógrado en tránsito recibe aspectos tensionados, las inspiraciones serán más in­tensas y fuertes, pero son menos confiables y no deberían ser llevadas a la práctica en estos momentos, al menos en lo que respecta a realizar cambios concretos en la vida. Su juicio puede estar errado.

Saturno Retrógrado

Siempre indica la continuación de un karma de antiguas encarnaciones. Cualquier que sea la lección, el individuo es extraordinariamente lento en llevarla a cabo. Así, en esta vida, necesita llevar en su alma un peso extra de una vida anterior, de modo que cuando finalmente se combinen las dos, eso le resulte lo bastante evidente como para comprender completamente su auténtica misión. Mucho de lo que hace en esta vida es una repetición de lo que su Saturno representa. Pero ahora, afronta situaciones y circunstancias que son ligeramente diferentes. La acción retrógrada del planeta puede hacerle sentir su fuerza restrictiva, particularmente si intenta escapar de la carga de su lección. Pero si sigue con ello, comprendiéndole gracias a la paciente guía que recibe le conduce lentamente a identificarse con algo superior a lo que había imaginado, podrá apreciar verdaderamente el funcionamiento del bello universo de su dios interno a través de este planeta. Saturno es el maestro, y cuando aparece retrógrado, el individuo ya ha recibido enseñanzas similares antes de esta vida. Como revelan los años, existe una gran cantidad de sabiduría que fluye constantemente de Saturno retrógrado. De todos los planetas, éste es el que se siente más cómodo en esta posición retrógrada, puesto que proporciona al individuo una especie de segunda oportunidad para mejorar la relación establecida entre su alma, las circunstancias a las que se enfrentó en una encarnación anterior y cómo las entendió. Ahora, bajo la dulce guía de Saturno, es capaz de dar forma a todo lo que aprendió en el pasado. El individuo con Saturno retrógrado se toma muy en serio el completar aquello que dejó inacabado en su pasado. Tiende a querer retroceder para llenar cualquier hueco en lo que anteriormente se apresuró en considerar terminado. Por eso, tiende a ser serio y constante. A veces quizá parezca demasiado prudente o demasiado frugal, pero cualquier reserva por su parte se basa plenamente en su necesidad de conservar la esencia para determinados usos. No cree en despilfarros o extravagancias, dado que lo experimentó en otras vidas. Ahora aprecia profundamente todo cuanto recibe. A menudo se siente en deuda con dios, lo que se traduce en un fuerte sentido de gratitud por todo lo que ve a su alrededor. Intenta enseñar a los demás, menos entendidos o expertos que él. Sin embargo, no tiene éxito si no han pasado por su vida anterior como "caídos del cielo" ni por su gran lucha que le ha hecho volver atrás. En consecuencia, existe una madurez interior en Saturno retrógrado que uno no puede conseguir sin un gran sacrificio y esfuerzo personal.
 
Saturno gobierna todos los intentos por estructurar el ego, a fin de asegurar la fortificación y la estabilización del Status Quo del individuo en el ámbito social. Cuando está directo, se centra primordialmente en construir escudos, barreras, y defensas sólidas para proteger al individuo de ser atrapado por fuerzas externas más allá de su control. Se convierte en el planeta de la autopreservación, incitándonos a establecer patrones de seguridad a través del funcionamiento realista, que suele ser separativo y orientado hacia el poder. Intenta minimizar la vulnerabilidad estableciendo límites apropiados y de autodisciplina en el mundo externo. Sin embargo, cuando Saturno está retrógrado en el horóscopo natal, las condicio­nes externas no impulsan al individuo hacia la autoestructuración y la definición personales. En cambio, esta persona puede intentar inconscientemente preservar una imagen o molde psicológico limitado de sí mismo, que protegerá y apo­yará siempre, aunque sea un concepto absolutamente autoderrotista. Si Saturno se encuentra en una configuración muy tensa, su marco interior de trabajo será indebidamente rígi­do e inflexible a las influencias externas. Se apoyará en mie­dos subjetivos, ansiedades reprimidas, inadecuación, y un sentido de falta de valor personal que lo invade todo. Los sentimientos de duda e inferioridad que experimenta en su interior serán poco visibles en la superficie. Se enfatizan las presiones que el mismo individuo crea. Saturno retrógrado señala a un individuo que vuelve sus im­pulsos disciplinarios y autoritarios típicos de este planeta sobre sí mismo, en vez de sobre el medio ambiente. Será extremadamente crítico consigo mismo y la culpa lo corroerá internamente cada vez que fracase en vivir a la altura de sus expectativas. Es muy sensible a las carencias o deficiencias que percibe en sí mismo. Esta condición puede ser la rúbrica de un ego lastimado y apaleado que se repara muy lentamen­te y de forma indecisa (ya que la resistencia al cambio es muy fuerte). A niveles sutiles se autonegará, y es propenso al masoquismo psicológico, que rara vez reconoce o acepta a nivel consciente. Desde un punto de vista positivo, Saturno retró­grado señala a un individuo bien equipado para resistir un bombardeo de circunstancias difíciles, sin sentirse amenazado o temeroso. Sin embargo, es probable que soporte estas pre­siones externas y luchas sin provocar los cambios dinámicos que necesita para ponerles fin. La resistencia y la perseverancia de Saturno eligen funcionar hacia dentro en un intento por controlar las energías de la psique. Como resultado de ello, está menos dispuesto a defenderse abiertamente y a mantener el control a través de su voluntad cuando es con­frontado por egos más fuertes y dominantes (especialmente si Saturno hace aspectos tensionados al Sol, a Marte, al Ascendente, o al regente del Ascendente). Es intimidado fácilmente, puede parecer externamente sumiso o inclinarse ante las exigencias de los demás sin oponer resistencia, pero en su fuero interno, se adapta mal a tales presiones y se siente constantemente frustrado y resentido. Experimentará agudamente la amargura y la depresión pero rara vez las exhibirá externamente. Necesita poner límites a las exigencias y expectativas de los demás si quiere respetarse más a sí mismo. A menudo, experimenta su conciencia tan vívidamente que la represión puede bloquear o frustrar el cumplimiento de sus deseos y ambiciones personales. Quizás posea un sentido distorsionado de lo que debería hacer o dejar de hacer. La lec­ción más importante será aprender a reconocer su propia im­portancia. Debe aceptarse libremente tal cual es (incluso las partes de sí mismo que están en la sombra), sin avergonzarse  rechazarse, o desilusionarse de su persona. Tiene temor de realizar cambios personales que puedan alterar beneficiosamente su autoimagen (puede ser un crítico feroz de sí mis­mo), a menudo su concepto es demasiado estrecho como pa­ra ser tolerante con sus debilidades innatas. Deberá superar obstáculos psicológicos desde dentro, antes de poder funcionar productivamente en el mundo externo. Cuando Saturno se halla retrógrado, la ambición para alcanzar una posición social y para que se reconozcan sus méritos no será algo innato, ya que la determinación de este planeta por triunfar y subir peldaños sociales será menor. Para este individuo, quizá el triunfo tenga un significado personal único que no se relacione con ganar el respeto y el halago del mundo. Estará más sintonizado con el desafío de controlar su naturaleza in­terior y lograr seguridad y poder en este nivel. Como Saturno también simboliza la imagen interior de la fi­gura paterna arquetípica, su posición retrógrada sugiere que el padre del nativo no responde al modelo tradicional. Aun­que no sea una persona débil, tendrá una imagen paterna distorsionada o que lo desorientó durante sus años formativos. O quizás la actitud de la persona hacia su padre era muy subjetiva y no se ajustaba a la realidad externa o verdadera. El resultado será la confusión y la ambivalencia. Lo importante aquí es cómo reacciona interiormente el individuo frente a la relación que mantiene con su padre, ya que esta respuesta determinará el trato que tendrá en el futuro con la autoridad interior y exterior. En muchos casos, una persona con Satur­no retrógrado tendrá dificultades para manejar el poder y la autoridad con equilibrio, sugiriendo que esta cualidad está poco desarrollada (o demasiado en otros casos, que intentan así compensar sus sentimientos de impotencia). Debido a su sentido de incompetencia, el individuo puede no perseguir activamente las tareas y los deberes que impliquen un desafío. Incluso quizás no acepte madurar, pues éste es un factor indispensable para poder competir. A veces ni siquie­ra intentará defender su posición social si debe arriesgarse a un fracaso o al juicio público. Pero cuando Saturno es mane­jado correctamente, el individuo tendrá una gran disciplina interna, la habilidad para aceptar y trabajar bajo limitacio­nes o rechazos sin sentirse agobiado, y el vigor para enfrentar las dificultades con más desapego y percepción. Las cosas más difíciles de la vida se originarán siempre en su propia psique. (Peter Tchaikovsky, Franz Schubert, George Eliot, Er­nest Hemingway, Richard Nixon, Greta Garbo, Marilyn Monroe, Emily Dickinson, Albert Einstein).

PROGRESADO: Una vez que Saturno se pone retrógrado por progresión, no se pondrá directo otra vez durante el resto de vida del indivi­duo (ya que permanece en fase retrógrada durante 140 años progresados). Señala un tiempo en el ciclo vital en que el in­dividuo comienza a abandonar la búsqueda de control y la autoridad externos a la manera del Saturno directo. En vez de alcanzar un sentido de seguridad a través del manejo am­bicioso de los asuntos sociales que podrían brindarle logros y elevación, se concentrará en estructurar y definir sus bases psicológicas. Reorganizará la forma en que ha estado manejando lo social hasta este momento. A través de esos esquemas nuevos, se pondrá en contacto con lo que todavía necesi­ta organizar y reestructurar interiormente para asegurar su crecimiento. La Casa que ocupa Saturno se volverá más seria a nivel subjetivo y se incrementará la profundidad de su aproximación a la misma. Reflexionará y autoexaminará el papel externo que se siente impulsado a adoptar, al tratar con su Dharma o sentido interno de responsabilidad social. Se volverá más cauteloso en su manera de encarar los asun­tos externos y los cambios serán más lentos, debido a su evaluación cabal de las razones que se ocultan tras sus acciones. Se tomará tiempo para considerar las consecuencias de sus compromisos, antes de asumir ningún tipo de obligación. Las responsabilidades asumidas deberán estar en consonancia con lo que interiormente considera significativo. Debido a ello, los asuntos regidos por la Casa que ocupa Saturno sufri­rán demoras, limitaciones, retardos, y restricciones mundanas frenando su restricciones ambición hasta que comience a imponer en esta área la disciplina interna necesaria. A medida que los componentes más inconscientes de su psique comienzan a ejercer una influencia directa sobre la estructuración de su ego, el individuo empieza a comprender el componente uni­versal implícito en sus impulsos de lucha y logros mundanos. Kármicamente, al ponerse Saturno retrógrado por progre­sión, el individuo se verá reintroducido a los patrones de se­guridad negativos y a los mecanismos de protección que cumplieron un papel importante en vidas pasadas. Debido a ello, podrá comprender mejor los miedos inconscientes, las inhibiciones, y las actitudes autolimitadoras que asfixiaron mu­chas facetas de su ego en la vida presente. Se le brinda la oportunidad de reconocer su sombra (en el sentido junguiano del término) y hacer un inventario de sí mismo que le permi­tirá ordenar aquellas partes de su psique que de otro modo permanecerían fragmentadas y sin integrar. Para lograrlo, es probable que pase el resto de su vida en un estado no dema­siado obvio de autocontemplación. Se irá alejando de la actividad pública, de la vida mundana, y del reconocimiento ex­terno para concentrarse en la reconstrucción de un ancla espiritual interior. Estará menos motivado por razones so­ciales, quizás adopte un estilo de vida recluido, buscará sim­plificar sus necesidades y limitar sus intereses y placeres a aquello que sirva para reestructurar sus exigencias internas. Para ver cómo focalizará la estructuración de su alma duran­te el resto de sus días, deberán estudiarse los aspectos natales de Saturno. Cuando se pone directo por progresión, el individuo comienza gradualmente a adoptar una actitud más confiada ante sus responsabilidades externas. Continuará actuando con cautela en sociedad, pero su base interna le permitirá aventurarse. En muchas formas, este período de transición será liberador y lo ayudará a soltarse. Estará más en contacto y de manera responsable con los asuntos importantes del mundo externo, ya que sus ambiciones se manifestarán me­jor a través de las estructuras existentes en su medio ambien­te. Desde su nacimiento, ha sido condicionado a acercarse a la autoridad y al control con profundidad. En este momento predestinado, deberá volver al mundo objetivo para exhibir su propia importancia, autoridad, y control con un sentido mayor del rumbo y de los propósitos elegidos (ya que psicológicamente ha ahondado en las razones más profundas de sus impulsos hacia el éxito). Deberá trabajar para darle un senti­do mejor y más consistente a la estructura de su ego fuera de sí mismo, evitando su tendencia innata a someterse inconscientemente a las exigencias y presiones de los demás. Las condiciones externas que no ha elegido ejercerán menos do­minio sobre él, se fortalecerá su sentido de autorespeto y autonomía. Al mismo tiempo, podrá soltar las estrechas riendas psicológicas que asfixiaron su ser interno durante la mayor parte de su vida, y comenzar a sentirse cada vez más libre de las restricciones autoimpuestas (la mayoría de las cuales han sido agobiantes e incómodas). El individuo se vol­verá menos ansioso y no condenará con tanto fervor sus ac­ciones. La Casa donde se encuentra Saturno natal experi­mentará un renacimiento de las ambiciones, el individuo estará ansioso por realizar cosas o algo que le valga el reconocimiento social y el respeto.
 
TRANSITO: La fase de Saturno retrógrado en tránsito dura unos cuatro meses y medio, y ocurre una vez al año. Al atravesar una Ca­sa natal, Saturno vuelve más lentas las actividades del sector para que el individuo tenga la oportunidad de desarrollar un plan o un método más eficiente y sensible que le permitirá más tarde obtener más beneficios de cualquier oportunidad que se le presente en esta área. A nivel externo, debido tanto a la naturaleza innata de Saturno como a la dinámica normal de la retrogradación, las actividades mundanas o las expecta­tivas sufrirán postergaciones o innumerables reveses. Las ambiciones inmediatas serán desbaratadas innecesariamente  según la perspectiva limitada del individuo, usualmente debido a que entrarán en su vida compromisos imprevistos y responsabilidades que le exigirán tiempo y energía. Pero con Saturno retrógrado tales obligaciones son generalmente "asuntos inconclusos", descuidados en algún momento pre­vio y que ahora deberán ser resueltos y completados, a cier­tos niveles de conciencia, antes de que el individuo pueda ini­ciar una nueva actividad. Sin embargo, aquí se pone en funcionamiento un sistema de regulación del tiempo poco com­prendido pero correcto, el individúo tendrá más éxito en sus empresas futuras si acepta ahora sus deberes presentes con más paciencia, resistencia, y concentración interior. Deberá seguir trabajando en sus objetivos en este sector y no abandonarlos, pero no deberá presionar para obtener gratificaciones o resultados inmediatos. Saturno le indica que vaya más despacio, que ponga un freno a su ego, y que se organice mejor. Saturno retrógrado lo hace aún más cuidadoso ante la posibilidad de desperdiciar o aplicar mal cualquier recurso significativo de la Casa que ahora ocupa. Esta fase es un momento inadecuado para llevar a cabo cabo nuevos cambios en la profesión, o para intentar impulsivamente alterar su Status Quo presente o su posición en el medio ambiente o en el mundo (por ejemplo, renunciar a un puesto de trabajo de muchos años). En cambio es un tiempo adecuado para realizar ajustes o alteraciones que alivien su sentido de frustración. Aunque los astrólogos (a veces ingenuamente) luchan por lo ideal, la verdadera vida exige que uno cumpla con patrones que no siempre satisfacen nuestro concepto preconcebido de lo que debería ser. Lo que se exige a cada individuo, lo dicta su propio patrón de crecimiento interno, no nuestras fórmulas. Este período trae responsabilidades adicionales que a menudo son agobiantes y consumen el tiempo del individuo, por lo tanto no es conveniente buscar activamente obligaciones extras, ya que podrían representar una carga y un gasto de energías mayores de lo anticipado. Saturno retrógrado intenta ponernos en contacto con nues­tras limitaciones interiores. Sin embargo, puede ser un mo­mento óptimo para hacer un inventario de uno mismo y tra­bajar en la construcción de una estructura interna, que fomente una mayor fuerza psicológica. En esta fase, Saturno debería dedicarse a reflexionar, en vez de luchar ambiciosamente por obtener sus metas externas. Si en estas fechas Sa­turno hace aspectos tensionados a algún planeta natal, podrá resurgir ciertos elementos de la personalidad poco elaborados que han sido evitados en el pasado, y a los que ahora deberá prestar atención y corregir.

Quirón Retrógrado

Quirón retrógrado demuestra una resistencia a lo significado de Quirón en su Mapa, la persona se siente diferente a los demás y no es capaz de asumirlo con la facilidad del individuo que posee a Quirón directo. Esta persona tratará de pasar desapercibida hasta que acepte su diferencia, que incluso puede llegar a desarrollar y así, reencontrará su unidad en esa aceptación voluntaria. Fascinados por lo mágico y lo oculto que hay en ellos, filtran esta energía hacia sí mismos. La dinámica del tiempo alcanza un nivel extremadamente sutil con Quirón, están preocupados respecto al futuro y al significado de las fuerzas destructivas, sienten la esencia del presente o salvador, y buscan el significado esotérico del pasado o creación. Ésta es la melodía que acompaña su danza, y cuanto antes puedan identificar el efecto que está teniendo en sus conciencias, antes serán capaces de ponerlo en perspectiva. Ésta es una respuesta profunda e intensa al universo que ofrece una gran sabiduría y creatividad en cuanto es integrada en la psique. La posición de Quirón retrógrado dentro de la Casa describirá la vía de este poderoso vórtice de sensibilidad perceptiva.

Urano Retrógrado

A nivel personal Urano retrógrado hace estragos en las relaciones humanas. El individuo experimenta una variabilidad interior que a menudo hace que se sienta un hipócrita consigo mismo. Sus niveles mental y emocional suelen luchar entre si, de modo que pueda conocer algunas cosas que le llevarán en dirección a lo que apunta el conocimiento; pero al mismo tiempo, siente otras cosas que pueden conducirle hacia una dirección completamente diferente. Vive un karma de aprender a expresar la libertad interior que aporta a esta vida. Y no debe atarse tratando de entrar en razón en todo momento con los demás, o incluso a sí mismo. Un espíritu libre no siempre aparece para hacer entrar en razón, ni debería hacerlo. El hecho es que una lógica permanencia de sentido común en un individuo es más un rasgo saturnino, atado por la rigidez del orden, la disciplina, y el orientarse a sí mismo hacia objetivos específicos. Pero el individuo con Urano retrógrado no vive tal karma. Para explorar su ser interior, así como muchos otros reinos de comprensión que la humanidad en su conjunto aún no ha alcanzado, su camino suele ser largo y tortuoso. Se precipita hacia esta dirección y la búsqueda de las fórmulas que hagan que el mundo funcione. Sin embargo, sabe que su busca es un proceso interminable, porque cada nuevo descubrimiento conduce nuevo a su vez a otra pregunta. Puede ser tremendamente feliz mientras otros no intenten imponerle moldes de pensamiento y modelos de conducta a los que ha trascendido debido a los insensatos papeles que interpretan en su percepción del esquema general. Ha aprendido a ser independiente en antiguas encarnaciones, y ahora debe usar esa independencia para volver a descubrir y comprender la sensatez que originalmente deseaba. El individuo con Urano retrógrado muestra una personalidad bastante singular. En sus niveles más profundos, es un rebelde contra todo aquello que le ate. Si es una persona miedosa, puede sentir claustrofobia. Si es una persona atrevida, intentará derribar todo aquello que ya no tiene ninguna utilidad. No puede contentarse sólo llevándose bien con la vida, ya que existen muchas cosas que podrían enriquecer a la humanidad sólo si la sociedad se desprendiese de todas sus falsas anclas de seguridad. De hecho, se preocupará si los demás empiezan a aceptarle demasiado, pues entonces sentirá que ha perdido gran parte de sí mismo. En este sentido, de vez en cuando perderá muchos amigos y conocidos, algunas veces empleos y romances todo porque la rareza de sus ideas es a menudo demasiado difícil de aceptar por los demás. Y sin embargo, años después, cuando la sociedad evoque todo aquello que él presentó una vez, ya no se interesará por cualquier teoría avanzada o actitud que promovió en su momento. De este modo, es un pionero del futuro. Debido a ello, puede experimentar una gran soledad, pero nunca renunciará al don de su originalidad a cambio del compañerismo de los demás. Sabe que, por encima de todo, su alma debe ser libre, y expulsará de su camino cualquier cosa que impida dicha libertad. Para aquellos que son capaces de comprenderle, es una de las personas más fascinantes que han escuchado, pues está literalmente lleno de todas las ideas que la humanidad necesita para el futuro de la raza humana.
 
Quienes sean capaces de responder a un Urano natal retrógrado, poseerán una intuición muy desarrollada. Sin embar­go, debido a la retrogradación, el individuo sintonizará más con el inconsciente, la intuición operará de forma tan rápida que la persona no percibirá objetivamente su actividad como algo aparte de su conciencia despierta normal. Para integrar esta facultad y para evitar que la estructura de su ego se sienta demasiado amenazada, considerará su existencia como algo natural. En general, la originalidad potencial, el genio, e incluso el comportamiento excéntrico del individuo, no se expresarán plenamente en el mundo externo. Las almas que estén más despiertas experimentarán estas cualidades en su interior con más agudeza. Reaccionará a niveles psicológicos más profundos y menos obvios, de una forma más voluntariosa, rebelde, y desafiante de lo que externamente apa­renta. Será más radical, informal, y original en su visión del mundo de lo que demuestra. Es decir, la mayoría pensará que esta persona es más ortodoxa y conservadora (o más normal y ordinaria según las normas sociales) de lo que el indivi­duo sabe subjetivamente que es. Guarda para sí una gran parte de su potencialmente colorida individualidad. La fuer­za normalmente destructora del eléctrico Urano se centra menos en la experiencia externa, en vez de ello se concentra en los planos interiores de la conciencia, brindándole al indi­viduo percepciones repentinas que le señalan cómo debe pri­mero reformar su interior. Es casi como si el individuo inten­tase inconscientemente arrojar luz sobre actitudes preconcebidas, desarrolladas en vidas anteriores, y, a través de tal percepción e iluminación, luchase por liberarse de las estruc­turas anteriores, especialmente mentales, que lo enlazan. Hasta que lo logre, distraerá su atención repetidas veces de la participación abierta en actividades progresistas que po­drían ayudar a cambiar la naturaleza social de los asuntos co­tidianos. Su visión del futuro dependerá del éxito que tenga en confrontar y reformar los elementos de su propio pasado. Este es el Urano más introspectivo y menos revelador. Se siente menos impulsado a desempeñar un papel activo en lo social. Si Urano retrógrado recibe aspectos tensionados de otros planetas, el individuo se sentirá incómodo con aque­llo que dispare sus impulsos rebeldes y le haga romper inesperadamente con la estructura establecida. Estará enojado consigo mismo, y perplejo al ver cómo desorganiza su vida (según la Casa donde se halle ubicado Urano). En este caso, las condiciones externas simbolizan la disposición para el caos interior. Los cambios de actitud repentinos desequili­bradores son estimulados desde el inconsciente que se despereza, y no por causas externas. Las situaciones se convierten en los símbolos apropiados, necesarios para objetivar los cambios emprendidos por la naturaleza interior. La circunstancia externa es menos importante que el significado inte­rior de la misma sobre la persona. Habrá explosiones inespe­radas en este emplazamiento de tiempo en tiempo, ya que la tensión nerviosa creciente encuentra pocos canales externos en comparación con Urano directo. Ciertas reacciones volátiles parecerán surgir de la nada y carecer de explicación ra­cional (aunque para el individuo interesado, a menudo poseerán un significado subjetivo). En algunos casos, signi­ficará que el individuo es mucho menos comprendido en sus rasgos expresivos uranianos (que ya de por sí la mayoría no aprecia) que otro individuo con un Urano directo, ya que lo cataliza desde su interior. Sus acciones externas parecerán incluso menos apropiadas para la ocasión, y a menudo sólo serán comprendidas (y hasta cierto punto) por el individuo. En el sector del horóscopo donde se revele un talento espe­cial o la marca del genio, el individuo se alejará aún más radicalmente de la norma, ya que actuará revolucionariamente desde un punto de vista subjetivo, que es únicamente suyo y de nadie más. Esta condición señalará una originalidad mayor si cabe. El grupo de almas que encarnan juntas con Urano retrógra­do, pueden encontrarse colectivamente gravitando kármicamente hacia aquello que las estimula a reestructurar y refor­mar su ser interno de forma más completa, antes de intentar revolucionar a la sociedad en general. Inicialmente, se alejarán psicológicamente del orden establecido que los rodea en un intento por explorar su propia naturaleza interior. Estos individuos desean conocer primero su propia individualidad, a menudo se sienten polarizados o enajenados por las nor­mas sociales a las que sin embargo se espera que se sometan. Su deseo es conocer la libertad interior antes de trabajar para la libertad social. El sendero interior de liberación que si­guen puede parecer contraproducente con respecto a lo que la sociedad quiere o exige de tal generación. Hay que comprender que estas afirmaciones amplias y absolutas no se aplican a todos los miembros de este grupo, sino a aquellos pocos elegidos que son capaces de conectar directamente con las fuerzas uranianas. Urano retrógrado puede inspirar, a quienes han aprendido a prestar atención al funcionamiento de su individualidad, al tiempo que amplían sus metas impersonales y sus aspiraciones para el bien de la sociedad, a llevar al mundo sorprendentes revelaciones y pensamientos origi­nales, generalmente apolíticos, con la finalidad de expandir el potencial humano. Antes de ser capaz de tener percepcio­nes sociales relevantes, deberá iluminarse por dentro. Se despertará impulsado por sus propias visiones originales y avanzará a su propio paso. A veces parecerá muy activo y vital en los asuntos grupales sociales, pero interiormente se sentirá alejado de la multitud a la que apoya, y preocupado por seguir la guía de su ser interno. (Friedrich Nietzche, Karl Marx, Henry David Thoreau, Walt Whitman, Gertrude Stein, Alfred Adler, Evangeline Adams, Edgar Cayce).

PROGRESADO: Cuando Urano se pone retrógrado por progresión, permane­ce en esa fase durante el resto de la encarnación del indivi­duo (155 años progresados). Es muy importante observar qué Casa ocupa Urano natalmente, porque aquí es donde ocurrirá un giro gradual subjetivo hacia dentro en busca de una mayor libertad autoexpresiva y una percepción creciente del propio individualismo. Si esta persona responde a las energías de Urano, ahora se convertirá en un individuo mucho más inventivo y experimental que antes, en su aproxi­mación a los asuntos de esta Casa. Por lo tanto, estará menos dispuesto a adaptarse a los procedimientos normales o a las convenciones que antes aceptaba sin cuestionamientos. Al menos, ahora se cuestionará las normas sociales. La mayoría de la gente, apenas será consciente de los cambios internos sutiles que acontecen durante esta fase. O los proyectará sobre acontecimientos exteriores inusuales que quebrarán periódicamente el Status Quo interior del individuo, a menu­do sin ningún sentido del ritmo o de la lógica. Esta persona se sentirá ahora interiormente a disgusto con lo que experimenta exteriormente, ya que está desarrollando en su interior nuevas actitudes sobre la vida. Estará menos dispuesto a comportarse según las presiones ambientales. Kármicamente, el alma será reintroducida a antiguos impulsos de rebelión provenientes de vidas pasadas. Podrá volver a contactar y a experimentar rasgos de su personalidad pasada y modos de ser de otras vidas, ignorando que formaran parte de su na­turaleza. En este momento, será más intensamente conscien­te de cómo y dónde no se ajusta bien a las estructuras sociales del pasado, para mejor o para peor. Cualquier impulso re­pentino hacia la liberación de la autoexpresión (especialmente durante la fase estacionaria) puede ofrecer claves con respecto a impulsos individualistas y sin resolver, provenientes de encarnaciones previas. Los impulsos humanitarios y la comprensión oculta del pasado serán examinados mejor a ni­veles psicológicos. Finalmente podrá continuar trabajando en la fase de individuación a la que no se le permitió un despliegue progresivo e ideal en algún momento del pasado. Urano progresado retrógrado puede indicar que el tiempo está maduro para el resurgimiento de alguna forma libre y poco ortodoxa de comportamiento que fue una parte esen­cial de la propia naturaleza en edades pasadas. Cuando Urano se pone directo por progresión, las energías uranianas dejarán de estar focalizadas exclusivamente sobre uno mismo, y se dirigirán hacia la sociedad. Tanto Urano como los restantes planetas de la Octava Superior pueden ser muy lentos en su manifestación, a excepción de aquellos pocos que son llevados a expresarse durante la fase estacio­naria. De manera ideal, el individuo está preparado para avanzar y experimentar la vida según un potencial de índole más colectiva. Ahora es más capaz de ofrecer al mundo los frutos de su propia iluminación. Pero, esto no garantiza que el mundo comprenderá y aceptará sus percepciones, ya que viene de una perspectiva muy subjetiva que sólo el individuo puede captar y apreciar (debido a sus años de profundización interna). Pero al menos se sentirá impulsado a exteriorizar abiertamente las percepciones que ha experimentado perso­nalmente, sin tomar en consideración si la sociedad las acep­ta o las rechaza. Su propia visión lo presionará para que in­tente influenciar a su medio ambiente mundano. Los pocos que estén muy sintonizados con el planeta, verán durante esta fase emerger su genio y la aplicación inteligente de sus conocimientos y habilidades, en el área de interés especiali­zado que el individuo haya desarrollado en este sector de su vida. También puede señalar la salida a la superficie de elementos obcecados y muy desestabilizadores de la psique, que se hallaban enterrados en el interior, y que se emplearán en conflictos más directos y abiertos contra el estatus quo y la au­toridad. El individuo intentará de manera directa poner un límite a todas las reglas de conducta o de protocolo social, establecidas en favor de la obediencia a su propia voz interior.
 
TRANSITO: Urano retrógrado en tránsito se prolonga durante 155 días, una vez al año. Si ejerce algún impacto personal, será proba­blemente de acuerdo con las circunstancias de la Casa natal por donde transita. Y también según la naturaleza de cual­quier planeta o ángulo que aspecta fuertemente, especial­mente al grado estacionario antes de volverse retrógrado. Se deberá tomar nota de los aspectos casi exactos, ya que colo­rearán la fase entera de este tránsito. Observe especialmente las Conjunciones, las Cuadraturas, y las Oposiciones (ya que poseen una afinidad simbólica con la angularidad, que a su vez sugiere una acción abierta, a veces dinámica que produce grandes cambios en el crecimiento). Debido a que la mayor parte de la humanidad no es capaz de manejar con soltura los principios uranianos, los efectos de su tránsito serán experimentados en lo inmediato como un quebrantamiento en el flujo habitual de los asuntos de la Casa que transita. Este rompimiento sugiere una alteración repentina de los planes personales, debido a condiciones nuevas e imprevistas en el medio ambiente, que desbaratarán nuestras intenciones. Los asuntos que nos preocupan tienden a perder su estructura rápidamente y a venirse abajo, ya que las situaciones presentes traen consigo elementos inesperados que desafían al Status Quo. Generalmente es para beneficio y enseñanza del indivi­duo. Urano retrógrado en tránsito puede ayudar a la persona a contactar con sus necesidades de expresarse libremente, las que hasta este momento no eran reconocidas. Se le brinda otra oportunidad de entrar en contacto con esa parte absolutamente única de sí mismo que busca actividades más libera­doras o aproximaciones frescas y nuevas, para desarrollarse a niveles óptimos. Particularmente es así cuando Urano as­pecta a varios planetas natales, y no solamente transita por una Casa. Es posible que los planetas de la Octava Superior estén retró­grados durante tanto tiempo porque sea para nosotros más difícil asimilar convenientemente sus cualidades especiales sin una recapitulación prolongada y periódica. Sus fases retrógradas nos permiten revisar nuestro progreso de manera repetida y aprender a comprender mejor los propósitos de estos planetas trascendentes. Su movimiento se vuelve más lento en la retrogradación, quizás para permitirnos concentrarnos en sus cualidades más intencionadamente. Durante este tránsito, Urano volverá sus impulsos intuitivos hacia el interior, y el individuo tendrá más posibilidades de encontrar nuevas formas expresivas que podrían dar por resultado una iluminación personal mayor. Donde transita Urano puede alcanzar un nivel de verdades personales que le sacudirá toda la inercia del ego o del estancamiento mundano. El impacto quizás no sea externamente muy visible, pero a nivel subjetivo será aplastante. Las nuevas intuiciones le dicen al individuo que debe reformar sus actitudes en este sector y no vol­ver a ver las cosas de igual modo nunca más. Aunque durante este período no mostrará abiertamente su descontento, una especie de inquietud reflexiva lo presionará para que cambien los patrones de comportamiento externos para su propio beneficio. Sentirá una especie de rebelión interna (normalmen­te contra sí mismo) antes de que salga a la luz y se dirija hacia el exterior. En estos momentos, las situaciones externas parecen operar más allá de nuestro libre albedrío, más que cuando Urano transita directo, ya que esta fase nos condicio­na a que sintonicemos con la voluntad universal. Cuando este tránsito retrógrado no se maneja bien, señala en algunos casos un período de extrañas desgracias que rara vez pueden ser analizadas o explicadas con éxito. Las situaciones desa­fiarán toda lógica y razón, al menos si se analizan desde lo que aparentan. Incluso las oportunidades inesperadas serán difíciles de explicar. Urano retrógrado impulsa al individuo a mirar más allá de la superficie de las cosas para descubrir las causas más profundas y escondidas previamente ignoradas, y a considerar tales asuntos a la luz de la verdad pura y de la objetividad. Esta es al menos la manera ideal de usar tal tránsito. Lo que llame de repente nuestra atención represen­tará lo que deberemos reformar para ayudarnos a integrar un ciclo pasado, que no se resolvió, antes de que podamos avan­zar hacia el futuro. Deberemos focalizarnos en esos asuntos con gran claridad. Desafortunadamente, muy pocos de noso­tros estamos dispuestos a ser tan honestos acerca de nuestra vida, y por lo tanto rara vez recibiremos los beneficios del enriquecimiento mental que Urano retrógrado nos podría ga­rantizar durante este período.

Neptuno Retrógrado

El individuo vive el karma aprendiendo a distinguir entre lo que es real según sus ideales y lo que aparentemente satisface sus sueños. Sabe lo que necesita, pero le cuesta encontrarlo en el mundo exterior. Viviendo sin cesar un sueño tras otro, a menudo acaba huyendo de sombras imaginarias mientras persigue fantasías ilusorias. No obstante, debe encontrar sus ideales en el mundo de la "no forma" que ejerce un dominio tan fuerte sobre él. Se equivoca con frecuencia al proyectar viejos sueños en situaciones actuales, cosa que no le permite ver la realidad del presente con claridad. Es sumamente intuitivo, y a través de las diferentes fases retrógradas a menudo es capaz de conocer cómo acabarán las situaciones mucho antes de entrar en ellas. Pero hasta que no aprenda a hacer frente al flujo sutil de energía de Neptuno que siente en su interior, no confiará fácilmente en su intuición. Estos individuos deben aplicarse en integrar sus sentidos con los ideales y los sueños que aportan a esta vida. En lugar de tratar de distorsionar las percepciones para hacer que el presente encaje en el pasado, debe existir una conciencia de qué aspectos del presente simbolizan verdaderamente los aspectos del pasado kármicamente incompletos. La personalidad del individuo con Neptuno retrógrado no es fácilmente comprensible por los demás. Sus razones no poseen el sentido común que uno espera que haya en la raíz de toda motivación. En lugar de ello, vibra con una música superior que sólo él puede oír. Sus percepciones no proceden del plano material, sino que están en conexión directa con su alma. Así, puede ser sumamente espiritual y preocuparse poco del aspecto formal de la ortodoxia de las religiones. Puede sentir un gran amor por la música, pero no puede apuntarse a cualquier estructura hecha por el hombre dentro de ella. Lo siente prácticamente todo, pero relaciona sus sentidos no tanto con la realidad física como con su percepción del universo cósmico. Sabe mucho más de lo que puede expresar nunca con palabras, ya que aquí vuelve a considerar las características limitadas del lenguaje como otro limite formal que podría rodear su comprensión infinita. Es capaz de ver las apariencias y las ilusiones en las que viven los demás, y por ello debe tratar de hacer el mejor trato entre derribar sus castillos de arena y seguir conservando todas las verdades interiores que conoce.
 
Quien sea capaz de responder a Neptuno retrógrado natal, se focalizará primero y en especial en la espiritualización de su mundo subjetivo, y más tarde dirigirá su atención hacia las obligaciones sociales. Neptuno centra sus energías en disol­ver todas las estructuras psicológicas existentes que han sido cristalizadas. Su influencia será menos problemática en el mundo externo y concreto, ya que prefiere nutrir las condiciones interiores desarrolladas en el pasado. Como Neptuno retrógrado está más en contacto con el poder del inconscien­te que un Neptuno directo, la receptividad del individuo a las corrientes subterráneas emocionales y sutiles se verá realzada e intensificada, incrementando la sensibilidad psíquica en quienes ya la tienen algo desarrollada. Sin embargo, si Neptuno está tensionado, la desorientación psíquica pue­de ser aún mayor debido a la incapacidad para separar y reconocer objetivamente un plano de conciencia del otro. Se acentuará la faz introspectiva y aislada de Neptuno. En apariencia, las tendencias escapistas, la autodecepción y la confusión interior, serán menos visibles. Es factible que posea una gran habilidad para imaginar y visualizar, pero generalmente no la utilizará para mejorar el medio ambiente o para avanzar en metas futuras colectivas, al menos de forma di­recta. Internalizará esta capacidad en un intento por visualizar cómo deberían haber sido las cosas desde una perspectiva ideal. En otras palabras, aplicará su inspiración y sus percepciones sobre condiciones previas que ahora sólo existen en su interior como impresiones intangibles. Aunque aparente un control externo consciente, el individuo tendrá dificultades para ejercitar su disciplina interna y un sentido del orden. Evitará estructurar su mundo interno, y puede volverse muy susceptible a las poderosas fuerzas de su propio inconsciente. Neptuno directo se defiende mejor de los contenidos emo­cionales más oscuros del inconsciente, simplemente porque no centra su atención en el mismo y, en vez de ello, los focali­za más ampliamente en el encanto del mundo material. Con Neptuno retrógrado, el individuo se siente más inclinado a guardar las energías de este planeta sin manifestarse y sin diferenciar. Sin embargo, cómo sea que deberá hacer frente a esta condición, dependerá de la evolución del individuo. Este individuo será más devoto y sacrificado, o pasivo y poco resistente psicológicamente, de lo que deja entrever en la su­perficie. Será más vulnerable a las crudas realidades de la existencia, ya que tenderá a evitar la confrontación directa con los factores de la vida que no se alinean con los ideales interiores preconcebidos, a los que se adhiere. Le resultará aún más difícil concretar sus sueños y visiones para que operen a un nivel práctico. Además, esos sueños o visiones tie­nen poco en común con las circunstancias de la vida presen­te, son más representativos de las condiciones pasadas, simbolizando "asuntos inconclusos". Estas condiciones subjeti­vas, por intangibles que parezcan, ejercen una fascinación intensa sobre el individuo. Su desilusión con los asuntos mundanos externos lo afectará profundamente, incitándole a retirarse a veces al mundo de fantasías e ilusión que ha crea­do. Neptuno retrógrado se siente más a gusto en los niveles inmateriales, y oníricos de percepción. Cuando estas energías se administran mal, puede indicar distorsiones emocionales, complejos inconscientes, o mecanismos escapistas en­raizados, que son más difíciles de sacar a la superficie, de examinar objetivamente y de resolver satisfactoriamente. La tendencia a sentirse atrapado por experiencias pasadas híper idealizadas ofrece poca oportunidad de crecimiento interno en la encarnación presente. Necesita darse cuenta que las experiencias del pasado se aprovechan mejor cuando se utilizan para estimular la inspiración que brinda un propósito más definido al presente, y una mejor iluminación a la potencialidad del futuro. No debe encerrarse en esquemas emocionales del pasado que lo inmovilizan psicológicamente. Aunque puede ser muy reflexivo, deberá luchar por establecer un equilibrio mayor, esforzándose para canalizar sus impresio­nes interiores hacia objetivos actuales (especialmente en ac­tividades que le permitan expresarse creativamente). La falta de habilidad para estructurarse interiormente dismi­nuirá su capacidad para preservar su psique. La gran desorganización interior frustrará su ego y el funcionamiento del mismo. El grupo de almas que encarnan juntas con Neptuno retrógrado pueden ser arrastradas colectivamente a expresar una gran falta de interés por las seguridades materiales tradicionalmente exaltadas. Sus objetivos serán demasiado abs­tractos o intangibles para sus necesidades de seguridad. Los individuos más evolucionados y autoconscientes de este grupo podrán convertirse en canales iluminados para la depuración espiritual a través de la expresión única del amor, la belleza, o el idealismo emocional (a menudo manifestándose a través de la expresión artística o de la búsqueda espiritual). A nivel individual, Neptuno retrógrado puede señalar a al­guien que rinde con facilidad su voluntad de manera incons­ciente a la experiencia que le ofrezca un sentido más profun­do de trascendencia. Necesita una prueba menos tangible de la existencia de los principios neptunianos. Cuando estas energías se manejan mal, el individuo actuará como un már­tir, se castigará a sí mismo emocionalmente para purgar algo que lo inquieta y que está oculto en las profundidades de su pasado incomprendido. Es más sensible a la raíz esencial del problema que le impide conformar una unidad con las restantes partes de su psique, no logrará la paz interior hasta que se haya redimido a sí mismo. Necesita examinar sus sen­timientos con cuidado y finalmente perdonarse por cualquier transgresión que haya cometido en el pasado. De otro modo, continuará negándose ciegamente las condiciones que le per­mitirían obtener logros mundanos, éxito material, y comodi­dad. Cuando Neptuno retrógrado es utilizado constructivamente, el individuo puede beneficiarse de un don casi místico para descubrir las realidades espirituales sutiles que la mayo­ría de la humanidad olvida. Recordad, sin embargo, que dado que la mitad de la humanidad ha nacido con Neptuno retrógrado, no todos responderán de la manera descrita pre­viamente. Dado que Neptuno es por naturaleza muy vago e indefinido, la mayoría no reconocerá su funcionamiento, esté natalmente retrógrado o directo. La descripción que he ofrecido se aplica sólo a aquellos pocos individuos capaces de responder efectivamente a los impulsos sublimes de este de­licado y etéreo planeta. (Leonardo da Vinci, William Blake, Ralph Waldo, Emerson, Walt Whitman, Pierre Baudelaire, Toulouse-Lautrec, Helena Blavatsky, Max Heindel).

PROGRESADO: Cuando Neptuno se pone retrógrado por progresión, perma­nece así durante el resto de vida del individuo (aproximada­mente 158 años progresados). Los asuntos mundanos de la Casa que ocupa Neptuno natal se espiritualizarán gradualmente (debido a la percepción creciente que tiene el indivi­duo de que todo está unido y forma una unidad), o devendrán cada vez más confusos y faltos de realismo, mientras que el individuo preferirá ignorar, evitar, o retirarse antes que enfrentarse abiertamente a los desafíos y deberes de esta Casa. En este sector de la vida, se sentirá impulsado a sacrifi­car los logros mundanos, en favor de la búsqueda de com­prensión interior. El individuo se volverá más altruista en su orientación y estará deseoso de servir impersonalmente para, el beneficio último de la humanidad (según su propia visión subjetiva), pero si intenta resistir obstinadamente el examen interior, se confundirá y desilusionará aún más debido a que se sentirá decepcionado consigo mismo. La vida, en este mo­mento específico, le pide que se retire a aquella porción de su conciencia interior que es capaz de ver con facilidad a través del velo de la materialidad y de su séquito de ilusiones. El período estacionario, naturalmente, representa un momento de confusión e incertidumbre, especialmente para el indivi­duo atado a la tierra que nunca ha reflexionado sobre el ori­gen espiritual de su ser manifiesto. Ahora será más vulnera­ble a las fuerzas ocultas de la naturaleza interior de su alma. Kármicamente, el individuo será reintroducido a sueños e ideales elevados de vidas pasadas, así como a dilemas perso­nales sin resolver, especialmente a nivel emocional. Deberá prestar especial atención a sus impulsos altruistas por curar, consolar, proteger, y elevar compasivamente la condición de los que sufren en el mundo, sea cual fuere el nivel experi­mentado. Nos dará claves valiosas para comprender cómo hemos elevado en vidas pasadas nuestras emociones perso­nales a niveles más universales de percepción. Cualquier in­terés naciente por dedicarnos a las artes o a la belleza en general puede ser significativo, ya que Neptuno retrógrado por progresión puede ponernos en contacto con talentos artísti­cos latentes. Los sentimientos ilusorios que nos han llevado al autoengaño en el pasado, podrán ser evocados ahora para poner a prueba el alma. Durante el resto de su vida, el individuo reflexionará profundamente sobre el significado del amor humanitario, y si desea lograr la paz interna, deberá a menudo dejar de lado sus propios deseos materialistas y ayu­dar a los que dudan sobre su sendero espiritual. Cuando Neptuno se pone directo por progresión (como ocu­rre cuando se pone retrógrado), sus efectos iníciales no son muy notorios. Su influencia, en el caso que sea percibida, es sutil, gradual, y a menudo indirecta, todas ellas cualidades tí­picas del planeta. Esto indica quizá que la habilidad del indi­viduo para encontrar canales externos adecuados que expre­sen los principios neptunianos será estimulada. El período de recapitulación interna que ha emprendido inconscientemente desde su nacimiento está concluido. La focalización habi­tual subjetiva podrá ser redirigida ahora de tal forma que su visión peculiar emerja a la superficie de su vida presente, permitiéndole enriquecer la estructura de la matriz social dentro de la cual se ve obligado a funcionar. El proceso vital en marcha lo invita a aplicar su visión imaginativa y su per­cepción social al servicio de las necesidades del medio am­biente. A menudo de una manera que fomenta la unidad y la cohesión colectivas dentro de la comunidad. Ya no frustra más su propio crecimiento evolutivo, cavilando sobre la im­potencia de no alcanzar los ideales emocionales de su propio pasado, a la manera autocentrada de Neptuno natal retró­grado. En vez de ello, podrá desarrollarse mejor si se aleja de los lazos emocionales subjetivos que lo fascinaban y blo­queaban su percepción de los ilimitados canales que podía tomar para servir a la sociedad. Los intereses sociales, colec­tivos y humanos que ahora lo atraen, requerirán sin embargo que esté dispuesto a afirmar sus ideales personales de una manera que promueva cambios concretos. Dará forma a sus aspiraciones sociales. No sería raro que pudiera resolver asuntos de su pasado a través de sus esfuerzos compasivos por curar los males sociales del presente. Ahora, y durante el resto de su vida, se sentirá más capaz de manifestar satisfactoriamente su visión única de la armonía social, la compren­sión compartida y la unidad emocional, porque está preparado para brindar al mundo su propia percepción de la unidad básica de la vida.

TRANSITO: Neptuno retrógrado en tránsito emplea 158 días, y ocurre una vez al año. Como en el caso de Urano, su influencia prin­cipal puede relacionarse fundamentalmente con la Casa que transita en esos momentos. Para que Neptuno en esta fase sea percibido conscientemente, debe realizar aspectos vita­les a más de un planeta, ya que tiende a manifestarse de ma­nera sutil, evasiva y reluctante en términos materiales bien definidos. Mucho de lo que pueda decirse sobre este tránsito retrógrado es necesariamente teórico y especulativo, ya que su funcionamiento es mejor comprendido a través de las fa­cetas profundas del individuo. Neptuno retrógrado en tránsi­to puede despertar condiciones no resueltas del pasado (in­cluso en esta vida presente) que pueden catalizar emocio­nalmente la configuración psicológica del individuo. Lo que Neptuno estimula puede disparar sentimientos enterrados, a menudo descuidados de nuestro interior, que sin embargo, fluyen a gran profundidad. Las emociones no reconocidas tienen mucho poder sobre nuestro comportamiento consciente. Este período retrógrado marca una época adecuada para revisar las corrientes de sentimientos subterráneas con más hondura y comprensión. Podemos y debemos reflexio­nar más sobre esta área de la vida. Al meditar sobre el tema, podremos recibir una guía interior acerca de cómo contactar con esos sentimientos interiores a menudo inestables que normalmente escapan a nuestra atención consciente. Cuando Neptuno transita a través de una Casa, los asuntos asociados con ese sector sufren una sutil forma de disolución. Las estructuras externas se debilitan cada vez más, pierden apoyo y se vuelven menos estables, aunque las apariencias externas indiquen otra cosa, lo que hacen normalmente, si consideramos la naturaleza ilusoria de Neptuno. Es un pro­ceso lento. Ignoraremos esta disolución en marcha durante bastante tiempo hasta que se hayan minado las estructuras y apoyos de los que dependía ciegamente. Pero Neptuno sólo corroe aquello que posee una estructura irreal o defectuosa. Desgasta lo que hemos ignorado o evitado durante demasia­do tiempo. Cuando Neptuno se pone retrógrado, los elemen­tos débiles de estas estructuras frágiles y enfermas llaman nuestra atención. Se nos brinda la oportunidad de revisar nuestros puntos ciegos y descubrir las razones profundas que nos llevan a sentirnos vagamente inquietos por las circuns­tancias externas de la Casa. Al hacerlo, podremos reconocer las partes emocionalmente carenciados de nosotros mismos que ahora necesitan de nuestro interés nutritivo y compasi­vo. Los sentimientos previamente fragmentados podrán ser integrados totalmente a los restantes componentes de la psi­que, pero sólo a través de un esfuerzo consciente realizado por un individuo ya despierto. Sin nuestra cooperación consciente, se podrán realizar pocos cambios constructivos. Fe­lizmente, Neptuno retrógrado nos permite sentirnos más unificados y completos desde dentro, una vez que hemos atado todos los cabos interiores sueltos, y nos dedicamos a nuestro "asunto inconcluso". Sin embargo, se deberán experimentar varios tránsitos de Neptuno retrógrado antes de que esto suceda. Quizá, en cada tránsito retrógrado sucesivo, Neptuno va penetrando en estratos del ser cada vez más profundos. Somos estimulados a disolver esas impresiones distorsionadas, acumuladas de nuestro pasado, que se han cristalizado demasiado. Y al hacerlo, somos capaces de renovarnos espiritualmente. Para algunos, este tránsito retrógrado indicará una necesidad mayor de privacidad, aislamiento, y retiro, más que en el su­puesto de un Neptuno directo. Se enfatizarán la introspección y una mayor receptividad con el despertar de la natura­leza interior. Por otra parte, puede señalar que las tenden­cias escapistas ejercen una mayor fascinación sobre el indivi­duo con inclinaciones a ello. La vulnerabilidad emocional se intensificará, aunque de manera menos obvia en la superficie. Los aspectos explicarán cómo manejará el individuo es­tas energías. A nivel constructivo, se tomará el tiempo de ex­plorar el fértil mundo de su imaginación, permitiendo que la inspiración lo conduzca a una percepción mayor de sus habilidades latentes. Será un momento excelente para fortalecer los poderes de visualización y de imaginación (siendo benéfi­co para quienes deseen mejorar sus talentos creativos en algún campo en el que muestren dotes). Necesitará autodisciplina si desea recibir el enriquecimiento emocional que este planeta nos puede garantizar durante su fase retrógrada.

Plutón Retrógrado

El individuo vive un karma de experimentar la Conciencia Colectiva en sí mismo. Siente el impacto del pensamiento mundial, y es consciente de cómo se relaciona éste con las ideas del mundo en todas las épocas. Al no expresar siempre lo que sabe, tiende a ver a los demás como parte de una totalidad más amplia y exclusiva antes que como una base en proporción constante uno a uno. En su vida personal, es mucho menos importante lo que hace que lo que piensa sobre lo que hace. La mayor parte del tiempo vive dentro de su conciencia, cribando la multitud de sentimientos que experimenta en su interior. El crecimiento espiritual posible con Plutón retrógrado sólo está limitado por la mente consciente del individuo. Puede mostrarse literalmente superior a la mayoría del karma de toda la raza si así lo decide. Curiosamente, si trata de evitar la elevación de su karma, sentirá de todos modos los karmas inferiores de cuantos le rodean. Así, si escoge elevarse a sí mismo, empezará a vivir realmente la parábola de Jesús de "estar en este mundo pero no pertenecer a él". Para conseguirlo a la larga, atraviesa por retiros temporales durante la primera mitad de la vida, hasta que aprenda a ser impersonal con la intensidad del mundo que siente fuera de él, de modo que al final alcance el punto que ya no sentirá actuar en su interior. Este individuo con Plutón retrógrado piensa en los males de la sociedad como una razón personal para transformarse a sí mismo. Sabe que no puede cambiar el mundo, no obstante, le gustaría hacerlo si eso fuera algo práctico o posible. Pero puede cambiar el mundo entero dentro de sí mismo, acabando con los lazos de todo lo que le ata a cosas inferiores a su ser purificado. Éste es un proceso que supone varios años, y a veces muchas vidas para conseguirlo. En su más alta manifestación, representa la verdadera conciencia de Cristo de traer a este mundo la forma más pura de amor. En menor medida y con menos frecuencia, elimina continuamente de su vida todos los factores que impiden el progreso de su alma y la expresión de su espíritu. El individuo con Plutón retrógrado experimenta la lucha de la humanidad como un lucha personal consigo mismo. Personalmente, siente la necesidad de vencer en su interior todo lo que ha estado disminuyendo su conciencia de la sociedad en que vive. Así, reacciona enérgicamente ante la falta de honradez de otras personas hacia sí mismas, considerándolo como una enfrenta personal a su propio progreso, que cree que debe hacer por el bien último de la civilización de la que él es parte importante. Debe aprender a alejarse un poco de los hábitos y de la forma de comportarse de los demás, cuyas vidas tienen poco que ver en realidad con su propia realidad interna.

Para quienes son capaces de responder a Plutón natal retró­grado, las fuerzas regenerativas que impulsan a una reforma total de la propia conciencia estarán aún más profundamente enclavadas dentro del inconsciente, y no podrán ser expresa­das con facilidad. Al igual que sucede con Urano y Neptuno retrógrados natales, Plutón retrógrado deberá focalizar sus poderes transformativos en las condiciones que ya han sido establecidas dentro del individuo en el pasado. Generalmen­te, el individuo será más cauto psicológicamente que con Plu­tón directo. Se resistirá inconscientemente a que sus rasgos negativos internos sean escrutados tanto por su conciencia como por los demás. Al condenar a esas energías y al no encontrar canales adecuados para su liberación, ciertas tensio­nes profundamente perturbadoras pueden trastornar el fun­cionamiento sano de la psique. Debido a que este Plutón es más interno, el individuo puede suprimir el deseo a algún nivel. Fuerzas reprimidas pueden crear presiones espantosas que se mantendrán escondidas en el interior, hasta que se produzca una violenta erupción. A veces, esos "despojos" de alta carga emocional pueden ser mejor liberados a través de los estados de sueño profundo, experiencias oníricas muy vivas, o diversas formas de conciencia alterada (a menudo in­ducidas por estímulos químicos). El individuo estará menos inclinado a buscar salidas externas para la liberación de esa energía. La intensidad de la voluntad se enfatizará con la  retrogradación, pero rara vez se exhibirá exteriormente de forma directa. Es más factible que primero sea demoledor con las estructuras internas con las que está en guerra, y que inmediatamente después intente acabar con la estructura social externa. La dificultad aparente en encontrar salidas adecuadas a la poderosa energía plutoniana alentará el desarrollo de fobias poco comunes, complejos emocionales destructivos, compulsiones mórbidas, deseos fijos, y una amplia gama de per­versiones. Cuando Plutón retrógrado hace aspectos tensionados, la hostilidad puede dirigirse hacia el interior de forma implacable, o puede manifestarse como una agresión incon­trolable hacia la sociedad. Un Plutón igualmente tensionado pero directo focalizará esa agresividad con más estrategia. Pero dado que los factores inconscientes parecen tener en este caso más influencia sobre su naturaleza, Plutón retró­grado indicará que el individuo posee menos control sobre los elementos más oscuros de sí mismo. Pero a la persona despierta, este Plutón le brinda la oportunidad de indagar profundamente en su interior para descubrir e investigar las raíces causales de sus defectos kármicos. Le permitirá com­prenderse en profundidad, y poseer además una percepción increíble sobre el funcionamiento del inconsciente. Será im­pulsado a explorar las motivaciones psicológicas ocultas de sí mismo y de los demás, en mayor medida que Plutón directo, que gasta demasiado tiempo en sus luchas por el poder, pues­to que la necesidad de dominio sobre los asuntos externos es mucho más fuerte. Plutón retrógrado aumenta la resistencia psicológica, probablemente debido a que este individuo debe volver a examinar partes de su pasado que pueden ser muy amenazadoras y abrumadoras para el ego. Sin ese aguante y esa resistencia interior, es factible que evitase ahondar tanto en sí mismo. Aunque a menudo de manera inconsciente, ten­drá miedo de ser inundado por la parte sombría de sí mismo, y sólo se sentirá más seguro cuando busque conocer activamente su naturaleza. Plutón retrógrado es quizás aún más compulsivo en su intento por descubrir los misterios fundamentales del ser. Como Plutón permanece retrógrado más tiempo que la ma­yoría de los planetas, más personas tendrán a este planeta que a ningún otro retrógrado en su Carta Astral. Pero como Plutón representa cualidades del ser casi ultrahumanas, muy alejadas de lo que la vida nos ha condicionado a ser, muy pocos individuos serán capaces de manejar sus energías ines­crutables de manera comprensiva. Ya se encuentre retrógra­do o directo, la influencia directa de Plutón sobre la configuración consciente del individuo es casi nula. Parece que la única conexión que la mayoría tiene con Plutón es a través del efecto colectivo de los desarrollos masivos, y en especial los de naturaleza revolucionaria. Pero, los carismáticos y poderosos líderes que capitanean tales movimientos sociales, captarán la energía de Plutón a nivel personal. Sin embargo para la gran masa humana, Plutón actúa como una influencia sólo impersonal. Creo que el grupo de almas que encarnan juntas con Plutón retrógrado estarán colectivamente preocu­padas por retener su poder personal, guiadas por la determinación férrea de ignorar los símbolos externos de autoridad (mientras que quienes poseen Plutón directo se sentirán más impulsados a unir fuerzas en un intento por abatir tal presión autoritaria a través de la oposición activa). Las almas que tie­nen a Plutón retrógrado tendrán menos deseos de fundirse con el todo colectivo y expresarán rasgos más antisociales. En este grupo se hallarán los seres socialmente más aislados, mientras que los rebeldes agresivos y los descontentos socia­les que intentan minar activamente el Orden Establecido, es­tarán mayoritariamente en el grupo de Plutón directo. Qui­zás el grupo de Plutón retrógrado está empeñado en la revolución interior. Estos individuos pueden ser muy distantes, inaccesibles, en el sentido de la intimidad profunda, y más di­fíciles de conocer, quizá debido a su acentuada inclinación al secreto. Viven erupciones psicológicas y purgas internas completas apenas visibles en la superficie. Pero los pocos miembros relevantes de este grupo podrán ayudar a la huma­nidad a dar grandes pasos en la comprensión de los vastos e ilimitados poderes del espíritu, a través del trabajo con el in­consciente personal. Estos son los valientes pioneros dispuestos a explorar los dominios externos del espacio interior, así como los reinos internos del espacio exterior. Se intere­san especialmente por la fuente del poder que genera los enormes cambios colectivos en el mundo, se sienten impulsa­dos a buscar la clave que les permitirá dominar este poder primigenio. (Pablo Picasso, Marie Curie, Alan Watts, Dylan Thomas, Howard Hughes, Richard Nixon, Timothy Leary).

PROGRESADO: Cuando Plutón se vuelve retrógrado por progresión, perma­nece en esa fase durante el resto de la encarnación (160 años progresados). Los asuntos externos de la Casa que ocupa Plutón natal se volverán más complejos y multifacéticos con el paso del tiempo. Pero también pueden llevar al individuo a conectar con sus poderes regenerativos y produce una mayor renovación personal cuando es manejado con inteligencia. Un renacimiento psicológico, una transmutación de deseos, o una transformación de valores, serán más necesarios ahora que nunca, si quiere beneficiarse de los asuntos de esta Casa. Deberá mirar en su interior con mayor intensidad y con un sentido agudo de la realidad, a fin de comprender dónde y cómo deberá rehabilitarse. Ello exige que se enfrente a esas fuerzas oscuras que en el pasado se hicieron cargo de sus emociones. Quizás las condiciones no eran adecuadas para evolucionar, al comienzo de su vida, y cumplir con sus necesidades, por lo tanto no tuvo que confrontar a Plutón retró­grado hasta este momento señalado (su influencia fue mante­nida en suspenso hasta que las condiciones estuviesen maduras). Tal vez debería vivir experiencias más adecuadas a un Plutón directo antes de sufrir esta transición. ¿Quién lo sabe con seguridad? Kármicamente, el individuo será reintroducido a obsesiones poderosas o deseos intensos, expresados en vidas pasadas. Ahora será nuevamente puesto a prueba en esta vida, para ver si es capaz de relacionarse con sus potentes fuerzas inter­nas y pasiones, sin dejar que lo consuman o desgasten. Debe estar alerta ante el surgimiento de impulsos por el poder, ins­tintos manipulativos, deseos compulsivos o irresistibles, especialmente de índole antisocial, o impulsos drásticos por cortar completamente las ataduras en las relaciones. Puede darle claves acerca de la parte más tétrica de su ser en rela­ción con las vidas pasadas. Ahora deberá examinar con más cuidado los contenidos de su ser no regenerado. Sin embar­go, este período progresado puede señalar también una eta­pa en la que el individuo es capaz de sintonizar con un nivel de percepción interna, en que reconoce y reclama los recursos potentes del alma de un pasado que incrementó significativamente su crecimiento evolutivo. Podrá volver a conectar con esas dimensiones de sí mismo en las que fue capaz de al­canzar un grado de maestría que podrían ayudarlo ahora a limpiar todos los residuos personales y la negatividad racial kármica desde dentro. Martín Schulman cree que Plutón retrógrado permite al individuo experimentar "la conciencia de la masa dentro de sí mismo", opina que el individuo "ex­perimenta la lucha de la humanidad como una confrontación personal en su interior. Siente personalmente la necesidad de superar en sí mismo todo aquello que disminuyó la conciencia de la sociedad en que vive". Estoy totalmente de acuerdo con la percepción de Schulman. Cuando Plutón se pone directo por progresión, sus efectos tardan en manifestarse. Como los otros planetas de la Octa­va Superior, Plutón dirigirá ahora más su atención hacia las necesidades generales de la sociedad, en vez de hacia el auto­desarrollo solitario. Idealmente, el individuo estará prepara­do para un compromiso social profundo, ya que su período recapitulativo ha concluido. Será capaz de ofrecer al mundo los beneficios de los poderes que ha desarrollado durante su período de autoexamen. No quiere decir, sin embargo, que lo hará. Pero las oportunidades para impactar socialmente al mundo se volverán evidentes. En la mayoría de los casos, el individuo se volverá más activo dentro de su propio contexto y aceptará las situaciones como son sin cuestionamientos ni análisis indebidos. Sentirá menos necesidad de ahondar en sí mismo para comprender su existencia, lo que será un agrada­ble alivio para algunos. Afortunadamente, el campo de bata­lla ya no se halla en el interior. Ahora podrá encontrar sali­das externas que le permitan airear sus fuerzas interiores concentradas de una forma que lo gratifique psicológicamente. Su atención se irá condicionando lentamente a observar los procesos mundanos en vez de los estrictamente subjeti­vos, descubrirá que posee una perspectiva más amplia de los asuntos sociales, compartida por muy pocos. Es capaz de visualizar el drama humano desde un punto de vista más am­plio. Podrá también comprender mejor la motivación de las masas, incluso en sus expresiones radicales, ya que las ha experimentado en sí mismo. Cuánto más dominio haya adquiri­do durante la fase retrógrada sobre las facetas más oscuras de su sombra, más capaz será de tolerar la expresión de sombras similares a nivel colectivo, ya que no las teme más. Y debido a que es más consciente de su naturaleza, puede ayudar a convertirlas en poderes renovados que contribuyan al creci­miento de la sociedad.

TRANSITO: La fase retrógrada de Plutón en tránsito dura unos 160 días, y ocurre una vez al año. Aunque su influencia se concentra especialmente sobre la Casa que transita en estos momentos, se mueve tan lentamente que incluso su influencia sobre esta Casa podrá parecernos a la mayoría de nosotros poco nítida. Es preciso recordar que Plutón representa esa parte de nues­tra psique que es a menudo difícil de examinar a fondo. Nos indica allí dónde estamos en la total oscuridad, sobre la naturaleza de los desarrollos internos que atravesamos, ya que trabaja en los niveles más profundos y subterráneos del ser. Pero su acción es inexorable y, a veces, hasta despiadada en el cumplimiento de sus metas últimas. Cuando Plutón está retrógrado, detiene el desarrollo externo de la Casa que transita (aunque con la mayor sutileza), y en vez de ello nos fuerza a focalizarnos allí donde hemos fracasado en regenerarnos convenientemente durante los tránsitos previos del planeta. Rara vez somos conscientes de este hecho cuando sucede, y cuanto más perceptivos seamos de lo que nos ocu­rre, menos nos sacará de quicio este tránsito. Lo único que parecemos comprender es que ciertos asuntos difíciles del pasado, que fueron en su momento psicológicamente arduos de confrontar, son otra vez puestos en nuestro camino para volver a examinarlos (aun cuando las situaciones parezcan radicalmente diferentes). A Plutón sólo le preocupa confrontarnos con la esencia de lo que no hemos transformado en una expresión más elevada. No está tan interesado en la forma en que nos trae esa percepción, al menos en términos de cómo amenaza nuestro ser centrado en el ego. Supongo que Plutón piensa que ése es nuestro problema, no el suyo. Plutón cuenta con muchos recursos que usará para impactar profundamente, y a veces de manera perturbadora, nuestra naturaleza, según las enraizadas vulnerabilidades que hemos permitido que corran desenfrenadas. Como Plutón es un planeta de motivaciones extremas, se in­clina a atacar esas partes más radicales de nosotros, y sólo nos fuerza a transformar lo que necesita rehabilitación. En estos momentos, Plutón retrógrado continua azuzándonos de una forma que puede parecernos incomprensible, e incluso persecutoria, cuando se considera desde nuestra experien­cia mundana cotidiana. Algunos de nosotros trataremos de oscurecer nuestras intenciones interiores en este sector de la vida y permanecer inocentes sobre la naturaleza de nuestras acciones, en cambio Plutón mantendrá su aguda mirada sobre las motivaciones reales y básicas detrás de tales acciones. Desde un punto de vista práctico, Plutón retrógrado en trán­sito sugiere que el individuo tiene una oportunidad, según la Casa implicada, para desandar sus pasos y descubrir las fuen­tes latentes de poder (recursos ocultos) previamente ignora­dos, que ahora pueden ayudarlo a avanzar sus objetivos en este sector, una vez que hayan sido desenterradas. Depende­rá especialmente del grado de autodisciplina, control emo­cional, y también de los apetitos (la sensualidad puede ser un problema cuando Plutón es muy activo en la Carta Astral). Plutón en esta fase puede incluso forzarnos a revaluar nuestros derechos y valores en relación a los ajenos. Plutón nos lleva a concentrarnos más profundamente en la naturaleza básica de las actividades de esta Casa en vez de dispersar al azar nues­tros intereses según los dictados de nuestra voluntad, si lo hacemos nos veremos obligados a una autoconfrontación tensa con las partes sin resolver de nosotros mismos, que nos senti­mos impotentes para superar. Como Saturno, Plutón nos muestra la realidad de nuestras limitaciones, aunque desde un punto de vista más psicológico. Para el individuo cons­ciente de sí mismo, puede ser una etapa maravillosa para aplicar sus percepciones más penetrantes sobre los elemen­tos descarriados del ser interno que necesitan una especie de renacimiento. Se trata de esas partes de la psique que se resisten de forma crónica a cambiar constructivamente su nivel emocional. Usualmente, donde exista la mayor resistencia interna a alterar nuestro esquema interior, es allí donde Plu­tón realiza su trabajo más efectivo. A Plutón retrógrado en tránsito le atrae explorar nuestras debilidades ocultas en el sector en que focaliza sus habilida­des escudriñadoras. En su fase retrógrada, todavía está más atento a los sutiles detalles que normalmente se pasan por alto. Ya que su período transitante retrógrado dura tanto, el individuo es gradualmente condicionado a ahondar en sí mismo para crecer en este sector, dado que las situaciones nor­males por sí solas no le proveerán de este potencial. Necesi­tará retirarse psicológicamente si desea ser más consciente de los recursos que le llegan desde sus profundidades inter­nas. Quienes no son autoconscientes tendrán menos posibili­dades de buscar los potenciales sutiles que se presentan en estos momentos. Se limitan a reaccionar al sorprendente giro de los sucesos que ocurrirán sin comprender nada, y sintién­dose víctimas de las circunstancias. Pero incluso este senti­miento indica una cierta sintonización con Plutón. Para la mayoría de personas, el tránsito retrógrado de Plutón por una Casa pasa casi desapercibido.

Para terminar este capítulo, me gustaría agregar que cuando un planeta se halla en su fase retrógrada, astronómicamente se halla más cerca de la Tierra. Durante este período parece tener más brillo que nunca (su disco parece más grande cuando se lo mira por el telescopio). En su libro Ciclos del Devenir Alexander Ruperti establece que, "cuando un planeta se pone retrógrado, lo que sucede desde un punto de vista geocéntrico no es que se mueva hacia atrás, sino que el plane­ta describe, al acercarse a la Tierra, una curva aparente en el espacio. Parece salir de su sendero orbital regular, como si fuese empujado hacia la Tierra, formando una curva que se dirige hacia nuestro planeta". Otro hecho astronómico inte­resante es que los planetas Mercurio y Venus forman Conjunción con el Sol cuando se hallan en el punto medio de su ciclo retrógrado, mientras que los restantes cuerpos celestes, de Marte a Plutón, se oponen al Sol cuando se encuentran en el punto medio de su ciclo retrógrado. Observen que todos los planetas (a excepción de la Luna) en Oposición al Sol, estarán siempre en posición retrógrada en la Carta Astral. Ruperti interpreta a un planeta retrógrado como aquel que permite al individuo estudiar su funcionamiento más atentamente (ya que se mueve más cerca de la Tierra), posibilitándonos quizá desarrollar nuevas perspectivas de ese planeta. Dane Rudhyar cree que el factor importante de un planeta retrógrado es que se aleja de la dirección del Sol y de la Luna, sugiriendo que simboliza fuerzas que van contra el flujo natural de las energías de la vida, a fin de ayudarnos a regresar y encontrar soluciones mejores a los problemas que surgirán natural­mente durante el período directo. El hecho que los planetas retrógrados nos parezcan más grandes y brillantes en este momento que ningún otro podría sugerir simbólicamente una iluminación mayor, quizá debido a nuestra sintonización más directa con nuestro inconsciente. Así como están astronómicamente realzados en este momento, también iluminarán aquellos factores psicológicos de nuestra naturaleza que necesitan de un examen más atento para ayudarnos a encontrar modos más ventajosos de descifrar nuestro ser. 
 
Martin Schulman "Los planetas Retrógrados y Reencarnación".